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Críticas ordenadas por utilidad
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6,4
37.169
7
12 de septiembre de 2017
12 de septiembre de 2017
59 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
En general, y hasta que llegó Frank Darabont, las adaptaciones al cine de historias de Stephen King han sido bastan te irregulares. Si, es cierto que hay algunas buenas (estoy pensando por ejemplo de Carrie (la primera, de Brian DePalma) o en El Resplandor (de Kubrick), aunque ninguna de las dos me llega a convencer del todo, o incluso en Misery.
Pero quitando estas honrosas excepciones, las adaptaciones de novelas de King al cine suelen dar pena. Hasta que llegó Darabont, que con Cadena Perpetua, La milla verde, y luego en menor medida con La Niebla, demostró que se pueden hacer grandísimas películas basándose en sus obras. Curiosamente creo que las mejores adaptaciones de King, aquellas en las que la película supera a la literatura, parten de novelas “menores” (no malas, pero si que es verdad que no de las importantes) de King.
Así que la adaptación de It, en principio partía con todas las papeletas para ser una más del montón, sobre todo teniendo en cuenta que It es de las mejores novelas de Stephen King (para mi gusto, de hecho, es lo mejor que ha escrito nunca). Además ya había tenido una adaptación más bien mediocre (el It de 1990, aunque es verdad que era para TV: una miniserie de 3 horas dividida en dos capítulos, en el que se notaban que la falta presupuesto para lograr el efecto buscado).
Realmente, si habéis leído suficientes historias de King, os sonará el tema del grupito de amigos durante la infancia. De hecho “Cuenta conmigo” (o mejor dicho el cuento en el que se basa (El cuerpo) fue como una especie de ensayo general para el grupo de “perdedores” de It.
Creo que el gran acierto de la película ha sido no ir a por todas (no intentar hacer una adaptación completa de la novela), ser fiel al fondo de la novela aunque no del todo a la forma, es decir renunciar a contar todos los episodios de la historia que ocurren en el libro, pero no traicionar el espíritu del mismo. Por supuesto los más significativos están: la escena del lavabo, o lo que en el libro se denomina “la apocalíptica pelea a pedradas”. Pero otros muchos no (el que más hecho en falta es el de los Barrens y lo que Ben llama “agujeros Morlock”).
En realidad es lógico: It es una de las novelas más largas de Stephen King (y eso que King no suele escribir precisamente novelas cortitas), tiene más de 1200 páginas, y la historia se cuenta paralelamente en 2 momentos diferentes: el pasado, cunado los protagonistas son niños es una mitad. El presente cunado los protagonistas son adultos, es la otra. Y a eso hay que añadir lo que en el libro se llaman los “Interludios”, es decir capítulos que cuentan lo que ha sucedido en otros momentos de la historia de la ciudad de Derry, en pasados “ciclos” de horror de 28 años.
La película renuncia a contar los interludios y se queda sólo con la parte de la historia en la que los protagonistas son niños. Pero aún así te quedan más de 500 páginas de libro para adaptar. Demasiadas, a no ser que quieras hacer una serie de TV (de hecho siempre he pensado que It merecería una serie de TV (con factura del tipo HBO) para tener una buena adaptación que le haga justicia). Así que tienes que renunciar a lago. Y en general creo que los guionistas han acertado a la hora de decidir con que se quedan y que cosas abandonan, para no hacer la película demasiado larga (y eso que lo es, supera con creces las dos horas) ni tediosa (a mí por lo menos no me aburrió en ningún momento, durando lo que dura).
En realidad al final lo que vas a tener va a ser una miniserie (otra vez) porque la segunda parte ya está anunciada, y contará la parte de la historia en la que los personajes son adultos (y que en el libro se iba alternado con la historia de los niños). Sospecho que esta será peor, más que nada porque ya no tendrás los elementos de camaradería, aventuras e inocencia de un grupo de chavales de 11 años,… pero ya veremos.
Por cierto, una curiosidad: en el libro la historia se desarrolla en dos momentos. El “pasado”, cuando los personajes son niños, es decir finales de los años 50, y el “presente”, cuando los personajes son adultos. Pero claro, el presente de cuando se escribió la novela, es decir mediados de los años 80. La película toma la decisión de desplazar toda la historia 30 años en el tiempo, de forma que la segunda parte (la historia de los adultos) se desarrollará en nuestro presente, y por tanto la historia de los niños, el “pasado”, tiene lugar a mediados de los 80. Esto no hace que la historia se resienta en absoluto, y además aprovecha el tirón de historias con “look ochentero” y con una pandilla de niños que también supo explotar Stranger Things el año pasado. Pero recordad una cosa: si It (la película) os recuerda demasiado a Stranger Things, no es porque la copie, es que Stranger Things le debe mucho (muchísimo) a It (la novela).
La adaptación no es perfecta, eso seguro, pero desde luego es más que digna y por lo menos no insulta a la novela, como otras tantas adaptaciones de King. De hecho creo que donde más flojea es justamente en la parte del terror. Ya dije antes que esto no solo era una historia de terror, de monstruos y de casas encantadas, sino que además era una historia de amistad entre un grupito de amigos. Buenos, pues donde más reproches hay que hacerle a la película es precisamente en re-crear ese clima de terror infantil que tan logrado está en el libro. Y eso que presupuesto (para hacer a Pennywise y sus manifestaciones lo bastante aterradoras) lo tiene… pero no está tan conseguida esa parte de la historia como las otras.
En cualquier caso les ha quedado una historia entretenida, más que aceptable, que te gustará si te gustan cosas como Stranger Things, los Goonies o Cuenta conmigo, aunque desde luego no supera al original, a la novela de la que parte.
Más en: el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2017/09/it-tu-tambien-floraras.html
Pero quitando estas honrosas excepciones, las adaptaciones de novelas de King al cine suelen dar pena. Hasta que llegó Darabont, que con Cadena Perpetua, La milla verde, y luego en menor medida con La Niebla, demostró que se pueden hacer grandísimas películas basándose en sus obras. Curiosamente creo que las mejores adaptaciones de King, aquellas en las que la película supera a la literatura, parten de novelas “menores” (no malas, pero si que es verdad que no de las importantes) de King.
Así que la adaptación de It, en principio partía con todas las papeletas para ser una más del montón, sobre todo teniendo en cuenta que It es de las mejores novelas de Stephen King (para mi gusto, de hecho, es lo mejor que ha escrito nunca). Además ya había tenido una adaptación más bien mediocre (el It de 1990, aunque es verdad que era para TV: una miniserie de 3 horas dividida en dos capítulos, en el que se notaban que la falta presupuesto para lograr el efecto buscado).
Realmente, si habéis leído suficientes historias de King, os sonará el tema del grupito de amigos durante la infancia. De hecho “Cuenta conmigo” (o mejor dicho el cuento en el que se basa (El cuerpo) fue como una especie de ensayo general para el grupo de “perdedores” de It.
