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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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14 de mayo de 2018 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está usted, una fría mañana, fría, porque despierta los sentidos, sentando a la orilla de una playa. No hay viento, las olas se suceden lentamente y esa cadencia produce una rítmica melodía, que lo envuelve y lo relaja, lo emociona y lo hace desear, que ese momento, dure La eternidad y un día (título de una impresionante película de Theodoros Angelopoulos). Es la hora del alba y, todo lo que tiene que hacer, es disponer su alma, para captar uno de los más vibrantes, emotivos y bellos espectáculos de la naturaleza, donde podrá apreciar dentro de una inequívoca paz, una explosión de luz, color y sentimientos, difícil de mostrar en otros momentos.
Y todo esto, es irrepetible y, aunque artistas de todas las disciplinas, de todos los movimientos y de todas las épocas, han tratado de emularlo, se han encontrado con la dificultad de su plasmación en arte. Y aun así, quién se subrogaría El éxtasis de Santa Teresa, si no fuera Bernini, David si no Miguel Ángel, La rendición de Breda si no fuera Velázquez, El Quijote si no Cervantes, El lago de los cisnes si no Tchaikovsky, o el western épico de John Ford. Gracias a tantos y tantos genios, que nos hacen a través de su legado, conocer la belleza y el deseo humano de expresarla y, no solo la reconocible, sino la imperecedera belleza de lo inmaterial, de la llama inmortal que todo humano lleva dentro.
François Ozón y su film Frantz, ofrecen todo cuanto expreso aquí y algo más.
Porque cada uno de ustedes, referirá a su yo interior, una historia diferente; igual en sus conceptos básicos, pero cada matiz, influirá en cada uno de nosotros, de distinta forma, afectando a distintas fibras, al igual que hace, por ejemplo, el sol: a todos nos llega, a todos nos calienta, a todos nos ilumina, pero con distintos rayos.
Frantz, es desde el majestuoso cartel promocional, al que me quedo enganchado cada vez que lo veo, por culpa de la atrayente y comunicativa mirada de la protagonista y la condición reflexiva del actor que la acompaña, que por cierto, tiene un parecido espectacular con el genio Dalí en su juventud, como decía, es esa historia que se colará dentro de tu corazón, sin que te des cuenta y, te abrumará a la vez que te elevará al éxtasis; te sobrecogerá para liberarte después y, te volverá a emocionar más allá de tus propios recursos.
La pulcra fotografía en blanco y negro, es, como en pocas películas actuales, necesaria y las breves transiciones al color, llenas de melancolía y precisas para enfatizar determinados momentos.
La ambientación (Alemania 1919), es exquisita y se nota sobre todo en el vestuario de la protagonista.
Los actores están… no tengo adjetivos exactos y suficientes para describirlos: desde el primero al último, geniales; pero si tengo que hablar de Paula Beer y Pierre Niney, ahí ya sí que me quedo rotundamente sin palabras: una de las mejores actuaciones que he visto jamás, llenas de recursos y naturalidad, que harán de usted, un partícipe más de la historia que presencia.
En cuanto a la historia en sí, es una muestra de sacrificio humano, de culpa y arrepentimiento, de la solicitud de perdón y de la concesión de él en condiciones extremas, de la oferta de felicidad a otros dentro del propio dolor y, es también, un viaje sentimental a la experiencia de la esperanza.
En muchos momentos, no he podido reprimir ni la emoción ni el llanto. Pero no es una película lacrimógena, se los aseguro, al igual que también les aseguro, que es una película que va directa a la fibra sensible y al sentido más puro del ser, a ese sentido endógeno que llamamos humanidad y, a esa fuerza irracionalmente racional que conforma al ser humano.

© francisco javier costa lópez
8 de enero de 2012 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He sentido la incapacidad para andar. He sentido dolor en las manos y he balbuceado como un anciano. He sentido el arrojo que te lleva a superar los golpes, la fortuna de conocer gente, sin vulgares intereses por mi parte. He sentido que el amor trasciende en el tiempo, más allá de lo creíble, y he sentido que la muerte, para quien ha vivido en esa plenitud, sólo es un resurgir, en quien de verdad ha estado a tu lado.
Y he sentido ver una historia maravillosa, de una sensibilidad que estremece, contada con una maestría sublime, poco vista hoy en día y que según avanza, se convierte poco a poco en tu propia esperanza, en tus propias vivencias, en tus amores y recuerdos, en esa tranquila vida, llena de humanidad a la que todos aspiramos.
Si una película, es capaz, como esta, de hacerme sentir, lo que digo haber sentido, seguramente, para mí, no es un cine cualquiera: es una bellísima historia, que te envuelve en un halo de humanidad, tanto como lo puede hacer la propia vida, si tú te lo propones. Ese creo que es el mensaje básico, que la novela de Scott Fitzgerald, trata de transmitir.

