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10
18 de marzo de 2021
18 de marzo de 2021
88 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
En noviembre de 2017, se estrenaba la ‘Liga de la Justicia’. En los meses previos, entre todo el caos que sonaba desde las oficinas de Warner, idas y venidas, la única luz que tuvimos aquellos fans de DC fue una ‘Wonder Woman’ que, lejos de ser una película perfecta, se alzó como un producto sólido, de una belleza envidiable y con el estilo y sello que caracteriza al director Zack Snyder. Hasta ese momento, ninguna película del macroproyecto DCEU había sido un fracaso comercial. Ni siquiera la tan “odiada” cinta de David Ayer, ‘Escuadrón Suicida’. Tampoco la polémica y divisora cinta ‘Batman v. Superman’, una película ya sí con pleno estilo Snyder, sin la “tutela” de Christopher Nolan, que sí se había involucrado en la primera piedra del proyecto: ‘El hombre de Acero’. Pero ese choque de titanes entre dos colosos de la cultura pop, dos mitos, dos marcas, no consiguió la recaudación deseada por Warner Bros.
Con la mirada más puesta en el vecino, que ya había estrenado dos cintas de Los Vengadores que superaban la barrera de los mil millones, con una Iron Man 3 que también superaba esa cifra, y a sabiendas de que ‘Capitán América: Civil War’ también iba a cosechar otro gran éxito en las taquillas de todo el mundo, Warner quería comer de ese pastel. ¿Quién no querría? Este universo cinematográfico de DC ya tenía un rumbo establecido, una ruta, pero en Warner miraban a su director estrella, Zack Snyder, como el principal y fundamental obstáculo que debían sortear si querían aspirar a tocar el cielo como lo estaba haciendo Marvel Studios.
Una tragedia familiar, lo peor que le puede pasar a un padre, fue el recurso perfecto para un intercambio de cromos. Warner, junto con los ya conocidos como niñeros Geoff Johns y Jon Berg, pusieron a Joss Whedon al frente de la Liga, con el objetivo de recortar y modificar la película y conseguir así un producto accesible, amable para el gran público. Que fuese alegre, colorido, divertido e iluminador. El resultado ya lo conocemos. Y sin tratarse de un mal producto en sí, pues es eficiente, es justo decir que cualquiera debería esperar más de estos mitos del siglo XX adaptados a la pantalla grande. Por tener, ni siquiera tuvimos una banda sonora poderosa. La operística y épica había desaparecido dejando paso al humor, a veces terriblemente infantil, otras veces acertado, pero también en algunas ocasiones, y es pertinente decirlo, de muy mal gusto.
Warner lo sabía, sabía perfectamente lo que había hecho. Desde que se estrenó ‘Liga de la Justicia’, poco a poco se han ido desvelando todas las verdades que han rodeado a este proyecto, las circunstancias que han vivido sus protagonistas. Una película que debería haber sido un acontecimiento para los amantes de la cultura pop y geek, acabó convirtiéndose en la punta de una lanza, como aquella que Superman usa para terminar con DoomsDay y poder salvar su mundo. Esta vez no obtuvimos un mundo salvado, sino uno destruido. ¿Dónde quedó la esperanza? ¿Dónde quedó el amor? ¿Dónde quedó ese anillo?
Un movimiento, una guerra en Internet, dos bandos enfrentados y otros que guardaron silencio. También hubo agresividad. Y radicalismo. Lo hubo por ambas partes. También hubo muchas humillaciones. Hoy, los que lucharon, son héroes. Hicieron honor a la S de Superman que porta en su pecho. Siempre hubo esperanza. También días de oscuridad, pero la chispa siempre estuvo ahí, tan fuerte y tan eterna como el recuerdo de un amor de la adolescencia. Lo que iba a ser un producto pop para las masas, se convirtió en el fenómeno cinematográfico más importante de los últimos años. Con las lágrimas de la tragedia, Zack Snyder tampoco se rindió. Esta película es para él y, más importante, para ella. Es para nosotros. Es para los que creen. Y por ello, es aún más doloroso ponerse en el lugar de Zack Snyder.
