Aún con las voces que aseguran que la falta de distribución de “Phillp Morris, te quiero” en estados unidos viene dada realmente a un desacuerdo entre empresas, es innegable la capacidad crítica y polémica de Glenn Ficarra y John Requa, directores y guionistas de la película.

Jim Carrey interpreta a Steven Russell, quien narra los intentos de adecuarse a su vida perfecta, la visión de la cual varía a cada una de las alegrías o fracasos con los que se encuentra, pasando por la carcel y la incomprensión hacia la homosexualidad en varias ocasiones.

“Phillip Morris, te quiero” hace gala del mal gusto y los personajes desgraciados e inmorales que ya nos presentaron Glenn Ficarra y John Requa en el guión de ‘Bad Santa’, dirigida por Terry Zwigoff. Sin embargo este reciente estreno en salas españolas opta a un público más amplio por el simple hecho de introducir temas tan atractivos y polémicos a los ojos del espectador como la homosexualidad y las penitenciarías, además de actores de primera fila.

Los “cacaculos” de ‘Bad Santa’ se intercambian por más temática social e incluso chistes visuales, que gracias a los divertidos montajes con grandes canciones rock crean golpes de efecto que despiertan al espectador de la monotonía de un ir y venir narrativo que desgraciadamente se permite pequeños apoyos en los que el relleno y la paja cinematográficos se hacen patentes.

La mayoría de chistes no se caracterizan por su sutileza, sino todo lo contrario, por pura mostración del tópico, hasta el punto de defenderlo como válido si así lo quieren los protagonistas, a los que dan vida unos excelentes actores. Jim Carrey está sublime en su desquiciado papel, clavando perfectamente sus temibles carasetas en un conjunto alucinado de película. Y no menos digna de elogio es la actuación de Ewan McGregor, uno de los grandes de su joven generación.