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Críticas ordenadas por utilidad
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6,3
542
9
24 de abril de 2011
24 de abril de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La hora cero tiene poco que envidiarle al buen cine de acción, por su febrilidad, por su vehemencia narrativa y por sus bien logrados puntos de giros en la historia que le sirve de trama.
No solo eso, como le es propio al buen cine latinoamericano, todo el ímpetu narrativo se complementa con acertadas glosas críticas sobre asuntos sociales. Me parece novedosa, en cine, la burla al periodismo televisual que deviene diversión por sí solo: el periodismo como entretenimiento (“infotainment”), pensado más en aumentar la audiencia que en informar, con la consiguiente pérdida de escrúpulos de parte de los reporteros y editores en planta.
Las salidas cómicas del filme ciertamente hacen reír al espectador y, a la vez, abren signos interrogativos sobre la cuestión social. El guion es inteligente y se mantiene férreo, sin que se le suelten los hilos, a la vez que se mete por aquí y por allá: abre distintos espacios, pero se sostiene bien con su coherencia interna. La lógica del relato nunca se pierde, suceda lo que suceda.
Lo otro es la puesta en imágenes. Con ritmo acelerado en las secuencias de acción, a pura sala de montaje y planos cortos, y de manera más metódica durante los parlamentos, se obtiene la escenificación justa según lo narrado. Es ejemplo de relojería puntual con buenas actuaciones.
http://lahuelladelojo.blogspot.com
No solo eso, como le es propio al buen cine latinoamericano, todo el ímpetu narrativo se complementa con acertadas glosas críticas sobre asuntos sociales. Me parece novedosa, en cine, la burla al periodismo televisual que deviene diversión por sí solo: el periodismo como entretenimiento (“infotainment”), pensado más en aumentar la audiencia que en informar, con la consiguiente pérdida de escrúpulos de parte de los reporteros y editores en planta.
Las salidas cómicas del filme ciertamente hacen reír al espectador y, a la vez, abren signos interrogativos sobre la cuestión social. El guion es inteligente y se mantiene férreo, sin que se le suelten los hilos, a la vez que se mete por aquí y por allá: abre distintos espacios, pero se sostiene bien con su coherencia interna. La lógica del relato nunca se pierde, suceda lo que suceda.
Lo otro es la puesta en imágenes. Con ritmo acelerado en las secuencias de acción, a pura sala de montaje y planos cortos, y de manera más metódica durante los parlamentos, se obtiene la escenificación justa según lo narrado. Es ejemplo de relojería puntual con buenas actuaciones.
http://lahuelladelojo.blogspot.com

4,9
1.510
5
13 de marzo de 2011
13 de marzo de 2011
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque el director de la película Marte necesita mamás (2011) es Simon Wells, la verdad es que la mano del productor Robert Zemeckis, sin querer queriendo, se siente a lo largo de todo el metraje, sobre todo por el estilo de animación que nos trae este filme. Se trata de la misma técnica de captura de movimientos de actores reales que le fue tan exitosa a Zemeckis con la película Expreso polar (2004).
Creo que el señor Simon Wells solo hizo su trabajo de dirección al estilo de un maestro de obras, o sea, dirigido por un ingeniero o un arquitecto. Aquí la mano de Robert Zemeckis es como la mano de un dios, no hay duda. Decía Picasso: “¡Ay de los que me imitan, porque de ellos serán mis errores!”, lo cual le viene bien a esta película, porque Zemeckis se “autoplagia” al punto tal que repite los errores que ya le son conocidos en sus filmes digitales.
Tan fácil como cae una mosca en la leche, el filme nos complace con un exhaustivo espectáculo visual, donde las imágenes van con frenético movimiento y son puntillosas hasta el detalle menos pensado. Lo acepto, es impresionante la espectacularidad de algunas imágenes (por secuencias), lo que hace que la película guste fácilmente a la huella del ojo.
Mas, no lo olvidemos, el cine es fundamentalmente narración, y la trama es lo que más se descuida en Marte necesita mamás. Incluso, uno siente que el argumento va a la deriva, como velero en tormenta, con situaciones nunca bien explicadas y con vacíos llenados a pura acción, lo que permite la celeridad de los personajes animados. Esas secuencias de acción se mezclan con mensajes simplones: vano intento fabulador de la película, que habla del amor de las madres de manera trillada.
Insisto, porque es la gran debilidad de este largometraje, las imágenes –aunque bien logradas– parecen hechas para estar en lugar de una narrativa sólida, donde ni siquiera los personajes son interesantes. Son personajes extraños, incluso físicamente, pero no interesantes, por lo que aportan poco al provecho de la película. Todo se queda en el virtuosismo formal o técnico.
