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5,2
1.528
8
27 de febrero de 2024
27 de febrero de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Algunas personas no son amables con los leones, algunas personas no son amables con los hipopótamos, mejor piénsatelo dos veces y trata de ser amable...
¡Grau! ¡¡Grau!! ¡¡¡GRAU!!!
O explicandolo sin cantar, si eres un contrabandista cazador furtivo que no ama a los animales ni respeta el medio ambiente, y te tropiezas con un par de peleones ecologistas que responden a la descripción de un barbudo al que le encanta competir lanzando chorros de agua con los hipopótamos y un herm... digooo, primo rubiales experimentando con la media melena, pero exactamente el mismo de siempre en todo lo demás -sonreir como un bobalicón y vivir sobre la marcha- sal por patas del continente africano. No eres bienvenido.
Joe Bugner esta vez se topa con la plaza de buddy rubio de Bud ocupada, y se dedica, como toca, a ser un rival codicioso, finolis y autoparódico -cuando viste de corto-
contra el barbudo y el gualtrapas bon vivant (no te confíes: si le ganas un pulso a Terence Hill, todavía le queda otra mano libre).
El productor Italo Zingarelli, al que no sería tan descabellado colgar la medalla de haber descubierto a los Laurel & Hardy camorreros, dirigía su tercera y última película como también su última colaboración con ambos en una jarana disputadilla (más que de costumbre en uno de los combates de Bud) en la espectacular jungla africana metidos en ineludibles -y oportunos- tintes ecologistas cuyo fin didáctico no desvirtuaba los medios de ejecución de rigor que queremos ver puestos en práctica para justificar un mensaje educativo del cuidado del ecosistema. Aquí el único calentamiento que se admite es el de las mejillas de un puñado de bárbaros recibiendo soplamocos orgánicos que, paradójicamente, les dejarán en un estado de difícil sostenibilidad.
Y por cierto, ¡estoy con Bud! Me da igual lo bien que sepa el caviar, parece una caca de cabra enana.
¡Grau! ¡¡Grau!! ¡¡¡GRAU!!!
O explicandolo sin cantar, si eres un contrabandista cazador furtivo que no ama a los animales ni respeta el medio ambiente, y te tropiezas con un par de peleones ecologistas que responden a la descripción de un barbudo al que le encanta competir lanzando chorros de agua con los hipopótamos y un herm... digooo, primo rubiales experimentando con la media melena, pero exactamente el mismo de siempre en todo lo demás -sonreir como un bobalicón y vivir sobre la marcha- sal por patas del continente africano. No eres bienvenido.
Joe Bugner esta vez se topa con la plaza de buddy rubio de Bud ocupada, y se dedica, como toca, a ser un rival codicioso, finolis y autoparódico -cuando viste de corto-
contra el barbudo y el gualtrapas bon vivant (no te confíes: si le ganas un pulso a Terence Hill, todavía le queda otra mano libre).
El productor Italo Zingarelli, al que no sería tan descabellado colgar la medalla de haber descubierto a los Laurel & Hardy camorreros, dirigía su tercera y última película como también su última colaboración con ambos en una jarana disputadilla (más que de costumbre en uno de los combates de Bud) en la espectacular jungla africana metidos en ineludibles -y oportunos- tintes ecologistas cuyo fin didáctico no desvirtuaba los medios de ejecución de rigor que queremos ver puestos en práctica para justificar un mensaje educativo del cuidado del ecosistema. Aquí el único calentamiento que se admite es el de las mejillas de un puñado de bárbaros recibiendo soplamocos orgánicos que, paradójicamente, les dejarán en un estado de difícil sostenibilidad.
Y por cierto, ¡estoy con Bud! Me da igual lo bien que sepa el caviar, parece una caca de cabra enana.

5,7
93.908
9
30 de noviembre de 2023
30 de noviembre de 2023
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Que el cine ¿fantástico? de catástrofes había renacido en los 90 gracias a Roland Emmerich es un hecho tanto como que Bay no desaprovecharía el boom para subirse al carro del revival del género metiendo a Bruce Willis en un cohete espacial -sin despeinarse un bisoñé rubio platino y encanecido a la vez- para la segunda (Hollywood después de Francia) misión más épica y surrealista de su carrera: ir a taladrar un meteorito que amenaza con destruir la tierra escoltado por una tropa de astronautas de taberna graduados en la universidad de la vida. Bay no podía quejarse del festín de posibilidades para los excesos que Jonathan Hensleigh y J. J. Abrams le concedían sobre el papel.
