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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
8 de marzo de 2023 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A muchos les sorprendió (para mal) la gran campaña de nominaciones que logró para los Oscars, incluyendo Mejor Película, pero por la coyuntura actual hay elementos que se repiten poco menos de un siglo después y no deja de ser inquietante cómo se decide re-contar esta historia.

Se sitúa en 1917, la Primera Guerra Mundial comenzó 3 años antes y el Imperio Alemán estaba en búsqueda de reclutas jóvenes para conformar sus líneas luego de verse en desventaja.

El protagonista no es más que un pibito alemán que se enlista junto a sus amigos luego de que todos tienen un impulso patriótico, pero que al llegar a la primera línea se encuentra con la realidad de lo que es una guerra, viviendo de cerca la muerte de amigos y tener que combatir con sus propias manos.

En paralelo hay una delegación de ambos bandos que negocia para ponerle fin, mientras los aliados endurecen los términos aprovechando la vulnerabilidad alemana.

Se deja en evidencia la imperfección humana mostrando algo recurrente a lo largo de la historia: gente con poder reunida desde la comodidad de una oficina, decidiendo sobre el futuro y vidas de inocentes que cegados por el miedo disfrazado de patriotismo, siguen órdenes para que la brutalidad que están viviendo llegue a su fin y poder regresar a sus hogares junto a sus familias.

La crueldad de la guerra no solo está representada a través de la frialdad de cada una de las acciones bélicas que vemos, sino por los momentos en que repasan las cosas simples y cotidianas que se pierden por haber elegido ir a la guerra.

Un remake que sale en un momento en el que en la industria rehacer es lo que más rédito da en vez de crear de cero, se aprovecha de cada uno de los avances tecnológicos surgidos desde su primera versión en 1930 logrando una ambientación visual y sonora que se podría tomar como ideal.

La versión de 1930 fue boicoteada en cines de Berlín por los amiguitos de Hitler y luego baneada por su postura anti-guerra en varias partes del mundo, hasta que se levantó la censura y se reestrenó después de la Segunda Guerra en otro contexto, hoy podés ver el remake desde la comodidad de tu casa en Netflix.
6 de abril de 2023 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuál es el límite dentro de la política en donde colisiona el bien público con la ambición de poder?

Clémence (Isabelle Huppert) es una alcaldesa de una ciudad cercana a París, lleva dos mandatos consecutivos en donde en todo momento tuvo una postura cercana a su pueblo, una atención personalizada y para nada distante como uno se podría imaginar, pero cuando le ofrecen la posibilidad de ser Ministra del Gobierno en París se le despierta el bichito de la ambición.

No hay que ser ningún experto para saber que los países de tercer mundo no tienen nada que envidiarle a la política francesa, donde ya hace muchos años ha estado cargada de polémicas por su cuestionable postura republicana, la falta de integración de las minorías y el accionar frente a cada conflicto bélico que hay en el planeta. Sumado a eso, algo que es común en cada batalla electoral es la terquedad de los políticos de no saber cuándo parar y mirar hacia el costado, perdiendo la capacidad de diferenciarse como persona civil y como política. Es más, queda totalmente claro cuando a Clémence, le advierten que: “a mayor poder, menor libertad”, y aún así ella sonríe y parece que esto la motiva aún más a conquistar el poder que tanto desea.

La película se sostiene en todo momento en la tre-men-da interpretación de Huppert (The Piano Teacher, Amour, o las que recientemente contaron con alguna nominación en los Oscars de este año como Mrs. Harris Goes to Paris y EO, etc..), resolviendo de manera excelente algunos vacíos narrativos del guión simplemente con sus expresiones faciales. No por nada The New York Times la nombró como la mejor actriz del Siglo 21, teniendo un respaldo de galardones de toda clase por sus más de 120 títulos en los que figura acreditada.

Se mantiene de manera equilibrada durante toda la película una tensión narrativa que refleja la misma tensión que siente la protagonista por estar en plena campaña electoral y la presión constante que siente por parte de su partido y sus votantes para conseguir su objetivo.
29 de marzo de 2023 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy de mirar más de una vez la misma película porque me gusta empezarlas con una mirada fresca sin saber mucho, (con excepciones, tengo pendiente volver a mirar alguna que otra que la vida del estudiante audiovisual me llevó a verlas a las apuradas), pero cada tanto me gusta volver a ver esta importantísima obra de Kaufman y acordarme de por qué cada vez que me preguntan cuál es mi película favorita siempre es la primera que se me viene a la mente.

