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7,2
1.227
6
19 de junio de 2020
19 de junio de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película realizada tras "La senda equivocada", he de confesar que me esperaba mucho más de ella. Cierto es que la factura visual está alienada totalmente a los cánones clásicos del género: la noche, los pavimentos mojados, los clubs y el alcohol, el tabaco, personas solitarias ("todos estamos sólos", dirá Nicholson en "Chinatown"), el amor fou, etc, etc, etc... no obstante me chirría a más no poder la música de fondo que se repíte una y otra vez (por dios, ¿cómo han podido destrozar así la película?). Esto yo creo que es lo que me ha matado.
A resaltar: antecedente de la "Madelene" de Vértigo 4 años antes... sin tampoco ropa interior, casi más sugerente aún que si no llevara jersey, el Fred McMurray a medio camino de "Perdición", una "Perdición" más descafeinada si cabe. Un desenlace muy cogido por los pelos tras el encuentro visual con la vecina (ummmm, no me lo termino de creer que le reconozca si le vio con sombrero), así como la muerte del compañero. El guión de Huggins... flojito además de previsible, Sr. Quine.
Capítulo a parte se puede ver a una Dorothy Malone (aquella inolvidable dependienta de la tienda de libros en "El sueño eterno"), algo envejecida ya y ligando con el poli bueno que se enamora de ella a lo "Kieslowski" de "No amarás". La misma actriz que en ese mismo año rodará a las ordenes de Sirk "Escrito sobre el viento" y a mi al menos me pareció más joven aquí. Cosas que le pasan a veces a uno.
A resaltar: antecedente de la "Madelene" de Vértigo 4 años antes... sin tampoco ropa interior, casi más sugerente aún que si no llevara jersey, el Fred McMurray a medio camino de "Perdición", una "Perdición" más descafeinada si cabe. Un desenlace muy cogido por los pelos tras el encuentro visual con la vecina (ummmm, no me lo termino de creer que le reconozca si le vio con sombrero), así como la muerte del compañero. El guión de Huggins... flojito además de previsible, Sr. Quine.
Capítulo a parte se puede ver a una Dorothy Malone (aquella inolvidable dependienta de la tienda de libros en "El sueño eterno"), algo envejecida ya y ligando con el poli bueno que se enamora de ella a lo "Kieslowski" de "No amarás". La misma actriz que en ese mismo año rodará a las ordenes de Sirk "Escrito sobre el viento" y a mi al menos me pareció más joven aquí. Cosas que le pasan a veces a uno.

7,7
52.935
9
29 de febrero de 2020
29 de febrero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía un cinéfilo que en este negocio ya casi todo (por no decir todo), está contado. Uno quiere contar una historia de amor... Vale, ¿pero podrás superar a Casablanca? No..., mejor voy a hacer un drama amoroso tipo Madame Bovary... ¡Pues anda que no hay películas sobre esto! Empezando por el injustamente olvidado John M. Stalh y su Back Street de 1932... Ejemplos que me vienen ahora a la cabeza a bote pronto.
En 1950 Vladimir Propp publico un estudio sobre los argumentos del cuento ruso. Analizo todos los que pasaron por su mano, no recuerdo ahora la cifra exacta pero eran muchos, y los sintetizo, y llego a la determinación que en la Historia de los Cuentos sus tramas podrían encuadrarse en 5 o 6 (a lo sumo) tramas diferentes en todos ellos. Héroe, antihéroe, la amada, la dificultad... El ayudante del héroe... Todos los ingredientes comunes, la base de todos ellos. Lo fundamental entonces, ya que nos movemos con los mismos "ingredientes" siempre, será el como ligarlos y, como presentarlos, ya que en el fondo no hemos utilizado ningún ingrediente que sea novedoso.
1917 me parece una maravilla estética sin comparación alguna. La sublimación del plano secuencia de 7 minutos de Sed de mal, ¿donde queda aquí? Si Welles levantara la cabeza. Tan solo Sokurov intento algo así, una película realizada en un solo plano secuencia de 1h 30min, pero recordemos que en interior de un museo. ¿Podremos imaginar las unidades de dirección, los ensayos, los pies y marcas en ese inabarcable "estudio" de rodaje?
Capitulo a parte, la dirección artística. Sin palabras.
Efectos infográficos tan reales como increíbles, como cuando se estrella el avión.
