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Críticas ordenadas por utilidad
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8
16 de marzo de 2008
16 de marzo de 2008
52 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preciosidad de dibujos animados con los dos protagonistas principales parecidos a Heidi y su amigo Pedro, sólo que aquí los son algo más mayores y ella se llama Nicky y él Tombo.
Digo preciosidad sobre todo por la excelencia del colorido y de la precisión de los trazos que siluetean una ciudad lindísima que parece por una parte alemana y por otra mediterránea: sus calles, su múltiples detalles de edificios, mercados, puerto, plazas, costa, puentes, bosques, carreteras, modas, tiendas, costumbres, un zepelin, etc., etc., todo está dibujado con un realismo de exactitud maravillosa, lo cual merece la máxima consideración.
Es una película hermosa, algo ligera en el argumento, pero en líneas generales notable. Los niños disfrutarán mucho con ella y los adultos igualmente. Es como asomarse a una ventana de la ciudad en la que cualquiera desearía establecerse para vivir con buen ánimo y contento, donde se combinan el orden germánico y el azul y la luminosidad meridional del Mediterráneo.
Fej Delvahe
Digo preciosidad sobre todo por la excelencia del colorido y de la precisión de los trazos que siluetean una ciudad lindísima que parece por una parte alemana y por otra mediterránea: sus calles, su múltiples detalles de edificios, mercados, puerto, plazas, costa, puentes, bosques, carreteras, modas, tiendas, costumbres, un zepelin, etc., etc., todo está dibujado con un realismo de exactitud maravillosa, lo cual merece la máxima consideración.
Es una película hermosa, algo ligera en el argumento, pero en líneas generales notable. Los niños disfrutarán mucho con ella y los adultos igualmente. Es como asomarse a una ventana de la ciudad en la que cualquiera desearía establecerse para vivir con buen ánimo y contento, donde se combinan el orden germánico y el azul y la luminosidad meridional del Mediterráneo.
Fej Delvahe

7,5
43.831
9
16 de abril de 2007
16 de abril de 2007
72 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El guateque" es de las mejores películas de humor que se han hecho, humor para partirse de risa, humor que es constante y casi no deja respirar. Por su puesto, siempre habrá a quien no guste este film, pero es lógico. También hay gente que se muere de risa viendo bromas deshumanizadora hacia sus semejantes novatos, tanto en las universidades, como en los grupos profesionales, también en los ejercitos, etc., y a mí en cambio ese tipo de humor no me hace ninguna gracia. Además, no es lo mismo ver una película como ésta, de niño o joven, como la vimos muchos, tiempo en que el organismo está mucho más predispuesto a la risa y al jolgorio, que verla por primera vez con edad ya madura, donde el cuerpo ya no cuenta con la mismas ganas de reírse y puede caer como una cinta sosa. Pero objetivamente, de sosa nada, tiene mucha sal humorística y de excelente calidad.
Blake Edwards, se inspiró y copió bastantes elementos y carácteres expuestos diez años antes por Jacques Tati en "Mi tío", cinta francesa que obtuvo el oscar a la mejor película extranjera en el año 1958. Pero Edwards los acentuó y mejoró con la ayuda de Peter Sellers, que sin duda, en este papel de hindú emigrado a la industria del cine en los EE.UU., borda una de sus más cautivadoras interpretaciones provocadoras de que nos ríamos con pasíon e intensidad.
Fej Delvahe
Blake Edwards, se inspiró y copió bastantes elementos y carácteres expuestos diez años antes por Jacques Tati en "Mi tío", cinta francesa que obtuvo el oscar a la mejor película extranjera en el año 1958. Pero Edwards los acentuó y mejoró con la ayuda de Peter Sellers, que sin duda, en este papel de hindú emigrado a la industria del cine en los EE.UU., borda una de sus más cautivadoras interpretaciones provocadoras de que nos ríamos con pasíon e intensidad.
Fej Delvahe

7,7
80.330
9
31 de diciembre de 2006
31 de diciembre de 2006
65 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine nos brinda en esta ocasión, una muy buena película del género policiaco. Brillante su director Curtis Hanson e igualmente brillante cada uno de los actores en su papel. La trama es bastante real y agarra fuertemente el interés del espectador, montada sobre la habitual y acostumbrada corrupción policial por la que es conocida una ciudad como Los Ángeles de California. Un filme de muy buena factura: en su inicio, a lo largo de todo su desarrollo y con un excelente final. Sobre todo la media hora final es de infarto, de memoria artística singular.