Creo que el gran acierto de la película ha sido no ir a por todas (no intentar hacer una adaptación completa de la novela), ser fiel al fondo de la novela aunque no del todo a la forma, es decir renunciar a contar todos los episodios de la historia que ocurren en el libro, pero no traicionar el espíritu del mismo. Por supuesto los más significativos están: la escena del lavabo, o lo que en el libro se denomina “la apocalíptica pelea a pedradas”. Pero otros muchos no (el que más hecho en falta es el de los Barrens y lo que Ben llama “agujeros Morlock”).
En realidad es lógico: It es una de las novelas más largas de Stephen King (y eso que King no suele escribir precisamente novelas cortitas), tiene más de 1200 páginas, y la historia se cuenta paralelamente en 2 momentos diferentes: el pasado, cunado los protagonistas son niños es una mitad. El presente cunado los protagonistas son adultos, es la otra. Y a eso hay que añadir lo que en el libro se llaman los “Interludios”, es decir capítulos que cuentan lo que ha sucedido en otros momentos de la historia de la ciudad de Derry, en pasados “ciclos” de horror de 28 años.
La película renuncia a contar los interludios y se queda sólo con la parte de la historia en la que los protagonistas son niños. Pero aún así te quedan más de 500 páginas de libro para adaptar. Demasiadas, a no ser que quieras hacer una serie de TV (de hecho siempre he pensado que It merecería una serie de TV (con factura del tipo HBO) para tener una buena adaptación que le haga justicia). Así que tienes que renunciar a lago. Y en general creo que los guionistas han acertado a la hora de decidir con que se quedan y que cosas abandonan, para no hacer la película demasiado larga (y eso que lo es, supera con creces las dos horas) ni tediosa (a mí por lo menos no me aburrió en ningún momento, durando lo que dura).
En realidad al final lo que vas a tener va a ser una miniserie (otra vez) porque la segunda parte ya está anunciada, y contará la parte de la historia en la que los personajes son adultos (y que en el libro se iba alternado con la historia de los niños). Sospecho que esta será peor, más que nada porque ya no tendrás los elementos de camaradería, aventuras e inocencia de un grupo de chavales de 11 años,… pero ya veremos.
Por cierto, una curiosidad: en el libro la historia se desarrolla en dos momentos. El “pasado”, cuando los personajes son niños, es decir finales de los años 50, y el “presente”, cuando los personajes son adultos. Pero claro, el presente de cuando se escribió la novela, es decir mediados de los años 80. La película toma la decisión de desplazar toda la historia 30 años en el tiempo, de forma que la segunda parte (la historia de los adultos) se desarrollará en nuestro presente, y por tanto la historia de los niños, el “pasado”, tiene lugar a mediados de los 80. Esto no hace que la historia se resienta en absoluto, y además aprovecha el tirón de historias con “look ochentero” y con una pandilla de niños que también supo explotar Stranger Things el año pasado. Pero recordad una cosa: si It (la película) os recuerda demasiado a Stranger Things, no es porque la copie, es que Stranger Things le debe mucho (muchísimo) a It (la novela).
La adaptación no es perfecta, eso seguro, pero desde luego es más que digna y por lo menos no insulta a la novela, como otras tantas adaptaciones de King. De hecho creo que donde más flojea es justamente en la parte del terror. Ya dije antes que esto no solo era una historia de terror, de monstruos y de casas encantadas, sino que además era una historia de amistad entre un grupito de amigos. Buenos, pues donde más reproches hay que hacerle a la película es precisamente en re-crear ese clima de terror infantil que tan logrado está en el libro. Y eso que presupuesto (para hacer a Pennywise y sus manifestaciones lo bastante aterradoras) lo tiene… pero no está tan conseguida esa parte de la historia como las otras.
En cualquier caso les ha quedado una historia entretenida, más que aceptable, que te gustará si te gustan cosas como Stranger Things, los Goonies o Cuenta conmigo, aunque desde luego no supera al original, a la novela de la que parte.
Más en: el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2017/09/it-tu-tambien-floraras.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un poco de contexto (para quien no se haya leído la novela): Derry es un aburrido pueblecito de Maine (esos que retrata tan bien Stephen King) en el que nunca deberái pasar nada salvo que pasa, aunque pocos presten atención. Cada 28 años, hay una especie de oleada en el que aumenta el número de crímenes, y el de desastres y accidentes que provocan muchos muertos, y sobre todo empiezan a desaparecer niños y a desvanecerse sin dejar rastro. Esto se prolonga durante algunos meses, más o menos un año, y luego la cosa vuelve a calmarse, durante otras tres décadas, en los que la gente parece olvidarse del horror.
La historia lo que cuenta es uno de estos ciclos, desde el punto de vista de un grupito de niños, un grupito de siete que se forma y acaban siendo amigos y enfrentándose al horror. Más que (o mejor dicho, además de) una historia de terror es una historia de amistad entre un grupo de niños (creo que en el original tiene 11 o 12 años) en un mundo de adultos que parece no estar muy consciente de lo que pasa, y enfrentándose tanto al horror cotidiano (la pandilla de matones) como al extraordinario, al que ellos llaman It, que se tradujo como “Eso” (aunque quizás la traducción más correcta sería “Ello”) a falta de un nombre mejor, y pro que no saben lo que es exactamente.
Eso parece tener predilección por los niños, y adopta varias formas, en general la de aquello que los aterroriza (con lo cual es distinto para cada uno) o la de aquello que pueda servir para atraerlos. Y su encarnación mas icónica es la de un payaso: Pennywise, el “payaso bailarín”. Ni que decir tiene que este Pennywise está muchisimo más logrado que el de la adaptación de 1990 (que parecía más un Ronald McDonald cualquiera).
Lo de “perdedores” es el nombre que ellos mismos se auto-adjudican: el club de los perdedores, porque son el grupito de inadaptados o incomprendidos, esos que no son populares, ni son la pandilla de matoncillos del colegio. Y la composición del grupo lo refleja: está Bill, el líder, pero que además es el tartamudo, Ben, el segundón, pero que además es el gordo y el empollón del grupo, Mike, el negro (no debe ser fácil ser negro en un pueblo de nueva Inglaterra donde la mayoría de la población es blanca), Stan el chico judío (otra minoría), Eddie, el niño enfermizo (tiene asma) e hipocondríaco asfixiado por una madre sobreprotectora, Ritchie, el bocazas y graciosillo del grupo (al que su capacidad para siempre una réplica mordaz y no saber cerrar la boca le ha causado más de un problema con los chicos mayores), y Beverly, una niña (la única del grupo, lo cual no es demasiado raro pues a esa edad de 10 o 12 años las pandillas de chicos no suelen estar muy interesados en las niñas) con un padre abusivo y maltratador.
Mira que es difícil encontrar un reparto con niños, que sean creíbles, o que al menos no te den ganas de estrangular por repipis, pero la verdad es que en la película si está bastante conseguido, especialmente el papel de Beverly, que sería eso que los americanos llaman “white trash”, es decir, blancos, sí, pero pobres, y por tanto de una clase social “inferior”. Además le da su punto “disruptor” a la pandilla de amigos, pues sirve para introducir el factor romántico, aunque esto es más bien una historia de amistad, no de amor (Ben, el segundo, empollón gordo y acomplejado está enamorado de Beverly, la chica del grupo, pero a Beverly le gusta Bill, el carismático líder el grupo).