Con la mirada más puesta en el vecino, que ya había estrenado dos cintas de Los Vengadores que superaban la barrera de los mil millones, con una Iron Man 3 que también superaba esa cifra, y a sabiendas de que ‘Capitán América: Civil War’ también iba a cosechar otro gran éxito en las taquillas de todo el mundo, Warner quería comer de ese pastel. ¿Quién no querría? Este universo cinematográfico de DC ya tenía un rumbo establecido, una ruta, pero en Warner miraban a su director estrella, Zack Snyder, como el principal y fundamental obstáculo que debían sortear si querían aspirar a tocar el cielo como lo estaba haciendo Marvel Studios.
Una tragedia familiar, lo peor que le puede pasar a un padre, fue el recurso perfecto para un intercambio de cromos. Warner, junto con los ya conocidos como niñeros Geoff Johns y Jon Berg, pusieron a Joss Whedon al frente de la Liga, con el objetivo de recortar y modificar la película y conseguir así un producto accesible, amable para el gran público. Que fuese alegre, colorido, divertido e iluminador. El resultado ya lo conocemos. Y sin tratarse de un mal producto en sí, pues es eficiente, es justo decir que cualquiera debería esperar más de estos mitos del siglo XX adaptados a la pantalla grande. Por tener, ni siquiera tuvimos una banda sonora poderosa. La operística y épica había desaparecido dejando paso al humor, a veces terriblemente infantil, otras veces acertado, pero también en algunas ocasiones, y es pertinente decirlo, de muy mal gusto.
Warner lo sabía, sabía perfectamente lo que había hecho. Desde que se estrenó ‘Liga de la Justicia’, poco a poco se han ido desvelando todas las verdades que han rodeado a este proyecto, las circunstancias que han vivido sus protagonistas. Una película que debería haber sido un acontecimiento para los amantes de la cultura pop y geek, acabó convirtiéndose en la punta de una lanza, como aquella que Superman usa para terminar con DoomsDay y poder salvar su mundo. Esta vez no obtuvimos un mundo salvado, sino uno destruido. ¿Dónde quedó la esperanza? ¿Dónde quedó el amor? ¿Dónde quedó ese anillo?
Un movimiento, una guerra en Internet, dos bandos enfrentados y otros que guardaron silencio. También hubo agresividad. Y radicalismo. Lo hubo por ambas partes. También hubo muchas humillaciones. Hoy, los que lucharon, son héroes. Hicieron honor a la S de Superman que porta en su pecho. Siempre hubo esperanza. También días de oscuridad, pero la chispa siempre estuvo ahí, tan fuerte y tan eterna como el recuerdo de un amor de la adolescencia. Lo que iba a ser un producto pop para las masas, se convirtió en el fenómeno cinematográfico más importante de los últimos años. Con las lágrimas de la tragedia, Zack Snyder tampoco se rindió. Esta película es para él y, más importante, para ella. Es para nosotros. Es para los que creen. Y por ello, es aún más doloroso ponerse en el lugar de Zack Snyder.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Podría pensarse, erróneamente, que todo esto nos debería llevar a un producto absolutamente perfecto, apoteósico y magistral. No, ‘Zack Snyder’s Justice League’ no es perfecta. Todo lo dicho anteriormente refiere a lo que ha rodeado a la película: un camino. La película, aun con esa aura de obra de culto instantáneo, no puede renegar de lo que es: una película sobre superhéroes. Pero esta vez sí, esta vez hemos obtenido aquello que íbamos a recibir. Esta vez sí podemos saludar a la Liga. Vienen acompañados de una banda sonora que resuena y engrandece el espíritu. Esta vez, no quedas únicamente “satisfecho”. Habrá muchos que odiarán esta película. Y tendrán sus razones. Otros que simplemente la odiarán por el mero hecho de odiarla. Estos son inevitables. También habrá aquellos que amarán esta película incondicionalmente como si se tratase de la nueva venida del ángel salvador. Estos también son inevitables. Y también están los que, como yo, han visto esta película y pueden decir que esto sí, definitivamente sí, es cine.