Hay Bays en modo lacrimógeno -existe, aunque todavía nos cueste reconocerlo- para elegir: el de las relaciones maternofiliales (Ken Hudson Campbell, adorable, extraordinario), el de relaciones paternofiliales (el propio Willis y una lolitesca Liv Tyler), el de una barriguita con galletitas saladas...
Hay Bays en modo lacrimógeno -existe, aunque todavía nos cueste reconocerlo- para elegir: el de las relaciones maternofiliales (Ken Hudson Campbell, adorable, extraordinario), el de relaciones paternofiliales (el propio Willis y una lolitesca Liv Tyler), el de una barriguita con galletitas saladas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... el de las despedidas, el de las reconciliaciones... o los bodorrios.
E ídem de todo lo dicho para los remaches de humor (grueso preferentemente, maxime teniendo a Owen Wilson y Steve Buscemi zumbando por la nave o el bar), sin excluir a, apenas, ninguna de las situaciones mencionadas a excepción de las bodas, que son siempre para emocionarse, rendir tributo a los caídos, soltar el moco celebrando el romanticismo y tararear "aiiiiii donuoonaa clouusss maiaiiiiiiissss".
Bay sabe lo que se pesca. Y aunque los fans más puristas de Aerosmith no se coscasen, Steven Tyler también.
Nunca menosprecies una peli de meteoritos en la que oirás exclamar cosas como "es lo que llamamos un destructor total" y "o lo hacemos nosotros o nadie lo hará" a sus protagonistas.
Hasta Ben Affleck funciona.
E ídem de todo lo dicho para los remaches de humor (grueso preferentemente, maxime teniendo a Owen Wilson y Steve Buscemi zumbando por la nave o el bar), sin excluir a, apenas, ninguna de las situaciones mencionadas a excepción de las bodas, que son siempre para emocionarse, rendir tributo a los caídos, soltar el moco celebrando el romanticismo y tararear "aiiiiii donuoonaa clouusss maiaiiiiiiissss".
Bay sabe lo que se pesca. Y aunque los fans más puristas de Aerosmith no se coscasen, Steven Tyler también.
Nunca menosprecies una peli de meteoritos en la que oirás exclamar cosas como "es lo que llamamos un destructor total" y "o lo hacemos nosotros o nadie lo hará" a sus protagonistas.
Hasta Ben Affleck funciona.

6,0
5.441
10
29 de octubre de 2023
29 de octubre de 2023
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Soy lo más alejado que alguien podría tener delante a lo que se considera un tipo chovinista o de tendencias patrióticas, y menos cuando lo que nos ocupa es el puro y simple ejercicio de la creatividad, pero pocas (que no la única) de las reuniones del rubio veneciano y el barbudo napolitano devoradores de habichuelas (perdón, de salchichas) nacieron tan predispuestas a convertirse en, no ya en cintas de culto popular atemporales (eso lo son todas), sino en clásico de la comedia indiscutible de la pareja que, todavía con más propiedad de lo acostumbrado en los spaghettis almerienses, y por la proliferación de actores en el reparto, más cerca estaría de catalogarse 'la película española de Terence Hill & Bud Spencer' con Luis Barbero como inesperado cómplice de las bromas, Emilio Laguna tratando de poner orden musical en ese pletórico coro de gorgoritos, resoplidos y pedorretas vocales o el inolvidable villano que va siendo progresivamente escaldado, el francotirador Manuel de Blas con el que Mark William Calaway "The Undertaker" -le conozca o no- tiene una deuda pendiente a título vitalicio... aunque básicamente se limite a interpretar a su Dracula en 'Los monstruos del terror' con un sombrero de ala ancha.
Y remitiéndonos a más clásicos naschyanos, otra de las musas del fantaterror, la estadounidense Patty Shepard, se da un gratísimo y pizpireto baño de desenfado dejándose ligar por Hill en el circo ambulante.
Hay días tontos -ojalá nunca desaparezcan- en los que la risa te entra por el chiste fácil (o así lo parece) y lo único que necesitas es que estos dos zanguangos se pongan a repartir una somanta de hostias finas a cascoporro o pegarse carreras con la moto mientras se lo retransmiten en vivo a un glotón John Sharp y un histriónico, pasado de rosca y simpaticón Donald Pleasance ganándose el pan.
Si además eres madrileñ@ y te va la arqueología puedes echarle un ojo a los rincones de tu villa hace medio siglo.
Ser feliz es tan simple como zamparte un canjilón de salchichas, beber mucha cerveza y tararear Dune Buggy mientras esperas a que te devuelvan tu bólido rojo con capota amarilla... a ser posible sin llegar a descubrir que existe una vomitiva secuela pandémica producida por Netflix a la que te conviene no acercarte.
