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7,1
41.280
7
18 de enero de 2017
18 de enero de 2017
46 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí una de esas películas que tienes que ver hasta el final para encajar del todo lo que has visto. En general, bastante lenta, pero llevadera porque los actores se lucen en conjunto. Y es que cuando en una película estás comprobando qué tienes a mano para abrirle la cabeza al que hace de malo, algo tienen que estar haciendo bien. La historia es relativamente sencilla: Amy Adams no anda muy contenta con su vida, y eso que es rica, tiene un marido guapo, un trabajo en una galería de arte pija y una hija de portada del Cosmopolitan. Claro, que el marido la engaña, lo que hacen en la galería poco tiene que ver con el arte y la hija pasa divinamente de su madre. Al menos, sigue siendo rica. La trama arranca cuando recibe un manuscrito con la novela de su primer marido (Gyllenhaal), al que plantó en su momento por pobre y perdedor. La novela trata de un tipo más bien tirando a pasivo al que un grupo de maleantes tejanos saca de la carretera, golpea, secuestra a su mujer y a su hija y deja tirado en medio del desierto. Aprovechando que tiene insomnio y que su marido actual está pegándosela en un hotel en ese momento, Adams se traga la historia del tirón y no puede evitar obsesionarse con la trama, los personajes y cómo de distinta habría sido su vida de no haber dejado a Gyllenhaal. La película avanza en paralelo lo (poco) que pasa en la vida de Adams con lo (mucho) que pasa en la novela y las reflexiones sobre por qué a veces decidimos hacer las cosas que decidimos y la culpa que acarreamos con ello. Ya no se cómo contar más sin spoilers, así que ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En cuanto Adams empieza a leer la novela, identifica con los personajes a su ex, su hija y a ella misma. Es imposible no ver el paralelismo entre Gyllenhaal, al que Adams abandonó por considerarlo débil y apocado, y el protagonista de la novela, que no deja de ser un espectador ante la brutalidad de sus asaltantes y contempla impotente como arrancan de su vida a su mujer y a su hija para siempre. Incluso hacia el final de la historia sigue siendo incapaz de soltar la rabia que lleva dentro a pesar de que ha colaborado en buena parte con su pasividad a destrozar su propia vida. No obstante, el ritmo de la película y las últimas escenas llevan a pensar que en realidad es el personaje de Adams el que ha servido de inspiración para el protagonista del libro. Ha sido ella la que no fue capaz de luchar por su familia, la que se vio despojada de todo por no plantarle cara a la sociedad, a su familia y a sus propias expectativas y defender lo que quería. Y en el proceso, lo ha perdido todo. La venganza última de Gyllenhaal ha sido escribir una novela donde la expone tal y como ahora la ve.

6,1
5.372
5
24 de noviembre de 2014
24 de noviembre de 2014
54 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí otro ejemplo de por qué la fórmula Simpsons no funciona en cine. Me explico. Supongo que a todos nos encanta como durante los dos primeros minutos de los Simpsons se presenta una historia que luego resulta no tener nada que ver con la historia del resto del episodio y que sólo sirve para enganchar. Algo parecido ocurre con las mini-aventuras en las películas de James Bond, cuya relación con la trama suele ser marginal. El problema de este tipo de recurso es cuando se dedica media película a plantear algo que luego no tiene mayor relevancia en el resto de la trama, porque lo único que se consigue es despistar y/o aburrir al espectador, que está buscando como loco el hilo conductor que lleve a un desenlace coherente que, en realidad, no existe. Pongamos por ejemplo Frío en Julio. La historia arranca con una familia media americana en una de esas casas que tienen ventanas y puertas por todos lados y sólo les falta un cartel de "róbame". En estas se despierta la familia tras oír un ruido en el salón y Dexter, con pelo a lo McGiver y bigote de pardillo para que quede claro que estamos en los 80 -por si los estampados no eran suficientes- agarra el pistolón que todo tejano tiene que tener indefectiblemente en una caja de zapatos en lo alto del armario del dormitorio y baja hasta darse de bruces con un ladrón con pasamontañas, al que se liquida sin querer por culpa de los nervios. Teniendo en cuenta que es Texas, en vez de ir al trullo lo sacan en el periódico en plan héroe local, lo que no resulta ser muy buena idea teniendo en cuenta que el padre del difunto acaba de salir de prisión después de un porrón de años y se deja caer por el lugar para saludar y hacer una visita. Pasada la visita y sus efectos, ya se nos ha ido media película y resulta que Hall y Shepard llegan a la conclusión de que en todo el tema hay algo turbio, se hacen amigos del alma y deciden investigar qué ha pasado. A partir de aquí arranca otra película distinta que no se llega a juntar con la primera más que porque algunos de los protagonistas coinciden. El por qué Hall se mete en el fregado que se mete, cuando ni le va ni le viene, y como pasa de ser un pringado que trabaja en una tienda de marcos a convertirse en el primo segundo de Machete en lo que vendrá a ser una semana no llega a entenderse. Y el por qué su mujer no le pide el divorcio cada vez que dice que va a comprar lentejas y vuelve dos días después y con dos tiros, tampoco. Claro que, al ser Texas, igual es lo normal ...
