You must be a loged user to know your affinity with Jack Carter
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
10
6 de junio de 2007
6 de junio de 2007
27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sarcasmo de Chandler, el surrealismo de Phoebe, la ingenuidad y torpeza de Ross, el pijerío de Rachel, el comportamiento infantil de Joey, el perfeccionismo de Monica.
A diferencia de otras comedias más basadas e la réplica fácil o la respuesta ingeniosa, Friends acertó al combinar a lo largo de sus diez años de vida distintos estilos de humor que se incorporaban a las tramas como suplemento a los rasgos ya determinados de los personajes. Bien a través de una estrella invitada o mediante situaciones inesperadas, siempre se consiguió mantener al menos una sonrisa en el espectador, cuando no hacerle estallar en la más sonora carcajada. Dado su éxito en gran cantidad de países, se podría decir que es una serie universal.
Y lo es no solo por lo más evidente, es decir, por ser una comedia de situación de impecables factura y puesta en escena, con guiones brillantes y enorme química entre los integrantes de su reparto que permite distraerse y dejar de lado las preocupaciones durante media hora. Lo es porque consiguió retratar el espíritu de los jóvenes de toda una generación, sus preocupaciones, sus inquietudes, sus miedos –al compromiso, a un nuevo trabajo, etc- y sobre todo sus relaciones, al margen de que se hiciera desde un punto de vista cómico.
Consiguió que madurásemos con los protagonistas, que contemplásemos su evolución tanto física como emocional y que consiguiéramos sentirnos identificados con ellos. Tal ha sido su influencia que poca gente occidental nacida entre mediados de los 70 y los 80 podrá decir que nunca ha visto uno de sus capítulos. No es extraño que sea tema de conversación entre amigos o que de repente soltemos uno de sus chistes.
Además nos dio a conocer una serie de lugares inolvidables: la mesa y los sofás del Central Perk, el apartamento de Monica, el piso de los chicos... Yo he estado allí casi tanto como ellos.
Por otro lado, aparte de los seis integrantes del elenco principal, es de justicia mencionar a los secundarios, tanto a los regulares (Janice, los padres de Monica y Ross – soberbio Elliott Gould -, ¡Gunther!) como a los ocasionales (Tom Selleck, Elle Macpherson, Alec Baldwin...). Todos perfectos y todos ajustados a sus papeles.
Debido a todo esto me da pena que se despidieran en 2004, pero me alegro porque la serie acabó con honor, sin tener que lamentar nunca haber bajado su nivel.
Sin embargo, muchas veces me pregunto qué tal les irá (cada año un especial de Acción de Gracias de una hora no sería mala idea) porque, al fin y al cabo, nunca está de más preocuparse por los amigos.
A diferencia de otras comedias más basadas e la réplica fácil o la respuesta ingeniosa, Friends acertó al combinar a lo largo de sus diez años de vida distintos estilos de humor que se incorporaban a las tramas como suplemento a los rasgos ya determinados de los personajes. Bien a través de una estrella invitada o mediante situaciones inesperadas, siempre se consiguió mantener al menos una sonrisa en el espectador, cuando no hacerle estallar en la más sonora carcajada. Dado su éxito en gran cantidad de países, se podría decir que es una serie universal.
Y lo es no solo por lo más evidente, es decir, por ser una comedia de situación de impecables factura y puesta en escena, con guiones brillantes y enorme química entre los integrantes de su reparto que permite distraerse y dejar de lado las preocupaciones durante media hora. Lo es porque consiguió retratar el espíritu de los jóvenes de toda una generación, sus preocupaciones, sus inquietudes, sus miedos –al compromiso, a un nuevo trabajo, etc- y sobre todo sus relaciones, al margen de que se hiciera desde un punto de vista cómico.
Consiguió que madurásemos con los protagonistas, que contemplásemos su evolución tanto física como emocional y que consiguiéramos sentirnos identificados con ellos. Tal ha sido su influencia que poca gente occidental nacida entre mediados de los 70 y los 80 podrá decir que nunca ha visto uno de sus capítulos. No es extraño que sea tema de conversación entre amigos o que de repente soltemos uno de sus chistes.
Además nos dio a conocer una serie de lugares inolvidables: la mesa y los sofás del Central Perk, el apartamento de Monica, el piso de los chicos... Yo he estado allí casi tanto como ellos.
Por otro lado, aparte de los seis integrantes del elenco principal, es de justicia mencionar a los secundarios, tanto a los regulares (Janice, los padres de Monica y Ross – soberbio Elliott Gould -, ¡Gunther!) como a los ocasionales (Tom Selleck, Elle Macpherson, Alec Baldwin...). Todos perfectos y todos ajustados a sus papeles.
Debido a todo esto me da pena que se despidieran en 2004, pero me alegro porque la serie acabó con honor, sin tener que lamentar nunca haber bajado su nivel.
