Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Críticas de polvidal
<< 1 10 18 19 20 70 >>
Críticas 348
Críticas ordenadas por utilidad
7
24 de septiembre de 2015
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué pasa por la mente de esos abuelos que se masturban en urinarios públicos? ¿Qué clase de perversión masoquista les lleva a exponerse abiertamente sin obtener en la mayoría de casos más respuesta que las miradas de desaprobación? Algo parecido le ocurre al protagonista de Desde allá, un hombre mayor que sólo se excita a golpe de billetera, comprando a chicos de la calle para que le muestren sus cuerpos desnudos, jugándose el pellejo por un breve instante de placer. La película sugiere que todo surge de un trauma infantil que sufrió con el padre, pero patina un poco más a la hora de narrar la trama principal, su historia de amor imposible con un adolescente pandillero y heterosexual.

Era complicado fundamentar esta relación entre dos seres antagónicos, un sexagenario que regenta una tienda de prótesis dentales y un joven que sobrevive por las calles de Caracas trapicheando con sus amigos. Vigas podría haberlo hecho mostrándonos su soledad en un entorno hostil, en el que de repente aparece un hombre que se preocupa por él, aunque al principio sólo sea con un propósito sexual. Pero la historia se fundamenta sobre unos cimientos demasiado enclenques, poco convincentes. Porque hay realidades tan extremas que ni la ficción puede permitirse el lujo de aunar.

Esa falta de credibilidad no le resta el mérito a una cinta que de una manera tan sobria, sin apenas artificios, logra despertarnos grandes sentimientos. Lo consigue además con un notable esfuerzo por innovar en el terreno estilístico, con un juego de enfoques y desenfoques que, según el director, pretenden reflejarnos el deambular del protagonista por una sociedad extraña, hostil y despersonalizada. Desde allá es un debut notable, lleno de buenas intenciones, pero sin los méritos suficientes como para convertirse en la triunfadora de un festival de cine. Las malas lenguas que apuntaban al influjo de Alfonso Cuarón como jurado del certamen veneciano hoy son un poco más puras.
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
22 de diciembre de 2010
68 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sentimiento catalán, que no es uno sino muchos, está lleno de contradicciones. Sólo así se entiende que para la adaptación de una de las leyendas más populares de Catalunya, la del timbaler del Bruc, se decidiera contar con Juan José Ballesta como protagonista. ¿Acaso no hay suficientes actores de calidad en nuestra tierra? Si ya cuesta creernos al actor madrileño en la piel de un rebelde contra el ejército romano en Hispania, imagínense el estupor que produce oírle hablar un catalán de extrarradio que sonrojaría al mismísimo Pompeu Fabra.

Ni cortos ni perezosos, los responsables de Bruc. El desafío decidieron deleitarnos con la versión catalana de la película en el preestreno de anoche en el cine Urgell de Barcelona. Una versión que, mientras nos ofrece un francés original e impoluto con los subtítulos correspondientes, decide doblarnos al catalán los pasajes en los que suponemos Ballesta se expresa en castellano o no se defiende del todo con un idioma que, evidentemente, no es el suyo. Flaco favor para la cultura catalana, puesto que el actor no domina la lengua ni aún en el doblaje, y para la cultura en general, ya que privan al espectador de la versión original íntegra de la cinta.

Toda esta falta de seny, de sentido común, tiene una finalidad que, para gusto de los amantes del tópico, es puramente económica. Los productores de Bruc decidieron utilizar como gancho a Ballesta para ampliar el público potencial de la película al territorio español, aunque para ello tuvieran que sacrificar la verosimilitud de todo un protagonista que debió ser catalán de pura cepa. La duda está en si Ballesta es suficiente reclamo como para que a un ciudadano de Badajoz le interese la historia de un héroe catalán.

Los guionistas han decidido reducir la esencia de la leyenda de Bruc, esa en la que un joven consigue espantar a todo un ejército de Napoléon con el estruendo de un tambor, a un simple flashback que, curiosamente, es la secuencia más lograda del filme. Los 90 minutos del metraje se centran en un juego del ratón y el gato muy ambicioso en efectos pero totalmente parco en ideas. Y es que una vez superada la sorpresa inicial de la factura técnica, irreprochable, se nos aparece en todo su esplendor la oquedad más absoluta.

Lástima que una ambiciosa producción catalana se muestre tan insegura. ¿Por qué no rodar íntegramente en catalán, como Pa negre y otras tantas que han triunfado este año? ¿O por qué no rodar íntegramente en castellano asumiendo con un par de collons que al fin y al cabo todo esto es un negocio? Las contradicciones no terminan aquí. Los silbidos se adueñaron de la sala en cuanto aparecieron en los títulos de crédito los logos de Telefónica y el gobierno de España. Curiosamente, más de la mitad del aforo fue invitado al preestreno por gentileza de MoviStar y, curiosamente, nadie reniega de papá Estado a la hora de pedir financiación. Por actitudes como estas, contradictorias, caemos mal los catalanes.
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
14 de mayo de 2007
30 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querida Michelle,

Para cualquiera que no te admire, tu regreso tras cinco años de ausencia puede rozar el catastrofismo. 'El novio de mi madre' es de lejos la peor película que he visto en años. Echo la vista atrás y mi cerebro no logra recordar una bazofia peor definida que esta. Quiere ser una crítica a la superficialidad y al bisturí plástico y termina siendo su mayor paradigma. Quiere hacer reír y su humor, de auténtico ridículo, casi acaba haciendo llorar de vergüenza ajena. Quiere erigirse en comedia romántica con mujer madura y chico joven como protagonistas y el único género al que se acerca peligrosamente es a la tragedia, la que viven en sus propias carnes los espectadores que ven cómo los minutos de metraje se transmutan en inagotables horas.

