Con esta película no se puede jugar a las adivinanzas porque todo el mundo ganaría.
¿Qué impulsa a una productora a hacer una película tan mediocre?
La podrías ver como se ve una etapa del Tour: medio dormido; porque cuando abrieras los ojos comentarías: 'Lo que yo decía'.
Olvídala

Pocas cosas se pueden destacar de esta película, quizás la lucha entre la amistad y la rivalidad.
El argumento cojea y los diálogos carecen del pellizco necesario.
Hay otras opciones para perder 2 horas.

Personaje real, Al Jennings llegó a ser estrella del cine mudo y casi centenario.
La película, basada en su autobiografía, no destaca por ninguna escena o fotografía, guión, frase o música.
Tampoco son memorables las interpretaciones. Dan Duryea es mejor cuanto más retorcido y avieso sea su personaje, y aquí parece una hermanita de la caridad. Los villanos no están excesivamente clarificados y se justifica el latrocinio.
Rutinaria en exceso, es adecuada sólo para los muy seguidores del género.

No es fácil encontrar una película americana con actores con menos carisma, al menos los protagonistas mas jóvenes.
Rod Cameron se asemeja a Fred MacMurray y aunque mucho menos expresivo, es bueno en las peleas. En la película confiesa que ha cumplido los 30, pero tenía 40. Era canadiense.
Podemos encontrar una excelente carrera de carros con unas estupendas imágenes de los caballos al galope.

Esta película ya está vista en magníficas obras y otras menores.
Matthew Modine, muy lejos de su época de éxito, se muestra rutinario. No se puede decir lo mismo del justiciable y de su ayudante, que son planos. Lo mismo que Forster que lleva veinte años haciendo el mismo papel. Salvo de la quema a Bob Gunton, que me parece estupendo en lo gestual.
Son tan pocos los posibles culpables que, por eliminación, queda el único posible. Hay pocos (quizás uno o dos) giros argumentales. La investigación tampoco parece demasiado llamativa.
No conocemos a la víctima ni se recrea la historia.
Es una película fría.