Fej Delvahe
Fej Delvahe
7 de septiembre de 2010
7 de septiembre de 2010
49 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allen Baron (nacido en 1927, Brooklyn, Nueva York, EE.UU.), actor de cine y director de cine y de televisión, es principalmente conocido por escribir, dirigir e interpretar en 1960 esta impresionante pieza del género “crimen o cine negro”, titulada “Blast del Silencio”, sobre un asesino a sueldo, Frankie Bono, contratado por jefes de la mafia para eliminar a otro jefe mafioso en Nueva York.
Curiosamente Allen Baron acabó siendo más famoso como director de TV por la serie de “Los ángeles de Charlie” [1976-1977] que por este poderoso y genial filme “Blast of Silence”. A pesar de ser una película de debutante resultó magistral y singular como pocas. Sin embargo Barón tuvo que dedicarse en el futuro a dirigir cientos de episodios de series televisivas, entre otros de “Los ángeles de Charlie”, “Los Dukes de Hazzard”, “Kolchak” o “Cagney & Lacey”. No sabemos por qué a esta película le hicieron en la industria del cine competencia desleal, en concreto la que se basa en expulsar del mercado a un autor y su obra mediante una guerra de precios (o sea: “dumping”).
La película tiene rasgos asombrosos de filme magistral, un modelo de thriller que sin duda merece estudiarse en los Institutos o Escuelas de Cine, que nos lleva paso a paso en el desarrollo de como el cazador va observando, siguiendo, sumando información y preparando detalladamente la caza por sorpresa de la pieza.
Además, la actuación de Allen Baron es también estupenda, nos traduce a la perfección la idiosincrasia del asesino solitario que ha de matar a un hombre por encargo y ha de hacerlo en una ciudad que se viste y luce en fiestas de Navidad. Esta suma de contrarios (preparación de un crimen en medio de los sentimientos pacíficos que producen las navidades) es de una originalidad y una brillantez fuera de lo común. Allen Baron merece ser reconocido históricamente por esta magnífica y magistral obra de arte que el escribió, dirigió y protagonizó como actor principal; posiblemente, el gran filme dejado de lado, no valorado en su relevante excelencia, del cine negro.
Curiosamente Allen Baron acabó siendo más famoso como director de TV por la serie de “Los ángeles de Charlie” [1976-1977] que por este poderoso y genial filme “Blast of Silence”. A pesar de ser una película de debutante resultó magistral y singular como pocas. Sin embargo Barón tuvo que dedicarse en el futuro a dirigir cientos de episodios de series televisivas, entre otros de “Los ángeles de Charlie”, “Los Dukes de Hazzard”, “Kolchak” o “Cagney & Lacey”. No sabemos por qué a esta película le hicieron en la industria del cine competencia desleal, en concreto la que se basa en expulsar del mercado a un autor y su obra mediante una guerra de precios (o sea: “dumping”).
La película tiene rasgos asombrosos de filme magistral, un modelo de thriller que sin duda merece estudiarse en los Institutos o Escuelas de Cine, que nos lleva paso a paso en el desarrollo de como el cazador va observando, siguiendo, sumando información y preparando detalladamente la caza por sorpresa de la pieza.
Además, la actuación de Allen Baron es también estupenda, nos traduce a la perfección la idiosincrasia del asesino solitario que ha de matar a un hombre por encargo y ha de hacerlo en una ciudad que se viste y luce en fiestas de Navidad. Esta suma de contrarios (preparación de un crimen en medio de los sentimientos pacíficos que producen las navidades) es de una originalidad y una brillantez fuera de lo común. Allen Baron merece ser reconocido históricamente por esta magnífica y magistral obra de arte que el escribió, dirigió y protagonizó como actor principal; posiblemente, el gran filme dejado de lado, no valorado en su relevante excelencia, del cine negro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película en blanco y negro, de 77 minutos de duración, rodada en Grand Central Station, en Manhattan, Nueva York (EE.UU.), posee un conjunto de tomas fotográficas preciosas y valiosísimas de la ciudad de Nueva York a principios de los años sesenta (s. XX) y en concreto el sector de Manhattan, de sus calles (hay una escena donde se ve una calle importante de NY con sus edificios, sus coches y la lluvia cayendo, que resulta de belleza mágica), de las orillas de Long Island abatidas por un fuerte y huracanado viento que da como resultado una escena final imborrable e inaudita en la historia del cine —esto se debió a que cuando se filmaba la parte final de la historia sucedió la llegada del huracán Donna (1960) que azotó la costa Este, desde la Florida a Maine, con olas de 11 pies de altura y vientos de 150 millas por hora, efectos meteorológicos que como se ve en la película se hicieron notar incluso en New York—.