Buena parte de la culpa la tiene su argumento vacío y la presencia de unos personajes sobreactuados. La serie de televisión para adolescentes de la que tu personaje es la guionista y que pretende ridiculizar el banal mundo televisivo termina siendo más profunda que esta película para mentes en blanco. El novio de mi madre se convierte en un claro ejemplo de lo que pretende parodiar: es nula, es tonta y es ridícula. Lo peor de todo: ni es crítica ni hace gracia.

Tu compañero de reparto es el principal exponente de esto último. ¡Paul Rudd no tiene la más mínima gracia! Es más, la mayor parte del tiempo lo único que genera es odio. Penosas son sus escenas en la pista de baile, sus calculados esfuerzos por parecer ‘guay’ a ojos de un guionista totalmente fuera de la onda, sus pretendidos gags que tu propio personaje compara con los de Ben Stiller y que no hacen sino convertir a este mediocre humorista en el dios de la comedia. Un novio así no lo querría para su madre ni una niña de dos años.

Pero que Paul Rudd haga el ridículo en pantalla me trae sin cuidado. Su currículum es de auténtica pena. Tú, con un pasado glorioso (Los fabulosos Baker Boys, Lady Halcón, Las amistades peligrosas, La edad de la inocencia) no puedes permitirte una mancha en tu expediente de este calibre, y menos tras productos de dudosa calidad como Heredarás la tierra o Historia de lo nuestro.

¿Dónde ha quedado, además, tu singular belleza? Apenas te reconozco tras esa piel artificialmente estirada, tras esos labios proporcionalmente más abultados que tus escuálidas piernas de flamenco, tras esos ojos saltones y desorbitados. Sé que eres tú porque aún conservas esa vena verdosa en tu ojo izquierdo. Es lo único que permanece inalterable al paso del tiempo y a las incisiones del bisturí. Por lo demás voy temiendo tu peligroso acercamiento a gloriosas momias hollywoodienses como Cher o Goldie Hawn, a las que hipócritamente ridiculiza tu desastrosa última película. Vuelve a tu senda, por favor, Michelle.

Siempre tuyo,

polvidal
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
17 de febrero de 2009
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tan difícil como que se alineen los astros es que un director logre reunir todos los elementos necesarios para orquestar una obra maestra. Y más complicado todavía, por no decir inaudito, es que una misma persona repita la hazaña en tres ocasiones seguidas. Sus tres primeras ocasiones, nada más y nada menos. Stephen Daldry ha completado de nuevo un filme del que apenas puede destacarse nada porque todos y cada uno de los engranajes que lo conforman están perfectamente diseñados. Nada chirría y todo contribuye a engendrar la que ya es, de sus tres joyas, la más perfecta.

La base del filme ya es todo un acierto. Bernhard Schlink, abogado y casi desconocido escritor alemán, salió de su anonimato en 1995 gracias a una novela parcialmente autobiográfica en la que el nazismo se planteaba desde uno de los pocos prismas que sobre esta barbarie todavía quedaban por explorar. El libro situaba al lector en la tesitura de empatizar con la guardiana de un campo de concentración acusada de crímenes de guerra. La adaptación a la pantalla realizada por Hare no sólo no ha ignorado tan espinoso planteamiento sino que ha presentado el dilema de forma muy elegante e inteligente.

Los que opinen que 'El lector' tiene un posicionamiento claro a favor del nazismo han obviado deliberadamente los pasajes que hacen de este filme una obra seria, madura y, sobre todo, respetuosa. Sorprendente es que no se muestren imágenes del campo de concentración en pleno apogeo ni que se recurra al flashback para recalcar los horripilantes hechos de los que la protagonista formó parte. Sorprendente y de agradecer, porque por primera vez el holocausto judío en el cine se trata más con la cabeza que con el corazón.

Donde los astros sí parecen haber jugado de forma determinante es en la elección final de la actriz que ha dado vida a Hanna Schmitz. Si no hubiera sido por un inesperado contratiempo, Nicole Kidman y sus toxinas botulínicas encabezarían el cartel de la película. Decisión que hubiera resultado contraproducente para un papel ávido de matices. Sólo Winslet, con su innata naturalidad para interpretar, podría impregnar al personaje de las miradas y de los gestos que requiere para conmover al espectador.

