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Críticas ordenadas por utilidad
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8,3
178.415
8
4 de agosto de 2022
4 de agosto de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras un joven policía, iracundo y ambicioso, trata de sustituir a un más que hastiado y veterano detective, reflexivo y sosegado. Un asesino en serie emprende una carrera de crímenes que no concluirá hasta completar los siete pecados capitales. Y todo ello a través de una ciudad de calles oscuras, donde casi siempre llueve, y que siempre duerme bajo el aullido de las sirenas.
Siempre me pareció que la década de los noventa fue una gran década para el cine, y esta película lo demuestra. Una película, que más que brillar por su intriga, resplandece por la agonía y desesperación del cazador, por una fotografía voluntariamente depresiva. Por un guion con una gran solidez narrativa que no da demasiados volantazos pese a ir en continuo zigzag. Y sobre todo por la sólida madurez interpretativa de Morgan Freeman.
Siempre me pareció que la década de los noventa fue una gran década para el cine, y esta película lo demuestra. Una película, que más que brillar por su intriga, resplandece por la agonía y desesperación del cazador, por una fotografía voluntariamente depresiva. Por un guion con una gran solidez narrativa que no da demasiados volantazos pese a ir en continuo zigzag. Y sobre todo por la sólida madurez interpretativa de Morgan Freeman.

7,9
172.897
9
31 de julio de 2022
31 de julio de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desesperanzadora, desoladora y desasosegante. Desesperanzadora porque no deja lugar ni a un ápice de esperanza. Desoladora porque deja un continuo nudo en la garganta. Desasosegante porque muestra el profundo deterioro de la sociedad occidental y la de su incondicional claudicación.
Una película realizada con un talento extraordinario. Una película que anticipa la caída del imperio. Una película para un fin de siglo, para un fin de Era.
Una película realizada con un talento extraordinario. Una película que anticipa la caída del imperio. Una película para un fin de siglo, para un fin de Era.

8,4
111.389
10
26 de marzo de 2022
26 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos serán los que no se asusten viendo esta película, los menos, quienes no se sorprendan, escasos los que no queden admirados, y casi ninguno que no quiera volver a verla.
Hay una música que nos dirige, que nos esgrime cada giro argumental, cada salto mortal hacia atrás de su camaleónica trama, de una trama que en realidad no es lo más grandioso de su filmación sino que lo son esos planos proverbiales, planos en blanco negro plenos de matices, planos cortos, planos montados, planos secuencia, planos de trávelin, planos estáticos, planos cenitales, planos… inconmensurables.
Creo que todo el mundo coincide -algo no muy habitual- en que sin género de duda ésta es la obra cumbre del maestro del suspense, Alfred Hitchcock. Es una cinta que no es lo que parece en su principio, pero, que como decían en aquel famoso concurso televisivo, “hasta aquí puedo leer”, sí; no puedo contarles más de su argumento pues podría patinar y desvelarles cualquier simple detalle, darles cualquier simple pista que de alguna manera les impidiese seguir como es debido su intrigante relato. Así que dejaré mis más abiertas reflexiones para el spoiler.
En el ámbito del reparto, destacan dos formidables interpretaciones a cargo de Anthony Perkins y Janet Leigh, sobre todo la del primero, el que será ya siempre ese apático personaje de Norman Bates, ese introvertido gerente del Motel Bates, y morador, junto a su madre invalida, de aquella tétrica casona sobre la colina… pero ya les dejo, que como ya dije, no quisiera estropearles la película.
Hay una música que nos dirige, que nos esgrime cada giro argumental, cada salto mortal hacia atrás de su camaleónica trama, de una trama que en realidad no es lo más grandioso de su filmación sino que lo son esos planos proverbiales, planos en blanco negro plenos de matices, planos cortos, planos montados, planos secuencia, planos de trávelin, planos estáticos, planos cenitales, planos… inconmensurables.
Creo que todo el mundo coincide -algo no muy habitual- en que sin género de duda ésta es la obra cumbre del maestro del suspense, Alfred Hitchcock. Es una cinta que no es lo que parece en su principio, pero, que como decían en aquel famoso concurso televisivo, “hasta aquí puedo leer”, sí; no puedo contarles más de su argumento pues podría patinar y desvelarles cualquier simple detalle, darles cualquier simple pista que de alguna manera les impidiese seguir como es debido su intrigante relato. Así que dejaré mis más abiertas reflexiones para el spoiler.
En el ámbito del reparto, destacan dos formidables interpretaciones a cargo de Anthony Perkins y Janet Leigh, sobre todo la del primero, el que será ya siempre ese apático personaje de Norman Bates, ese introvertido gerente del Motel Bates, y morador, junto a su madre invalida, de aquella tétrica casona sobre la colina… pero ya les dejo, que como ya dije, no quisiera estropearles la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es inevitable, al comentar esta película, hablar de la secuencia que la convirtió en inmortal, aquella mítica “secuencia de la ducha", esa secuencia que demuestra la belleza y la plástica que posee la fotografía en blanco y negro, jamás el color hubiese logrado tal intensidad de matices.
