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7,8
30.051
8
24 de noviembre de 2008
24 de noviembre de 2008
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Establece textualmente la ley una justa norma de vida que no resulta fácil de cumplir. En más de una ocasión he compartido con un mendigo circunstancias que a los dos nos impedían concluir si el otro era digno. Aún me queda por ser hermano de un príncipe, aunque hubo un momento en el que estuve cerca de alcanzar ese parentesco con un hombre que bien pudiera haber sido un auténtico rey y que me prometió la posesión de un reino, con su ejército, sus tribunales de justicia, sus impuestos y su gobierno al completo. Mucho me temo que hoy mi rey ha muerto, y si deseo una corona habré de procurármela yo mismo."
--------------
Las mejores palabras son un "Todo empezó", y unos versos que atesoren el instante.
El sol maduro para la aventura y la historia, y en un exceso sublime en ocasiones escogido la épica.
Un "Todo empezó" en su justo tiempo establece textualmente la ley.
Que el viento sople fuerte, que el desierto sea cálido, y la montaña alta.
Si subes a la colina y gritas tu nombre lucharás por la eternidad.
Nosotros mientras te esperaremos abajo.
--------------
--------------
Una noche él me dijo:
...Hay que practicar un universo en todo ello; reiremos y beberemos hasta que salga el sol.
Al despertar seremos reyes o mendigos.
No podemos mantenernos alejados siempre. Somos conscientes de todo.
En ese punto indeterminado que se acerca seremos pasto del olvido o de la nada.
Nosotros lo hemos elegido, y seguiremos avanzando.
--------------
A glorious band, the chosen few
on whom the Spirit came;
twelve valiant saints, their hope they knew,
and mocked the cross and flame.
They met the tyrant's brandished steel,
the lion's gory mane;
they bowed their heads the death to feel:
who follows in their train?
--------------
Las mejores palabras son un "Todo empezó", y unos versos que atesoren el instante.
El sol maduro para la aventura y la historia, y en un exceso sublime en ocasiones escogido la épica.
Un "Todo empezó" en su justo tiempo establece textualmente la ley.
Que el viento sople fuerte, que el desierto sea cálido, y la montaña alta.
Si subes a la colina y gritas tu nombre lucharás por la eternidad.
Nosotros mientras te esperaremos abajo.
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Una noche él me dijo:
...Hay que practicar un universo en todo ello; reiremos y beberemos hasta que salga el sol.
Al despertar seremos reyes o mendigos.
No podemos mantenernos alejados siempre. Somos conscientes de todo.
En ese punto indeterminado que se acerca seremos pasto del olvido o de la nada.
Nosotros lo hemos elegido, y seguiremos avanzando.
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A glorious band, the chosen few
on whom the Spirit came;
twelve valiant saints, their hope they knew,
and mocked the cross and flame.
They met the tyrant's brandished steel,
the lion's gory mane;
they bowed their heads the death to feel:
who follows in their train?
17 de mayo de 2009
17 de mayo de 2009
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se llamaba Wendy.
Era demasiado bella para ser de este mundo. Para ser mortal -pero lo era.
Tenía los labios -carmesí corazón- y los ojos -celeste infinito- más hermosos. Y procuraba que las estrellas estuvieran alineadas.
-Para encontrar el camino, de vuelta a casa.
Mas no hay que sobreentender nada.
Un hogar es un hogar sólo en la medida en que el tiempo
hace crujir las paredes y la madera del suelo,
y crepitar la chimenea,
a lo largo de los años.
Sólo en este sentido podremos entender la dulce traición de Wendy.
---
Dicen que Peter Pan, mucho antes de conocerla a Ella,
también decidió regresar;
pero que se topó con los barrotes de hierro
cubriendo la ventana.
-Salomon tenía razón: no hay segunda oportunidad, no la hay para la mayoría de nosotros.
Cuando llegamos a la ventana ya es tarde,
y es la Hora de Cerrar.
Una vez más, pero esta vez la última -esta vez sí-,
el tiempo le había traicionado.
---
Y dicen también que mucho, mucho tiempo -tiempo- después,
a lo largo de los años más allá de afuera se escuchará un sonido.
(Ella tenía el rostro más dulce que imaginarse pueda.
Y como un recurso de la suerte,
obrará con presteza:
el tiempo dañará su memoria,
pero no su cuidado.)
Mucho tiempo después Ella -y sólo Ella- se acercará a la ventana,
lenta pero velozmente,
vigilada
por la única fuerza de su espíritu eternamente infantil -el de Él-,
y la hallará cerrada.
Sacará la cabeza y afuera ya no habrá nadie,
no habrá nada,
tan sólo un latido.
Más allá de las estrellas borrosas
Él,
se habrá ido.