La historia lo que cuenta es uno de estos ciclos, desde el punto de vista de un grupito de niños, un grupito de siete que se forma y acaban siendo amigos y enfrentándose al horror. Más que (o mejor dicho, además de) una historia de terror es una historia de amistad entre un grupo de niños (creo que en el original tiene 11 o 12 años) en un mundo de adultos que parece no estar muy consciente de lo que pasa, y enfrentándose tanto al horror cotidiano (la pandilla de matones) como al extraordinario, al que ellos llaman It, que se tradujo como “Eso” (aunque quizás la traducción más correcta sería “Ello”) a falta de un nombre mejor, y pro que no saben lo que es exactamente.
Eso parece tener predilección por los niños, y adopta varias formas, en general la de aquello que los aterroriza (con lo cual es distinto para cada uno) o la de aquello que pueda servir para atraerlos. Y su encarnación mas icónica es la de un payaso: Pennywise, el “payaso bailarín”. Ni que decir tiene que este Pennywise está muchisimo más logrado que el de la adaptación de 1990 (que parecía más un Ronald McDonald cualquiera).
Lo de “perdedores” es el nombre que ellos mismos se auto-adjudican: el club de los perdedores, porque son el grupito de inadaptados o incomprendidos, esos que no son populares, ni son la pandilla de matoncillos del colegio. Y la composición del grupo lo refleja: está Bill, el líder, pero que además es el tartamudo, Ben, el segundón, pero que además es el gordo y el empollón del grupo, Mike, el negro (no debe ser fácil ser negro en un pueblo de nueva Inglaterra donde la mayoría de la población es blanca), Stan el chico judío (otra minoría), Eddie, el niño enfermizo (tiene asma) e hipocondríaco asfixiado por una madre sobreprotectora, Ritchie, el bocazas y graciosillo del grupo (al que su capacidad para siempre una réplica mordaz y no saber cerrar la boca le ha causado más de un problema con los chicos mayores), y Beverly, una niña (la única del grupo, lo cual no es demasiado raro pues a esa edad de 10 o 12 años las pandillas de chicos no suelen estar muy interesados en las niñas) con un padre abusivo y maltratador.
Mira que es difícil encontrar un reparto con niños, que sean creíbles, o que al menos no te den ganas de estrangular por repipis, pero la verdad es que en la película si está bastante conseguido, especialmente el papel de Beverly, que sería eso que los americanos llaman “white trash”, es decir, blancos, sí, pero pobres, y por tanto de una clase social “inferior”. Además le da su punto “disruptor” a la pandilla de amigos, pues sirve para introducir el factor romántico, aunque esto es más bien una historia de amistad, no de amor (Ben, el segundo, empollón gordo y acomplejado está enamorado de Beverly, la chica del grupo, pero a Beverly le gusta Bill, el carismático líder el grupo).
8
22 de enero de 2014
22 de enero de 2014
43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe un puente casi 8 Km entre Suecia y Dinamarca, llamado el Puente de Øresund, (aunque realmente no sólo es el puente, también hay una isla artificial y un túnel) que desde el año 2000 une Malmö por un lado con Copenhague por otro y que es administrado conjuntamente por los dos países.
Esta serie, Bron|Broen, también es una coproducción entre Dinamarca y Suecia, y está ambientada a caballo, literalmente entre los dos países, o mejor dicho, entre las das dos ciudades que une el puente. De hecho, su título (doble) significa precisamente eso: El Puente, en los dos idiomas (Bron en danés y Broen en sueco).
La serie es de obligada visión a los que les guste el cine negro o el thriller policiaco, y más aún si eres aficionado a la novela negra de autores escandinavos. Y sobre todo si eras fan de The Killing, o aún más de su original, la serie danesa Forbrydelsen.
Lo del puente es la excusa argumental para una magnífica trama policíaca, de esas oscuras (literalmente), soberbiamente ambientada y con un manejo del ritmo magistral a la hora de ir dando información al espectador.
Digo excusa porque la serie comienza cuando, una noche las luces del puente se apagan, y, al amparo de la oscuridad, un coche se para justo en el centro y deja el cadáver de una mujer cruzado sobre la calzada.
La mujer es una concejala sueca de la ciudad de Malmö, así que la policía de suecia (la detective Saga Noren) se presenta para hacerse cargo del caso. Pero, para su sorpresa, cuando van a levantar el cadáver, se dan cuenta de que está cortado por la cintura. Es más, el cadáver ha sido depositado, casi al milímetro, sobre la línea fronteriza: medio cuerpo está en Suecia y medio cuerpo en Dinamarca.
Así que Saga tendrá que llevar la investigación conjuntamente con un policía danés: Martin Rhode, sobre todo cuando en la autopsia identifican que, en realidad, las dos mitades corresponden a dos cuerpos diferentes, y que la otra mitad es de una prostituta drogadicta danesa que había sido dada por desaparecida... hacía más de un año.
Con este arranque tan potente comienza una trama policíaca en la que Saga y Martin tendrán que colaborar en la investigación para dar caza a un retorcido asesino, y que se basa sobre todo en la peculiar química que hay entre los dos personajes, que no pueden ser más distintos:
Martin es un hombre campechano, moreno, regordete, que se está quedando calvo y tiene una barba rala. Es llano, franco, simpático; capaz de reirse de si mismo y de bromear sobre su forma de pronunciar el sueco. Un hombre de familia, separado y vuelto a casar. Tiene sus problemas con su hijo adolescente y con su actual mujer, que sobrelleva con su trabajo de policía.
En cambio Saga es todo lo opuesto: es una rubia sueca soltera que vive sola y vive sólo para el trabajo. Seca, glaciar, antipática, siempre pegada al manos libres del móvil sin proponérselo, y bastante carente de habilidades sociales: dice lo que piensa cuando se le antoja. Incapaz de reirse ni de si misma ni de nadie, porque no pilla el sarcasmo. Para entendernos: un poco al estilo del personaje de Sheldon Cooper de Big Bang Theory, pero en rubia sueca y sin ningún elemento de comedia). Es antológica la escena en la que sale a ligar, cuando decide que esa noche no quiere dormir sola, y la "depurada" técnica que usa para ello.
Por ejemplo, cuando comienzan a colaborar, mientras Saga lee un informe sentada a su escritorio y Martin no para de pasear arriba y abajo poniéndola nerviosa, le dice:
- ¿Por qué no te quieres sentar?
- Porque me duele, ahí abajo.
- ¿?
- Me hice la vasectomía ayer. Tengo cinco hijos con tres mujeres. Y eso es suficiente. ¿Tú tienes hijos?
- ¿Por qué debería tenerlos?
- Era solo una pregunta...
- Conozco a muchos que debería hacérsela.
- ¿?
- No tú, seguramente eres un gran padre.
Con ese choque de caracteres tan peculiar, no parece probable que la investigación vaya a estar exenta de problemas, de hecho, los policías de Malmö, los propios compañeros de Saga, que conocen de sobra cómo es, le preguntan a su jefe, el inspector:
- ¿Saga llevará este caso?
- Sí
- ¿Junto con un policía danés?
- Sí.
- ¿Él sabe que ella es algo... “especial”?
