Me ha parecido una buena película, con los altibajos típicos de Almodóvar. Entre sus pros citar la intensa emotividad que desprenden las madres, ciertos giros, el reencontrarse con el uso marcado y enfático del color y las formas provocadoras en los elementos de mobiliario, ropa etc. que acentúan el deseo y la provocación en el espectador característico del director. Como contras esos momentos en que las actrices hablan como si leyeran texto que les hace perder la naturalidad y espontaneidad que tienen.

Para mí, la mejor película de este director sigue siendo "La piel que habito" también con sus defectos y virtudes.

La serie me ha sorprendido gratamente. Después de aguantar el doblaje en español de la sensacional Dr. House que enfatizaba el carácter bronco y la mala ostia del personaje, algo que desvirtuaba mucho el personaje original de la versión inglesa que representaba mas bien el pasota listo, este nuevo personaje resalta el lado humano de este actor lo cual se agradece. Por lo demás, el reclamo de la temática de los desordenes y enfermedades mentales me parece fascinante por ser, hoy en día de forma mas patente que nunca, un asunto fuertemente integrado y latente en nuestra sociedad.

En esta película Aronofsky deja caer lentamente a sus personajes en el infierno de la droga, probablemente el mas duro de los sufrimientos que pueda padecer un ser humano. Para ello hace un intenso despliegue de medios: una música angustiante, cortante, solemne, de paso inexorable; adolescentes ambiciosos y llenos de deseo pero vulnerables e ingenuos, la anciana sola y paranoica, desamparada en su propia carcel de obsesiones.

Es notable cómo se introduce la música de forma estudiada para expresar el papel del efecto de la droga como un jinete del apocalipsis en la vida de estos personajes. Poco a poco irá haciendo estragos, como si las notas ligadas de los violines fueran rajando sin piedad la vida y la salud de sus personajes, como lo hacen los efectos devastadores de los estupefacientes. También excelente la recreación del proceso ritual mecánico de la ingesta de sustancias y la magnificación del deseo en escenas íntimamente sensuales, aunque estén acompañadas del efecto de estas sustancias.

A pesar de mi fuerte escepticismo inicial hacia una película cuyo personaje inicial se basaba en los trucos de magia (de por sí juegos de engaño estudiado) la ambientación de la película y la puesta en escena de los mismos, sobre todo de los primeros trucos (los últimos sí son un fraude), crean un encantamiento raro de localizar en el cine y propio de los grandes momentos del cine.

La historia de amor de los protagonistas es simplona (¿cuando se hará una película de amor que no contenga tanta ingenuidad pueril?) aunque en mi opinión puede encajar dado el caracter de "ilusión" adolescente de la misma.

El personaje de Edward Norton tiene un toque de prepotencia que se amortigua con una cierta elegancia en manejar las situaciones aunque en mi opinión roza la inverosimilitud (no parece un personaje humano que falla, porque no lo hace en ningun momento).

Por lo demás una película interesante y con momentos magníficos (los primeros trucos) de encantamiento.

Se queda a medias en todo, es como una versión reducida en intensidad de la original. El ritmo no es suficiente para mantenerte durante tanto metraje activo. Por contra, tiene escenas concretas buenas y se disfrutan los vuelos de las naves aunque la atmósfera es mas fría, amplia, desoladora y sobre todo menos erótica y emotiva que la original. La música utiliza lo mismos sintes que la primera pero sin su garra y definición. Aun así. como experiencia es positiva visto la cantidad de bodrios que pululan por todos lados. Se agradece el esfuerzo que han hecho.

Recomiendo verla en trozos de media hora para no domirte.