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Críticas 1.854
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
1 de mayo de 2024
29 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo conocía a David Dastmalchian del grupo de actores y actrices que conforman este filme. NI a los directores (también guionistas), ni al compositor, ni nada más. Como ya creo que he dicho alguna vez, rostros y nombres poco conocidos no significan, 'per se', un mal producto. Este es uno de esos casos en los que la norma se rompe dejando uno de los estrenos menos publicitados, pero más atractivos, del extinto año 2023.

Su premisa sobre posesiones demoníacas seguro que no pilla a nadie de nuevas, pues es un tema que lleva en el género de terror desde hace cinco décadas, al menos, cuando el fallecido William Friedkin trajo uno de los grandes pilares del género en la época contemporánea con 'El exorcista', donde una niña llamada Regan MacNeil sufría una visita nada amistosa del 'Capitán Howdy'. En este caso, una niña también sufrirá de lo mismo, aunque con diferentes resultados. Un resultado que (bajo mi punto de vista) no tiene mucho que envidiar al del filme de 1973.

Uno de los pocos defectos a achacar es el que a pesar de su corta duración, es un largometraje al que le cuesta arrancar; durante los primeros minutos se sitúa al público en contexto hablando el narrador sobre la historia de Jack Delroy (Dastmalchian), su programa 'Night Owls with Jack Delroy', la tragedia con su mujer' y sus vínculos con una secta, la cual será importante para el devenir de la historia. Después de unos minutos, la historia comienza por fin en forma del denominado 'metraje encontrado' (formato videocasero) donde Delroy busca desesperadamente ser el 'late night' de referencia por encima del de Johnny Carson. La oportunidad se le presenta cuando trae como invitadas a la Dra. June Ross-Mitchell, una parapsicóloga, y a Lily D'Abo, una adolescente que sobrevivió a un suicidio colectivo de la secta.

Lo que viene desde que el programa entra en marcha diría que es de lo mejor del género de terror de lo que llevamos de siglo debido a unas escenas de posesión hechas con tanta verosimilitud que da bastante respeto, aunque sepas que lo que estás viendo es solo ficción. Tanto el personaje de Carmaichel Haig (Ian Bliss) como, sobre todo, Lily, dan unas escenas realmente conseguidas y un gran tramo final en el que los efectos especiales y el guion lo dan todo cuando ya las cartas han sido descubiertas. Una historia esta en el que, de fondo, hay también espacio para la crítica del 'todo por la audiencia', si bien no de forma explícita.

'El último late night' (aunque me gusta más su título original, 'Late Night with the Devil') también servirá para que el mundo conozca mejor a David Dastmalchian, un actor generalmente secundario que ha trabajado a las órdenes de grandes directores como Christopher Nolan o Denis Villeneuve que aquí coge las riendas como protagonista y demuestra que el peso de ser el líder no le viene grande y llena la escena con una interpretación carismática con un fondo de hombre destrozado. Quizás este largometraje le pueda suponer el impulso definitivo para liderar más proyectos en el futuro porque creo que en todos estos años ya es evidente que es un buen actor.

Una película la que ocupan estos párrafos que es una sorpresa positiva, aunque dé bastante mal rollo. Muy recomendable.
17 de febrero de 2023
33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es saludable a veces pararse a reflexionar y preguntarse cosas, como si alguna vez veremos una clase política honrada (para el caso de los españoles y extrapolable a muchos países del globo terráqueo), que nos espera más allá de la muerte, cual es el camino a la felicidad o que hubiese pasado si a Edgar Wright le hubiesen dejado el timón confiando totalmente en su juicio para su visión de Ant-Man. No me cabe duda de que el público hubiese tenido mejores dosis del superhéroe interpretado por Paul Rudd desde aquel 'Ant-Man' en 2015 que ya preparó el terreno de que era francamente complicado darle un material de altura para un hombre que se hace pequeño.

Aún con todo, ha tenido sus momentos destacables durante estos casi ocho años de trayectoria del personaje como su participación en 'Capitán América: Civil War' durante todo el tramo en Alemania o su importancia en toda la trama de 'Vengadores: Endgame' con la famosa rata salvadora. Lo que tienen en común estas películas es que fueron historias corales con gente más competente detrás de las cámaras, por lo que Paul Rudd pudo demostrar algo más sus dotes actorales y se le pudo sacar más provecho a un actor que ha sabido labrarse su carrera sin mucho bombo y platillo, pero con algunos éxitos a sus espaldas.