Ni siquiera Peter Pan merece una Wendy tan hermosa.
--- Canción de abordaje de Neverland (esta vez sí) ---
Mucho tiempo después -esta vez ya, esta vez sí-,
bajo la bruma de un Londres victoriano,
la estela de un barco rasgará este velo gris,
al lado de un reloj
adormilado.
La historia se volverá a contar
así,
pero eso ya no importa demasiado.
Recordaréis el día en que un niño de mirada insolente osó
enfrentarse a los días, y a Garfio.
De esta parte del mundo a este prado
del sueño
gritó
Peter Pan sobre el mar su decisión
y su legado:
Cuando llegue el momento la abriré. La abriré.
La ventana. Las luces. El tic-tac de este trágico hado.
Y mi destino será perdurar
eternamente,
a su lado.
-No quiero crecer, Wendy. Adiós.
Nunca te olvidaré.
En la noche de las noches el más
dulce y constante dedal en sus labios,
con el más dulce amor fue depositado.
Era demasiado bella para ser de este mundo. Para ser mortal -pero lo era.
Tenía los labios -carmesí corazón- y los ojos -celeste infinito- más hermosos. Y procuraba que las estrellas estuvieran alineadas.
-Para encontrar el camino, de vuelta a casa.
Mas no hay que sobreentender nada.
Un hogar es un hogar sólo en la medida en que el tiempo
hace crujir las paredes y la madera del suelo,
y crepitar la chimenea,
a lo largo de los años.
Sólo en este sentido podremos entender la dulce traición de Wendy.
---
Dicen que Peter Pan, mucho antes de conocerla a Ella,
también decidió regresar;
pero que se topó con los barrotes de hierro
cubriendo la ventana.
-Salomon tenía razón: no hay segunda oportunidad, no la hay para la mayoría de nosotros.
Cuando llegamos a la ventana ya es tarde,
y es la Hora de Cerrar.
Una vez más, pero esta vez la última -esta vez sí-,
el tiempo le había traicionado.
---
Y dicen también que mucho, mucho tiempo -tiempo- después,
a lo largo de los años más allá de afuera se escuchará un sonido.
(Ella tenía el rostro más dulce que imaginarse pueda.
Y como un recurso de la suerte,
obrará con presteza:
el tiempo dañará su memoria,
pero no su cuidado.)
Mucho tiempo después Ella -y sólo Ella- se acercará a la ventana,
lenta pero velozmente,
vigilada
por la única fuerza de su espíritu eternamente infantil -el de Él-,
y la hallará cerrada.
Sacará la cabeza y afuera ya no habrá nadie,
no habrá nada,
tan sólo un latido.
Más allá de las estrellas borrosas
Él,
se habrá ido.
Ni siquiera Peter Pan merece una Wendy tan hermosa.
--- Canción de abordaje de Neverland (esta vez sí) ---
Mucho tiempo después -esta vez ya, esta vez sí-,
bajo la bruma de un Londres victoriano,
la estela de un barco rasgará este velo gris,
al lado de un reloj
adormilado.
La historia se volverá a contar
así,
pero eso ya no importa demasiado.
Recordaréis el día en que un niño de mirada insolente osó
enfrentarse a los días, y a Garfio.
De esta parte del mundo a este prado
del sueño
gritó
Peter Pan sobre el mar su decisión
y su legado:
Cuando llegue el momento la abriré. La abriré.
La ventana. Las luces. El tic-tac de este trágico hado.
Y mi destino será perdurar
eternamente,
a su lado.
-No quiero crecer, Wendy. Adiós.
Nunca te olvidaré.
En la noche de las noches el más
dulce y constante dedal en sus labios,
con el más dulce amor fue depositado.

7,1
11.388
8
22 de agosto de 2010
22 de agosto de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soltaremos cuatro cosas innecesarias: Conrad, Tinieblas, Río, Penetrar. A todo esto no da tiempo. Esto es otra cosa.
Técnicamente es para decir: esta película daba igual que fuera rodada o no. Lo importante es que se hizo, es decir, que un grupo de coléricos prohombres perturbados -en realidad dos- bajaron un río, por La Selva, y que de paso lo grabaron, y así podemos verlo años después y no hay que guardar memoria escrita u oral. Bien, bien, bien. Diremos.
Esto es más real que lo real.
Cómo existió Lope, qué atributos tenía, cómo se enfrentó a las sumergidas pirañas, las cerbatanas venenosas y los cocodrilos invisibles, da igual.
Quel el rostro de Kinski no es Dios encarnado eso nadie lo niega.
Cuando se rueda o se escribe o se vaga en la Selva o en el Desierto, la temática no es el viaje o lo demás, la temática es la Selva o el Desierto -obviamente los dos extremos.