En resumen: está todo contado, podemos estar de acuerdo. Aquí Mendes no utiliza un drama "novedoso", no le interesa. Utiliza un ingrediente básico, un argumento que es un McGuffin en si, ¿que más da eso? Lo que le importa es realizar un ejercicio sin igual de otras "potencialidades" (o ingredientes más técnicos que literarios) de la pantalla: la fotografía, la dirección artística y la planificación cinematográfica apoyada en el plano secuencia hasta que le resulta imposible continuar más y regresa al manido truco del fundido a negro de Hitckock que utilizo en The Rope. Aun así, chapo y gracias por hacernos disfrutar con la boca abierta en la butaca, ante la "gran pantalla" preguntándonos por como habrá podido hacer tan monstruoso trabajo de planificación o cuanto habrá podido costar esa realización, y si tan siquiera en Europa o en cualquier parte del planeta existe hoy en día un lugar tan despojado en extensión de cualquier rastro de civilización humana para convertirlo en un gran espacio de comedia de la humanidad más absurda, la Primera Guerra Mundial, un conflicto en el que se mató por matar, en el que a veces una extensión de terreno de 50 metros valían 20 mil almas en tan solo un par de días. Un autentico disparate que Mendes ha sabido como nadie "re-presentar" ante nuestros ojos.
Que más me da el argumento, o el arco de transformación de su actor protagonista (que existe, ojo). Que me van a contar diferente a las historias sobre una guerra mundial que ya me ha contado William Wyler con su inolvidable Los mejores anos de nuestra vida. Que más me da ya el argumento, por naif que sea. Preséntame de una manera diferente esta simpleza argumentativa de tan solo tres ingredientes y haz que me entre por los ojos olvidándome de su simplicidad.
Mendes lo ha conseguido. Ha movido la cámara de manera liquida, bailando al lado de sus protagonistas en esta "road movie" de campo a través, sin "road", tan solo un océano de lodazal. Ophuls se quedaría asombrado. Astruc anonadado. Estoy convencido de esto.
En 1950 Vladimir Propp publico un estudio sobre los argumentos del cuento ruso. Analizo todos los que pasaron por su mano, no recuerdo ahora la cifra exacta pero eran muchos, y los sintetizo, y llego a la determinación que en la Historia de los Cuentos sus tramas podrían encuadrarse en 5 o 6 (a lo sumo) tramas diferentes en todos ellos. Héroe, antihéroe, la amada, la dificultad... El ayudante del héroe... Todos los ingredientes comunes, la base de todos ellos. Lo fundamental entonces, ya que nos movemos con los mismos "ingredientes" siempre, será el como ligarlos y, como presentarlos, ya que en el fondo no hemos utilizado ningún ingrediente que sea novedoso.
1917 me parece una maravilla estética sin comparación alguna. La sublimación del plano secuencia de 7 minutos de Sed de mal, ¿donde queda aquí? Si Welles levantara la cabeza. Tan solo Sokurov intento algo así, una película realizada en un solo plano secuencia de 1h 30min, pero recordemos que en interior de un museo. ¿Podremos imaginar las unidades de dirección, los ensayos, los pies y marcas en ese inabarcable "estudio" de rodaje?
Capitulo a parte, la dirección artística. Sin palabras.
Efectos infográficos tan reales como increíbles, como cuando se estrella el avión.
En resumen: está todo contado, podemos estar de acuerdo. Aquí Mendes no utiliza un drama "novedoso", no le interesa. Utiliza un ingrediente básico, un argumento que es un McGuffin en si, ¿que más da eso? Lo que le importa es realizar un ejercicio sin igual de otras "potencialidades" (o ingredientes más técnicos que literarios) de la pantalla: la fotografía, la dirección artística y la planificación cinematográfica apoyada en el plano secuencia hasta que le resulta imposible continuar más y regresa al manido truco del fundido a negro de Hitckock que utilizo en The Rope. Aun así, chapo y gracias por hacernos disfrutar con la boca abierta en la butaca, ante la "gran pantalla" preguntándonos por como habrá podido hacer tan monstruoso trabajo de planificación o cuanto habrá podido costar esa realización, y si tan siquiera en Europa o en cualquier parte del planeta existe hoy en día un lugar tan despojado en extensión de cualquier rastro de civilización humana para convertirlo en un gran espacio de comedia de la humanidad más absurda, la Primera Guerra Mundial, un conflicto en el que se mató por matar, en el que a veces una extensión de terreno de 50 metros valían 20 mil almas en tan solo un par de días. Un autentico disparate que Mendes ha sabido como nadie "re-presentar" ante nuestros ojos.
Que más me da el argumento, o el arco de transformación de su actor protagonista (que existe, ojo). Que me van a contar diferente a las historias sobre una guerra mundial que ya me ha contado William Wyler con su inolvidable Los mejores anos de nuestra vida. Que más me da ya el argumento, por naif que sea. Preséntame de una manera diferente esta simpleza argumentativa de tan solo tres ingredientes y haz que me entre por los ojos olvidándome de su simplicidad.
Mendes lo ha conseguido. Ha movido la cámara de manera liquida, bailando al lado de sus protagonistas en esta "road movie" de campo a través, sin "road", tan solo un océano de lodazal. Ophuls se quedaría asombrado. Astruc anonadado. Estoy convencido de esto.
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