¿Quieres que tus hijos desarrollen la ironía, la imaginación, ciertos niveles de crueldad y el saber que si eres bueno solo te pasaran cosas buenas si tienes unos padrinos mágicos que te cubran las espaldas puesto que realmente este es un mundo frio y cruel? ¿O prefieres reírte un rato bajo los efectos de algún psicotrópico con las estupideces surrealistas de un hado de pelo verde mientras tus hijos están en el cole?
Si has respondido que claro que si a alguna de las preguntas, esta es tu serie, eterno jovenzuelo.

Para el pequeño Timmy que todos llevamos dentro.

Queridas generaciones de los 70', 80' y 90'.
Debemos aceptar de una vez por todas que nuestros hijos y nuestros hermanos pequeños, pese a vivir en este mundo de cultura industrial prefabrica, disfrutan de unos dibujos animados muchísimo mejores de los que veíamos nosotros. Atrevidos, inteligentes, satíricos, con referencias culturales, a veces absurdos como "Esperando a Godot", a veces surrealistas como Dalí, a veces con moraleja, a veces crueles como la vida misma... Y esta serie es el buque insignia de este fenómeno que muchos no ven o se niegan a reconocer.