- Si no lo sabe, se enterará.
Pero ojo. No quiere decir que sea sólo la gran química que hay entre la pareja protagonista lo que sostiene la serie.
La ambientación es puramente film noir: multitud de escenas nocturnas de ambas ciudades y de sus puertos, iluminadas por esas luces de cesio industriales, amarillentas (las noches urbanas, las reales, son amarillas, por las luces que se usan hoy, no azuladas, como en muchas películas se empeñan en mostrar). Y cuando no es de noche, seguramente lo que se enseña es un día gris, plomizo, nublado.
Y sobre todo la trama... Ya en el primer episodio se nos van revelando, con vueltas de tuerca sucesivas piezas de información sobre el misterioso asesino, y sobre todo sus motivaciones.
Porque el asesino elige como su portavoz a Daniel, un periodista sueco, muy exitoso, completamente pagado de si mismo, y engreído hasta el extremo.
Pero además hay otros personajes, a cual más inquietante por cierto, como por ejemplo Stefan, una especie de trabajador social de Malmö que ayuda a mujeres victimas de la violencia de sus parejas, o Charlotte Söringen, una mujer rica y desesperada por lo lograr un donante para el transplante de corazón de su marido.
Diez magníficos episodios de una hora del mejor cine negro sueco o danés, y una segunda temporada con un caso distinto. Resulta imprescindible si te gustó Forbrydelsen. De hecho, como ocurrió con aquella, los americanos ya han hecho un remake: The Bridge. Con The Killing les salió bien la jugada...
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/01/bron-broen-el-puente.html
Esta serie, Bron|Broen, también es una coproducción entre Dinamarca y Suecia, y está ambientada a caballo, literalmente entre los dos países, o mejor dicho, entre las das dos ciudades que une el puente. De hecho, su título (doble) significa precisamente eso: El Puente, en los dos idiomas (Bron en danés y Broen en sueco).
La serie es de obligada visión a los que les guste el cine negro o el thriller policiaco, y más aún si eres aficionado a la novela negra de autores escandinavos. Y sobre todo si eras fan de The Killing, o aún más de su original, la serie danesa Forbrydelsen.
Lo del puente es la excusa argumental para una magnífica trama policíaca, de esas oscuras (literalmente), soberbiamente ambientada y con un manejo del ritmo magistral a la hora de ir dando información al espectador.
Digo excusa porque la serie comienza cuando, una noche las luces del puente se apagan, y, al amparo de la oscuridad, un coche se para justo en el centro y deja el cadáver de una mujer cruzado sobre la calzada.
La mujer es una concejala sueca de la ciudad de Malmö, así que la policía de suecia (la detective Saga Noren) se presenta para hacerse cargo del caso. Pero, para su sorpresa, cuando van a levantar el cadáver, se dan cuenta de que está cortado por la cintura. Es más, el cadáver ha sido depositado, casi al milímetro, sobre la línea fronteriza: medio cuerpo está en Suecia y medio cuerpo en Dinamarca.
Así que Saga tendrá que llevar la investigación conjuntamente con un policía danés: Martin Rhode, sobre todo cuando en la autopsia identifican que, en realidad, las dos mitades corresponden a dos cuerpos diferentes, y que la otra mitad es de una prostituta drogadicta danesa que había sido dada por desaparecida... hacía más de un año.
Con este arranque tan potente comienza una trama policíaca en la que Saga y Martin tendrán que colaborar en la investigación para dar caza a un retorcido asesino, y que se basa sobre todo en la peculiar química que hay entre los dos personajes, que no pueden ser más distintos:
Martin es un hombre campechano, moreno, regordete, que se está quedando calvo y tiene una barba rala. Es llano, franco, simpático; capaz de reirse de si mismo y de bromear sobre su forma de pronunciar el sueco. Un hombre de familia, separado y vuelto a casar. Tiene sus problemas con su hijo adolescente y con su actual mujer, que sobrelleva con su trabajo de policía.
En cambio Saga es todo lo opuesto: es una rubia sueca soltera que vive sola y vive sólo para el trabajo. Seca, glaciar, antipática, siempre pegada al manos libres del móvil sin proponérselo, y bastante carente de habilidades sociales: dice lo que piensa cuando se le antoja. Incapaz de reirse ni de si misma ni de nadie, porque no pilla el sarcasmo. Para entendernos: un poco al estilo del personaje de Sheldon Cooper de Big Bang Theory, pero en rubia sueca y sin ningún elemento de comedia). Es antológica la escena en la que sale a ligar, cuando decide que esa noche no quiere dormir sola, y la "depurada" técnica que usa para ello.
Por ejemplo, cuando comienzan a colaborar, mientras Saga lee un informe sentada a su escritorio y Martin no para de pasear arriba y abajo poniéndola nerviosa, le dice:
- ¿Por qué no te quieres sentar?
- Porque me duele, ahí abajo.
- ¿?
- Me hice la vasectomía ayer. Tengo cinco hijos con tres mujeres. Y eso es suficiente. ¿Tú tienes hijos?
- ¿Por qué debería tenerlos?
- Era solo una pregunta...
- Conozco a muchos que debería hacérsela.
- ¿?
- No tú, seguramente eres un gran padre.
Con ese choque de caracteres tan peculiar, no parece probable que la investigación vaya a estar exenta de problemas, de hecho, los policías de Malmö, los propios compañeros de Saga, que conocen de sobra cómo es, le preguntan a su jefe, el inspector:
- ¿Saga llevará este caso?
- Sí
- ¿Junto con un policía danés?
- Sí.
- ¿Él sabe que ella es algo... “especial”?
- Si no lo sabe, se enterará.
Pero ojo. No quiere decir que sea sólo la gran química que hay entre la pareja protagonista lo que sostiene la serie.
La ambientación es puramente film noir: multitud de escenas nocturnas de ambas ciudades y de sus puertos, iluminadas por esas luces de cesio industriales, amarillentas (las noches urbanas, las reales, son amarillas, por las luces que se usan hoy, no azuladas, como en muchas películas se empeñan en mostrar). Y cuando no es de noche, seguramente lo que se enseña es un día gris, plomizo, nublado.
Y sobre todo la trama... Ya en el primer episodio se nos van revelando, con vueltas de tuerca sucesivas piezas de información sobre el misterioso asesino, y sobre todo sus motivaciones.
Porque el asesino elige como su portavoz a Daniel, un periodista sueco, muy exitoso, completamente pagado de si mismo, y engreído hasta el extremo.
Pero además hay otros personajes, a cual más inquietante por cierto, como por ejemplo Stefan, una especie de trabajador social de Malmö que ayuda a mujeres victimas de la violencia de sus parejas, o Charlotte Söringen, una mujer rica y desesperada por lo lograr un donante para el transplante de corazón de su marido.
Diez magníficos episodios de una hora del mejor cine negro sueco o danés, y una segunda temporada con un caso distinto. Resulta imprescindible si te gustó Forbrydelsen. De hecho, como ocurrió con aquella, los americanos ya han hecho un remake: The Bridge. Con The Killing les salió bien la jugada...
