La película favorita de Tarantino del 2013 ha resultado ser una historia de venganza que se olvida de todos los sentimientos de ira y dolor para dar paso a una cinta que prácticamente puede pasar con facilidad por una comedia negra pura y dura.

Las interpretaciones son acertadas y destacan extrañamente por ser muy frías, es decir, aun en los momentos de más tensión o en donde se deberían de ver una enorme mezcla de sentimientos los actores por alguna razón recitan sus diálogos como si nada de eso existiese lo que le saca mucha fuerza a la misma. Su historia que empieza de una forma muy interesante termina por convertirse en una película mas del genero criminal que no presenta nada sorprendente.

El uso abundante del humor negro es la firma de esta historia que consigue sacar unas cuantas risas (o sonrisas) y el gore y la violencia del que tanto presume (o al menos el que presentan los trailers) es minúsculo en sus casi 2 horas de metraje. Lo bueno que tiene es que es entretenido a pesar de que no hay giros argumentales.

Al final de todo la historia que tanto se esperaba, una de venganza y crimen, dura y con algunos toques de humor negro termina por convertirse en un simple deseo....una verdadera lástima porque su premisa tenía mucho potencial si se sabía explotarla bien.