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Críticas 226
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
27 de septiembre de 2012 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si con el paso de los años esta película de Ridley Scott pasará a formar parte de las obras maestras del género, pues la sombra de Alien es demasiado alargada, pero en la actualidad por lo menos cumple con su cometido de producto de entretenimiento. Creo que no es tan profunda como anunciaban y tiene muchos fallos de guion, pero se salva por la factura técnica. El reparto la verdad que no destaca por su calidad (o quizá porque están desaprovechados, culpa del guionista y del director). Michael Fassbender no lo veo como una gran revelación, y su personaje no me dice mucho. Noomi Rapace solo cumple correctamente, sin ser su interpretación ninguna genialidad, aunque tampoco daba para más su personaje. Guy Pearce da pena verlo con esa cutre máscara, una decisión desacertada al máximo, pues habiendo tanto buen actor veterano (como Christopher Lee o Martin Landau, por poner solo dos ejemplos) no encuentro explicación a lo que han hecho con su personaje, pues se nota demasiado el engaño, restándole credibilidad a las escenas en las que aparece, y a la película en general. Quizá solo el personaje de Charlize Theron ofrezca unos matices lo suficientemente interesantes como para tener en cuenta, ya que su ambigüedad da pie a mucha incertidumbre y confusión. El resto de secundarios pasan sin pena ni gloria. Con todo esto, parecería que la película es un despropósito, pero todavía tiene Scott la suficiente pericia como para narrar una historia entretenida, por muchos desvaríos en los que se incurra. Conste que le pongo una nota tan alta debido a que todo lo que huela a Alien me parece estupendo, hasta los muy criticados cross-over con la saga Predator, por mucho que se haya perdido la esencia original. Solo espero que en la secuela de Prometheus al director no se le vaya mucho la cabeza y le salga algo más remotamente parecido a su película de 1979.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El androide Michael es lo más despreciable que puede haber, me cae peor que el personaje de Charlize Theron, cuyas desiciones están más justificadas. Pero Michael es la versión en androide de su malvado creador Weyland, nada que ver con el heroísmo del androide Bishop (Lance Henriksen), al que todos recordaremos con cariño. Michael bebe mucho de Ash (Ian Holm), pues está programado para favorecer los intereses de la compañía Weyland (ríase la Umbrella Corporation) a cualquier coste humano, y carece de las leyes de Asimov.
26 de septiembre de 2012 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joya del humor adolescente de la que disfruté como uno, a pesar de que mi edad va para los treinta. Generalmente, tras ver este tipo de películas que tanto adoro, las suelo borrar del ordenador, pero esta me pareció tan especial que la dejé en mi carpeta de películas buenas. Y es que los gags son tan entretenidos y tan numerosos que no hay momento de respiro entre tanta risa, uno corre el riesgo de morir asfixiado. Es genial ver Europa desde el punto de vista USA, lo mismo te la ponen en un altar que te la hunden en la miseria, pero qué genial sería vivir en una Europa así, donde solo hay lugar para la diversión, el sexo, la droga, la comida, la bebida y el manoseo; aquí no se salva nadie. Otro aliciente para ver esta película es la presencia de la diosa Michelle Trachtenberg (con ese vestido que lleva tan provocativo en una escena de discoteca), al siempre cachondo Vinnie Jones, que se recrea autoparodiándose, y a un gamberro músico interpretado por Matt Damon. Así, que “scusi”, que me voy a ver más cine de este tipo, pues la risa es el mejor remedio para la vida.
10 de agosto de 2012 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuál es la causa del éxito de esta serie? Pues que no gira todo en torno a los muertos vivientes, sino a la convivencia de los vivos, obligados a aguantarse unos a otros por las circunstancias. Así sale a flote la bondad y la maldad de unos y otros, todo es motivo de disputa en una mini sociedad de supervivientes que no sólo luchan por sus vidas, sino por no perder la cabeza, aunque algunos sucumben en uno u otro sentido. Los personajes evolucionan psicológicamente y los vemos esforzarse día a día, generando unos admiración y otros rechazo. A veces pasa todo un episodio sin que veamos un solo zombie, pero es que las tensiones humanas que se retratan son tan atractivas que nos olvidamos de que estamos ante una serie de terror y nos parece que el drama monopoliza todo, solo que de tanto en tanto se adereza con un poco de gore para hacer honor al género al que pertenece. La condición humana es un misterio, y en situaciones de tensión se convierte en un circo digno de ser expuesto en escaparates. Y a la mente me viene aquélla frase del coronel Kurtz: “el horror, el horror”.