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/01/bron-broen-el-puente.html
Serie

7,7
6.071
8
5 de septiembre de 2014
5 de septiembre de 2014
40 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de esta serie (Happy Valley, valle feliz), junto con la imagen de cabecera donde se inserta el mismo no puede ser más sarcástico. Ya desde el primer momento las imágenes que se muestran durante la sintonía misma, y la propia letra de la sintonía (Trouble Town de Jake Bugg) contradicen ese nombre:
Atrapado en una ciudad llena de obstáculos
donde la única cosa bonita es el pensamiento de escapar.
Todo lo que tienes es tu subsidio y apenas si sobrevives.
En esta ciudad conflictiva, se encuentran a los problemas.
En esta ciudad conflictiva, se encuentra a los idiotas.
El valle al que se refiere el título y donde se desarrolla la serie (en West Yorkshire, Inglaterra) puede que una vez fuera feliz, pero desde luego no en estos días.
Lo que una vez fue una comarca rica y próspera, con industria y valles verdes casi idílicos, hoy se nos muestra en la serie como una zona empobrecida, donde el paro (sobre todo juvenil) y las drogas provocan delincuencia, hastío y un montón de vidas desperdiciadas. Barrios de casas adosadas grisáceas, ennegrecidas, y algunos bloque de pisos enormes de vez en cuando. No es que la delincuencia sea algo opresivo, ni que los crímenes violentos sean escandalosamente llamativos, pero el ambiente de zona deprimida y deprimente está innegablemente presente.
Allí es donde vive Catherine, la protagonista de la seria, una sargento de policía local, en una zona rural, dura y con carácter, pero íntegra, trabajadora y realista respecto a su comunidad y a como son las cosas.
Catherine tiene cuarenta y muchos años, dos hijos (una de ellas muerta años atrás y otro que no le habla), está divorciada y vive con su hermana exdrogadicta en rehabilitación criando a su nieto (huérfano) de ocho años de edad. Así que, si la vida profesional de Catherine no es precisamente muy “happy”, tampoco es que su vida personal sea una maravilla.
Decía en el título que esta serie podría ser algo así como Fargo, pero situada en la campiña inglesa en vez de en la inmensidad nevada de Dakota del Norte. Le falta el humor negro de los hermanos Coen, y por supuesto la sargento inglesa de esta serie no es como Frances McDormand, la jefa de policía que salía en Fargo, pero la premisa de la historia es la misma.
¿Qué pasa cuando gente normal y corriente, no criminales, acuciados por la necesidad de dinero planean un crimen sin víctimas? Algo de lo que a priori no debería salir dañado nadie. ¿Qué pasa si se en el trabajito se involucran delincuentes más profesionales pero de medio pelo al fin y al cabo?... Pues que las cosas pueden acabar torciéndose.
Uno de los miembros de la pequeña comunidad es Nevison, al que todos llaman Nev, un próspero empresario que si bien no es precisamente multimillonario, si disfruta de una situación económica mucho más cómoda que la de la mayoría. Así que ¿por qué no aprovecharlo? ¿Por qué no pedir un recate por su hija? No se trata de hacerle daño a la chica, claro, sólo asustarlo, de conseguir el dinero y luego devolvérsela. Un crimen sin víctimas,… salvo la saneada cuenta corriente de Nev.
Como veis, la premisa es parecida a la de Fargo, sobre todo porque quien necesita el dinero, al que se le ocurre la idea del secuestro, no es alguien que tenga ni los medios ni las agallas para hacerlo, y necesita contar con otros. Luego la serie y la película de los Coen evolucionan de forma distinta.
Esta serie ha sido una grata sorpresa, una de las mejores series nuevas que se han estrenado este 2014. Con ritmo, realista, y magníficamente interpretada. Normalmente estamos acostumbradas a series policíacas americanas más estilizadas, más apabullantes, donde hay virulentos asesinos en serie, crímenes truculentos,… pero no, en esta serie, quizá por ser inglesa, todo respira verosimilitud y realismo (sucio, pero realismo). En ese sentido me recuerda un poco a Broadchurch.
Aparte de la historia, lo que sostiene de verdad el peso de la serie es la interpretación de la protagonista, Catherine, la sargento de policía. Además de sus problemas profesionales, y sobre todo los que desencadenan la historia, su vida personal también dista bastante de ser perfecta.
Su matrimonio se fue al traste cuando, 8 años a tras, su hija que fue violada y tuvo el niño, no pudo soportarlo y se suicidó. Ahora cuida de su nieto, el hijo no querido de su hija y el nieto no querido de su exmarido. El violador y padre del niño nunca fue juzgado por aquello, pero ha estado los últimos 8 años en la cárcel por tráfico de drogas, y ahora va a ser puesto en libertad.
Los cuatro primeros episodios de la serie son magníficos, tiene la duración y el ritmo justos, pasan las cosas que tiene que pasar y nada suena a coincidencia forzada, todo parece natural y fluido. Y si la serie se hubiese quedado ahí, en esos 4 episodios de una hora de duración, habría sido una serie de sobresaliente.
Además me gustan este tipo de historias cerradas, que se resuelven en una temporada, o incluso series de una sola temporada, donde no es necesario alarga artificialmente la trama año tras año.
¿Dónde está la parte negativa para mi gusto? Pues en que alargan la serie dos episodios más. Realmente podría haber acabado en el episodio 4, y ahorrarse los dos últimos. El ritmo decrece, el tono de la serie es distinto, el caso ya está resuelto, pero…
Otra cosa preocupante es que, al parecer debido al éxito, han decidio hacer otra segunda temporada. Supongo que con se tratará de una historia independiente, un caso distinto. Espero que no acaben fastidiándola.
Aún así, muy buena serie, merece la pena verla, podría haber sido casi perfecta, se queda en bastante buena. Merece la pena verla.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/09/happy-valley-fargo-en-la-campina-inglesa.html
Atrapado en una ciudad llena de obstáculos
donde la única cosa bonita es el pensamiento de escapar.
Todo lo que tienes es tu subsidio y apenas si sobrevives.
En esta ciudad conflictiva, se encuentran a los problemas.
En esta ciudad conflictiva, se encuentra a los idiotas.
El valle al que se refiere el título y donde se desarrolla la serie (en West Yorkshire, Inglaterra) puede que una vez fuera feliz, pero desde luego no en estos días.
Lo que una vez fue una comarca rica y próspera, con industria y valles verdes casi idílicos, hoy se nos muestra en la serie como una zona empobrecida, donde el paro (sobre todo juvenil) y las drogas provocan delincuencia, hastío y un montón de vidas desperdiciadas. Barrios de casas adosadas grisáceas, ennegrecidas, y algunos bloque de pisos enormes de vez en cuando. No es que la delincuencia sea algo opresivo, ni que los crímenes violentos sean escandalosamente llamativos, pero el ambiente de zona deprimida y deprimente está innegablemente presente.
Allí es donde vive Catherine, la protagonista de la seria, una sargento de policía local, en una zona rural, dura y con carácter, pero íntegra, trabajadora y realista respecto a su comunidad y a como son las cosas.