La relación de Hanna Schmitz y el jovencísimo Michael Berg que ocupa la primera parte del filme se trata con tan absoluta delicadeza y naturalidad que apenas puede despertar rechazo en la platea más reaccionaria. Ni siquiera los desnudos integrales, de tan bellos, pueden herir sensibilidad alguna. En todo caso, si por algo se caracteriza esta exquisita obra es por hacer florecer los sentimientos del espectador. Una obra que remueve por dentro y que nos planta justo delante del perdón, eso que a los humanos tanto nos cuesta reconocer. Por ‘El lector’, y toda su excelencia de principio a fin, y por sus dos joyas anteriores, Stephen Daldry se sitúa de forma directa en lo más alto del podio de mis directores favoritos.
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Refugiados (Serie de TV)
Serie
España2015
4,1
967
Ramón Campos (Creador), Gema R. Neira (Creadora) ...
4
8 de mayo de 2015
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lancemos desde aquí una advertencia a nuestras televisiones. Dejen de promocionar sus nuevas apuestas de ficción como la panacea de la ficción española, como el antes y el después que nos equiparará de una vez por todas con el panorama televisivo internacional. Traslademos también el aviso a nuestros compañeros periodistas. Avísennos cuando realmente un producto de nuestro país rompa esquemas, aporte auténticas novedades y no esté en todo momento con el ojo puesto en los grandes referentes, los que marcan tendencia. Porque de todo el arsenal de grandes novedades que nos esperaban esta temporada, sólo una, El ministerio del tiempo, ha asumido un gran riesgo y pulverizado moldes.

Flaco favor le hacemos a las productoras españolas si generamos excesiva y precipitada expectación con propuestas que, sólo faltaría, se adecuan a los nuevos tiempos pero que en realidad no tienen ni tendrán un peso determinante en el mercado internacional. Desde el momento en que, tanto desde los medios como desde los propios gabinetes de comunicación de las cadenas, se equipara una nueva apuesta con la ficción extranjera es de justicia comparar con equidistancia y sin condescendencia. Y, francamente, puede que 'Refugiados' cuente con el respaldo de la BBC, pero su trascendencia en el género de la ciencia ficción es poco más que nulo.

El gran mérito de la serie que estrenaron anoche de forma simultánea los cuatro canales de Atresmedia es haber logrado el apoyo de la cadena de referencia británica, con la que al parecer los guionistas españoles tuvieron algunas desavenencias. Y no es para menos. Son fácilmente identificables las carencias de una propuesta con más ambición teórica que práctica y que desde luego no la incorporarán en el cada vez más amplio catálogo de series influyentes de la BBC.

Si el objetivo era parir una serie que no pareciera española, no hay duda que lo han conseguido. Autores extranjeros, fotografía a la orden del día, una ambientación que bien podría estar ubicada en Estados Unidos, rodaje en inglés con un doblaje nefasto. Hasta los créditos parecen sacados de la HBO. Pero si algo ha demostrado la ficción que nos ha regalado este año la imaginación de los hermanos Olivares es que puede alcanzarse la gloria y el aplauso de crítica y público sin perder la propia identidad. Español no tiene por qué equipararse siempre con lo rancio o lo garbancero.

En todo caso, no es criticable que un producto 'made in Spain' tenga aspiraciones globales (el cine de Amenábar, por ejemplo, es cada vez menos español y más influyente). Lo que sí es condenable es desaprovechar el tirón mediático y la carta de presentación con un primer capítulo que ya pierde el ritmo una vez planteada la interesante premisa inicial. Después de situarnos en un contexto en el que tres millones de personas regresan del futuro con una lucecita roja en el pecho para intentar salvarlo, la trama quiere volverse intimista y centrarnos en un microcosmos de recelos y miedo psicológico. Podría ser para crear una atmósfera claustrofóbica, asfixixante, terrorífica. Pero sólo sirve para infundir el más profundo de los sueños.

Hay ficciones lentas y ficciones aburridas. 'Refugiados' es ambas cosas. Porque hay ritmos sosegados pero que conllevan mucho mar de fondo, que profundizan en los personajes, que te adentran en una atmósfera inquietante de la que resulta imposible escapar. Sin embargo, hay lentitudes injustificables, plagadas de altos en el camino que no aportan nada, que ralentizan la marcha sin criterio alguno. Es la dinámica de esta nueva serie, que se permite el lujo de alcanzar los bajones de intensidad que las grandes producciones suelen manifestar cuando el espectador ya está lo suficientemente enganchado como para abandonar. La emisión de dos capítulos seguidos tampoco ayudaba. Certificó al instante que el interés resucitará a golpe de 'cliffhangers'.

Mal vamos si para sobrevivir a esta miniserie de ocho capítulos debemos esperar a los clímax finales del episodio, después de minutos y minutos de relleno existencial basados en la reiteración. Una intriga de ciencia ficción como la que plantea 'Refugiados' merece un tratamiento mucho más apasionado que el que han demostrado las dos primeras entregas de la serie. 100 minutos desaprovechados, sumidos en un letargo que sólo aviva un par de golpes de efecto. Oportunidad de oro perdida que costará mucho recuperar. Frenen el ritmo de entusiasmo, queridos compañeros y gabinetes de prensa, porque tamaña expectación sólo pueden cubrirla los éxitos más inesperados.
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 18 19 20 70 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow