La película comienza interesante. Ottway (Neeson) es un personaje lúgubre pero con excepcionales conocimientos de caza. Y cuando digo "excepcionales" quiero decir "ridículamente" excepcionales. Mira al lobo y sabe si es el macho alfa, beta u omega. Según como aullan sabe si están contentos o tristes, si los van a matar o no, etc. etc. Intragable a tal punto que es insportable para los otros sobrevivientes que seguramente desearían haber muerto en el accidente. Los lobos son poco creíbles, casi como la línea argumental. La dirección pierde el rumbo luego del momento del choque del avión y no la recupera ya jamás. Casi siempre la fotografía en clima nevado y nublado transmite sensación de frío, pero en este caso también de aburrimiento. Liam no hace una gran interpretación y el resto de los actores me parecen que actúan un guíon que intenta ser intimista y abunda en decenas de clichés. Una película que se puede saltear sin problemas. Recomiendo hacer esto último.

Ryan Gosling no quiere tener arrugas por hacer gestos en forma excesiva. Va rumbo a una eterna cara de niño. La película muestra a su personaje como autosuficiente y siempre es el que alecciona a los malos más malos, claro que el es un poquito malo, pero sólo un poquito y justificado. Se enamora de su vecina, y es el padre ideal para su hijo, pero el marido de ella, saldrá de prisión y no sólo será malo sino que muerto. Por lo tanto ahora no existen moralinas que voltear para dejar a los personajes amarse libremente. Sin embargo, hay un último trabajo sucio que debe hacer y no puede negarse. Carey Mulligan interpreta a la vecina (Irene) con gran solvencia y credibilidad, lo cual no resulta sencillo porque la vida del personaje es un verdadero desastre. En resumen, si se la pierden de ver, no habrán perdido mucho.

Joseph Gordon-Levitt (Adam) logra una interpretación convincente del personaje principal, y Seth Rogen, me convence a pesar de los prejuicios que le tenía por algunas películas previas. Anna Kendrick (la psicóloga) genera un personaje que dado su breve desarrollo en la película no llega a convencer, además de alimentar la estereotipia del psicólogo que se involucra con su paciente. Aunque ya la ví hace algún tiempo, para mí hay una escena que representa lo interesante que encontré en el film; Adam se encuentra en el departamento de su amigo Kyle, y encuentra en el baño un libro de autoayuda para amigos de personas con cáncer. Allí Adam comprende que lo que supone que es su enfermedad, es una entidad más amplia que afecta a todas las personas con las que se relaciona. El papel que interpreta Bryce Dallas Howard (Rachael) es fácilmente odiable lo que supone una elaboración muy poco compleja de un personaje clave, pero esto no debe sorprendernos en Hollywood donde los malos generalmente son muy malos y los buenos son buenísimos. Los cien minutos que dura me parecen bien invertidos.

John Frankenheimer logra en la primera parte de la película, armar una trama atractiva y con un adecuado suspenso. Sin embargo Natascha McElhone, aunque hermosa, no crea la sensación de ser un soldado del IRA, y Jonathan Pryce parece algo más un oficinista que un jefe del ejercito revolucionario irlandés.
El director también falla en incluir en la edición final del film una persecución por una avenida parisina cuya duración es a mi criterio excesiva. Además de increíble, pues toda la persecución se realiza en contra del tránsito. Por otra parte existen momentos ingenuos como cuando el personaje de Robert De Niro se encuentra por arrestar al que encarna Jonathan Pryce, y en vez de detenerlo o matarlo, le habla, lo cual resulta al menos ingenuo para un "profesional".

El título de mi crítica viene a cuenta de que esta película ha sido excelentemente calificada. Sin embargo, no creo captar el espíritu de la película. Evidentemente el problema soy yo o definitivamente es de esas películas con gran variabilidad interindividual en cuanto a su recepción. Me parece comprender que el duro trago que ha pasado el personaje principal, en el seno de una familia ocultadora y con fallas gruesas en la relación entre sus padres, ha ido forjando una personalidad que le adjudica a la sociedad moderna occidental una importante responsabilidad en el estado de infelicidad de las personas. Sin desestimar la crítica social realizada, quizás al personificarlo en un adolescente (o adulto muy joven) la misma pierde algún peso pues queda bañada de la estereotipia del adolescente utópico que no se acomoda al "mundo de los adultos". A mi gusto algo excedida en tiempo, pero no aburrida. La interpretación de Emile Hirsh es impecable. Me encantó Hal Holbrook, breve pero emotivo. Y me pareció ver un lindo vampirito! (Kristen Stewart).