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Críticas ordenadas por utilidad
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Cortometraje

6,6
110
8
31 de mayo de 2014
31 de mayo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este corto había sido encargado por el Ministerio de Salud con la idea de ser exhibido en las escuelas como parte de una campaña de concientización acerca del Sida. El proyecto fue cancelado antes de concluir el rodaje. La explicación oficial fue que era “demasiado oscuro en su mensaje”. Andersson convierte el encargo institucional en una diatriba sobre las prácticas de la ciencia médica. Un ejemplo de ello son las escalofriantes escenas donde vemos a médicos probando vacunas en discapacitados o las visitas de científicos a la cárcel buscando “voluntarios” para experimentos con fármacos.
3 de octubre de 2012
3 de octubre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cuarto de los ciervos es un film-opera autobiográfico de Lech Majewski, cineasta polaco que divide sus actividades entre el cine, la pintura, el teatro y la literatura. La historia se desarrolla en un clima de ensoñación que refleja el paso del tiempo en la vida de una familia que habita un viejo edificio de departamentos. Con varias referencias a la pintura metafísica de Giorgio De Chirico, el film no tiene diálogos, siendo la música la que expresa los sentimientos de los personajes. Un poema visual de extraordinaria belleza que deja abiertos varios interrogantes sobre el misterio de la existencia.
22 de noviembre de 2012
22 de noviembre de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Va y viene es un film que va a contramano de la mayoría de las tendencias del cine actual. En él, el propio director interpreta a Joao Vuvú, un jubilado que dedica gran parte del día a recorrer Lisboa en colectivo. Entre trayecto y trayecto, pasea por el parque y recibe en su casa a jóvenes mujeres con las que mantiene sabias y divertidas conversaciones. Monteiro no hace más que retomar el personaje que creo (e interpretó) de Joao de Deus, el libertino, aquel que tenía la arrogancia de desafiar a Dios y a la sociedad, quien se rebelaba contra las costumbres y la moral del burgués bienpensante.
Este personaje nos acompañó en Recuerdos de la casa amarilla, La comedia de Dios y Las bodas de Dios. Con todos estos films inclasificables, Monteiro también desafió las convenciones cinematográficas. Al igual que Manoel de Oliveira -ese otro gran maestro portugués-, utilizaba largos planos secuencias, muchas veces planos fijos, y otorgaba un especial lugar a la palabra. Escuchar y ver. El cine entendido como un espacio para pensar el mundo y las cosas.
Por otro lado, Va y viene es una obra maestra cómica. Las diatribas de Joao de Deus sobre los tiempos que vivimos son desopilantes. Quizás, Monteiro sea el último gran director de una larga tradición de autores cómicos que hacían de la subversión su modo de vida: Charles Chaplin, Laurel & Hardy, los hermanos Marx, Jacques Tati, Jerry Lewis, los Monty Python. Y no hay film cómico que no sea contestatario.
Va y viene fue su último film. El montaje final fue terminado poco antes de su muerte. Monteiro sabía que le quedaba poco tiempo de vida cuando lo realizó. Y esto se hace evidente en la parte final, donde Monteiro se despide de nosotros elegantemente. El crítico Olivier Joyard escribió en Cahiers du Cinéma: “su elegancia es no pedirnos nunca que lo miremos morir. Su fuerza es la de sumergirnos poco a poco en la muerte misma; acercar los abismos, quedar suspendidos justo encima de ellos para después zambullirse. El último plano del film, y de su obra, conscientemente, es la demostración misteriosa y límpida de ese movimiento. No diremos exactamente de qué está hecho, hay que descubrirlo en estado virgen. Sólo diremos que en él son evocados, metafórica y físicamente a un tiempo, el origen y el fin del cine como concepción moral del mundo; certificado de defunción lúcido y acto de nacer rabioso, ese plano es uno de los más sobrecogedores que él nos haya podido regalar”.
Este personaje nos acompañó en Recuerdos de la casa amarilla, La comedia de Dios y Las bodas de Dios. Con todos estos films inclasificables, Monteiro también desafió las convenciones cinematográficas. Al igual que Manoel de Oliveira -ese otro gran maestro portugués-, utilizaba largos planos secuencias, muchas veces planos fijos, y otorgaba un especial lugar a la palabra. Escuchar y ver. El cine entendido como un espacio para pensar el mundo y las cosas.
Por otro lado, Va y viene es una obra maestra cómica. Las diatribas de Joao de Deus sobre los tiempos que vivimos son desopilantes. Quizás, Monteiro sea el último gran director de una larga tradición de autores cómicos que hacían de la subversión su modo de vida: Charles Chaplin, Laurel & Hardy, los hermanos Marx, Jacques Tati, Jerry Lewis, los Monty Python. Y no hay film cómico que no sea contestatario.
Va y viene fue su último film. El montaje final fue terminado poco antes de su muerte. Monteiro sabía que le quedaba poco tiempo de vida cuando lo realizó. Y esto se hace evidente en la parte final, donde Monteiro se despide de nosotros elegantemente. El crítico Olivier Joyard escribió en Cahiers du Cinéma: “su elegancia es no pedirnos nunca que lo miremos morir. Su fuerza es la de sumergirnos poco a poco en la muerte misma; acercar los abismos, quedar suspendidos justo encima de ellos para después zambullirse. El último plano del film, y de su obra, conscientemente, es la demostración misteriosa y límpida de ese movimiento. No diremos exactamente de qué está hecho, hay que descubrirlo en estado virgen. Sólo diremos que en él son evocados, metafórica y físicamente a un tiempo, el origen y el fin del cine como concepción moral del mundo; certificado de defunción lúcido y acto de nacer rabioso, ese plano es uno de los más sobrecogedores que él nos haya podido regalar”.

6,6
703
8
22 de noviembre de 2012
22 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Café Lumiere centra su relato en el reencuentro de una joven con su padre y su nueva esposa. Hou retoma así uno de los temas predilectos de Yasujiro Ozu: su mirada sobre los lazos familiares. Si Ozu supo ver los cambios que produjo en la familia tradicional japonesa el proceso de occidentalización de la posguerra, Hou filma los restos de esa familia, la desconexión entre sus integrantes, el imposible retorno a la unidad. Un bello film sobre el paso del tiempo.
9
3 de noviembre de 2012
3 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film se basa en la vida del poeta Rafal Wojaczek, quien se suicidó a los 25 años, pero cuya obra dejó una fuerte huella en varias generaciones de polacos. La fascinación de Majewski por el poeta viene desde la juventud. En la Polonia de ese entonces, el miedo era el sentimiento que prevalecía y Wojaczek fue una figura rebelde, que hacía lo que quería y no le temía a nada ni a nadie. Atravesaba ventanas y solía estar lastimado todo el tiempo, pero vivía únicamente para escribir. Majewski usa el blanco y negro para describir al personaje y su enfrentamiento con el ambiente decadente y sórdido de esos tiempos. La escena final es extraordinaria: Wojaczek decide morir y realiza el funeral de sus poemas envolviéndolos en una mortaja. Luego coloca una gran cantidad de píldoras ordenadamente sobre la mesa y las va tomando una a una. Finalmente, se acuesta hundiéndose en la oscuridad.
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