De hecho, para repetir una idea ajena que le escuché a un amigo, los personajes son cada uno un maniquí distinto, porque no están bien logradas sus expresiones y nos recuerdan, digo yo, que el cine animado está aún lejos de sustituir a los actores en escena. Se podrán describir muy bien hasta los detalles de la piel, hasta el vello de los personajes, pero no hay nada que ahonde en el “alma” de tales personajes.
Esa es la deficiencia orgánica de la película, por lo que esta se queda colgando de principio a fin, con un pie en el estribo, pero colgando. Vi la “peli” dos veces: en 2D y en 3D, y me quedo con la primera. Su tercera dimensión solo aumenta la profundidad de campo, nada más, es bien comercial: lo que mejor logra es acrecentar el precio del boleto, así de simple.
wílliam venegas
crítico de cine de periódico La Nación
San José, Costa Rica
Creo que el señor Simon Wells solo hizo su trabajo de dirección al estilo de un maestro de obras, o sea, dirigido por un ingeniero o un arquitecto. Aquí la mano de Robert Zemeckis es como la mano de un dios, no hay duda. Decía Picasso: “¡Ay de los que me imitan, porque de ellos serán mis errores!”, lo cual le viene bien a esta película, porque Zemeckis se “autoplagia” al punto tal que repite los errores que ya le son conocidos en sus filmes digitales.
Tan fácil como cae una mosca en la leche, el filme nos complace con un exhaustivo espectáculo visual, donde las imágenes van con frenético movimiento y son puntillosas hasta el detalle menos pensado. Lo acepto, es impresionante la espectacularidad de algunas imágenes (por secuencias), lo que hace que la película guste fácilmente a la huella del ojo.
Mas, no lo olvidemos, el cine es fundamentalmente narración, y la trama es lo que más se descuida en Marte necesita mamás. Incluso, uno siente que el argumento va a la deriva, como velero en tormenta, con situaciones nunca bien explicadas y con vacíos llenados a pura acción, lo que permite la celeridad de los personajes animados. Esas secuencias de acción se mezclan con mensajes simplones: vano intento fabulador de la película, que habla del amor de las madres de manera trillada.
Insisto, porque es la gran debilidad de este largometraje, las imágenes –aunque bien logradas– parecen hechas para estar en lugar de una narrativa sólida, donde ni siquiera los personajes son interesantes. Son personajes extraños, incluso físicamente, pero no interesantes, por lo que aportan poco al provecho de la película. Todo se queda en el virtuosismo formal o técnico.
De hecho, para repetir una idea ajena que le escuché a un amigo, los personajes son cada uno un maniquí distinto, porque no están bien logradas sus expresiones y nos recuerdan, digo yo, que el cine animado está aún lejos de sustituir a los actores en escena. Se podrán describir muy bien hasta los detalles de la piel, hasta el vello de los personajes, pero no hay nada que ahonde en el “alma” de tales personajes.
Esa es la deficiencia orgánica de la película, por lo que esta se queda colgando de principio a fin, con un pie en el estribo, pero colgando. Vi la “peli” dos veces: en 2D y en 3D, y me quedo con la primera. Su tercera dimensión solo aumenta la profundidad de campo, nada más, es bien comercial: lo que mejor logra es acrecentar el precio del boleto, así de simple.
wílliam venegas
crítico de cine de periódico La Nación
San José, Costa Rica
22 de mayo de 2011
22 de mayo de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El futbol no es mi pasión, aunque sé que el Barcelona está a punto de llevar el balompié a los grados del arte. Aún así, uno puede ir al estadio solo para pasar el rato sin las pasiones adictivas de los más fanáticos. Igual, esta es la mejor actitud para ver la película Piratas del Caribe 4 (2011), dirigida por Rob Marshall. Sin esa neurosis que algunos sufrimos por la búsqueda de arte en las pantallas de cine. Esperar que los estudios Disney se preocupen por darnos cine/arte es como ir tras la fuente de la eterna juventud: ¡una majadería! Y tras esas aguas van los personajes de esta cinta con exceso de peleas, con diálogos reiterativos, con situaciones forzadas y con un romance tonto entre el capitán Sparrow y Angélica (malas actuaciones). La puesta en escena cuenta con millones de dólares a su favor; así que, lógico, está bien lograda. ¿Les recomiendo este filme? Sí, para pasar el rato, pero como hay más arte en el futbol que practica el Barcelona, mejor vean al Barcelona.
