No he encontrado hasta el momento otra película española, ni de ninguna otra nacionalidad que haga referencia a “La guerrita”; aquella actuación patética, una vez más del ejercito español en tierras africanas. Esta vez como digo los paracaidistas españoles tendrán su momento de gloria en Sidi Ifni. Lo que empieza como una comedia de paleto, Jose Luis Ozores ¿Quién si no?, que llega al campamento para que le puteen un rato, termina en plan realista con sus muertitos y todo. No es este país muy dado a recordar sus desastres bélicos. Deberíamos aprender de otras cinematografías como la inglesa por ejemplo recordando sus derrotas a manos de los zulúes, y otras etnias. Claro que aquí no hay dinero para gastárselo en esas cosas. Además igual nos hacen recordar lo estúpidos y cabrones que fuimos con otros pueblos, mejor dar las subvenciones a los de siempre, a los que mejor lamen culos para que sigan haciendo sus rollitos de parejas y tríos. La película no es ninguna maravilla pero simplemente por ser la única que toca el tema de Sidi Ifni debería verse. ¡Ojo! también allí tuvimos nuestros héroes. Y los pobres soldaditos de reemplazo sacrificados por la incompetencia y poca vergüenza de la clase militar franquista.

Homenaje a la selección alemana que ganó el Mundial de 1954. Con en el hilo conductor de un niño amigo de Helmut Rahn, el goleador del equipo, recorremos los días previos al campeonato, su desarrollo y la final. Baño nostálgico en los tiempos que el fútbol no era lo que ha llegado a ser, aunque fuese camino de ello.
Wortmann ha cuidado los detalles de ambientación en todos los aspectos, sin olvidarse de lo referente al fútbol. Balones, equipamiento, botas, campos de juego porterías que nos hacen recordar aquella época sin encontrar los anacronismos que vimos por ejemplo en “Evasión o victoria”. Nos cuenta uno de los avance tecnológicos del equipo alemán(ver spoiler),charlas en el vestuario, ruedas de prensa. En los créditos finales vemos desfilar las dos completas alineaciones de los combinados alemán y húngaro que jugaron la final. Veremos trotar a Puskas con el mismo peinado y constitución física que le recordamos de su paso por la liga española. Me he molestado en buscar fotos de la final real y seguro que los que todavía se acuerden de aquellos jugadores verán en los actores que los interpretan parecidos razonables. El look de los componentes de las dos selecciones da muy bien el pego. Los jugadores tiene al menos constitución de jugadores de fútbol, no como el Matt Damon de Eastwood convertido milagrosamente en enano jugador de rugby.
Vemos un pueblo ilusionado con algo que le haga salir de su sorda realidad. Todavía están llegando prisioneros de los campos de concentración rusos y el hambre es una constante para la población alemana. Sueñan, como otro pueblo que yo me conozco, con ganar una final. Ellos tratan de olvidar un presente problemático y a un dictador muerto cinco años atrás. Al pueblo que me conozco al menos el dictador se les murió hace unos treinta y tantos años y el último fascista en el poder cayó hace seis más o menos. Los alemanes ganaron en Berna, el otro pueblo ya veremos.
Si no te gusta el fútbol, probablemente te aburras soberanamente en el último tramo de la película, si quieres ver una película de fútbol tendrás que armarte de valor en la primera mitad.¿Por qué? Porque como siempre el guión deja bastante que desear. Las subtramas lastran la película continuamente. Nos cuesta enterarnos que es lo que se nos va a contar y cuando vemos que la final de Berna es en realidad lo que le importa al director, tenemos la sensación de que a la larga nos han enchufado un peli homenaje a sus héroes particulares del 54.
Espero que el homenaje a "la roja", si llega a producirse, tenga al menos la calidad estética indudable, ningún pero a la fotografía y puesta en escena de la película de Wortmann, y no nos torturen con ninguna basura como es habitual en todas las película españolas que han tenido el fútbol como protagonista.

Podía tenerlo todo. Basada en un best seller, que no quiere decir sinónimo de calidad.
Perfectamente ambientada. Muy bien interpretada. Hasta Bill Nighy consigue contener su histrionismo. Sólo nos falla el director, que no sabe darle el ritmo necesario en ningún momento, que alarga muchas escenas innecesariamente, con unas elipsis de juzgado de guardia y consigue que la película se haga mucho mar aburrida de lo que debería haber sido.

¿Pero dónde has estado, no sabes qué hora es? Frases como esta me harté de escuchar a mi madre, las madres de mis amigos y demás madres que poblaron mi mundo infantil. Las mismas frases se repitieron durante décadas para expresar la preocupación, y angustia de una mamá en cuanto sus hijos no estaban donde debían, cuando debían. He visto madres a punto de caer desmayadas al ir a buscar sus niños al cole porque han tardado diez minutos en aparecer. Otto tuvo que ser huérfano de madre y no haber ido nunca a buscar a sus hijos al colegio para no saber cómo se angustia una madre cuando intuye, con o sin razón, problemas para sus hijos. La mamá de Bunny: no. La mamá de Bunny durante dos tercios de la película prácticamente no reacciona al no encontrar a su hija. Se me ocurren dos posibilidades: o Otto la está dirigiendo horriblemente, o Carol Lynley es una actriz horrorosa.
La penosa actuación de Miss Lake no nos permite meternos en una trama que a duras penas se mantiene a base de un torpe suspense. La cuadrilla de secundarios en personajes increíbles no colaboran a que lleguemos a preocuparnos de verdad por lo que le ha pasado a la niña. Mención especial para Noel Coward que aparece siempre en el momento preciso para hacer que la película no avance y deleitarnos con unas cuantas secuencias que lo mejor que se podía haber hecho con ellas era suprimirlas.
En la última media hora aparece el loco de diseño, expresamente creado para que el guión pueda tener razón de ser. La historia del cine, americano principalmente, está plagada de dementes como éste cuya locura principal es asociarse con el guionista para que la historia intente funcionar. Como en este caso raramente lo consiguen.
Preminger vuelve a decepcionarme una vez más. Si queréis ver algo de él, de memoria recomiendo "Porgy and Bess", al menos Armstrong y Ella Fitzgerald nos deleitan con sus interpretaciones.

Como ya se ha llevado bastantes palos la peli, comparto todos, iré a otra cosa. No me aburrí, sin más. La película me generaba un gran suspense, a mí, no se si al resto de los espectadores, tengo mis dudas. El suspense me lo producía el saber si los guionistas iban a ser capaces de solucionar tres escenas del libro que no me las creo ni harto de pacharán. Concreto las tres escenas restantes en el spoiler.