Pero siguiendo con obviedades el Paisaje no es tal sin nada. El hombre lo habita. Es engullido por él.
Sin Aguirre el descenso habría sido una empresa que habría concluido tristemente. Con Aguirre es un arañazo en cierto velo. Con el de Herzog, quiero decir.
El Universo está ahí; siempre más lejos. Es inabarcable. Aunque tenga fronteras.
El indio te señala hacia allá. Puedes matarlo o no. Como estás loco lo matas. Eso es secundario en tanto que la vertiente asesina de tu codicia monomaníaca es ya un añadido y no una condición y una Causa.
Te señala hacia allá, y de paso sobre la balsa en tanto sobre El Río se celebra una comedia. La humana-emperadora etcétera. Pero da igual.
Gracias a Aguirre se digna La Selva a un apogeo. Te concede toda la Épica que existe en esa latitud, que es Toda concentrada en un punto, por más que sea absolutamente silenciosa o como máximo asaetee el cielo.
.....
No necesitas leerlo para saber que el rodaje contó con grandes dificultades.
Por lo visto Herzog robó la cámara de 35 mm que utilizó en esta y otras películas.
Es natural dice. Y es que es natural.
No es cuestión de exagerar. El Universo es ilimitado como en algún sueño ecuatorial de un relato de Borges. Y sólo a los fuertes se les concede penetrar o ser los últimos en contemplar el desvarío inerte y quietamente, o a los lechos donde han sido arrastrados, y por sí mismos
-en principio.
.....
Por cierto que la mitología española se halla en América.
Lleva un yelmo oxidado de hierro, es cruel con los indígenas hasta el punto de casi negarse a sí misma, y es portentosa.
Técnicamente es para decir: esta película daba igual que fuera rodada o no. Lo importante es que se hizo, es decir, que un grupo de coléricos prohombres perturbados -en realidad dos- bajaron un río, por La Selva, y que de paso lo grabaron, y así podemos verlo años después y no hay que guardar memoria escrita u oral. Bien, bien, bien. Diremos.
Esto es más real que lo real.
Cómo existió Lope, qué atributos tenía, cómo se enfrentó a las sumergidas pirañas, las cerbatanas venenosas y los cocodrilos invisibles, da igual.
Quel el rostro de Kinski no es Dios encarnado eso nadie lo niega.
Cuando se rueda o se escribe o se vaga en la Selva o en el Desierto, la temática no es el viaje o lo demás, la temática es la Selva o el Desierto -obviamente los dos extremos.
Pero siguiendo con obviedades el Paisaje no es tal sin nada. El hombre lo habita. Es engullido por él.
Sin Aguirre el descenso habría sido una empresa que habría concluido tristemente. Con Aguirre es un arañazo en cierto velo. Con el de Herzog, quiero decir.
El Universo está ahí; siempre más lejos. Es inabarcable. Aunque tenga fronteras.
El indio te señala hacia allá. Puedes matarlo o no. Como estás loco lo matas. Eso es secundario en tanto que la vertiente asesina de tu codicia monomaníaca es ya un añadido y no una condición y una Causa.
Te señala hacia allá, y de paso sobre la balsa en tanto sobre El Río se celebra una comedia. La humana-emperadora etcétera. Pero da igual.
Gracias a Aguirre se digna La Selva a un apogeo. Te concede toda la Épica que existe en esa latitud, que es Toda concentrada en un punto, por más que sea absolutamente silenciosa o como máximo asaetee el cielo.
.....
No necesitas leerlo para saber que el rodaje contó con grandes dificultades.
Por lo visto Herzog robó la cámara de 35 mm que utilizó en esta y otras películas.
Es natural dice. Y es que es natural.
No es cuestión de exagerar. El Universo es ilimitado como en algún sueño ecuatorial de un relato de Borges. Y sólo a los fuertes se les concede penetrar o ser los últimos en contemplar el desvarío inerte y quietamente, o a los lechos donde han sido arrastrados, y por sí mismos
-en principio.
.....
Por cierto que la mitología española se halla en América.
Lleva un yelmo oxidado de hierro, es cruel con los indígenas hasta el punto de casi negarse a sí misma, y es portentosa.
12 de julio de 2010
12 de julio de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha llevado semanas,
esas intensas semanas,
yo soñé que soñaba etc. etc.
Están bien las piezas.
Están bien las habitaciones,
Francia y la letanía francesa es genial,
no queríamos despertar,
nunca, no nunca despertar nunca.
Nos ha llevado semanas,
esas intensas semanas,
pero fue una noche larga.
Yo sé que hay jardines y sombras;
no vamos todos desnudos,
hay habitaciones y pliegues,
y jardines y porcelana,
jugamos el rol de la apariencia
de mitad del siglo XX,
una apariencia civilizada y geométrica.
