You must be a loged user to know your affinity with Clemenza97
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

8,3
95.290
10
8 de marzo de 2018
8 de marzo de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto fue lo último que le dijo Alfredo a Totó antes de que partiera del pueblo que le vio crecer para no volver. La frase de un hombre que quiso y no pudo por sus circustancias, y que no quiere que su pupilo, la persona que más quiere, repita su error.
Cinema Paradiso es algo más que la suma de sus partes; es algo más que un buen guión, la partitura de Morricone o unas grandes interpretaciones. Es un todo que traspasa al espectador, es una lección de vida que deja un poso en el que la ve, más allá del lagrimeo momentaneo, que le hace reflexionar e irse con un nudo en la garganta.
La película refleja a la perfección la vida en los pueblos, la cultura mediterránea, el espíritu y la picaresca latina a un nivel que parece casi documental. Pero es ante todo un tributo al cine, a su historia y a las salas de cine, como lugar de reunión, como entrada de cultura, como espectáculo y acontecimiento. Una vía de escape de la miseria, la pobreza y el hambre de la Sicilia de la época.
Ese homenaje al cine culmina con la escena final, la cual es sencillamente una obra de arte que emocionaría al público más apático.
Este film es una historia de personas, de emociones y de vivencias. Del amor verdadero, del amor paternal sea biológico o no, del amargo pasar del tiempo o de lo agridulce del reencuentro. Todos hemos sido Totó en algún momento, o Alfredo, o Elena. La vida a veces no sale como esperamos, porque no todo es vivir felices y comer perdices; la vida como los besos en los dramas clásicos, es a veces, hermosamente amarga.
Cinema Paradiso es algo más que la suma de sus partes; es algo más que un buen guión, la partitura de Morricone o unas grandes interpretaciones. Es un todo que traspasa al espectador, es una lección de vida que deja un poso en el que la ve, más allá del lagrimeo momentaneo, que le hace reflexionar e irse con un nudo en la garganta.
La película refleja a la perfección la vida en los pueblos, la cultura mediterránea, el espíritu y la picaresca latina a un nivel que parece casi documental. Pero es ante todo un tributo al cine, a su historia y a las salas de cine, como lugar de reunión, como entrada de cultura, como espectáculo y acontecimiento. Una vía de escape de la miseria, la pobreza y el hambre de la Sicilia de la época.
Ese homenaje al cine culmina con la escena final, la cual es sencillamente una obra de arte que emocionaría al público más apático.
Este film es una historia de personas, de emociones y de vivencias. Del amor verdadero, del amor paternal sea biológico o no, del amargo pasar del tiempo o de lo agridulce del reencuentro. Todos hemos sido Totó en algún momento, o Alfredo, o Elena. La vida a veces no sale como esperamos, porque no todo es vivir felices y comer perdices; la vida como los besos en los dramas clásicos, es a veces, hermosamente amarga.