Sin embargo, muchas veces me pregunto qué tal les irá (cada año un especial de Acción de Gracias de una hora no sería mala idea) porque, al fin y al cabo, nunca está de más preocuparse por los amigos.
1
22 de diciembre de 2008
22 de diciembre de 2008
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admito haber visto sólo cinco minutos de este filme mientras vegetaba en el sofá. El pensamiento fue: pero ¿qué mierda es esto? ¿A quién se le ha ocurrido hacer una mierda tan enorme?
A Andrew Prowse. Estupendo. Ya conozco al Anticristo.
PS: Filmaffinity me pide que mi crítica sea más completa que un simple comentario, con que plasmaré la secuencia de sentimientos que me atravesaron durante los cinco minutos que refiero:
1.- Curiosidad
2.- Pasmo
3.- Incredulidad
4.- Estupefacción
5.- Risión
6.- Penita
Todo ello acompañado de un creciente ojiplatismo.
¡Os la recomiendo! Pocas pelis son capaces de despertar tantas sensaciones en tan poco tiempo.
A Andrew Prowse. Estupendo. Ya conozco al Anticristo.
PS: Filmaffinity me pide que mi crítica sea más completa que un simple comentario, con que plasmaré la secuencia de sentimientos que me atravesaron durante los cinco minutos que refiero:
1.- Curiosidad
2.- Pasmo
3.- Incredulidad
4.- Estupefacción
5.- Risión
6.- Penita
Todo ello acompañado de un creciente ojiplatismo.
¡Os la recomiendo! Pocas pelis son capaces de despertar tantas sensaciones en tan poco tiempo.

6,7
21.823
6
7 de noviembre de 2007
7 de noviembre de 2007
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El comienzo es brillante, cuando en el transcurso de una velada entre amigos surge una pregunta de hondo calado: la esencia de la vida ¿es cómica o trágica? Dos de los comensales tienen puntos de vista divergentes, y a partir de los mismos datos de una historia real, cada uno construye su propia ficción de acuerdo a sus postulados antes expresados. Uno urde una comedia romántica. El otro, un drama.
La idea de alternar dos posibles filmes en uno solo es sin duda genial, más aún cuando en medio de ambas ficciones se intercalan fragmentos de la velada en la cual Wallace Shawn y Neil Pepe desarrollan ambas obras. Como espectadores, Allen nos sitúa en una perspectiva omnisciente no solo con respecto al proceso creativo sino también con respecto a las respectivas creaciones.
Por eso el bueno de Woody en esta película desempeña una labor más que de director, de titiritero que va dando paso a uno u otro relato, siendo Melinda el epicentro de todos ellos.
Se pueden distinguir varias dimensiones: una primera, en la que nos situamos nosotros como espectadores, una segunda en la que se propone el debate sobre la esencia de la vida –tema habitual del neoyorquino- y, por fin, una tercera dimensión dividida en dos mitades que constituyen el grueso del filme; es en esta donde surge otra de las temáticas recurrentes de Allen, la complejidad de las relaciones de pareja. Todo esto sin contar con la propia perspectiva del director con respecto a su creación y el impacto que ésta causará en el público.
Es como un juego de muñecas rusas.
Si bien este análisis resulta sumamente interesante y da muestra de la capacidad intelectual del autor, la película en sí falla para mi gusto en las historias contadas, pudiendo achacar al drama su falta de intensidad en ocasiones y a la comedia romántica sus carencias a la hora de encontrar un punto cómico por encima de las muecas de Will Ferrell –funcionan la primera vez, pero a la larga resultan repetitivas, convenciéndome cada vez más de que el único actor que puede hacer bien de Woody Allen es Woody Allen, por muchos álter ego que se busque-.
En conjunto me parece que una premisa estimulante es desaprovechada por no cuidar más las historias narradas, que resultan irregulares a pesar de algunos momentos excelentes.
La idea de alternar dos posibles filmes en uno solo es sin duda genial, más aún cuando en medio de ambas ficciones se intercalan fragmentos de la velada en la cual Wallace Shawn y Neil Pepe desarrollan ambas obras. Como espectadores, Allen nos sitúa en una perspectiva omnisciente no solo con respecto al proceso creativo sino también con respecto a las respectivas creaciones.
Por eso el bueno de Woody en esta película desempeña una labor más que de director, de titiritero que va dando paso a uno u otro relato, siendo Melinda el epicentro de todos ellos.
Se pueden distinguir varias dimensiones: una primera, en la que nos situamos nosotros como espectadores, una segunda en la que se propone el debate sobre la esencia de la vida –tema habitual del neoyorquino- y, por fin, una tercera dimensión dividida en dos mitades que constituyen el grueso del filme; es en esta donde surge otra de las temáticas recurrentes de Allen, la complejidad de las relaciones de pareja. Todo esto sin contar con la propia perspectiva del director con respecto a su creación y el impacto que ésta causará en el público.