Kaufman es un artista del guion, todo lo que escribe es oro puro y me sorprendió cuando me enteré al descubrirla de que había sido su PRIMER película como director (aunque se la tuvo que bancar porque Spike Jonze se bajó a último momento y decidió encararla él). A Jonze lo respeto mucho y me pregunto qué hubiera sido de esta película si finalmente la hubiese dirigido él como estuvo planificado en un principio, probablemente hubiese sido un éxito también viendo el historial de sus colaboraciones dire-guionista como la mismísima Being John Malkovich o la -para nada- humilde Adaptation que hasta que se estrenó The Unbearable Weight of Massive Talent fue la única película en la que podían coexistir dos Nick Cage a la vez y ser excelente.

El día que la vi por primera vez tuve que ver unos cuantos videos explicativos y debo decir que la llegué a acusar de pecar de pretenciosa incluso, hasta he llegado a leer a mucha gente también pensar lo mismo, pero sigo pensando que es de esas películas que tenes que ver más de una vez para poder terminar de exprimirlas, y es justamente lo que me ha pasado con casi todo lo escrito por Kaufman. Al segundo visionado fui captando más todo lo oculto en detalles como los diarios, las noticias de la radio, la gente que aparece de fondo, las reacciones de los médicos, en fin, está cargada de detalles que dudo que alguien pueda ser capaz de comprender en una sola pasada.

Estoy seguro que leí una entrevista en donde dijo que hace sus películas para ser vistas justamente más de una vez, no solo para poder terminar de entender su mensaje, sino porque crea películas que se mantendrán mucho más de 90 minutos en la mente del espectador, de las que quedan para siempre.

Creo que toda película que abarque el estudio de la condición humana, sobre todo acerca de las etapas de la vida a partir de la instrospección y el análisis de los vínculos, es algo que abarca un público demasiado amplio siendo que todxs de alguna manera podemos llegar a empatizar de una u otra manera con cualquiera de los personajes, y por su constancia para darles giros dramáticos y cambiar los signos de cada escena parece algo sacado del manual de guión, algo que las generaciones de guionistas más recientes no tienen en cuenta y por eso terminan incluyendo tantas escenas prescindibles que no les aportan nada a la trama.

En fin, podría pasar horas hablando de esta película, pero esto no cuenta como review porque no me siento capacitado para desglosar en ninguna cantidad suficiente de caracteres una opinión completa que no sea esta tiradera de flores que le hago y le haré siempre a Kaufman o todo lo que tenga a probablemente uno de los mejores actores que nos tocó como Philip Seymour Hoffman.

Sino, veanla un par de veces y me cuentan.
31 de diciembre de 2023
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película no debe buscar solamente la aprobación de la audiencia en base a gustos. Las películas grandes de verdad intentan incomodar, emocionar, interpelar, hacerte explorar cada uno de tus sentidos para que cuando salgas de la sala no pienses en qué vas a cocinar esa noche. Las películas grandes te hacen quedarte sentado en la butaca hasta que terminan los créditos, te hacen pensar en el camino a tu casa una, y otra, y otra vez, acerca de lo que sentiste minutos antes. Incomodan porque es el camino más rápido al sentido crítico de quien la mira. No les importa si una, o dos, o más de 10 personas como en la sala en donde la ví, se fueron en el primer momento en el que aparece sangre frente a sus ojos. No les importa seguir estándares técnicos para clasificar a premios, los inventan y los explotan a su propia manera para fortalecer la historia que debe ser contada. DEBE ser contada. Una historia que duele a cada persona que la conoce porque nunca nos podremos imaginar enfrentando una situación como la que estas 45 personas tuvieron que atravesar. Debe ser contada porque otras veces lo intentaron y fallaron escatimando en detalles para agradar, dejando de lado la incomodidad de la dureza de la montaña y creando un ruido hollywoodesco sobre una historia que fue dura y real. Duele más porque para Uruguay es la historia de supervivencia más importante que conocemos y hasta nos la enseñaron desde chicos en la escuela o clubes deportivos. Duele porque durante tanto tiempo cada vez que se toca el tema nunca falta el comentario de que eran “los que se comieron gente en la cordillera”, y esta versión podrá hacer que se los mire como lo que realmente son, aún más teniendo la aprobación de los propios sobrevivientes al destacar que es la versión más fiel posible de su historia.
Una película con mano de obra uruguaya, con un director de fotografía del carajo que con mucho orgullo podemos decir que es nuestro y que le ha dado, y le dará, muchas cosas grandes a nuestro cine y nos hace crecer para afuera cada vez que se lo nombra. Que por el lado de reconocimientos en premios seguramente le vaya muy bien pero el reconocimiento más grande ya lo tuvo en cada sala en donde la gente respetó desde el primer hasta el último minuto y supo emocionarse hasta las lágrimas por más de dos horas.
Es una película que comienza, a mi parecer, muy mal, pero sabe levantarse a los pocos minutos, y a partir de eso no perdés la atención y la emoción en ningún momento.
Cada una de las unidades mantiene un nivel tan alto que la sala de cine pasa a un segundo plano y realmente te sentís que estás en la montaña. Lo generan gracias a una fotografía precisa, que sabe ser asfixiante por momentos, esperanzadora y destructiva por otros. Un maquillaje y arte que te ubica en tiempo y espacio mostrándote el paso del tiempo en los personajes, un sonido que sofoca pero sabe generar ruido hasta en el medio de un silencio ensordecedor en donde no vuela una sola mosca en la sala. Una edición increíble que no solo no tiene fallas sino que cumple con el principio máximo de la edición que es hacer que no notes que estás frente a una película con cortes. Un tono que si bien es crudo durante la mayor parte de la película, sabe encontrar sus huecos para el humor, aunque sea mesurado, porque la montaña tuvo sus desgracias pero también supo tener risas y unión. Escuchando a Carlitos Paez Vilaró en un podcast remarcaba la importancia de estos momentos, y es clave que haya estado retratado de esta manera.
Una película que se encontraba frente a un grave problema que era el de cómo mostrar el tabú del canibalismo sin caer en el morbo, que lo resuelve de manera excelente y de nuevo: no le importa ni piensa en las 10 personas que se van a ir de la sala, piensa en las que se van a quedar y replantearse lo que sabían de esa historia previamente.
Toda película está construida por varias secuencias y dentro de ellas apenas un par de buenas escenas que son las que recordamos luego, en este caso quizás no tenemos una gran cantidad de escenas increíbles, pero estoy seguro de que cada una de ellas nos generó algo y eso es aún más importante. Las escenas de la caída y el alud con su montaje sonoro cargado de desesperación e incertidumbre la van a convertir en un manual para futuras obras, porque lo que Bayona logra es algo muy difícil y arriesgado, pero que su convicción por contar esta historia de la manera en la que sucedió, con las herramientas que tiene y un equipo tremendamente talentoso, son difíciles de replicar, pero necesarias para que exista este tipo de cine.
11 de julio de 2023 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la vuelta de Indiana Jones vuelven las peleas de puño, los latigazos, los nazis que quieren dominar el mundo (y no pueden), y las situaciones falopa que a cualquier otra mente que no sea la de Steven Spielberg y George Lucas no se las perdonaríamos jamás.