7,4
38.921
9
16 de febrero de 2025
16 de febrero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El jueves fui a mi cine de confianza en Sevilla a verla de reestreno en VOSE.
Salí sabiendo que me había gustado, pero con dudas de cuánto, y después de estar dos días obsesionado y de que mi alrededor me evocara escenas, personajes o momentos, me di cuenta de que era innegable que me había llegado de una forma especial.
Al salir del cine, también me preguntaba si es posible estar enamorado de una ciudad donde no has nacido ni has vivido, un lugar que conoces solo porque has estado unos días de viaje o porque has visto un par de películas o reportajes. A mí me pasa con Roma.
Siempre he dicho que los italianos tienen una sensibilidad especial, y Sorrentino en concreto es un apasionado de la belleza, de la vida y de su país, igual que Jep Gambardella.
Jep, un vividor en el buen sentido de la palabra, un dandy, un tipo al que, a pesar de su estilo de vida, el vicio no ha consumido, se ha hastiado de su entorno. Tras cumplir 65, esos placeres de los que tanto ha disfrutado quizás le empiezan a aburrir, llegando incluso a plantearse volver a escribir. Se pregunta si quizás él podría ser capaz de escribir con éxito un libro sobre la nada, ese que intentó Flaubert.
Mientras tanto, sigue dedicándose a vivir, a observar, a pasear de noche, a salir y a intentar pasarlo bien, en su Roma, esa de la que cada vez sale menos y que cada vez cambia más, pero en la que nunca te aburres.
Salí sabiendo que me había gustado, pero con dudas de cuánto, y después de estar dos días obsesionado y de que mi alrededor me evocara escenas, personajes o momentos, me di cuenta de que era innegable que me había llegado de una forma especial.
Al salir del cine, también me preguntaba si es posible estar enamorado de una ciudad donde no has nacido ni has vivido, un lugar que conoces solo porque has estado unos días de viaje o porque has visto un par de películas o reportajes. A mí me pasa con Roma.
Siempre he dicho que los italianos tienen una sensibilidad especial, y Sorrentino en concreto es un apasionado de la belleza, de la vida y de su país, igual que Jep Gambardella.
Jep, un vividor en el buen sentido de la palabra, un dandy, un tipo al que, a pesar de su estilo de vida, el vicio no ha consumido, se ha hastiado de su entorno. Tras cumplir 65, esos placeres de los que tanto ha disfrutado quizás le empiezan a aburrir, llegando incluso a plantearse volver a escribir. Se pregunta si quizás él podría ser capaz de escribir con éxito un libro sobre la nada, ese que intentó Flaubert.
Mientras tanto, sigue dedicándose a vivir, a observar, a pasear de noche, a salir y a intentar pasarlo bien, en su Roma, esa de la que cada vez sale menos y que cada vez cambia más, pero en la que nunca te aburres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El realismo mágico tan característico de Sorrentino casa muy bien con el misticismo que encierra la ciudad eterna y el extravagante ambiente en el que se mueve el protagonista.
Es una película de momentos, de diálogos y de imágenes: la secuencia inicial de la fiesta de cumpleaños, el golpe de realidad a su amiga sobre su vida en la terraza, la despedida de su mejor amigo, al que, después de cuarenta años, Roma había decepcionado, aquella primera vez de Jep en el faro, la noche en la que visitan los edificios más bonitos de Roma con el tipo del maletín o la escena más bonita de créditos que yo haya visto.
En definitiva, es una cinta sobre la vida, sobre la banalidad, la superficialidad y lo importante, sobre la nostalgia y la decadencia, sobre Roma, sobre la búsqueda de la gran belleza.
Es una película de momentos, de diálogos y de imágenes: la secuencia inicial de la fiesta de cumpleaños, el golpe de realidad a su amiga sobre su vida en la terraza, la despedida de su mejor amigo, al que, después de cuarenta años, Roma había decepcionado, aquella primera vez de Jep en el faro, la noche en la que visitan los edificios más bonitos de Roma con el tipo del maletín o la escena más bonita de créditos que yo haya visto.
En definitiva, es una cinta sobre la vida, sobre la banalidad, la superficialidad y lo importante, sobre la nostalgia y la decadencia, sobre Roma, sobre la búsqueda de la gran belleza.

7,7
56.021
9
28 de julio de 2019
28 de julio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Campanella lo has vuelto a hacer. Si ya con “El secreto de sus ojos" me ganaste para siempre, con esta película me reafirmo.
No se si es el acento argentino, los personajes llenos de vida de tus películas, o esa mezcla de sensibilidad y realismo tan envolvente; que siempre, al terminar, me llevo una lección de vida y un nudo en la garganta a partes iguales.
El hijo de la novia nos habla de la vida y sus errores, de lo mundano, del estrés y el trabajo, de lo superficial y de lo importante, pero sobre todo es una oda a la familia, aunque no siempre sea la de sangre.
También nos habla del amor, el de verdad, al que algunos consideran utópico, inexistente, pero que por fortuna existen ciertas personas para demostrar su existencia, como es el caso de Nino y su amada Norma.
Campanella de la mano de su muso Ricardo Darín, abarca el costumbrismo y la cotidianidad con veracidad y sutileza, para buscar la sensación de pertenencia y autorreflejo en el espectador.
En definitiva el hijo de la novia nos recuerda que lo verdaderamente importante en este mundo de hoy en día, a veces pasa a un segundo plano y se va borrando sin dejar rastro hasta acabar perdido como si de un alzheimer se tratara.
No se si es el acento argentino, los personajes llenos de vida de tus películas, o esa mezcla de sensibilidad y realismo tan envolvente; que siempre, al terminar, me llevo una lección de vida y un nudo en la garganta a partes iguales.
El hijo de la novia nos habla de la vida y sus errores, de lo mundano, del estrés y el trabajo, de lo superficial y de lo importante, pero sobre todo es una oda a la familia, aunque no siempre sea la de sangre.
También nos habla del amor, el de verdad, al que algunos consideran utópico, inexistente, pero que por fortuna existen ciertas personas para demostrar su existencia, como es el caso de Nino y su amada Norma.
Campanella de la mano de su muso Ricardo Darín, abarca el costumbrismo y la cotidianidad con veracidad y sutileza, para buscar la sensación de pertenencia y autorreflejo en el espectador.
En definitiva el hijo de la novia nos recuerda que lo verdaderamente importante en este mundo de hoy en día, a veces pasa a un segundo plano y se va borrando sin dejar rastro hasta acabar perdido como si de un alzheimer se tratara.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Porque como Rafael (Darín) le dice a Nati por el porterillo, “yo quiero una vida de problemas, los tuyos y los míos, porque quien no tiene problemas, bueno, entonces ese es el peor problema que pueda tener".