Catherine tiene cuarenta y muchos años, dos hijos (una de ellas muerta años atrás y otro que no le habla), está divorciada y vive con su hermana exdrogadicta en rehabilitación criando a su nieto (huérfano) de ocho años de edad. Así que, si la vida profesional de Catherine no es precisamente muy “happy”, tampoco es que su vida personal sea una maravilla.
Decía en el título que esta serie podría ser algo así como Fargo, pero situada en la campiña inglesa en vez de en la inmensidad nevada de Dakota del Norte. Le falta el humor negro de los hermanos Coen, y por supuesto la sargento inglesa de esta serie no es como Frances McDormand, la jefa de policía que salía en Fargo, pero la premisa de la historia es la misma.
¿Qué pasa cuando gente normal y corriente, no criminales, acuciados por la necesidad de dinero planean un crimen sin víctimas? Algo de lo que a priori no debería salir dañado nadie. ¿Qué pasa si se en el trabajito se involucran delincuentes más profesionales pero de medio pelo al fin y al cabo?... Pues que las cosas pueden acabar torciéndose.
Uno de los miembros de la pequeña comunidad es Nevison, al que todos llaman Nev, un próspero empresario que si bien no es precisamente multimillonario, si disfruta de una situación económica mucho más cómoda que la de la mayoría. Así que ¿por qué no aprovecharlo? ¿Por qué no pedir un recate por su hija? No se trata de hacerle daño a la chica, claro, sólo asustarlo, de conseguir el dinero y luego devolvérsela. Un crimen sin víctimas,… salvo la saneada cuenta corriente de Nev.
Como veis, la premisa es parecida a la de Fargo, sobre todo porque quien necesita el dinero, al que se le ocurre la idea del secuestro, no es alguien que tenga ni los medios ni las agallas para hacerlo, y necesita contar con otros. Luego la serie y la película de los Coen evolucionan de forma distinta.
Esta serie ha sido una grata sorpresa, una de las mejores series nuevas que se han estrenado este 2014. Con ritmo, realista, y magníficamente interpretada. Normalmente estamos acostumbradas a series policíacas americanas más estilizadas, más apabullantes, donde hay virulentos asesinos en serie, crímenes truculentos,… pero no, en esta serie, quizá por ser inglesa, todo respira verosimilitud y realismo (sucio, pero realismo). En ese sentido me recuerda un poco a Broadchurch.
Aparte de la historia, lo que sostiene de verdad el peso de la serie es la interpretación de la protagonista, Catherine, la sargento de policía. Además de sus problemas profesionales, y sobre todo los que desencadenan la historia, su vida personal también dista bastante de ser perfecta.
Su matrimonio se fue al traste cuando, 8 años a tras, su hija que fue violada y tuvo el niño, no pudo soportarlo y se suicidó. Ahora cuida de su nieto, el hijo no querido de su hija y el nieto no querido de su exmarido. El violador y padre del niño nunca fue juzgado por aquello, pero ha estado los últimos 8 años en la cárcel por tráfico de drogas, y ahora va a ser puesto en libertad.
Los cuatro primeros episodios de la serie son magníficos, tiene la duración y el ritmo justos, pasan las cosas que tiene que pasar y nada suena a coincidencia forzada, todo parece natural y fluido. Y si la serie se hubiese quedado ahí, en esos 4 episodios de una hora de duración, habría sido una serie de sobresaliente.
Además me gustan este tipo de historias cerradas, que se resuelven en una temporada, o incluso series de una sola temporada, donde no es necesario alarga artificialmente la trama año tras año.
¿Dónde está la parte negativa para mi gusto? Pues en que alargan la serie dos episodios más. Realmente podría haber acabado en el episodio 4, y ahorrarse los dos últimos. El ritmo decrece, el tono de la serie es distinto, el caso ya está resuelto, pero…
Otra cosa preocupante es que, al parecer debido al éxito, han decidio hacer otra segunda temporada. Supongo que con se tratará de una historia independiente, un caso distinto. Espero que no acaben fastidiándola.
Aún así, muy buena serie, merece la pena verla, podría haber sido casi perfecta, se queda en bastante buena. Merece la pena verla.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/09/happy-valley-fargo-en-la-campina-inglesa.html
7
29 de abril de 2016
29 de abril de 2016
38 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace muchos años, casi cualquier cosa que escriba Stephen King tiene el éxito garantizado, (y eso que no todo lo que escribe es bueno), así que la tentación de adaptarlo al cine o la TV es demasiado alta como para dejarla pasar.
Muchos directores, entre ellos muy conocidos y famosos lo han intentado llevar al cine, con resultados desiguales (tuvo que llegar Frank Darabont para que se le empezara a sacar todo el partido a King en pantalla grande). A la TV se lo ha intentado adaptar en menos ocasiones, pero los resultados tampoco han sido especialmente buenos.
La más reciente (que yo recuerde) fue la infame La Cúpula: un ejemplo de manual de los pasos que hay que seguir para arruinar una historia que parte de una buena idea y unos buenos personajes, simplemente serializándola y estirándola como chicle hasta el infinito (bueno hasta que te la cancelen pro baja audiencia).
¿Qué tiene pues de distinto 11.22.63 para no ser otro fiasco? (Por mucho que esté metido J.J. Abrams en el proyecto
Bueno, pues la respuesta es simple: no hay temporadas, no hay prolongación innecesaria de la historia, no hay más historia que la King escribió (mejor o peor adaptada, dejándose atrás unas cosas e inventándose otras,... lo que queráis, pero es una historia cerrada: 8 episodios y se acabó. (Deberían tomar ejemplo más a menudo los que se dedican a hacer series).
A ver, antes de empezar: no he leído la novela. Así que no se si está bien o mal adaptada y mi percepción de lo buena o lo mala que sea la serie viene sólo de esta, sin estar influenciada por el original. Así que allá vamos.
Como en la mayoría de las historias de King, el protagonista es un alter ego de si mismo, alguien que se dedica a lo que él hace o hacía en el pasado: King es escritor, fue profesor de literatura,... incluso celador en un hotel de temporada... ¿os suena? Bueno pues, aquí el protagonista es un profesor de literatura (James Franco) que tiene un amigo que regenta un dinner, una de esas cafeterías típicas americanas.
Y (aquí la cosa arranca rápido, no se andan con chiquitas con preliminares), su amigo se está muriendo de cáncer, así que le cuenta un secreto y le encarga una misión.
El secreto es que en la despensa de su cafetería hay una especie de portal a otro mundo, o mejor dicho a este mundo, pero a otro tiempo, al año 1960. Puedes entrar y salir cada vez que quieras, pero siempre apareces en el mismo instante de 1960, no importa cuanto tiempo pasaras allí la última vez ni lo que hicieras: el portal siempre se resetea.
Y la misión es... impedir que maten a Kennedy. Su viejo amigo le confiesa que ya lo ha intentado antes sin conseguirlo, y que ha pasado años allí intentándolo (al fin y al cabo el portal te lleva tres años antes de la muerte de JFK), investigando, informándose....
La verdad es que esto fue una de las cosas que más me desconcertó: no se explica nada, no se cuenta porqué está allí es portal, que es o deja de ser, no se le da suspense de ningún tipo a este planteamiento, simplemente se revela de golpe. Está muy claro que lo que interesa es lo otro: no tanto el hecho de retroceder en el tiempo, sino el de evitar el asesinato de Kennedy, y de paso darnos la propia de versión de King de que pasó o dejó de pasar en el magnicidio más famoso de la historia.