En el orden técnico, hablar de un acertadísimo casting: todos los actores, empapan a sus personajes del ánima necesaria, para no sólo hacerlos creíbles, sino naturales a la vez. La banda sonora, se actualiza según la época, marcando aún más la tonalidad melancólica, y la música propia del film, es cuando menos, relajante, equilibrante, en muchos momentos, en los que el corazón, parece no aguantar. David Fincher, ha logrado, en mi modesta opinión, crear una película, que veré más de una vez, y de la que espero sacar otros sentimientos, que me ayuden a caminar por este incierto mundo.

Se la recomiendo, sin ningún interés, sólo porque sé de antemano, que me lo agradecerá. De nada.
9 de mayo de 2020 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué a esta película, increíblemente, por su música, pues soy seguidor incondicional del compositor de la banda sonora Max Richter, excelente en cada una de sus composiciones, de las que se pueden encontrar multitud de referencias en Youtube, y que de paso recomiendo a todo buen amante de la música: como referencia aparte de composiciones destinadas a otras propuestas musicales, es el autor de las bandas sonoras de las películas como, Ad Astra, La llegada, Testamento de juventud o María Reina de Escocia.
Ahora sobre el film y seré muy breve y conciso: bellísimamente filmado, tristísima historia, densa, cruda y cruel. Dolorosa y humana, al mismo tiempo generadora del perdón y reconciliación de los humanos, a través de la tierra, de lo que los enfrentó y de lo que ahora los une. Brillantes interpretaciones de todos y cada uno del elenco de actores sin saltarme a ninguno.
No es película para todos, no es un western al uso del recordado John Wayne, pero sí es una muestra de buen cine aunque cuesta digerirla, porque no deja indiferente y aunque parezca mentira, actúa como un bálsamo, ya que al poco de terminar, notas que la trágica historia termina como debe terminar: «la muerte nos llega a todos» (Jefe cheyenne).
Busca el momento adecuado para verla. Recomendable.
No hay de qué.
1 de octubre de 2011 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser seguidor del gran Sir Anthony Hopkins, y ser admirador de la belleza de Nicole Kidman, no garantiza, por lo menos a mi, y en esta película, un producto de autentica calidad. De todas formas, he de reconocer, que sólo cuatro actores, son capaces de llevar con solvencia, con honestidad profesional, el desarrollo de todo el film, y también he de reconocer, que los dos secundarios, son a su vez otros grandes de la pantalla: Gary Sinise (al que recuerdo por varias películas, pero sobre todo por la magnífica "Forrest Gump") y Ed Harris (al que siempre tengo presente por su trabajo en "Enemigo a las puertas"). En cuanto a la historia, resulta poco creíble, y digo creíble, no imposible, dado el cruce de cuatro vidas "errantes, con crueles pasados y sin destinos definidos". Todos, en algún momento de nuestras vidas, de una u otra forma, hemos soportado, compartido, apiadado, horrorizado, por lo que el personaje que interpreta Gary, el escritor y narrador de la película, menciona al final, como título de su libro, y título de la película "La mancha humana". Cuando terminé de ver esta película, me encontraba cabreado, pero en ese momento, no sabía el porqué. Ahora entiendo, que es posible, que decidiera verla y obtener más de lo que da, pero el error esta en mi, no en la cinta. También es verdad, que la película explicita demasiado, y ello, quiza merma su labor reflexiva, pero nada más que objetar a un producto diseñado para el consumo, aunque su sabor no sea del todo satisfactorio. Hopkins, sin llegar a la altura de otras interpretaciones, está correcto, Kidman, bella, sensual y aguantando los planos cortos de su rostro para envolvernos con sus diamantinos ojos, Sinise correcto y eficaz como siempre, y Harris, en una caracterización sorprendente, resuelta con eficacia.
14 de noviembre de 2011 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si comparamos la historia milenaria, por ejemplo, de Europa o Asia, con la más reciente de los EEUU, hay un gran abismo, de ahí, que los americanos, sepan salvaguardar cualquier vestigio de ella a toda costa. Y esto es en principio, lo que plantea esta película: un repaso a la historia de esta nación, en combinación con una inteligente trama, organizada como si se tratara de subir una escalera, donde al final vamos a encontrar un merecido premio. La historia crece, como crece la ansiedad del espectador a cada giro que va tomando el argumento y la acción de esta entretenida película. Una de las primeras características, para mí, del cine, es su facultad de entretener, y esta lo consigue desde el principio. Nicolas Cage es el Dr. Gates, que nos recuerda al Dr. Jones (Harrison Ford), pero qué más da, si la película nos lleva donde vuela la imaginación, y al final, obtenemos el premio de la satisfacción. El Sr. Cage, ya nos tiene acostumbrados a estos roles de acción, que representa con solvencia, y además, el casting, lo considero muy acertado: el contrapunto de la belleza de Diane Kruger, y el "listillo" Justin Bartha, acompañados de un malo famoso, Sean Bean, y la incorporación de tres pesos pesados como Voight, Keitel y Plummer (este brevemente). En definitiva, se trata de una película de acción trepidante y con una historia de las que engancha hasta el final.
Para reunir a la familia, y darse un espectáculo como los de antes. Pues eso... a verla. No digán que no se la recomendé. De nada.
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