6,6
55.854
9
13 de octubre de 2018
13 de octubre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sórdido, así es el aire que se respira en la atmósfera de The Road, un aire muerto, gris, macilento. Lo más parecido al infierno en la tierra, donde no hay cabida a la esperanza, donde todo se ve abocado a un inevitable fin y donde es mejor el suicidio que acabar en el sótano de algún canibal.
The Road es, ante todo, una película infravalorada.
Dirigida por John Hillcoat (Lawless), y basada en la novela de Cormac McCarthy; The Road tiene a un enorme Viggo Mortensen como protagonista. Gran actor, tan infravalorado como la propia cinta.
The Road cuenta la historia de una Tierra que se está muriendo poco a poco, en la que no quedan recursos, y donde, por algún motivo aparentemente desconocido, la población se ha esquilmado quedando reducida a unos cuantos desgraciados y a los cabrones que les persiguen.
Todo este cataclismo es el escenario de fondo para un padre y su hijo, a los cuales les une el amor y una esperanza ingenua, la esperanza de ver alguna luz al final del túnel.
Ellos ejemplifican esa irrefrenable y en ocasiones estúpida lucha innata del ser humano, siempre incansable por sobrevivir aún cuando el horror y la muerte han acabado con todo por lo que merece la pena luchar en este mundo, una lucha, que la mujer y madre de ellos, decidió abandonar a pesar de las súplicas de su marido.
“The Road" es una reflexión acerca del fin de las cosas, de la esperanza y de hasta que punto vale la pena vivir. Cada vez que la veo experimento todo tipo de sensaciones, angustia, horror, pena, amor; un abanico de emociones no demasiado común en este género.
The Road es, ante todo, una película infravalorada.
Dirigida por John Hillcoat (Lawless), y basada en la novela de Cormac McCarthy; The Road tiene a un enorme Viggo Mortensen como protagonista. Gran actor, tan infravalorado como la propia cinta.
The Road cuenta la historia de una Tierra que se está muriendo poco a poco, en la que no quedan recursos, y donde, por algún motivo aparentemente desconocido, la población se ha esquilmado quedando reducida a unos cuantos desgraciados y a los cabrones que les persiguen.
Todo este cataclismo es el escenario de fondo para un padre y su hijo, a los cuales les une el amor y una esperanza ingenua, la esperanza de ver alguna luz al final del túnel.
Ellos ejemplifican esa irrefrenable y en ocasiones estúpida lucha innata del ser humano, siempre incansable por sobrevivir aún cuando el horror y la muerte han acabado con todo por lo que merece la pena luchar en este mundo, una lucha, que la mujer y madre de ellos, decidió abandonar a pesar de las súplicas de su marido.
“The Road" es una reflexión acerca del fin de las cosas, de la esperanza y de hasta que punto vale la pena vivir. Cada vez que la veo experimento todo tipo de sensaciones, angustia, horror, pena, amor; un abanico de emociones no demasiado común en este género.

7,6
85.510
10
19 de febrero de 2018
19 de febrero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Camino a la perdición es todo lo que debe ser una buena película.
Este film de Sam Mendez es para mí la gran infravalorada del género de mafia americana, y no lo comprendo, porque es maravillosa.
Sam Mendez rescata el espíritu clásico de mafia de Coppola (en este caso irlandesa) dándonos un efoque no tan habitual, el de las relaciones paternofiliales; la de los Sullivan, la de los Rooney y la de el Sr. Rooney y Michael, el hijo que siempre quiso tener.
Pero para mi la clave de esta película está en la calidad de sus interpretaciones, en sus silencios, en lo que no se dice, en las miradas, en el antiguo "honor" ya perdido entre los gangsters.
Sorprende tal seriedad y respeto por los códigos del género sin caer en la repetición o en clichés, en el siglo XXI y más en un género tan explotado como este.
Mendez nos da momentos de auténtico cine, y nos transporta a los antiguos días ya olvidados del género negro, sirviendose de este como vehículo para contar una historia de emociones y circunstancias, creando auténtica poesía visual en algunas escenas.
Este film de Sam Mendez es para mí la gran infravalorada del género de mafia americana, y no lo comprendo, porque es maravillosa.
Sam Mendez rescata el espíritu clásico de mafia de Coppola (en este caso irlandesa) dándonos un efoque no tan habitual, el de las relaciones paternofiliales; la de los Sullivan, la de los Rooney y la de el Sr. Rooney y Michael, el hijo que siempre quiso tener.
Pero para mi la clave de esta película está en la calidad de sus interpretaciones, en sus silencios, en lo que no se dice, en las miradas, en el antiguo "honor" ya perdido entre los gangsters.
Sorprende tal seriedad y respeto por los códigos del género sin caer en la repetición o en clichés, en el siglo XXI y más en un género tan explotado como este.
Mendez nos da momentos de auténtico cine, y nos transporta a los antiguos días ya olvidados del género negro, sirviendose de este como vehículo para contar una historia de emociones y circunstancias, creando auténtica poesía visual en algunas escenas.
Más sobre Clemenza97
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here