Pero ésta es gloriosa.
Y remitiéndonos a más clásicos naschyanos, otra de las musas del fantaterror, la estadounidense Patty Shepard, se da un gratísimo y pizpireto baño de desenfado dejándose ligar por Hill en el circo ambulante.
Hay días tontos -ojalá nunca desaparezcan- en los que la risa te entra por el chiste fácil (o así lo parece) y lo único que necesitas es que estos dos zanguangos se pongan a repartir una somanta de hostias finas a cascoporro o pegarse carreras con la moto mientras se lo retransmiten en vivo a un glotón John Sharp y un histriónico, pasado de rosca y simpaticón Donald Pleasance ganándose el pan.
Si además eres madrileñ@ y te va la arqueología puedes echarle un ojo a los rincones de tu villa hace medio siglo.
Ser feliz es tan simple como zamparte un canjilón de salchichas, beber mucha cerveza y tararear Dune Buggy mientras esperas a que te devuelvan tu bólido rojo con capota amarilla... a ser posible sin llegar a descubrir que existe una vomitiva secuela pandémica producida por Netflix a la que te conviene no acercarte.
Pero ésta es gloriosa.

5,9
7.433
10
5 de octubre de 2023
5 de octubre de 2023
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Si 'Yojimbo' (1961, Akira Kurosawa) tuvo su propia relectura en western (y no es que fuese la única del maestro) no iba a hacérsele de menos a un cine de gangsters que, atmósfera inhóspita y polvorienta mediante, y sobre todo si es tratándose de Walter Hill, iba a oler igualmente a western por los cuatro costados.
Ley seca, contrabando de alcohol y una guerra entre irlandeses e italianos en la frontera con Mexico con un Willis depresivo, seco y meditabundo tocado por la mejor tradición de los pistoleros errantes (aunque en este caso con nombre... pongamos John Smith).
Bruce Willis -convertido en segunda muesca de la trilogía de Hill junto a los padrinos insignes del Planet Hollywood, ea he tenido que decirlo-, Christopher Walken, Bruce Dern, William Sanderson ('Deadwood'), Ned Patrick Kelly ('Twin Peaks'), Ned Eisenberg ('Ley y orden') y Michael Imperioli ('Los Soprano') se enzarzan en una refriega de clanes, sombreros, alcohol y metralletas desde el primer momento en el que al primero se le ocurre ponerle los ojos encima a Karina Lombard ('The L Word') cuando pasa delante de su Ford A Coupe:
"Ella estaba de muy buen ver... pero esperaba no volver a verla nunca más"
Leslie Mann ejerce a la vez como chica en apuros, cortesana y sugerente femme fatale años antes de encasillarse en el papel de esposa de Judd Apatow.
Sobra aclarar que Hill saca mejor partido a la voz en off narradora de Willis que Richard Rush ('El color del dinero'), y que no le queda mal lo de cortarse el pelo donde tiene y llevarlo largo justamente donde le escasea.
No fue un éxito. Afortunadamente a Hill eso suele importarle un carajo, tanto como ubicar una de gangsters en las localizaciones y escenarios idóneos para una del oeste.
Bien por eso, diablos.
Ley seca, contrabando de alcohol y una guerra entre irlandeses e italianos en la frontera con Mexico con un Willis depresivo, seco y meditabundo tocado por la mejor tradición de los pistoleros errantes (aunque en este caso con nombre... pongamos John Smith).
Bruce Willis -convertido en segunda muesca de la trilogía de Hill junto a los padrinos insignes del Planet Hollywood, ea he tenido que decirlo-, Christopher Walken, Bruce Dern, William Sanderson ('Deadwood'), Ned Patrick Kelly ('Twin Peaks'), Ned Eisenberg ('Ley y orden') y Michael Imperioli ('Los Soprano') se enzarzan en una refriega de clanes, sombreros, alcohol y metralletas desde el primer momento en el que al primero se le ocurre ponerle los ojos encima a Karina Lombard ('The L Word') cuando pasa delante de su Ford A Coupe:
"Ella estaba de muy buen ver... pero esperaba no volver a verla nunca más"
Leslie Mann ejerce a la vez como chica en apuros, cortesana y sugerente femme fatale años antes de encasillarse en el papel de esposa de Judd Apatow.
Sobra aclarar que Hill saca mejor partido a la voz en off narradora de Willis que Richard Rush ('El color del dinero'), y que no le queda mal lo de cortarse el pelo donde tiene y llevarlo largo justamente donde le escasea.