Con personalidad, con estilo, Zack Snyder nos brinda una obra que saluda de tú a tú a grandes joyas del género, como lo son Spider-Man 2 de Sam Raimi, El caballero oscuro de Christopher Nolan o Logan de James Mangold. Una construcción de personajes exquisita, realista y convincente, que nos lleva a la épica más clásica. Cada personaje importa, y cada vez que visionas una pérdida, lo sientes, aunque sea un mero personaje secundario. Hay corazón. Impresionantes escenas de Amy Adams, que nos recuerda que toda película que merezca un reconocimiento desde la temática heroica, debe transmitirnos amor. ¿Por qué luchamos? Lo haces por una niña que quiere crecer y convertirse en su heroína favorita. Lo haces para redimirte por no haber perdonado el pasado. Lo haces porque, a veces, lo único que importa es defender el amor y la vida misma.
La Liga de la Justicia de Zack Snyder no es una obra perfecta. Pero no necesitamos películas perfectas. Necesitamos películas que queden en el recuerdo. Que perduren. Que evoque y emocione. Gracias a los que habéis luchado en primera línea. Ayer luchabais por este “corte”. Mañana lucharemos para que esta historia tenga un final.
Para terminar, me gustaría decir, sin pecar en el oportunismo, que Jared Leto es el Joker que nos merecemos. Me faltan palabras para expresar lo que he sentido al verlo. Mil gracias por ese regalo.
Con personalidad, con estilo, Zack Snyder nos brinda una obra que saluda de tú a tú a grandes joyas del género, como lo son Spider-Man 2 de Sam Raimi, El caballero oscuro de Christopher Nolan o Logan de James Mangold. Una construcción de personajes exquisita, realista y convincente, que nos lleva a la épica más clásica. Cada personaje importa, y cada vez que visionas una pérdida, lo sientes, aunque sea un mero personaje secundario. Hay corazón. Impresionantes escenas de Amy Adams, que nos recuerda que toda película que merezca un reconocimiento desde la temática heroica, debe transmitirnos amor. ¿Por qué luchamos? Lo haces por una niña que quiere crecer y convertirse en su heroína favorita. Lo haces para redimirte por no haber perdonado el pasado. Lo haces porque, a veces, lo único que importa es defender el amor y la vida misma.
La Liga de la Justicia de Zack Snyder no es una obra perfecta. Pero no necesitamos películas perfectas. Necesitamos películas que queden en el recuerdo. Que perduren. Que evoque y emocione. Gracias a los que habéis luchado en primera línea. Ayer luchabais por este “corte”. Mañana lucharemos para que esta historia tenga un final.
Para terminar, me gustaría decir, sin pecar en el oportunismo, que Jared Leto es el Joker que nos merecemos. Me faltan palabras para expresar lo que he sentido al verlo. Mil gracias por ese regalo.
5 de septiembre de 2020
5 de septiembre de 2020
29 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo que tengo muy claro: el mayor enemigo de Disney es Disney.
La segunda edad de oro de Disney marcó un antes y un después en la industria del cine. Las películas de esta compañía no sólo eran "pelis para los peques", eran acontecimientos. La bella y la bestia, El rey león, Hércules, Pocahontas, El jorobado de Notre Dame, Tarzán, Mulán... todas estas películas no sólo han conseguido perdurar como clásicos de la animación, también considero que han envejecido y seguirán envejeciendo extraordinariamente bien.
No veo nada malo en que Disney quiera adaptar al live-action sus grandes joyas, obviando el hecho de que le mueve más a Disney la ambición de llenar sus arcas de dinero que la pretensión artística de querer hacer películas memorables. Aquí en Mulán no es que no haya una pretensión artística, que no la hay, es que directamente no hay alma en esta película. Escenas que parecen filmadas por un novato, una fotografía de lo más convencional, personajes planos salvando a Liu Yifei (que tampoco es que vaya a ser recordada por esto ni mucho menos), una banda sonora que se dedica a hacer remezclas de la banda sonora original de Jerry Goldsmith, unos decorados sin personalidad que por momentos me hacen sentir que se trata de un producto de serie B...
Agradezco que al menos aquí se haya querido ofrecer un producto distinguible de la cinta de animación, y no ofrecer exactamente lo mismo. No obstante, muchos de estos añadidos empeoran el acabado final. Los elementos de fantasía introducidos en el relato, como el personaje de la bruja, no creo que aporten nada (y mira que la actriz Gong Li siempre me ha gustado). La relación de Mulán con su familia apenas tiene un desarrollo mínimamente coherente o dramático. Y la cinta carece de ese sentido del humor tan bueno que tenía la cinta de animación, que, paradójicamente, lograba ser políticamente incorrecto desde la corrección política que tanto caracteriza a las producciones de Disney.