Fej Delvahe
Fej Delvahe
9
4 de noviembre de 2007
4 de noviembre de 2007
49 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un filme de gran solvencia dentro del género religioso, y sobre todo del catolicismo el cual recibe muy buena propaganda y exposición a través de la historia de un sacerdote católico escocés de mente muy abierta, destinado como misionero evangelizador, durante décadas, en la China de principios del s. XX. Esta buenísima imagen de la religión católica gracias a uno de sus representantes de estilo flexible, amable y considerado, que cala en los corazones y nos hace emocionarnos y llorar en varias ocasiones a lo largo de la película, se debe al escritor Archival Joseph Cronin, natural de Escocia (1896-1981), católico ferviente y médico de profesión, que triunfó no como médico pero sí como escritor, entre otras con novelas como "Las llaves del reino" que fue llevada al cine por J.M.Sahl y que en estos momentos nos ocupa.
El sacerdote que A.J.Cronin nos presenta en su obra y John M. Stahl expone fielmente en el filme, derrocha ecumenismo, semblante humanista y talento misericordioso por todos los costados: tiene empatía y amistad con los ateos, es la imagen viva de la humildad y de la sabia inculturización en tierras y culturas tan lejanas y especiales como la china —algo que supieron hacer ya muy bien desde siglos XVI los primeros misioneros católicos, los jesuitas, en esa gran nación oriental, aun con la obstaculización de los inflexibles y soberbios "doctos eclesiásticos del Estado Vaticano", recuérdese por ej. el caso del jesuita Mateo Ricci, (1552-1610)—.
No es de extrañar pues que con un cura tan abierto y bueno de mente y corazón la imagen del catolicismo gane muchísimos enteros ante cualquiera que vea esta película y que de hecho se constituyó, siendo la primera que interpretó como actor, en la lanzadera a la fama del aquí novato pero genial Gregory Peck.
"La felicidad de uno depende de lo que haces, de lo que das y de lo que recibes", dice el amigo médico y ateo al sacerdote católico protagonista cuando lo visita y se queda con él en su misión china. Y hay que resaltar que cuando este amigo médico cae herido de muerte, el presbítero no intenta en modo alguno salvarle el alma en los últimos momentos de la agonía, sabe y nos maravilla fraternamente explicando que la salvación no depende de él ni de sus sacramentos ni de su clericalismo, sino de Dios (sin duda un modo de actuar demasiado liberal, no bien visto ni aceptable por el dogmatismo clerical de Roma), y el ateo le agradece y confiesa que por esto lo ama más que nunca, por no haber intentado en este último y crucial trance llevarlo a su huerto clerical ideológico. ¡¡¡Toda una atrevida y maravillosa visión de ecumenismo, de empatía y de comprensión religo-psicológica!!! Un catolicismo así, no cabe duda, se da a querer, nos cautiva y se nos hace cordial y querido.
Fej Delvahe
El sacerdote que A.J.Cronin nos presenta en su obra y John M. Stahl expone fielmente en el filme, derrocha ecumenismo, semblante humanista y talento misericordioso por todos los costados: tiene empatía y amistad con los ateos, es la imagen viva de la humildad y de la sabia inculturización en tierras y culturas tan lejanas y especiales como la china —algo que supieron hacer ya muy bien desde siglos XVI los primeros misioneros católicos, los jesuitas, en esa gran nación oriental, aun con la obstaculización de los inflexibles y soberbios "doctos eclesiásticos del Estado Vaticano", recuérdese por ej. el caso del jesuita Mateo Ricci, (1552-1610)—.
No es de extrañar pues que con un cura tan abierto y bueno de mente y corazón la imagen del catolicismo gane muchísimos enteros ante cualquiera que vea esta película y que de hecho se constituyó, siendo la primera que interpretó como actor, en la lanzadera a la fama del aquí novato pero genial Gregory Peck.
"La felicidad de uno depende de lo que haces, de lo que das y de lo que recibes", dice el amigo médico y ateo al sacerdote católico protagonista cuando lo visita y se queda con él en su misión china. Y hay que resaltar que cuando este amigo médico cae herido de muerte, el presbítero no intenta en modo alguno salvarle el alma en los últimos momentos de la agonía, sabe y nos maravilla fraternamente explicando que la salvación no depende de él ni de sus sacramentos ni de su clericalismo, sino de Dios (sin duda un modo de actuar demasiado liberal, no bien visto ni aceptable por el dogmatismo clerical de Roma), y el ateo le agradece y confiesa que por esto lo ama más que nunca, por no haber intentado en este último y crucial trance llevarlo a su huerto clerical ideológico. ¡¡¡Toda una atrevida y maravillosa visión de ecumenismo, de empatía y de comprensión religo-psicológica!!! Un catolicismo así, no cabe duda, se da a querer, nos cautiva y se nos hace cordial y querido.
Fej Delvahe
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