http://lahuelladelojo.blogspot.com
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5,7
1.965
3
13 de abril de 2015
13 de abril de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo una película puede comenzar bien y terminar tan mal? Ahora se trata de El último amor del señor Morgan (2013), filme escrito y dirigido por la alemana Sandra Nettelbeck y con actuación del británico Michael Caine. Nos encontramos ante un relato de buen comienzo e interesante al principio. Lo que sucede luego es casi inexplicable. La película pierde fuelle y se hunde en su autocomplacencia: solo queda del ahogado el sombrero: la presencia del actor Michael Caine no es suficiente. Eso sí, en la retina nos queda la exquisita actuación de la joven actriz Clémence Poésy. La historia va a tono del melodrama con un personaje crepuscular: el señor Matt Morgan. Un día, en el bus, en París, el señor Morgan conoce a una jovencita generosa llamada Pauline Laubie (¡aquí Clémence Poésy!) y, entre ellos, surge una galana empatía que roza el más extraño amor. Lo que comienza con deliberado tono poético, como si fuese sonrisa de la vida, empieza a enredarse en sus propios mecates al transcurrir el relato y, entonces, la narración le quema las manos a la directora (pese a tener de base la novela de Françoise Dorner). Pasado el primer tercio, todo parece un despropósito, más bien. En lo que sí este filme no escatima imágenes es para mostrar el encanto de París y esto podría valer el boleto. Eso y Clémence Poésy.
http://lahuelladelojo.blogspot.com
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7,2
7.363
9
11 de mayo de 2015
11 de mayo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, he de jactarme que compartí alguna vez con el director ruso Andréi Zvyagintsev, allá por el 2004. Fue en Costa Rica, mi país, a propósito del estreno de su primera gran película "El regreso" (2003). En aquel momento surgió la pregunta de cómo iba a hacer ese joven ruso (nacido en 1964) para superar la gran calidad de su primer filme. Ahora llega a mi país su más reciente película "Leviatán" (2014). Para algunos críticos, esta es su mejor obra fílmica. Por mi parte, evitaré las comparaciones. Eso sí, me queda claro que Leviatán es gran película que condensa imágenes de gran riqueza conceptual con diálogos vitales.
Su trama es clara alegoría sobre una realidad inmediata; pero, en este caso, sin la cohesión narrativa propia de una obra maestra, porque el filme deja hilos sueltos e, incluso, personajes importantes por ahí abandonados. Por supuesto, eso no quita que Leviatán, de manera sutil, vaya de la sátira al drama, de lo épico a lo trágico y, se le mire como se le mire, resulte cine intenso, brutal y solemne. La lucha de un hombre por no perder la propiedad familiar, apetecida por un alcalde corrupto, asume rasgos de ímpetu dramático como pocas veces se expresa en cine. Es también la lucha del sujeto que ama a su esposa, mientras ella debate su pasión entre dos hombres. Un hijo resulta la víctima de esa vorágine de pasiones llevada con fuerte consumo de vodka. En la trama, el poder político abusivo cuenta con el calculador beneplácito religioso (el sacerdote que convierte la religión en ideología para beneficio propio). He ahí el leviatán del caso: la unión del poder político con el religioso.La película fue acusada de “antirrusa” por el gobierno de Vladimir Putin, por mostrar esa apropiación que funcionarios políticos e iglesia ortodoxa hicieron de bienes públicos, carroñeros al momento de la caída del socialismo. Las imágenes que nos da esta película son de antología (¡esos largos planos!, ¡bravo!), con refuerzo de música vehemente y, sobre todo, señalar sus admirables e impactantes actuaciones. No dejen de ver esta película, ese es mi consejo.
http://lahuelladelojo.blogspot.com
Su trama es clara alegoría sobre una realidad inmediata; pero, en este caso, sin la cohesión narrativa propia de una obra maestra, porque el filme deja hilos sueltos e, incluso, personajes importantes por ahí abandonados. Por supuesto, eso no quita que Leviatán, de manera sutil, vaya de la sátira al drama, de lo épico a lo trágico y, se le mire como se le mire, resulte cine intenso, brutal y solemne. La lucha de un hombre por no perder la propiedad familiar, apetecida por un alcalde corrupto, asume rasgos de ímpetu dramático como pocas veces se expresa en cine. Es también la lucha del sujeto que ama a su esposa, mientras ella debate su pasión entre dos hombres. Un hijo resulta la víctima de esa vorágine de pasiones llevada con fuerte consumo de vodka. En la trama, el poder político abusivo cuenta con el calculador beneplácito religioso (el sacerdote que convierte la religión en ideología para beneficio propio). He ahí el leviatán del caso: la unión del poder político con el religioso.La película fue acusada de “antirrusa” por el gobierno de Vladimir Putin, por mostrar esa apropiación que funcionarios políticos e iglesia ortodoxa hicieron de bienes públicos, carroñeros al momento de la caída del socialismo. Las imágenes que nos da esta película son de antología (¡esos largos planos!, ¡bravo!), con refuerzo de música vehemente y, sobre todo, señalar sus admirables e impactantes actuaciones. No dejen de ver esta película, ese es mi consejo.
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