Es como un juego de muñecas rusas.
Si bien este análisis resulta sumamente interesante y da muestra de la capacidad intelectual del autor, la película en sí falla para mi gusto en las historias contadas, pudiendo achacar al drama su falta de intensidad en ocasiones y a la comedia romántica sus carencias a la hora de encontrar un punto cómico por encima de las muecas de Will Ferrell –funcionan la primera vez, pero a la larga resultan repetitivas, convenciéndome cada vez más de que el único actor que puede hacer bien de Woody Allen es Woody Allen, por muchos álter ego que se busque-.
En conjunto me parece que una premisa estimulante es desaprovechada por no cuidar más las historias narradas, que resultan irregulares a pesar de algunos momentos excelentes.

6,3
48.302
7
26 de julio de 2006
26 de julio de 2006
25 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de aventuras con guerra de sexos incluida surgida tras el enorme éxito previo de las dos primeras entregas de la saga de Indiana Jones. Comparten similitudes más que notables, sobre todo apreciables en la figura del aventurero; aunque el de Ford sea más intelectual, ambos son igual de canallas y ambos mueven a la simpatía del público. Transcurren en paisajes exóticos y las peligrosas andanzas de sus personajes son denominador común. Quizá ésta se centre más en el romanticismo entre los protagonistas, algo lógico si se tiene en cuenta que Kathleen Turner da vida a una escritora de novela rosa.
A casi todo el mundo le gustaría vivir una aventura de este tipo. Como en la realidad es difícil, al acabar de ver este film sientes que has pasado un par de horas huyendo de sanguinarios asesinos por la selva colombiana, has buscado un tesoro y has tenido un affair amoroso, todo ello en una tarde. Ahí reside la grandeza del cine. Aunque no llegue a la calidad de la saga de Indy, es una película muy entretenida que seguro hará disfrutar a quien la vea.
A casi todo el mundo le gustaría vivir una aventura de este tipo. Como en la realidad es difícil, al acabar de ver este film sientes que has pasado un par de horas huyendo de sanguinarios asesinos por la selva colombiana, has buscado un tesoro y has tenido un affair amoroso, todo ello en una tarde. Ahí reside la grandeza del cine. Aunque no llegue a la calidad de la saga de Indy, es una película muy entretenida que seguro hará disfrutar a quien la vea.
Serie

5,7
26.226
8
16 de julio de 2008
16 de julio de 2008
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conocida falta de recursos de la industria televisiva española puede resolverse a través de varias vías: normalmente se opta por hacer más de lo mismo sin arriesgar demasiado, productos correctos en cuanto a guión, producción y realización de los que se espera que calen entre la audiencia, pero sin que suelan resultar arriesgados u originales en cuanto a planteamientos o desarrollo.
Camera Café parte de un formato ya conocido en países de nuestro entorno, un formato con una restricción básica, la del plano único en que debe desarrollarse la acción. Esto resulta sumamente interesante debido a su perfecta adaptación a la falta de medios ya mencionada. A partir de ahí todo es ingenio, algo que esta serie derrocha desde el primer momento: el retrato de personajes, caricaturesco, pero que al fin y al cabo pone de relieve la idiosincrasia de nuestro país, bebe de las fuentes de los grandes historietistas españoles del siglo XX (Ibáñez, Escobar, Vázquez); los diálogos, de aguda comicidad y mala leche, nos abren los ojos a lo que somos sin renunciar a que simultáneamente soltemos una carcajada; el reparto también es digno de mención, a todos sus papeles les sientan como un guante.
Esta es una gran muestra de cómo se puede fabricar un producto fresco y exitoso sin necesidad de emplear multitud de medios.
Camera Café parte de un formato ya conocido en países de nuestro entorno, un formato con una restricción básica, la del plano único en que debe desarrollarse la acción. Esto resulta sumamente interesante debido a su perfecta adaptación a la falta de medios ya mencionada. A partir de ahí todo es ingenio, algo que esta serie derrocha desde el primer momento: el retrato de personajes, caricaturesco, pero que al fin y al cabo pone de relieve la idiosincrasia de nuestro país, bebe de las fuentes de los grandes historietistas españoles del siglo XX (Ibáñez, Escobar, Vázquez); los diálogos, de aguda comicidad y mala leche, nos abren los ojos a lo que somos sin renunciar a que simultáneamente soltemos una carcajada; el reparto también es digno de mención, a todos sus papeles les sientan como un guante.
Esta es una gran muestra de cómo se puede fabricar un producto fresco y exitoso sin necesidad de emplear multitud de medios.
Más sobre Jack Carter
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here