Pero. El techo.
Yo soñé que soñaba. Me apetecía esa estancia.
Hube luego de asumir que no hay tantas
sombras como recovecos,
y que el punto de fuga es marcharse,
siempre hay que salir y nunca
marcharemos
lo suficiente
nunca.
Antes.
...........
(Obviedades:
Espíritu geométrico. Resnais cartesiano. Gran poder fascinatorio. Música irritante. Laberinto coherentemente permisible, pero incoherente en nuestro tiempo. Ejercicio formal.
El final, bello y matemático, como una victoria sobre el Nim, no admite música distinta.
Quizás eso la habría salvado.
O quizás eso le otorgue mayor entidad -por otro lado es coherente-, y mayor respeto.
Cuando el amor es aquí sólo una salida algorítmica, pero eficaz en este sueño de jardines simétricos.)
esas intensas semanas,
yo soñé que soñaba etc. etc.
Están bien las piezas.
Están bien las habitaciones,
Francia y la letanía francesa es genial,
no queríamos despertar,
nunca, no nunca despertar nunca.
Nos ha llevado semanas,
esas intensas semanas,
pero fue una noche larga.
Yo sé que hay jardines y sombras;
no vamos todos desnudos,
hay habitaciones y pliegues,
y jardines y porcelana,
jugamos el rol de la apariencia
de mitad del siglo XX,
una apariencia civilizada y geométrica.
Pero. El techo.
Yo soñé que soñaba. Me apetecía esa estancia.
Hube luego de asumir que no hay tantas
sombras como recovecos,
y que el punto de fuga es marcharse,
siempre hay que salir y nunca
marcharemos
lo suficiente
nunca.
Antes.
...........
(Obviedades:
Espíritu geométrico. Resnais cartesiano. Gran poder fascinatorio. Música irritante. Laberinto coherentemente permisible, pero incoherente en nuestro tiempo. Ejercicio formal.
El final, bello y matemático, como una victoria sobre el Nim, no admite música distinta.
Quizás eso la habría salvado.
O quizás eso le otorgue mayor entidad -por otro lado es coherente-, y mayor respeto.
Cuando el amor es aquí sólo una salida algorítmica, pero eficaz en este sueño de jardines simétricos.)
SerieAnimación

6,1
17.951
Animación
7
12 de noviembre de 2009
12 de noviembre de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veníamos de nadar, en la piscina, verano, verano, y veíamos Lucky Luke.
Hay algo que nunca se puede olvidar, por más que no se recuerde.
En Zaragoza hay unos pinares venecianos que reciben el mismo aire -la misma ausencia-,
en ese tiempo infantil cuando todo carece de horizonte.
Igual que ciertos lugares -lugares vírgenes o casi; no diré lugar de la memoria- poseen ciertos caminos que nadie explorará nunca sin perderse para siempre porque son los únicos que han existido, siempre se conservarán, son los únicos que nunca habrá. Igual que eso, del mismo modo, igual.
Veíamos Lucky Luke y lo que no he dicho es que más allá de esos pinares no hay sino desierto, desierto tierra, arenisca, y quizá leves senderos que se asoman, tierra, era, fue.
Apenas recuerdo si el cowboy plantaba postes.
Sólo se puede, el hecho de que compartan el mismo escenario sin trazar límite no hay,
mismo desierto.
Llegaban ecos de ese polvo naranja, bajo un sol amarillo. Llevados del viento.
-Un día los recorrería.
Igual que cuando el jinete raya el crepúsculo y se va -¿volverá mañana?-,
ha de recordarse -sólo había; siempre habrá-
esa luz.
Hay algo que nunca se puede olvidar, por más que no se recuerde.
En Zaragoza hay unos pinares venecianos que reciben el mismo aire -la misma ausencia-,
en ese tiempo infantil cuando todo carece de horizonte.
Igual que ciertos lugares -lugares vírgenes o casi; no diré lugar de la memoria- poseen ciertos caminos que nadie explorará nunca sin perderse para siempre porque son los únicos que han existido, siempre se conservarán, son los únicos que nunca habrá. Igual que eso, del mismo modo, igual.
Veíamos Lucky Luke y lo que no he dicho es que más allá de esos pinares no hay sino desierto, desierto tierra, arenisca, y quizá leves senderos que se asoman, tierra, era, fue.
Apenas recuerdo si el cowboy plantaba postes.
Sólo se puede, el hecho de que compartan el mismo escenario sin trazar límite no hay,
mismo desierto.
Llegaban ecos de ese polvo naranja, bajo un sol amarillo. Llevados del viento.
-Un día los recorrería.
Igual que cuando el jinete raya el crepúsculo y se va -¿volverá mañana?-,
ha de recordarse -sólo había; siempre habrá-
esa luz.
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