En resumen, actores buenos, argumento flojo.
En resumen, actores buenos, argumento flojo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La clave del asunto está en que el tipo que Hall ha liquidado resulta no ser el hijo de Shepard. No sólo la policía local ha montado todo el cambio de identidad, sino que además intentan liquidar a Shepard de tapadillo. Hall se obsesiona con saber a quién ha matado (que al final ya le da igual y no llega a descubrirse porque acaba siendo irrelevante). Shepard se obsesiona con encontrar a su hijo y ver por qué le protege la policía. Esto segundo se revela, pero tampoco tiene mucho que ver con la segunda parte de la película. En fin, un conjunto de ideas deslavazadas, que, con un guión mejor y contando con la actuación del reparto, podría haber dado una mucho mejor película.
2
19 de octubre de 2020
19 de octubre de 2020
37 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resumen ejecutivo -sin spoilers-: una familia de color a mediados del siglo XX -en plena ley de Jim Crow en Estados Unidos- se cruza en el camino de una secta que pretende usar un grimorio para retornar a un supuesto Eden. Para ello, se dedican a hacerle la vida imposible a dicha familia y, de paso, a todo afroamericano que se cruce en su camino, usando una mezcla de magia, privilegios y mala leche en general.
No creo que vaya a decir nada aquí que no se haya dicho ya en otras críticas; eso si, he aguantado hasta el último episodio para opinar con base. En particular, porque arranqué con un 6 la puntuación y al final se ha quedado en un 2. Y en un deseo expreso de no volver a ver ninguna de las idioteces de Jordan Peele. En fin, vayamos por partes.
Lo primero, la serie tiene poco o nada que ver con Lovecraft ni nada que se le parezca, más allá de alguna referencia a los shoggoth que hace el protagonista en el primer capítulo porque él también, mira por donde, es fan del escritor. Como la mayoría de los que leímos la novela y buena parte de los que han visto la serie. Evidentemente, esta falta de Lovecraft habrá cabreado a mucha gente, pero en mi caso yo ya me la esperaba. La novela es una colección de cuentos sin demasiadas pretensiones, más tirando al estilo de Howard que a Lovecraft que consigue el doble objetivo de resultas entretenida y denunciar la situación de la población negra en EEUU en esa época. La serie ... definitivamente no.
Diría que Jordan Peele ha intentado aprovechar el movimiento Black Lives Matter para perpetrar esta bazofia de adaptación, pero habiendo visto alguna otra cosa de él, queda claro que no le hacía falta excusa. En sus manos, el guión se transforma en un batiburrillo sin sentido, donde la trama se pierde en favor de mostrar lo realmente despreciables, miserables y patéticos que son absolutamente todos y cada uno de los blancos del reparto -TODOS Y CADA UNO-. Y para rematar este concepto, el final es de traca (zona spoiler). Tal vez alguien le dio un toque explicándole que en el mundo hay otros grupos oprimidos porque, ya que estaba, le cambia el género de forma totalmente innecesaria al pequeño de los Freeman y al hijo de los Braithwaite, y en el segundo caso hace doblete con guiño LGBT. Y no es el único; es más, se le dedica un episodio al tema, por qué no, con reducir parte de la trama ...
Se dedica tanto tiempo al empoderamiento de unos y otros que se pierden partes entretenidísimas del libro como la verdadera aventura de Hyppolita Freeman en el espacio. A cambio, nos recuentan el primer episodio de Watchmen, por si alguien se lo había perdido, la guerra de Corea -porque no han sido capaces de meter a los nazis y cambiar judíos por negros-, el romance entre dos personajes que en el libro ni se menciona y yo que se qué más porque ya me había perdido tres episodios atrás. Básicamente porque la trama le importa tan poco a Peele que va a trompicones y se desdice una y otra vez. Si de repente hasta sacan trozos que no se sabe ni a qué vienen ni a donde van, como el arahuaco y la kumiho...
En conclusión, un horror; pero desgraciadamente, no porque de miedo. Si de verdad lo que se quiere es tolerancia, igualdad y entendimiento entre todo el mundo, en mi opinión este definitivamente no es el camino.
No creo que vaya a decir nada aquí que no se haya dicho ya en otras críticas; eso si, he aguantado hasta el último episodio para opinar con base. En particular, porque arranqué con un 6 la puntuación y al final se ha quedado en un 2. Y en un deseo expreso de no volver a ver ninguna de las idioteces de Jordan Peele. En fin, vayamos por partes.