Personalmente creía que me iba a encontrar, al menos, una buena película de acción con escenas cargadas de épica y buenas coreografías. Desde mi humilde conocimiento, un consejo para Disney: si lo que quieres es hacer buenos giros de cámara para darle adrenalina a las escenas, contrata a James Wan, que es el único que sabe cómo hacerlo sin que parezca una estupidez.
La comparativa es que es inevitable, y aunque uno debería analizar esta película independientemente, no dejo de preguntarme si es coherente llevar de nuevo el mito de Mulán al cine (aunque ya fue llevado en 2009) con una película claramente inferior. Y lo peor de esta película es su pobre guión, que carece de toda profundidad y le arranca toda la épica al mito para darnos algo, dicho rápidamente, soso. Sin más. Es una cinta sosa, y por momentos terriblemente aburrida, y con un villano que únicamente podría decirse que es "pasable" pero no llega a verse como un peligro o algo que temer.
Disney, con lo que fuiste y para lo que has quedado. Espero, con toda sinceridad, que quienes hayan pagado por verla en Disney+, la hayan disfrutado y no hayan sentido que han malgastado su dinero en un producto basura.
La segunda edad de oro de Disney marcó un antes y un después en la industria del cine. Las películas de esta compañía no sólo eran "pelis para los peques", eran acontecimientos. La bella y la bestia, El rey león, Hércules, Pocahontas, El jorobado de Notre Dame, Tarzán, Mulán... todas estas películas no sólo han conseguido perdurar como clásicos de la animación, también considero que han envejecido y seguirán envejeciendo extraordinariamente bien.
No veo nada malo en que Disney quiera adaptar al live-action sus grandes joyas, obviando el hecho de que le mueve más a Disney la ambición de llenar sus arcas de dinero que la pretensión artística de querer hacer películas memorables. Aquí en Mulán no es que no haya una pretensión artística, que no la hay, es que directamente no hay alma en esta película. Escenas que parecen filmadas por un novato, una fotografía de lo más convencional, personajes planos salvando a Liu Yifei (que tampoco es que vaya a ser recordada por esto ni mucho menos), una banda sonora que se dedica a hacer remezclas de la banda sonora original de Jerry Goldsmith, unos decorados sin personalidad que por momentos me hacen sentir que se trata de un producto de serie B...
Agradezco que al menos aquí se haya querido ofrecer un producto distinguible de la cinta de animación, y no ofrecer exactamente lo mismo. No obstante, muchos de estos añadidos empeoran el acabado final. Los elementos de fantasía introducidos en el relato, como el personaje de la bruja, no creo que aporten nada (y mira que la actriz Gong Li siempre me ha gustado). La relación de Mulán con su familia apenas tiene un desarrollo mínimamente coherente o dramático. Y la cinta carece de ese sentido del humor tan bueno que tenía la cinta de animación, que, paradójicamente, lograba ser políticamente incorrecto desde la corrección política que tanto caracteriza a las producciones de Disney.
Personalmente creía que me iba a encontrar, al menos, una buena película de acción con escenas cargadas de épica y buenas coreografías. Desde mi humilde conocimiento, un consejo para Disney: si lo que quieres es hacer buenos giros de cámara para darle adrenalina a las escenas, contrata a James Wan, que es el único que sabe cómo hacerlo sin que parezca una estupidez.
La comparativa es que es inevitable, y aunque uno debería analizar esta película independientemente, no dejo de preguntarme si es coherente llevar de nuevo el mito de Mulán al cine (aunque ya fue llevado en 2009) con una película claramente inferior. Y lo peor de esta película es su pobre guión, que carece de toda profundidad y le arranca toda la épica al mito para darnos algo, dicho rápidamente, soso. Sin más. Es una cinta sosa, y por momentos terriblemente aburrida, y con un villano que únicamente podría decirse que es "pasable" pero no llega a verse como un peligro o algo que temer.
Disney, con lo que fuiste y para lo que has quedado. Espero, con toda sinceridad, que quienes hayan pagado por verla en Disney+, la hayan disfrutado y no hayan sentido que han malgastado su dinero en un producto basura.
