Típica película de desastres. El guión se basa en, al parecer, la deformación de seres humanos a los que les encanta ganarse la vida como esclavos. ¡Y les encanta, además!. El Sr. Maras trata de hacernos creer que el coraje de los esclavos salvando a sus señores es una acción gloriosa.
A los terroristas nos los dibuja como un poco cortos de inteligencia.???
No mantiene siquiera el pulso de la emoción por los horrorosos acontecimientos que se ven. Muertos por doquier y escenas más que violentas. Poca intriga, ninguna emoción y muy aburrida
¡Ah! fíjense que ridículo, hasta mochileros hospedados en el The Taj Mahal Palace. ¿Que les parece la globalización?

Robert Eggers nos presenta un Nosferatu que no desmerece en nada a la de F.W. Murnau de 1922, no solo eso, sino que el sonido actual hace que en esta versión se nos hiele un poco la sangre en las venas. Muy buena experiencia terrorífica.
La interpretación de Lily-Rose Depp, Bill Skarsgàrd y Willem Defoe destaca, sin que ninguno de los demás desentonen.
La actualización de la historia con algunas secuencias de amor, hace la historia más próxima a la comprensión humana aunque sea amor entre vampiros.
A los amantes del terror gótico les encantará un remake tan fidedigno.

Guédiguian nos presenta como casi siempre una película verosímil. Pero en esta ocasión se basa en un homenaje familiar para explicar hasta la saciedad sentimientos y conceptos peligrosos que justifican en cierto modo el terrorismo. A pesar del magnifico trabajo de los protagonistas, no logra que los espectadores empaticen con unos comportamientos más que dudosos. La burla a la justicia en función de estos supuestos no debería tener cabida en la sociedad actual y mucho menos desde una visión de izquierdas. Tenía una gran ilusión a la entrada y he salido con un Guédiguian en cuarentena. ¿Veremos su próximo proyecto que parece va a ser en España?

Gints Zilbalodis propone esta película de animación para niños y mayores. En el caso de los pequeños se aburren y los mayores más. No comprendo la obsesión, que ya propone el título, de que las películas sean manuales para todo tipo de cosas en apariencia hermosas.
Los chavales deben ir al cine a disfrutar, reírse, emocionarse, asombrarse, etc. no ha recibir lecciones profundas más propias de los best-sellers de autoayuda, tan de moda en estos momentos, que de una tarde divertida de cine.
No obstante la animación está hecha con gusto y ayuda a sobrellevar la repetición, una y otra vez, de secuencias semejantes.
Si además sumamos el indecente precio de las palomitas y la bebida, mejor, si queremos ir a ver Flow, que pasemos antes por un chino para abastecernos.
Me gustan más las infantiles de cuentos y situaciones inverosímiles.

El documental de Ibrahim Nash'at nos muestra un aspecto militar de los indocumentados talibanes que dominan Afganistán.
Vemos poco del sufrimiento social, particularmente de la mujeres, pero con lo poco nos imaginamos el horror de la pobreza, la religión, la violencia, etc. que estará sufriendo los afganos.
Aunque un poco extraña la autorización para grabar obtenida por documentalista egipcio, con que solo sea una parte pequeña de lo grabado, justifica el título. Los barbudos que se muestran son lo peor de cada casa, seguro.
Si no tienen oportunidad de verla, se la pueden imaginar por cualquiera de los reportajes sobre los talibanes que se ven en YouTube.