Se trata de un personaje entrañable, caricaturesco y con una pertenencia a una definida clase social y cultural, pero nunca ofensivo ni malintencionado. Catita es quizás la creación más lograda de la multifacética Niní Marshall. El humor sano no envejece y esta película lo confirma. Su personalidad, su vestimenta, sus dichos, siempre nos despertarán una sonrisa.

Concurrí a verla en una función gratuita ofrecida por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Vanos resultaron mis esfuerzos por seguir la trama, y en lo único que conseguí concentrarme, fue en el conteo de espectadores que abandonaban la sala, a razón de uno cada 2 o 3 minutos. La cifra final de desertores no la tengo, porque la que se adhirió al éxodo masivo y también huyó despavorida, fui yo, aunque creo que esto ya se lo imaginaban.

Diego de la Vega, un apuesto galán con conocimientos de esgrima. Bernardo, un actor especializado en pantomima, nadie mejor para interpretar a un mudo que se expresa a través de la mímica. El Sargento García, un cantante lírico que en varios capítulos aporta su voz y sus canciones. Los personajes secundarios, el cabo Reyes, Alejandro de la Vega y los villanos, también satisficieron en sus roles. El cóctel dio resultado, en mi ciudad la serie se emite hasta el día de hoy en la tv abierta.

Los entrañables personajes de los que disfrutamos varias generaciones y que siguen vigentes hasta el día de hoy, entraron en pleno declive. La primera etapa contó con actores y argumentos de calidad, pero con el transcurso del tiempo, todo ese capital se perdió inexorablemente. El Chanfle pertenece al último coletazo. El argumento de trazo grueso, tedioso y previsible, tornan este material como el emblema del pozo negro en que agonizó y finalmente se ahogó el equipo de Chespirito, que conoció la gloria y sin duda productos mejores.

A los que critican al Tío Sam, quisiera saber qué dicen del Tío Pepe. Si tengo que compartir la nacionalidad con semejante esperpento, me avergüenza ser argentina.
No se rescata ni como producto comercial o pasatista.
Su herencia es tan denigrante, que le resultará difícil encontrar sobrinos que quieran aceptarla, ni siquiera con beneficio de inventario. En cuanto a mí, me niego terminantemente a ser incluida en el testamento.
Las películas de Ed Wood son para el Oscar, comparadas con ésta.