9
29 de marzo de 2022
29 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película maneja muchos conceptos: adolescencia, vergüenza, pérdida, amor, deseo, miedo, amistad, éxito... Se encarga de meter todos esos conceptos y, con ellos, Hosoda comienza a pinta una obra inspirada en el cuento de 'La bella y la bestia' y con el metaverso y las redes sociales como punto de partida para realizar una crítica y, lo más importante, un canto a la empatía.
Si bien uno puede ver en la obra ciertos giros inesperados que en apariencia casan poco con lo mostrado previamente, lo que Hosoda pretende expresar precisamente es que las redes sociales son, o deberían ser, un punto de encuentro entre personas que pueden llegar a compartir experiencias similares y ver que en realidad no están solos. Es una película con al que es muy fácil empatizar si tienes un mínimo de sensibilidad.
Mención especial a los recursos narrativos utilizados en ciertas escenas para resolver situaciones dramáticas en los personajes. En lo artístico, 'Belle' es una obra enormérrima. El trabajo de animación, pasando del 2D al 3D, es magnífico. El uso de los colores, la composición y la profundidad, todo parece sacado de un sueño.
Desde luego, puede que algún día el metaverso sea así. Hay algo de esperanza en el relato; que ese futuro tan cercano que tenemos a las puertas no sea sólo un saco de odio y discrepancia, sino también una oportunidad de poder sacar lo mejor de nosotros mismos.
Si bien uno puede ver en la obra ciertos giros inesperados que en apariencia casan poco con lo mostrado previamente, lo que Hosoda pretende expresar precisamente es que las redes sociales son, o deberían ser, un punto de encuentro entre personas que pueden llegar a compartir experiencias similares y ver que en realidad no están solos. Es una película con al que es muy fácil empatizar si tienes un mínimo de sensibilidad.
Mención especial a los recursos narrativos utilizados en ciertas escenas para resolver situaciones dramáticas en los personajes. En lo artístico, 'Belle' es una obra enormérrima. El trabajo de animación, pasando del 2D al 3D, es magnífico. El uso de los colores, la composición y la profundidad, todo parece sacado de un sueño.
Desde luego, puede que algún día el metaverso sea así. Hay algo de esperanza en el relato; que ese futuro tan cercano que tenemos a las puertas no sea sólo un saco de odio y discrepancia, sino también una oportunidad de poder sacar lo mejor de nosotros mismos.
6
9 de diciembre de 2018
9 de diciembre de 2018
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El subgénero home invasion nos ha dado películas de gran tensión e incluso terror. Tenemos la primera entrega de La purga, Secuestrados, No respires, Hush, La última casa a la izquierda… muchas películas y algunas muy interesantes o como mínimos decentes. Me gusta este subgénero porque siempre ha sabido encontrar la manera de "reinventarse". Pocas veces la premisa principal repite los mismos elementos.
Ghostland es una película dirigida por Pascal Laugier, un cineasta que conoce bien el género y eso se nota por el trato hacia los personajes. No estamos ante una típica cinta slasher donde mueren adolescentes. El comienzo es bastante convencional, una madre con sus dos hijas se mudan a una antigua casa de un familiar y ya en la casa, durante la noche, sufren la visita de dos personas que pretenden acabar con sus vidas. Pero habrá, para sorpresa del espectador, un importante giro. La violencia está bien presente durante el metraje, aquí no hay tijera ni censura. Hay escenas fuertes y se nota que Laugier no tiene reparo a la hora de construir secuencias que pueden herir la sensibilidad.
No es una cinta que destaque demasiado, pero sí logra diferenciarse gracias al trato psicológico de los personajes. Estamos ante una película de terror psicológico, quizá cerca de lo que Rob Zombie nos ofreció en su duología de Halloween en cuanto a estilo. No obstante, aquí el giro argumental va por otro camino. Ese detalle aporta fuerza al relato, pero personalmente habría pedido que se profundizase un poco más en ello. La idea me parece estupenda, pero la ejecución se diluye entre escena y escena. Eso sí, artísticamente hay que destacar a Danny Nowak por su fotografía. La tonalidad oscura y sobria de la película aporta mucho al relato.