Si usted no se escalofría con las cuchilladas que nunca aciertan la carne, con la turbadora música que asemeja a cuchilladas sobre el corazón, si no se estremece al ver como se desagua la sangre, en su justo matiz de negro, sobre los distintos blancos de la blanca porcelana, en una espiral al ritmo de la gravedad por el sumidero, si no se impresiona al ver como el objetivo de la cámara se adentra en el iris ya sin vida de Marion Crane (Janet Leigh), a usted; jamás ninguna película le helará la sangre.
“Psicosis” siempre será ese extraño temblor que nos incomoda cuando en una solitaria habitación de hotel entramos en la ducha, sobre todo, si de ésta cuelga una cortina de baño soportada por anillas.
Y ASÍ ES EL FIN, ES ASÍ EL... "THE END"
Hay un pequeño motel de carretera,
y tras él hay una ciénaga que encierra,
que entierra, a un robusto y largo, “Sierra”,
un auto que en la lluvia se perdiera.
Y a una dama de rubia cabellera,
en él le dio sepulcro bajo tierra,
Norman “Beits”, un buen hijo a quien aterra,
la sombra de su madre dentro y fuera.
Pero el relato oculta un gran misterio:
¿Quién hay tras el umbral de la casona?
¿Quién es esa figura temible y hosca…?
Por qué en el antiguo cementerio,
no hallan el cuerpo, dentro de su arcona,
de quien, ahora, no mata; ni a una mosca...
..Cierra el plano y se abre a una secuencia extrayendo el vehículo de la ciénaga. Fundido en negro y... THE END
Si usted no se escalofría con las cuchilladas que nunca aciertan la carne, con la turbadora música que asemeja a cuchilladas sobre el corazón, si no se estremece al ver como se desagua la sangre, en su justo matiz de negro, sobre los distintos blancos de la blanca porcelana, en una espiral al ritmo de la gravedad por el sumidero, si no se impresiona al ver como el objetivo de la cámara se adentra en el iris ya sin vida de Marion Crane (Janet Leigh), a usted; jamás ninguna película le helará la sangre.
“Psicosis” siempre será ese extraño temblor que nos incomoda cuando en una solitaria habitación de hotel entramos en la ducha, sobre todo, si de ésta cuelga una cortina de baño soportada por anillas.
Y ASÍ ES EL FIN, ES ASÍ EL... "THE END"
Hay un pequeño motel de carretera,
y tras él hay una ciénaga que encierra,
que entierra, a un robusto y largo, “Sierra”,
un auto que en la lluvia se perdiera.
Y a una dama de rubia cabellera,
en él le dio sepulcro bajo tierra,
Norman “Beits”, un buen hijo a quien aterra,
la sombra de su madre dentro y fuera.
Pero el relato oculta un gran misterio:
¿Quién hay tras el umbral de la casona?
¿Quién es esa figura temible y hosca…?
Por qué en el antiguo cementerio,
no hallan el cuerpo, dentro de su arcona,
de quien, ahora, no mata; ni a una mosca...
..Cierra el plano y se abre a una secuencia extrayendo el vehículo de la ciénaga. Fundido en negro y... THE END
Serie

5,9
6.280
7
13 de febrero de 2022
13 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie muy de sus años, los de la segunda mitad de los setenta y primera de los ochenta, donde algunos de sus mejores capítulos fueron rodados por algunos de los mejores realizadores españoles del momento, cómo Pilar Miró, Mario Camus o Rovira Beleta entre otros. Una serie que dejó personajes míticos, al menos en el imaginario de una generación de españoles, cómo El Algarrobo, El Estudiante o El Gitano y por supuesto Curro Jiménez, cierto; que también marcó para siempre a los actores que los representaron que no pudieron ya jamás desprenderse de su influjo y de ser identificados por siempre por ellos; tanto Sancho Gracia, José Sancho y sobre todo Álvaro de Luna serán para muchos, siempre, aquellos alegres y justicieros bandoleros que galopaban por las serranías andaluzas, asaltando diligencias, franceses y hacendados. Sin dejarme en el teclado la mención a un personaje que sólo salió durante los primeros episodios pero que fue fundamental en el arranque de la serie, me refiero a “El Fraile” interpretado por Francisco Algora.
Se podría considerar un Western español, de hecho en mi opinión no deja de beber en las próximas fuentes del spaghetti western que aún se rodaba tan cerca de allí, además de aprovecharse de los buenos especialistas, sobre todo caballistas, que se forjaron al calor que tal industria irradió sobre la provincia de Almería.
