Esta serie abusa demasiado de los planos tan extensos en los que aparentemente se captura una escena crítica y en las que parece que se observa la mente del súper detective y criminólogo Jang Tae-su. La fotografía parece ser buena y el diseño de producción luce al principio, pero la serie se hace tan larga que todo lo que se puede apreciar artísticamente, se pierde.

Creo que no tengo ningún problema con las actuaciones, sin embargo, nada de eso importa desde el primer capítulo. No se ve por dónde Tae-su sea la eminencia que la serie misma olvida, las conexiones de todo el argumento se ven tan forzadas que aburren. Además, da la impresión de que en Corea no existen los abogados.

La verdad, me tardé un mes en acabar esta serie de 10 capítulos que si bien hubiese sido lo interesante que prometía los primeros cuarenta minutos, me la habría acabado decentemente en diez días. Es una lástima que haya quedado un producto tan difícil de disfrutar e imposible de terminar, cuando se nota que pudieron dar mucho más y, estoy seguro que si no hubiesen querido extender tanto la serie, en cinco capítulos pudieron haber hecho todo sin tanto enredo.