A partir de ahí la trama avanza de forma más regular. El profesor del siglo XXI tiene que adaptarse a vivir y pensar como un americano medio de principio de los años 60, y no solo en temas superficiales como en la manera de vestir, el corte de pelo, etc.
También tiene que adaptarse a la mentalidad de la época, donde es raro que las mujeres trabajen, donde todavía hay segregación racial en muchos estados (y concretamente en un estado sureño como es Texas), etc.
Así que se pone manos a la obra: cambia su look, se muda a Texas, se busca un trabajo que le haga de tapadera (bueno, realmente el mismo trabajo que ya tiene: profesor de literatura en un instituto, solo que ahora en los 60), y consigue los recursos económicos que necesita haciendo apuestas deportivas más o menos discretas (como si de Regreso al Futuro se tratara, él sabe quien va a ganar cada combate o cada partido, pero si es demasiado ambicioso con las apuestas puede llamar demasiado la atención.
Mientras tanto tiene por delante casi tres años para avanzar en su investigación, para encontrar a Lee Harvey Ostwald, ponerlo bojo vigilancia y tratar de averiguar si realmente fue él o no fue más que un chivo expiatorio, si actuó sólo o si era parte de una conspiración mayor,… y para tomar la decisión de cómo actuar para evitar el asesinato en función de lo que averigüe.
Aunque King es famoso por sus historias de terror, esta no lo es. Es más, quitando la excusa argumental que da pié a la historia, tiene relativamente pocos elementos sobrenaturales. Me gusta sobre todo la idea de que el pasado “se resiste a ser cambiado”, y que hará todo lo posible para entorpecer la misión de este profesor de instituto. Por ejemplo, para mantener el suspense, es muy llamativa la aparición –de vez en cuando- de ese tipo con pinta de vagabundo que parece reconocer al extraño venido del futuro como lo que es, y que advierte con un ominoso “No deberías estar aquí”.
En definitiva, una serie agradable de ver, más que correcta, aunque no sea una de las obras maestras de la televisión. Y lo más importante: cerrada. La historia se plantea, se desarrolla y acaba, no hay que esperar nuevas temporadas ni hay que ir inventando sobre la marcha año tras año.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2016/04/112263-no-deberias-estar-aqui.html
Muchos directores, entre ellos muy conocidos y famosos lo han intentado llevar al cine, con resultados desiguales (tuvo que llegar Frank Darabont para que se le empezara a sacar todo el partido a King en pantalla grande). A la TV se lo ha intentado adaptar en menos ocasiones, pero los resultados tampoco han sido especialmente buenos.
La más reciente (que yo recuerde) fue la infame La Cúpula: un ejemplo de manual de los pasos que hay que seguir para arruinar una historia que parte de una buena idea y unos buenos personajes, simplemente serializándola y estirándola como chicle hasta el infinito (bueno hasta que te la cancelen pro baja audiencia).
¿Qué tiene pues de distinto 11.22.63 para no ser otro fiasco? (Por mucho que esté metido J.J. Abrams en el proyecto
Bueno, pues la respuesta es simple: no hay temporadas, no hay prolongación innecesaria de la historia, no hay más historia que la King escribió (mejor o peor adaptada, dejándose atrás unas cosas e inventándose otras,... lo que queráis, pero es una historia cerrada: 8 episodios y se acabó. (Deberían tomar ejemplo más a menudo los que se dedican a hacer series).
A ver, antes de empezar: no he leído la novela. Así que no se si está bien o mal adaptada y mi percepción de lo buena o lo mala que sea la serie viene sólo de esta, sin estar influenciada por el original. Así que allá vamos.
Como en la mayoría de las historias de King, el protagonista es un alter ego de si mismo, alguien que se dedica a lo que él hace o hacía en el pasado: King es escritor, fue profesor de literatura,... incluso celador en un hotel de temporada... ¿os suena? Bueno pues, aquí el protagonista es un profesor de literatura (James Franco) que tiene un amigo que regenta un dinner, una de esas cafeterías típicas americanas.
Y (aquí la cosa arranca rápido, no se andan con chiquitas con preliminares), su amigo se está muriendo de cáncer, así que le cuenta un secreto y le encarga una misión.
El secreto es que en la despensa de su cafetería hay una especie de portal a otro mundo, o mejor dicho a este mundo, pero a otro tiempo, al año 1960. Puedes entrar y salir cada vez que quieras, pero siempre apareces en el mismo instante de 1960, no importa cuanto tiempo pasaras allí la última vez ni lo que hicieras: el portal siempre se resetea.
Y la misión es... impedir que maten a Kennedy. Su viejo amigo le confiesa que ya lo ha intentado antes sin conseguirlo, y que ha pasado años allí intentándolo (al fin y al cabo el portal te lleva tres años antes de la muerte de JFK), investigando, informándose....
La verdad es que esto fue una de las cosas que más me desconcertó: no se explica nada, no se cuenta porqué está allí es portal, que es o deja de ser, no se le da suspense de ningún tipo a este planteamiento, simplemente se revela de golpe. Está muy claro que lo que interesa es lo otro: no tanto el hecho de retroceder en el tiempo, sino el de evitar el asesinato de Kennedy, y de paso darnos la propia de versión de King de que pasó o dejó de pasar en el magnicidio más famoso de la historia.
A partir de ahí la trama avanza de forma más regular. El profesor del siglo XXI tiene que adaptarse a vivir y pensar como un americano medio de principio de los años 60, y no solo en temas superficiales como en la manera de vestir, el corte de pelo, etc.
También tiene que adaptarse a la mentalidad de la época, donde es raro que las mujeres trabajen, donde todavía hay segregación racial en muchos estados (y concretamente en un estado sureño como es Texas), etc.
Así que se pone manos a la obra: cambia su look, se muda a Texas, se busca un trabajo que le haga de tapadera (bueno, realmente el mismo trabajo que ya tiene: profesor de literatura en un instituto, solo que ahora en los 60), y consigue los recursos económicos que necesita haciendo apuestas deportivas más o menos discretas (como si de Regreso al Futuro se tratara, él sabe quien va a ganar cada combate o cada partido, pero si es demasiado ambicioso con las apuestas puede llamar demasiado la atención.
Mientras tanto tiene por delante casi tres años para avanzar en su investigación, para encontrar a Lee Harvey Ostwald, ponerlo bojo vigilancia y tratar de averiguar si realmente fue él o no fue más que un chivo expiatorio, si actuó sólo o si era parte de una conspiración mayor,… y para tomar la decisión de cómo actuar para evitar el asesinato en función de lo que averigüe.
Aunque King es famoso por sus historias de terror, esta no lo es. Es más, quitando la excusa argumental que da pié a la historia, tiene relativamente pocos elementos sobrenaturales. Me gusta sobre todo la idea de que el pasado “se resiste a ser cambiado”, y que hará todo lo posible para entorpecer la misión de este profesor de instituto. Por ejemplo, para mantener el suspense, es muy llamativa la aparición –de vez en cuando- de ese tipo con pinta de vagabundo que parece reconocer al extraño venido del futuro como lo que es, y que advierte con un ominoso “No deberías estar aquí”.