Lo primero, la serie tiene poco o nada que ver con Lovecraft ni nada que se le parezca, más allá de alguna referencia a los shoggoth que hace el protagonista en el primer capítulo porque él también, mira por donde, es fan del escritor. Como la mayoría de los que leímos la novela y buena parte de los que han visto la serie. Evidentemente, esta falta de Lovecraft habrá cabreado a mucha gente, pero en mi caso yo ya me la esperaba. La novela es una colección de cuentos sin demasiadas pretensiones, más tirando al estilo de Howard que a Lovecraft que consigue el doble objetivo de resultas entretenida y denunciar la situación de la población negra en EEUU en esa época. La serie ... definitivamente no.
Diría que Jordan Peele ha intentado aprovechar el movimiento Black Lives Matter para perpetrar esta bazofia de adaptación, pero habiendo visto alguna otra cosa de él, queda claro que no le hacía falta excusa. En sus manos, el guión se transforma en un batiburrillo sin sentido, donde la trama se pierde en favor de mostrar lo realmente despreciables, miserables y patéticos que son absolutamente todos y cada uno de los blancos del reparto -TODOS Y CADA UNO-. Y para rematar este concepto, el final es de traca (zona spoiler). Tal vez alguien le dio un toque explicándole que en el mundo hay otros grupos oprimidos porque, ya que estaba, le cambia el género de forma totalmente innecesaria al pequeño de los Freeman y al hijo de los Braithwaite, y en el segundo caso hace doblete con guiño LGBT. Y no es el único; es más, se le dedica un episodio al tema, por qué no, con reducir parte de la trama ...
Se dedica tanto tiempo al empoderamiento de unos y otros que se pierden partes entretenidísimas del libro como la verdadera aventura de Hyppolita Freeman en el espacio. A cambio, nos recuentan el primer episodio de Watchmen, por si alguien se lo había perdido, la guerra de Corea -porque no han sido capaces de meter a los nazis y cambiar judíos por negros-, el romance entre dos personajes que en el libro ni se menciona y yo que se qué más porque ya me había perdido tres episodios atrás. Básicamente porque la trama le importa tan poco a Peele que va a trompicones y se desdice una y otra vez. Si de repente hasta sacan trozos que no se sabe ni a qué vienen ni a donde van, como el arahuaco y la kumiho...
En conclusión, un horror; pero desgraciadamente, no porque de miedo. Si de verdad lo que se quiere es tolerancia, igualdad y entendimiento entre todo el mundo, en mi opinión este definitivamente no es el camino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Este es un spoiler de los de campeonato, así que léase al riesgo de cada uno. Por si la completa y absoluta demonización -a veces literal- de todos los miembros caucasicos del reparto no había sido suficiente, el final con Leti diciéndole a Christina que salvar el mundo ha consistido en quitarle la magia a todos los blancos, porque ahora les toca a ellos (¿les toca qué? ¿hacer las mismas barbaridades que les han hecho? ¿y se incluye a las razas no blancas ni negras en el reparto de magia? ¿los beneficiados son sólo los afroamericanos o también valen los africanos? ¿y de estos últimos, todos, o sólo los políticamente correctos, como los que no practican ablación, o no estaban cometiendo genocidio en el siglo XX? dudas, dudas...) y, poco después, una niña pequeña con un brazo robótico desgarrándole el cuello a una mujer blanca que ya no tiene magia y le pide ayuda debajo de unos escombros (la frase lapidaria es "nunca aprenderán") creo que deja muy claro de qué va la serie en realidad. Con propaganda de este estilo han empezado muchas cosas a lo largo de la historia. Y ninguna buena, me temo.
Miniserie

6,0
3.482
5
10 de febrero de 2020
10 de febrero de 2020
37 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver como cuento esto con spoilers cero ... Richard Armitage, padre de familia de suburbios, es abordado por una desconocida que le comenta que su mujer le ha colado una trola descomunal un par de años antes. En paralelo, pasan un montón de cosas en el barrio que podrían, o no, estar relacionadas. Nadie se cuenta nada entre ellos -ni al espectador-.
Como muchas otras producciones de Netflix, esta serie habría ganado mucho si se hubiese limitado a dos o tres capítulos, en lugar de marear la perdiz con información intrascendente que acaba cansando al espectador y que luego se resuelve de la forma más tonta posible. Básicamente, la premisa para crear misterio reside en darte la información a cucharaditas, pero de muchas cosas a la vez, sólo alguna de las cuales tiene que ver de verdad con la trama. Por poner un ejemplo sin spoiler alguno de la serie: te levantas una mañana y alguien ha erigido un castillo de arena dentro de tu cuarto de baño. Además, te llega la factura del móvil y es el doble de lo habitual, Hacienda te envía una citación rutinaria y el portero no te saluda esa mañana. Misterio servido para 8 capítulos por lo menos.