Lamentablemente para él, le toca volver a batallar en solitario, lo que significa volver a Peyton Reed y su estatus de 'director obediente y cumplidor' que tanto gusta en Marvel Studios. En esta ocasión, las expectativas estaban ligeramente más altas por la introducción de Kang el Conquistador (no así de Jonathan Majors, a quien ya se le vio en la primera temporada de la serie 'Loki') y una exploración más profunda del reino cuántico, algo que en pantalla grande podía lucir bastante bien. Efectivamente, las expectativas fueron colmadas y, aún así, es inevitable pensar que a este plato le falta más salsa o más picante, si lo prefieren.

La exploración del reino cuántico ha sido uno de los aciertos de Jeff Loveness. En el planeta Tierra poco quedaba ya que rascar y entrar en ese submundo visto a cuentagotas en 'Ant-Man' y en 'Vengadores: Endgame' enriquece la experiencia viendo diferentes paisajes, tonalidades de colores, distintos habitantes y demás flora y fauna. A su vez, como en todo el filme, da la sensación de que se le saca poco provecho, de que es un vistazo a brocha gorda y ya cuando no hubiese venido mal entrar más en detalles de ese universo. No obstante, este mundillo debajo del nuestro aúpa la narrativa.

En lo que se han dejado más la piel ha sido en el personaje de Kang el Conquistador. El aviso de lo que estaba por venir en 'Loki' no era un farol y el villano se ha mostrado como un ser poco empático, transmitiendo intimidación sin llegar a ser un chiste de antagonista como ya se han visto en otras producciones pasadas de la misma Marvel Studios. jonathan Majors parece haberle cogido el punto a Kang con una interpretación donde no sobreactúa ni tiene chascarrillos malos, sabe que es lo que tiene que hacer y lo hará como sea. Eso sí, incluso a él le ha afectado algo el flojo libreto escrito y en algunas escenas afectadas por el tono ligero y en la resolución de su personaje pierde algo de lo construido. El balance sigue siendo positivo a espera de ver que más tiene por ofrecer el actor y su personaje.

Esas son las mayores novedades de una ya trilogía que sigue apostando por los habituales Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas y Michelle Pfeiffer (más la introducción de Kathryn Newton como nueva Cassie Lang). Una Michelle Pfeiffer que inesperadamente es el pivote central de toda la trama y es una vuelta bastante ingeniosa a su historia en la primera entrega cuando estuvo pérdida en aquel mundo cuántico. Y con ellos viene también la vuelta a un nivel más bajo respecto a la participación de Scott Lang en historias mayores. El poso que deja esta 'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía' es la de un filme que ya se sabía que lo que tenía que ofrecer no iba a llegar a la excelencia y, por otra parte, es indudable que con los elementos vistos había bastante más y mejor por explorar. Como en 'Doctor Extraño en el multiverso de la locura', queda a deber más metraje que hubiese ayudado a digerir mejor la propuesta de una Marvel Studios que no arriesga cuando debe hacerlo y que arriesga cuando no debe como ha hecho con un MODOK totalmente olvidable.
27 de julio de 2021
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
1973. Un joven Michael Jeffrey Jordan juega al baloncesto en el patio de su casa y a los pocos instantes se le une su padre (un padre que en la vida real murió asesinado tres años antes del estreno de la primera 'Space Jam', dotando de emotividad a la escena) que contempla como su hijo tenía cualidades para ser alguien en el baloncesto cuando empieza a ejecutar un salto a canasta que se funde con los créditos iniciales en el que suena la canción de título homónimo que te mete de lleno en la historia.

1998. Un joven LeBron James es llevado por su madre a un partido de su equipo donde aprenderá que el trabajo y el sacrificio y el trabajo duro por muy agobiante que sea le dará sus frutos algún día para dar paso a los créditos iniciales con una canción olvidable.

Así empiezan los dos películas de 'Space Jam' y es en sendos inicios donde ambas cintas empiezan a diferenciarse. El filme de 1996 se mantuvo en un nivel más que digno dando grandes momentos en el cine infantil de los 90 mientras se usaba inteligentemente la trama real de la primera retirada de Michael Jordan en 1993 para pasarse al béisbol y 25 años después se sigue conservando bastante bien; esta secuela con LeBron James pretende jugar en la misma liga que su hermano mayor, pero no. Ni 'Space Jam: Nuevas leyendas' será jamás como aquella ni LeBron está a la misma altura de Jordan. Y mira que la cinta de Malcolm D. Lee lo intenta con todo su ahínco.