3 de julio de 2012 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sentado en mi cama escribo esta crítica bajo la atenta mirada de Jack Sparrow, Gandalf, Tony Stark, T-800 y demás entrañables amigos de plástico. Y recuerdo a la princesa Leia que adorna el cuarto de Howard, o el Linterna Verde en el piso de Sheldon y Leonard. ¡Ellos también son frikis como yo! Se dejan ver a menudo por la tienda de comics y merchandising, el único sitio donde puedes encontrarte adultos babeando por un muñeco (cuenta la leyenda que a esos comercios nunca entran féminas, pero yo he visto alguna). Veo las camisetas del doctor Cooper y envidio su fondo de armario. ¿Mola más el capitán Kirk o Picard? ¿Hay más trekkies o fans de Star Wars? Preguntas sin respuestas en el peculiar mundo de la ciencia ficción. Yo soy friki de letras (las ciencias puras no son lo mío), pero aun así siento un vínculo con estos cuatro chicos. Pero eso sí, tan ficticia como el mundo del Señor de los anillos es la vida que se dan estos frikis tan idealizados, porque un auténtico ejemplar de esta especie jamás ligaría ni por internet, ni tendría esos trabajos de ensueño como profesor o ingeniero. El auténtico friki es un negado con las mujeres (tanto que muere virgen), y no tiene un céntimo porque la sociedad no lo comprende y no lo considera útil para nada (salvo que se trate de George Lucas, que excepciones las hay). Yo también quiero una Bernadette (o una Penny, ¡o incluso una Amy!), sueño con trabajar en un despacho y tener unos amigos tan frikis como yo que me entiendan. Pero The Big Bang Theory es una serie de TV, y por tanto igual de ficticia que el Tekken. De todas formas, siempre nos quedarán los amigos imaginarios de esta comedia, tan realista y fantasiosa a la vez, de la que tanto disfruto, como un niño con juguete nuevo. Mientras espero una nueva temporada me conformo con adquirir mis añoradas figuras en el mercadillo (porque no hay billetes para comprarlas nuevas, no tengo un salario de catedrático).
Más preguntas:
¿Play Station o Xbox? ¿Ian Malcolm o Alan Grant? ¿El verde le sienta mejor a Mark Ruffalo o a Edward Norton (de Eric Bana ni hablar)? ¿Qué se fumaron los responsables de Linterna Verde, la película? ¿Zachary Quinto era la mejor opción?
Y como última reflexión: ¿No creen que Melissa Rauch es mil veces más guapa que Kaley Cuoco?
14 de junio de 2012 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Risas enlatadas, grupo de amigos que se reúnen en un bar, amistades que acaban en romances y viceversa; todo ello ya suena a repetición, por lo tanto no se puede decir que esta serie reinvente el género de la comedia televisiva; ¿pero a quién le importa? El buen rato lo pasas igual y los chistes te suenan originales aunque los hayas oído similares en labios de otros actores. Pero How I met your mother sería la mitad de entretenida si no tuviera a Barney Stinson, una combinación perfecta de vulgaridad y estilo, el auténtico dandy. Vale que es un refrito de Joey Tribbiani (mítico de la serie Friends), pero a su vez Tom Haverford (de Parks and Recreation) es una copia del legendario Barney, así que éste ya ha creado escuela, y no hay nada nuevo bajo el sol. Cuesta creer que Neil Patrick Harris sea gay, viendo lo bien que luce el traje de Casanova del siglo XXI. El segundo pilar de HIMYM es Marshall, tan ingenuo como un niño, y grande como Big Foot, el personaje más carismático del reparto, bastante tradicional en contrapunto a su liberal pareja Lily, y gran amigo del pesadito Ted (con el que tantos bocatas simbólicos compartía en su juventud). La que menos gracia me hace es Robin, demasiado correcta en un mundo imperfecto. Lo mejor de la serie: las frases de Barney y sus enrevesados planes para ligar, junto con la maestría con la que los guionistas lían las historias, dando pie a muchos flashbacks, narraciones paralelas y distintas versiones de lo ocurrido según el punto de vista de cada personaje; todo ello proporciona a cada capítulo un desenlace redondo, donde todas las incógnitas son reveladas al final. Eso sí, ¿cómo pueden mantenerse los hijos de Ted pegados al sillón durante tantos años, oyendo la interminable historia que les cuenta su padre? ¿Se les habrá estropeado internet?
Siete temporadas han pasado y todos han ganado arrugas (y algunos kilos), pero la gracia no la han perdido.
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