Lo más decepcionante es lo poquísimo relacionado que está casi todo con la trama principal. Juegos de manos para estirar la historia hasta el formato estándar Netflix, básicamente. Para pasar el rato si no tiene una mucho que hacer y poco más.
Como muchas otras producciones de Netflix, esta serie habría ganado mucho si se hubiese limitado a dos o tres capítulos, en lugar de marear la perdiz con información intrascendente que acaba cansando al espectador y que luego se resuelve de la forma más tonta posible. Básicamente, la premisa para crear misterio reside en darte la información a cucharaditas, pero de muchas cosas a la vez, sólo alguna de las cuales tiene que ver de verdad con la trama. Por poner un ejemplo sin spoiler alguno de la serie: te levantas una mañana y alguien ha erigido un castillo de arena dentro de tu cuarto de baño. Además, te llega la factura del móvil y es el doble de lo habitual, Hacienda te envía una citación rutinaria y el portero no te saluda esa mañana. Misterio servido para 8 capítulos por lo menos.
Lo más decepcionante es lo poquísimo relacionado que está casi todo con la trama principal. Juegos de manos para estirar la historia hasta el formato estándar Netflix, básicamente. Para pasar el rato si no tiene una mucho que hacer y poco más.
Serie

5,2
395
5
1 de julio de 2018
1 de julio de 2018
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar por la parte sin pataleo por si alguien quiere saltárselo y ver la serie sin influencia alguna. Leila (la prota) acaba de perder a su madre después de una enfermedad larga y quedarse solísima en el mundo. Su escape es un videojuego MMORPG con el que interactúa por Realidad Aumentada. En el mundo virtual conoce a otra chica que la introduce en una zona escondida del sistema y le presenta a un grupo un tanto rarete que se llaman a si mismos los Red Pills. El grupo orbita alrededor de un misterioso personaje llamado Adrian que parece saber demasiado de todos ellos. El problema real empieza cuando el mundo virtual y el real empiezan a mezclarse más de lo deseable ... Mucho más no puedo contar sin spoilers más allá de que la historia es, tal y como parece, una mezcla de Ready Player One con un thriller. Los personajes, si bien ninguno me cae particularmente bien, son creíbles hasta cierto punto y la historia empieza a coger algo de velocidad a partir del segundo episodio. Lo malo es que ... (ahora viene el pataleo -sin spoilers-; seguid leyendo a vuestro propio riesgo.)
Si hubiera escrito esto después de un par de episodios en lugar de después de terminar la serie, probablemente le habría dado otra nota, pero cada vez me molesta más que todo el mundo dimensione su contenido al (su) caso mejor, es decir, que te van a pagar durante años por estirar tu historia como un chicle. ¿Que sacamos un libro? Planifiquemos para que el arco sean 7 tomos y los lectores no tengan una conclusión satisfactoria hasta 10 o 15 años después. ¿Que me pagan por hacer una serie? Asumamos que va a tener 7 temporadas. Y para que la gente pida más, que mejor que dejar el final en un maxi-cliffhanger donde después de 1000 páginas o, al caso, 9 horas de video, la historia no sólo no termine sino que se quede más abierta que nunca. Así a lo loco, en plan El Imperio Contraataca. No creo que haga falta recordar que el primer libro de Juego de Tronos se publicó en el 96. Y seguimos sin vista de que se publique el último. Tampoco hay que comentar el efecto Perdidos. Lo increíble es que antes en una película de una hora y media se contaba más que en cualquier miniserie (o serie) de ahora.
Si hubiera escrito esto después de un par de episodios en lugar de después de terminar la serie, probablemente le habría dado otra nota, pero cada vez me molesta más que todo el mundo dimensione su contenido al (su) caso mejor, es decir, que te van a pagar durante años por estirar tu historia como un chicle. ¿Que sacamos un libro? Planifiquemos para que el arco sean 7 tomos y los lectores no tengan una conclusión satisfactoria hasta 10 o 15 años después. ¿Que me pagan por hacer una serie? Asumamos que va a tener 7 temporadas. Y para que la gente pida más, que mejor que dejar el final en un maxi-cliffhanger donde después de 1000 páginas o, al caso, 9 horas de video, la historia no sólo no termine sino que se quede más abierta que nunca. Así a lo loco, en plan El Imperio Contraataca. No creo que haga falta recordar que el primer libro de Juego de Tronos se publicó en el 96. Y seguimos sin vista de que se publique el último. Tampoco hay que comentar el efecto Perdidos. Lo increíble es que antes en una película de una hora y media se contaba más que en cualquier miniserie (o serie) de ahora.
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