"Padre ocupado busca pinqüinos que cuidar".

Un divorciado con éxito en su carrera se enfrenta a dos dilemas que ahondan en su alma:

- un padre que añora y no tuvo tiempo de disfrutar
- una familia a la que no le dedica la atención suficiente

Dos factores hacen que se replantee la vida:

- tiene que comprar el único recuerdo que le queda de su padre (un viejo restaurante en Central Park donde su padre le llevaba a celebrar sus cumpleaños cuando estaba en New York) para derribarlo
- el último legado de su padre: una familia de pingüinos que le adoptan enseguida

Dos decisiones que tiene que tomar:

- comprar y derribar el recuerdo de su padre
- dejar ir a sus hijos y la nueva famila (esos pigüinos...)

La solución: en los cines, es tan tierna que no se puede contar.

La verdad es que todo empieza con mucha confusión, no sabes muy bien a qué atenerte, aunque durante toda cinta hasta el clímax intuyes lo que va a pasar, lo necesitas en el fondo. El comienzo es excesivamente oscuro con una secuencia que nada tiene que ver con las otras películas ni con esta, salvo que es el salto al comienzo de la verdadera historia que nos cuentan con John O'conor al frente, tratado como un loco que intenta salvar a su equipo y así mismo entre tanta explosión...