Es una película extraña, de ritmo desigual. Podría parecer una TV Movie si no fuera por la cantidad de caras conocidas que vemos en la pantalla. A ratos entretenida y a ratos tediosa. Pero lo más sorprendente es que hace años leí una magnífica novela de ciencia ficción escrita por John Wyndham en 1951 que se titulaba "El día de los Trífidos" y cuyo argumento ha sido calcado por Saramago en "Ensayo sobre la ceguera", libro en el que se basa ésta pélícula.
El libro de Wyndham relata cómo la caída de unas misteriosas bolas de fuego sobre la tierra producen la ceguera en la humanidad (excepto en unas pocas personas) Ésta circunstancia sirve para mostrar el lado más tenebroso del ser humano y de su sistema de valores.
Aquí encontraréis más información:

http://es.wikipedia.org/wiki/El_d%C3%ADa_de_los_tr%C3%ADfidos

Una historia deliciosa. Unos protagonistas insuperables. Una banda sonora inolvidable. Secuencias que pasarán a la historia del séptimo arte. Y esa sonrisa de George Valentine que ilumina cada escena en la que aparece. Gracias Monsieur Hazanavicius y equipo por regalar al mundo esta obra maestra.

Considero que comparar Infierno Azul con Tiburón es como comparar Torrente con Harry el Sucio, y no me refiero solo a la calidad sino porque lo único que tienen en común es, en la primera un tiburón y en la segunda un policía. La película es perfectamente prescindible pero se deja ver, que con la basura que hay últimamente en salas ya es un punto a favor. A parte de la buena fotografía creo que la película es entretenida y maneja bien la tensión, pero yo destacaría principalmente dos cosas, una buena y otra mala:
La buena: La mujer protagonista se sale de los estándares de buenorra boba y dependiente de la protección de los machotes de turno a los que desgraciadamente nos tiene acostumbrados Hollywood. Bravo.
La mala: Teniendo a su disposición 180 toneladas de deliciosamente putrefacta carne de ballena ¿Qué hace el tiburón persiguiendo a escuálidos surfistas?

Acabo de ver el mejor trhiller que he visto en mi vida.
Frente a la basura comercial norteamericana que en los últimos años inunda las salas de cine, es maravilloso descubrir el talento que hay en otros lugares del planeta y que pasa desapercibido para el gran público, abducido por la devoradora industria capitalista de palomitas y mercadotecnia.
La primera película coreana que vi fue The Host, otra maravilla de Bong Joon-ho. Después llegaron The Tunnel y Train to Busan (entretenidísimas) Castaway on the Moon (buenísima), Oldboy (brutal), Hierro 3 (preciosa), Forgotten (sorprendente),... que me acabaron de enganchar para siempre, Pero Memories of Murder me ha conseguido enamorar hasta la médula.
No voy a decir más. Si estás leyendo esto y aún no la has visto, no sé a qué esperas para verla. Vas a disfrutar de una obra de arte. Del séptimo arte. De principio a fin.

He descubierto recientemente las maravillas del cine coreano. Me han sorprendido incluso películas "menores" bien interpretadas, con guiones sólidos y técnicamente sobresalientes. No es el caso de A Moment to Remember.
Se trata de un culebrón coreano a ritmo de bolero que raya lo cursi. Larga, previsible, sensiblera e infantil.
Pero lo que más me molesta de esta película tan poco interesante es que en el momento de escribir está crítica, su valoración en Filmaffinity se encuentre a una sola décima del mejor thriller que he visto nunca: Memories of Murder de Bong Joon-ho. Y esa sí que es un peliculón.