No fue un éxito. Afortunadamente a Hill eso suele importarle un carajo, tanto como ubicar una de gangsters en las localizaciones y escenarios idóneos para una del oeste.
Bien por eso, diablos.

4,0
2.979
8
16 de septiembre de 2023
16 de septiembre de 2023
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Pasado el ecuador de la década los 90 seguían su curso, y por probar que no queda, incluyendo la opción de rescatar la fórmula de buddy movie californiana reemplazando a Bruce Willis y a Damon Wayans por el coletas haikidoka de ascendencia rusa e irlandesa con el hermano de Wayans, creador de 'In Living Color' y futuro director de 'Scary Movie 1 y 2' más serio intentando rascar algo de química y sin contrapunto clown en Seagal. Lo cierto es que lo que hace Wayans recuerda a lo que haría su hermano Damon, esta vez sí, en la futura adaptación a la tele de 'Arma Letal' interpretando a Roger Murtaugh.
Por lo demás Seagal vuelve a las calles, a su zona de confort y más terrenal con camellos de barrio (angelino, repito), pandilleros y gente de poca fiabilidad -Bob Gunton y Brian Cox en modo "dame el dinero y hago lo mío"- recibiendo lecciones de quiromancia, budismo y espiritualidad pregalletera. Lo de si su chaqueta dorada cuenta o no como arma (por el daño que puede infringir observarla más de 5 segundos) habría que debatirlo aparte:
"- Como vuelvas a golpearme ni todas las pócimas chinas podrán arreglar lo que te haré.
- No deberías meterte con esas pócimas chinas porque tengo una en el bolsillo que curará tu contusión.
- ¿Qué contusión??
- ¡Esta contusión!"
Y de paso, además de galletas, hay papelitos para repartir entre Nikki Cox ('Infelices para siempre') interrogada por Seagal - yo te conozco de algo, ¿verdad? Sí, tiraste a mi novio por la ventana- Alexa Vega ('Spy Kids') como su hija y el cocreador de 'John Wick' y director Chad Stahelski pluriempleándose haciendo de ladrón de coches mientras, supongo, curraba como stunt o coreografiando la acción. Tanto a él como Simon Rhee (saga 'Campeón de Campeones') les toca recibir cera por exigencias de guión.
Stephen Tobolowsky ('Memento') hace lo que no te esperas de un actor de su nivel en estos casos: esforzarse como si pelease por un Oscar con apenas 5 minutos de intervención.
Puede que lo más lucrativo y perdurable que John Gray haya hecho sea crear, no demasiados años después, la serie 'Entre fantasmas'. Porque dirigiendo no es David Fincher.
Se deja ver... y la olvidarás, pero funciona a pleno plumón como un pasatiempo de balas, manos fracturadas y rosarios tibetanos.
Por lo demás Seagal vuelve a las calles, a su zona de confort y más terrenal con camellos de barrio (angelino, repito), pandilleros y gente de poca fiabilidad -Bob Gunton y Brian Cox en modo "dame el dinero y hago lo mío"- recibiendo lecciones de quiromancia, budismo y espiritualidad pregalletera. Lo de si su chaqueta dorada cuenta o no como arma (por el daño que puede infringir observarla más de 5 segundos) habría que debatirlo aparte:
"- Como vuelvas a golpearme ni todas las pócimas chinas podrán arreglar lo que te haré.
- No deberías meterte con esas pócimas chinas porque tengo una en el bolsillo que curará tu contusión.
- ¿Qué contusión??
- ¡Esta contusión!"
Y de paso, además de galletas, hay papelitos para repartir entre Nikki Cox ('Infelices para siempre') interrogada por Seagal - yo te conozco de algo, ¿verdad? Sí, tiraste a mi novio por la ventana- Alexa Vega ('Spy Kids') como su hija y el cocreador de 'John Wick' y director Chad Stahelski pluriempleándose haciendo de ladrón de coches mientras, supongo, curraba como stunt o coreografiando la acción. Tanto a él como Simon Rhee (saga 'Campeón de Campeones') les toca recibir cera por exigencias de guión.
Stephen Tobolowsky ('Memento') hace lo que no te esperas de un actor de su nivel en estos casos: esforzarse como si pelease por un Oscar con apenas 5 minutos de intervención.
Puede que lo más lucrativo y perdurable que John Gray haya hecho sea crear, no demasiados años después, la serie 'Entre fantasmas'. Porque dirigiendo no es David Fincher.
Se deja ver... y la olvidarás, pero funciona a pleno plumón como un pasatiempo de balas, manos fracturadas y rosarios tibetanos.
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