La primera era de esas películas que consiguieron funcionar a pesar de que había ingredientes para pensar que no lo conseguiría. Un deportista metido a actor metido con los Looney Tunes luchando en un partido de baloncesto por la victoria del bien contra el mal no era algo que atrajese entradas porque sí, pero la presencia del '23' de los Chicago Bulls ya era un atractivo suficiente donde además el guion, la banda sonora y los cameos funcionaban.

La secuela ya tenía mala pinta desde el inicio puesto que se sentía que no había nada nuevo que aportar ni había en el ambiente un sentimiento de que se pudiese llegar al nivel del filme de 1996, claro que hasta que no se ve no se puede juzgar prematuramente. Ahora sí que puedo decir que esta secuela se podría haber guardado bajo siete llaves y muy poca gente la echaría de menos.

Esta nueva aventura de jugador de baloncesto hiper famoso metido con los dibujos animados no tiene reparos en copiar al largometraje predecesor, pero ya empieza la cuesta abajo desde el principio y no remonta más allá de algunos chistes sueltos como el de Michael B. Jordan o ese plano parado que imitaba a las secuencias del Coyote y el Correcaminos. LeBron James por muy bueno que sea no tiene la capacidad de arrastre y de icono más allá de su propio deporte que sigue teniendo Jordan incluso retirado por lo que su presencia no es un factor decisivo para darle una oportunidad al filme. También creo que la película se vende mal cuando en la historia se le da tanta importancia a las redes sociales, a la imagen y al baloncesto de vaciladas dando valores totalmente equivocados a mi modesto entender cuando en la primera bastaba con una sola secuencia sobre una botella de líquido mágico y la lección de que las habilidades no las da ningún líquido mágico, sino uno mismo si confía lo suficiente en sus habilidades.

Hasta he sufrido por el pobre Don Cheadle viendo como su participación le dará un buen sueldo para llevarse a su casa, pero ninguna repercusión en su carrera en un papel que no se recordará pasado un tiempo.

En resumen, una copia barata de la cinta original que no saca ni por asomo el rédito que hizo aquella siendo una película previsible, tonta y sin ninguna chispa. Ya veremos en qué lugar pone el tiempo esta producción, mas auguro que no será muy alto precisamente.
8 de agosto de 2022
88 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como a muchos otros, la criatura de Depredador (nombre técnico Yautja) siempre me ha fascinado desde que la vi por primera vez en la película de 1987 con aquel legendario reparto lleno de testosterona y en algunos cómics que leí cuando era niño. Durante todos estos años casi cada cosa que llevase el nombre 'Depredador' o 'Predator' era algo digno de ver; lamentablemente, tengo que decir que su similitud con el xenomorfo no es solo porque son dos criaturas letales, sino también porque ya no saben como tratarlos desde la industria cinematográfica.

Ciertamente, esta película desde que comenzó a dar noticias tenía pinta a que iban a usar al mítico alienígena en una historia de empoderamiento femenino como si años antes no existiesen Ellen Ripley, Sarah Connor, las mujeres fatales del cine negro que conseguían lo que se proponían con sus armas de mujer y un largo etc que son pruebas de que la mujer ya no lleva años, sino décadas, estando totalmente liberada en lo que respecta al mundo occidental. Y, mira por donde, así termina siendo aquí.

El punto de partida estaba bien pensado. Este es el primer filme donde vemos a un Predator en un contexto no contemporáneo en lo que a cine se refiere y era hora de que alguien se decidiese a tratar una historia en otra época. Ya si hubiese sido buena estaría dando palmas con las orejas; desgraciadamente, solo es una excusa de empoderamiento barato donde cualquier casi cualquier persona con pito es una persona bruta, maleducada y falto de cerebro, una generalización bastante fuera de lugar. Para más escarnio al asunto, la protagonista tiene una carencia evidente de carisma (hasta los de la primera 'Alien vs Predator' tenían más que esta chica) y va enfrentándose al Depredador gracias a que otros ya lo hacían por ella hasta que termina siendo el último recurso. Un poco cogido con pinzas.

Estamos en una época en la que la propaganda importa más que la historia y ya está demostrado que cuando eso pasa la película pierde y los espectadores también. 'Predator: La presa' (titularlo solamente 'La presa' con el diseño de letras clásico ya habría estado bien) tiene aciertos evidentes como la ambientación, la correcta banda sonora y la aparición de sangre en dosis medidas. Lo malo es que es un producto impregnado de ideología barata y echa a perder algo que podría haber sido un regreso a la primera línea.