Desde luego, si te gustan las películas violentas y el cine slasher, Ghostland puede ser una muy buena opción. Es una cinta irregular. Podría ejecutarse mejor, podría profundizar algo más, podría ser incluso más violenta y podría explicar mejor algunos detalles sobre el dúo de villanos, aunque creo que la intención del director es precisamente que no tengamos información sobre ellos. Aunque lo de las muñecas no he terminado de pillarlo del todo.
Crítica escrita originalmente en Rubikmag.
Ghostland es una película dirigida por Pascal Laugier, un cineasta que conoce bien el género y eso se nota por el trato hacia los personajes. No estamos ante una típica cinta slasher donde mueren adolescentes. El comienzo es bastante convencional, una madre con sus dos hijas se mudan a una antigua casa de un familiar y ya en la casa, durante la noche, sufren la visita de dos personas que pretenden acabar con sus vidas. Pero habrá, para sorpresa del espectador, un importante giro. La violencia está bien presente durante el metraje, aquí no hay tijera ni censura. Hay escenas fuertes y se nota que Laugier no tiene reparo a la hora de construir secuencias que pueden herir la sensibilidad.
No es una cinta que destaque demasiado, pero sí logra diferenciarse gracias al trato psicológico de los personajes. Estamos ante una película de terror psicológico, quizá cerca de lo que Rob Zombie nos ofreció en su duología de Halloween en cuanto a estilo. No obstante, aquí el giro argumental va por otro camino. Ese detalle aporta fuerza al relato, pero personalmente habría pedido que se profundizase un poco más en ello. La idea me parece estupenda, pero la ejecución se diluye entre escena y escena. Eso sí, artísticamente hay que destacar a Danny Nowak por su fotografía. La tonalidad oscura y sobria de la película aporta mucho al relato.
Desde luego, si te gustan las películas violentas y el cine slasher, Ghostland puede ser una muy buena opción. Es una cinta irregular. Podría ejecutarse mejor, podría profundizar algo más, podría ser incluso más violenta y podría explicar mejor algunos detalles sobre el dúo de villanos, aunque creo que la intención del director es precisamente que no tengamos información sobre ellos. Aunque lo de las muñecas no he terminado de pillarlo del todo.
Crítica escrita originalmente en Rubikmag.

4,9
12.883
4
24 de mayo de 2021
24 de mayo de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprecio y admiro mucho el trabajo de Zack Snyder, pero he de admitir que este subgénero no es lo mío. No obstante, he disfrutado mucho películas como 'Zombieland' o 'Soy leyenda'. Esta cinta, sin embargo, a pesar de manejar algunos conceptos interesantes (aunque no por ello originales), como ver una "jerarquía zombie" o un sentimiento de paternidad en el villano, no muestra fuerza, chispa o garra. No logro empatizar con el grupo protagonista y hasta parece innecesario que exista un componente dramático en sus relaciones.
El guión es atropellado, lo cual no sería un problema si ofreciese grandes dosis de acción, buenos planos, una buena banda sonora, canciones y otros detalles técnicos que cualquier espectador puede esperar de una producción de este estilo. Sin embargo, aquí Zack Snyder peca de eso mismo, de carecer de estilo, lo cual entra en contradicción con sus anteriores trabajos. La fotografía es ausente, plana, sin personalidad. La banda sonora es inexistente y la selección de canciones es, como poco, simplista. Y lo peor es que las escenas de acción tampoco son una maravilla, si bien hay un momento en el que Snyder coquetea con la idea de hacer algún día una película sobre combates aéreos donde sí muestra un atisbo de talento.
Una lástima, aunque tampoco esperaba demasiado.
El guión es atropellado, lo cual no sería un problema si ofreciese grandes dosis de acción, buenos planos, una buena banda sonora, canciones y otros detalles técnicos que cualquier espectador puede esperar de una producción de este estilo. Sin embargo, aquí Zack Snyder peca de eso mismo, de carecer de estilo, lo cual entra en contradicción con sus anteriores trabajos. La fotografía es ausente, plana, sin personalidad. La banda sonora es inexistente y la selección de canciones es, como poco, simplista. Y lo peor es que las escenas de acción tampoco son una maravilla, si bien hay un momento en el que Snyder coquetea con la idea de hacer algún día una película sobre combates aéreos donde sí muestra un atisbo de talento.
Una lástima, aunque tampoco esperaba demasiado.
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