Una saga que comenzó con aquella presentación de personaje legendaria, la que logró crear un culto sobre ella y sentar las bases de un género de aventura que daría pie a una gran cantidad de obras que buscarían emular el tener un personaje carismático que sostenga a la película.

Está claro que Harrison Ford no es el mismo que 42 años atrás cuando comenzó con esta travesía, esta vez se lo muestra en el momento en el que se retira de la docencia universitaria, devenido en un viejo cascarrabias que está además en pleno divorcio. Es más, viendo los primeros 20 minutos de la película podría jurar que estoy viendo a un Clint Eastwood en su común papel de viejo gruñón siendo superado por las nuevas generaciones que atentan contra su comodidad y costumbrismo.

Se intenta resolver el bache temporal que derivaría llevar al personaje a su juventud luchando contra nazis en medio de un tren usando CGI para rejuvenecerlo, algo que sigo pensando hoy más que nunca que aún no es una herramienta completamente eficaz (mismos errores que The Irishman en materia de fluidez en los movimientos).

Más allá de su despliegue tecnológico y presupuestal, el final de la saga peca constantemente de querer darle a la gente algo que ni siquiera necesitan. ¿Por qué? Porque hoy en día se puede, hoy en día se permite abrirle las puertas a sagas acabadas, historias ya contadas y personajes ya estudiados. Ahora, la audiencia también es parte de esto, a veces, porque quienes quizás por nostalgia o por falta de nuevas historias que nos emocionen ver y encariñarse, pedimos que “rescaten” a los personajes que nos gustaron décadas atrás. Si el mercado nos está bombardeando con remakes y nuevas entregas, ¿por qué no pedirles más de lo que nos hizo enamorar del cine en su momento? Esto no es siempre bueno, deben ser contados casos los que habrán logrado superar las expectativas de sus fanáticos décadas después de su auge, también puede ser en parte porque a mayor tiempo de espera son mayores las expectativas que se le ponen a cada entrega, y se termina priorizando a un fanático contento por volver a ver a su personaje favorito, por sobre la solidez y calidad de la historia que se cuenta.

Cuesta sentir la conexión con Indy, sobre todo el vínculo con su ahijada, y la nostalgia que debería sentirse en un final de saga tan memorable. Cuesta reconocer que este Indy es el mismo que brilló décadas atrás a pesar de hoy estar presentado como un octogenario con poca movilidad. La nostalgia que dejan en manos de el sombrero y látigo se ven opacadas por su uso forzado e innecesario.
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