Llegará el día en el que vuelva a haber una gran película de Depredador, pero hoy no es ese día.
16 de junio de 2023
61 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había escuchado comentarios y leído votaciones entusiastas con esta película o, al menos, votos que no lo tiraban por los suelos y no pensaba que fuera a ser mala. SPOILER: realmente lo termina siendo. Va a doler escribir esta reseña, aunque, ante todo, hay que ser honesto con uno mismo y sincero con los demás cuando se escriben reseñas de algo. Ya sea películas, series, discos o lo que sea.

Duele porque en otras circunstancias más favorables con más paciencia y mejor gestión (quizás en otro universo lo estén gozando de lo lindo) estaríamos hablando de un universo de Warner Bros/DC Comics que podría haber disputado perfectamente el reinado de Marvel Studios y con una competencia fuerte el público habría salido ganando con ambas casas dándolo todo. No obstante, los cambios y eliminaciones de escenas en 'Escuadrón suicida' y 'Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia', respectivamente, ya daban pistas de que el estudio estaba metiendo la mano. Cosa que se confirmó con 'Liga de la Justicia' en 2017 y ya sabemos como fue aquello.

Desde entonces, varios cambios en el estudio han habido hasta que han decidido darle las llaves del timón a James Gunn y Peter Safran, que ya veremos si pueden mantenerse alejados de las zarpas de Warner Bros o si ellos por si solos pueden levantar algo que está muerto y enterrado porque han querido, esta es la verdad.

'The Flash' empezó ya contaminada porque le pilló en una etapa bastante convulsa de Warner Bros donde lo gestionaba un mono con dos pistolas. Hubo cambios de director, bastantes retrasos y a Ezra Miller le dio por ser el Joker en público con problemas con la justicia (de las que no ha sido cancelado, retratando la doble moral de los justicieros sociales de Internet, aunque a mí el chico me parece que tiene problemas psicológicos graves más que falta de moral y educación) y el filme ya tenía pinta de maldita. Contra viento y marea se ha terminado estrenando.

¿El resultado? Una catástrofe. Han optado por un tono más ligero y cómico (cómico para quien le haga gracia los chistes simplones y los 'caca, culo, pedo, pis') y han desperdiciado un cómic mítico como 'Flashpoint' que es más profundo que este cagarro que han parido; incluso la película de animación de 2013 le da varias vueltas a esto.

¿Tiene cosas buenas? Sin duda. Michael Keaton es de lo mejor de la cinta tanto en carne y hueso como vestido de hombre murciélago. Con 71 años a cuestas y 30 años sin ser Bruce Wayne/Batman aún le tiene cogido el punto y su presencia y la de su Batcueva y sus artilugios son una de las cosas más destacadas. Además, el elenco no va falto de buenos actores como el mismo Ezra Miller, que quizás no sea la mejor elección para interpretar a este superhéroe, pero da el pego, Sasha Calle con una más que decente Supergirl (desaprovechada también, dicho sea de paso) y Maribel Verdú que en los ratos que aparece no desentona como la madre de Barry Allen, si bien se siente poca conexión emocional, quizás al ser su primera intervención sin ningún bagaje previo en forma de cameo o referencia. Además, aquí tampoco tiene escenas sentimentales realmente conmovedoras.

Los efectos especiales, por otro lado, están decentes (podrían estar bastante mejor, indudablemente) y la banda sonora (cuando aparece por sí misma y no con canciones comerciales) tiene sus puntos, como cuando referencia a la partitura de Danny Elfman para el Batman de Michael Keaton.

Lamentablemente, lo malo es mucho del resto. Como ya he mencionado, a una historia trágica como 'Flashpoint' la contaminan con humor barato y un villano que es tan amenazante como un pingüino lo sería para King Kong (no los de 'El hombre de acero', sino otro que ya verán quien es). Desde el principio hasta el final, excepto por los pocos momentos de inspiración, asisto a un maltrato de un largometraje y al maltrato de un legado que inició Zack Snyder en 2013 con 'El hombre de acero', quien no ha podido ver culminado su plan por culpa de la poca paciencia, las interferencias del estudio y su propia inestabilidad con cambios constantes de personal. Tampoco digo que el 'Snyderverso' fuera lo mejor desde la invención de la penicilina; sin embargo, era bastante mejor y prometía más que lo que se ha estrenado en los cines con cintas como 'Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)', 'Wonder Woman 1984', ¡Shazam! La furia de los dioses y la cinta que nos ocupa que distan muchísimo del potencial que parecía haber.

El universo extendido de DC está muerto. Lo que venga en el futuro no puede ser peor que esto, aunque es un barco del que no pienso comprar billete por el momento, salvo que los proyectos sean realmente espectaculares y no abortos o 'quiero y no puedo'.
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