Sé que no podré convencer a nadie de menos treinta años sobre sus bondades, pero si se mira sin prejuicios en ella hallará algunos capítulos soberbios y otros verdaderamente interesantes, y como es natural y como ocurre en toda serie siempre hay episodios mediocres y repetitivos pero son los menos.
Una de las pocas series españolas de acción y quizá la mejor. Y siempre es de agradecer todo lo que logra alejarse del costumbrismo que tanto abunda -en mi opinión para su y nuestra desgracia- en las producciones de nuestro país, tanto para la tele como para el cine.
Se podría considerar un Western español, de hecho en mi opinión no deja de beber en las próximas fuentes del spaghetti western que aún se rodaba tan cerca de allí, además de aprovecharse de los buenos especialistas, sobre todo caballistas, que se forjaron al calor que tal industria irradió sobre la provincia de Almería.
Sé que no podré convencer a nadie de menos treinta años sobre sus bondades, pero si se mira sin prejuicios en ella hallará algunos capítulos soberbios y otros verdaderamente interesantes, y como es natural y como ocurre en toda serie siempre hay episodios mediocres y repetitivos pero son los menos.
Una de las pocas series españolas de acción y quizá la mejor. Y siempre es de agradecer todo lo que logra alejarse del costumbrismo que tanto abunda -en mi opinión para su y nuestra desgracia- en las producciones de nuestro país, tanto para la tele como para el cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Sólo para leerse por los más nostálgicos...
Que no es de Calderón, bien se remarca,
este seriado cuento de un barquero
que en un día gris se hizo bandolero,
que al monte echo se… sin temer La Parca.
Era de Cantillana y su comarca,
mozo aguerrido mas no pendenciero,
mas quiso él amar al cielo entero
pese a su oficio de cruzar la barca.
Y cómo tiempo ha dijo De la Barca,
“la vida es sueño” y tú, pobre aparcero,
hoy creíste atraparlo en un remanso.
Pero la realidad es terca y parca,
y corre el río turbio y traicionero,
sin dar descanso, tregua o vado manso.
Que no es de Calderón, bien se remarca,
este seriado cuento de un barquero
que en un día gris se hizo bandolero,
que al monte echo se… sin temer La Parca.
Era de Cantillana y su comarca,
mozo aguerrido mas no pendenciero,
mas quiso él amar al cielo entero
pese a su oficio de cruzar la barca.
Y cómo tiempo ha dijo De la Barca,
“la vida es sueño” y tú, pobre aparcero,
hoy creíste atraparlo en un remanso.
Pero la realidad es terca y parca,
y corre el río turbio y traicionero,
sin dar descanso, tregua o vado manso.

8,2
14.109
9
24 de noviembre de 2021
24 de noviembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fabulosa película de drama judicial protagonizada por un elenco fastuoso, que en algunos casos pese a un ya evidente deterioro físico como ocurre con Montgomery Clift, entregan todo lo que atesoran dentro; y créanme que era mucho. Y donde una vez más debemos rendirnos ante la tremenda credibilidad que despierta Spencer Tracy cada vez que se asoma a una pantalla.
Pero aparte de sus evidentes credenciales artísticas esta cinta es memorable porque describe como nadie, el porqué, se alzan regímenes totalitarios e incluso atroces sobre las naciones y sobre todo porque éstas los aceptan incluso los ovacionan. En todo el transcurso de la película si algo queda de manifiesto es porque las personalidades que podían haberse opuesto a ello, y que no podían aducir desconocimiento, no lo hicieron, a veces por egoísmo, a veces por desidia, otras por temor; y como todos hallan su justificación o bien en que no sabían lo que ocurría, o bien en que se limitaron a cumplir órdenes o seguir la ley. Una película que más allá de su gran valor cinematográfico nos deja una reflexión sobre la fragilidad de la democracia, de que ésta es algo que nos puede ser fácilmente sustraído si nos dejamos llevar por el miedo, la demagogia y la indolencia ciudadana.
Pero aparte de sus evidentes credenciales artísticas esta cinta es memorable porque describe como nadie, el porqué, se alzan regímenes totalitarios e incluso atroces sobre las naciones y sobre todo porque éstas los aceptan incluso los ovacionan. En todo el transcurso de la película si algo queda de manifiesto es porque las personalidades que podían haberse opuesto a ello, y que no podían aducir desconocimiento, no lo hicieron, a veces por egoísmo, a veces por desidia, otras por temor; y como todos hallan su justificación o bien en que no sabían lo que ocurría, o bien en que se limitaron a cumplir órdenes o seguir la ley. Una película que más allá de su gran valor cinematográfico nos deja una reflexión sobre la fragilidad de la democracia, de que ésta es algo que nos puede ser fácilmente sustraído si nos dejamos llevar por el miedo, la demagogia y la indolencia ciudadana.
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