Tal vez, como en filmaffinity se fomenta, lo mejor de las críticas es encontrar la posibilidad de sugerir y, a la par, ser llevado a ver nuevas películas. Las almas gemelas y los amigos se encargan de ello. Pero también puede ser, como ocurre también con frecuencia, que una pequeña crítica te suscite el deseo de encontrarte con una película usualmente mal valorada. Este es el caso.
That's My Boy está dentro de lo que se puede esperar de la filmografía protagonizada por Adam Sandler: humor familiar para alimentar los bajos deseos, los amoríos estrafalarios (ancianos, gordos, familiares, animales, entre otros), y una visión de nuestra época en la que se contrastan siempre el liberalismo y el conservadurismo como medidas de formación.
En esta película puedes encontrar más de estos motivos sexuales y familiares; así que puede sacarte una que otra risa o sonrojo. Pero también está la buena elección de la banda sonora: rock con la guitarra de Van Halen y otros galanazos de los años ochenta. Y también está por allí Susan Sarandon despertando deseos; pero aún mejor, está la hija de Susan Sarandon, Eva Amurri. Aparece en los primeros minutos como la profesora que se involucra sexualmente con el adolescente Donny (Adam Sandler) y de cuya relación vendrá Han Solo (Andy Samberg).
Relájate y trata de disfrutarla sin tanta pretensión. La película no es trascendente, pero tiene el sello de que algunas imágenes se quedarán en tu álbum ilustrado de malas películas con algo interesante.

A veces la crianza en Hollywood malogra a grandes actores y a posibles directores. Lo irónico del caso Affleck es que se ha ido malogrando el actor para darle paso a un soberbio director. Gone Baby Gone, The Town y Argo ahora suman tres valiosos textos fílmicos en una carrera que esperamos siga cosechando más y más adeptos. La verdad es que Aflleck se lo merece.
En esta película, a diferencia de las anteriores, el mérito es aún mayor por el manejo de situaciones sociales e históricas puntuales, una noción del arte y los elementos inscritos en la fisonomía de los años setenta, y por mostrarnos, a la par, cómo se confecciona una buena, notable, película.

Hace rato no veía una película con Rubén Blades. Mis recuerdos solo alcanzan a verlo en Predator 2... y no sale bien librado, ni él ni la película. Espero que en Cristiada -cuando pueda verla- se encuentre en mejores condiciones. Aquí, en Safe House, Rubén Blades es la cuota latina de un filme más que internacional en el que Denzel Washington, Ryan Reynolds, Vera Farmiga, y otros más completan la conocida fórmula vigente para hacer funcionar los thrillers y las películas de acción.
Y para completar la ecuación, el director es el chileno-sueco Daniel Espinosa. Este tipo de películas requieren un pulso afinado en el estudio de los clásicos y la lectura de lo que los espectadores de las salas de cine quieren. Daniel Espinosa parece estar al tanto de lo uno y de lo otro.
Hablar bien de Washington es un lugar común. El que sí madura y mantiene su versatilidad es Ryan Reynolds.
Película interesante que mantendrá el vértigo y la emoción durante toda su duración.

He recomendado esta película a un amigo que le hacía falta sentir que podía alterar su seriedad y forma de ser acartonada para liberar las toxinas que llegan a habitar el cuerpo y el alma. La recomendación le ha caído de perlas y, si por él fuera, esta película debería tener una diez en la calificación que aquí se le da.
Más allá del mensaje, la moraleja, o como se quiera llamar la posible enseñanza de este filme, The Change-up es un pretexto para reivindicar ciertos valores que a veces nos condicionan, como el de la imagen que los demás se hacen de nosotros y cómo deseamos seguir siendo coherentes con algo colo para complacer al resto de la humanidad.
Aún lamento que Jason Bateman no aparezca como algo distinto a lo que realmente puede dar actoralmente. Incluso aquí se siente que le ha pesado un poco el papel. Ryan Reynolds, al contrario, muestra que en la comedia tiene un terreno mucho más grato que en la heroicidad y los súper poderes.

Aunque quedo descontento con el final de esta película, hay que reconocer que tiene un encanto particular en todo lo que en ella ocurre. Seguro que a muchos les pasará que las expectativas que tienen afincadas en Drive les queden levemente satisfechas; a mí particularmente me ocurrió. Y si bien, los personajes, la trama, el arte de la película resultan más que interesantes, lo cierto es que no logro convencerme de que Drive sea todo lo que se había dicho de ella, sobre todo por sus primeros espectadores.
Los momentos iniciales, la forma en que Gosling y Mulligan se seducen, el reencuentro con el ex presidario esposo de Mulligan, las deudas y la venganza pintan muy bien lo que en conjunto no logró sostenerse hasta el último instante.