En definitiva, una serie agradable de ver, más que correcta, aunque no sea una de las obras maestras de la televisión. Y lo más importante: cerrada. La historia se plantea, se desarrolla y acaba, no hay que esperar nuevas temporadas ni hay que ir inventando sobre la marcha año tras año.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2016/04/112263-no-deberias-estar-aqui.html
15 de octubre de 2012
15 de octubre de 2012
49 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto que en Filmaffinty hay 2 críticas para esta película, y me he decidido a escribir una tercera porque ninguna de las dos valora realmente la película. Una de ellas pone a parir la ideología de la autora de la novela en la que se basa y la otra pone a parir la a la primera crítica.
Sin entrar a discutir la ideología de Ayn Rand (que a unos les resultará deplorable y a otros ideal) y tratando de valorar la película solamente desde un punto de vista puramente cinematográfico, creo que se trata de una película fallida por muchos motivos.
No se si esta se ha estrenado en cines o si ha ido directamente al mercado de DVD y TV (me suena más lo segundo, por lo menos en España) y no me extraña. Para empezar la idea de dividir la adaptación de una novela como esta (que es muy larga, casi 1300 páginas) en tres películas es arriesgada, y no les ha salido demasiado bien, pues hace que las películas independientes no funcionen demasiado bien: hay sólo un planteamiento y presentación de personajes, pero no hay desarrollo de la historia, y por supuesto no hay desenlace alguno. Es como si vieses el primer capítulo de una serie, sin cerrarse nada, sin resolverse nada.
Pero es que el material del que parte tampoco permite hacer grandes virguerías: literariamente hablado La rebelión de Atlas es mediocre, por mucho que pese a la legión de seguidores que tiene la novela y la filosofía que destila (el objetivismo). Principalmente porque la autora utiliza la novela como mero vehículo para expresar su filosofía, ejemplificándola con un tono demasiado “didáctico”, pero olvidando el lado ameno que una obra literaria debería tener. Y la película hereda eso.
No es que sea una ley universal aquello de que de una buena novela suele salir una película inferior (aunque suele ser verdad en la práctica) pero el hecho es aquí se parte ya de una mala novela (repito, literariamente hablando, no entro a juzgar la ideología que destila, que me gustará más o menos como por ejemplo me gustará o no la del Acorazado Potemkim, independientemente de lo que me parezca la película) con lo cual había bastantes oportunidades de mejorar el material…
Pero no. El hecho de no intentar renunciar a nada y de dividir la historia en capítulos le pesa, y aunque lucha por intentar presentar unos personajes interesantes, con cierta profundidad que los aleje de estereotipos planos, naufraga en el intento en la mayoría de las ocasiones, cosa que al menos Rand no hacía. Acaban importándote muy poco las motivaciones de Dagny, su hermano James, Hank Rearden, etc. Y además también falla bastante estrepitosamente en exponer la ideología de Rand, el objetivismo.
Dudo mucho que alguien que no conozca esa filosofía política salga con una idea clara de lo que pensaba Rand son sólo ver la película, pero os aseguro que leyendo la novela si que queda clara; de hecho ese es el principal inconveniente de la novela: es prácticamente un tratado de filosofía, dialogado, largo, farragoso, espeso y poco ameno.
Si queréis saber más sobre el tema os invito a leer esto: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/09/la-rebelion-de-atlas.html
Por cierto, tras leer las dos críticas anteriores: efectivamente la ideología de la película, de la novela y de Rand no es fascismo, de hecho es tan opuesto al fascismo como lo es al comunismo, porque Rand y el objetivismo son completamente contrarios a cualquier forma de totalitarismo y de intervención del estado en la economía y la vida de los ciudadanos. De hecho estaría más cercana al anarquismo libertario, si no fuera porque también es una filosofía totalmente individualista, completamente opuesta a cualquier forma de colectivización.
Sin entrar a discutir la ideología de Ayn Rand (que a unos les resultará deplorable y a otros ideal) y tratando de valorar la película solamente desde un punto de vista puramente cinematográfico, creo que se trata de una película fallida por muchos motivos.
No se si esta se ha estrenado en cines o si ha ido directamente al mercado de DVD y TV (me suena más lo segundo, por lo menos en España) y no me extraña. Para empezar la idea de dividir la adaptación de una novela como esta (que es muy larga, casi 1300 páginas) en tres películas es arriesgada, y no les ha salido demasiado bien, pues hace que las películas independientes no funcionen demasiado bien: hay sólo un planteamiento y presentación de personajes, pero no hay desarrollo de la historia, y por supuesto no hay desenlace alguno. Es como si vieses el primer capítulo de una serie, sin cerrarse nada, sin resolverse nada.
Pero es que el material del que parte tampoco permite hacer grandes virguerías: literariamente hablado La rebelión de Atlas es mediocre, por mucho que pese a la legión de seguidores que tiene la novela y la filosofía que destila (el objetivismo). Principalmente porque la autora utiliza la novela como mero vehículo para expresar su filosofía, ejemplificándola con un tono demasiado “didáctico”, pero olvidando el lado ameno que una obra literaria debería tener. Y la película hereda eso.
No es que sea una ley universal aquello de que de una buena novela suele salir una película inferior (aunque suele ser verdad en la práctica) pero el hecho es aquí se parte ya de una mala novela (repito, literariamente hablando, no entro a juzgar la ideología que destila, que me gustará más o menos como por ejemplo me gustará o no la del Acorazado Potemkim, independientemente de lo que me parezca la película) con lo cual había bastantes oportunidades de mejorar el material…
Pero no. El hecho de no intentar renunciar a nada y de dividir la historia en capítulos le pesa, y aunque lucha por intentar presentar unos personajes interesantes, con cierta profundidad que los aleje de estereotipos planos, naufraga en el intento en la mayoría de las ocasiones, cosa que al menos Rand no hacía. Acaban importándote muy poco las motivaciones de Dagny, su hermano James, Hank Rearden, etc. Y además también falla bastante estrepitosamente en exponer la ideología de Rand, el objetivismo.
Dudo mucho que alguien que no conozca esa filosofía política salga con una idea clara de lo que pensaba Rand son sólo ver la película, pero os aseguro que leyendo la novela si que queda clara; de hecho ese es el principal inconveniente de la novela: es prácticamente un tratado de filosofía, dialogado, largo, farragoso, espeso y poco ameno.
Si queréis saber más sobre el tema os invito a leer esto: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/09/la-rebelion-de-atlas.html
Por cierto, tras leer las dos críticas anteriores: efectivamente la ideología de la película, de la novela y de Rand no es fascismo, de hecho es tan opuesto al fascismo como lo es al comunismo, porque Rand y el objetivismo son completamente contrarios a cualquier forma de totalitarismo y de intervención del estado en la economía y la vida de los ciudadanos. De hecho estaría más cercana al anarquismo libertario, si no fuera porque también es una filosofía totalmente individualista, completamente opuesta a cualquier forma de colectivización.
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