Otra vez la historia de los indios malos y los blancos buenos. El que sea contada con buen pulso no la salva, tampoco la correcta interpretación de un grande como Gregory Peck. Al momento de mirarla olvidé que el director era la misma de la somnífera y ridícula "Matar a un ruiseñor", sino hubiera tirado el dvd por la ventana.

Mas basura ideológica, así de simple. Parece que la creciente economía brasileña tiene tan preocupados a los gendarmes mundiales, que ya preparan las mentes de los zombies con algo que si hoy parece descabellado dentro de 15 o 20 años puede no serlo tanto: un escenario donde los "buenos" (USA) matan "terroristas" (narcos) en países extranjeros (Brasil).

Viendo que este tipo de consignas subliminales (cada vez menos subliminales) siguen pasando desapercibidas para la mayoría que conformamos el rebaño, no puedo evitar citar a César Hazaki: "...Cómo siempre sucede en la historia llegará el momento en que se escandalizarán preguntándose cómo sucedió aquello que lleva directo a lo siniestro..."

Por supuesto, -aunque esto es lo de menos- en los demás apartados también es una porquería.