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9
18 de mayo de 2008
18 de mayo de 2008
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Una maravilla de película. Tan solo en la época clásica y la edad de oro de Disney, y entre las grandes joyas del anime encuentro films de corte infantil que superen “Hakuja Den”, y estamos hablando de una película que por estas fechas cumple 50 años.
Está considerada el primer anime de la historia, y se dice que impactó tanto al maestro Miyazaki que le impulsó a dedicarse a la animación, así como a otros grandes del anime actual, lo que ya es una buena baza para ver esta cinta.
* En cuanto al diseño de animación, por supuesto, hay que tener en cuenta cuando fue estrenada, pero aunque no tengamos el acabado impresionante y conciso, detallista, de la animación moderna, no desmerece, y tiene muchas imágenes de un preciosismo muy bello.
* Como en toda animación que se precie dirigida a los críos, se intenta dotar a los personajes de virtudes que hagan de la película no solo un entretenimiento, sino que aleccione a los pequeños en el terreno personal, no sermoneando, pero si presentando atractivos personajes con códigos conductuales y de valores para su desarrollo como persona. En relación a esto hay que señalar que, como es muy típico en la animación oriental, mientras hay personajes que son un dechado de integridad, los villanos no lo son tanto, no están desprovistos del todo de cierta dignidad, aunque sea esporádicamente, y siempre se les pilla in fraganti en algún momento haciendo gala de alguna virtud, mostrando que todo el mundo tiene un rasgo loable, y que siempre hay que juzgar desde la más amplia perspectiva.
* En el cuento popular occidental de corte fantástico, no solo tenemos personajes arquetípicos muy marcados, sino que también la historia se ajusta a estructuras muy definidas, y podemos siempre presumir con cierta concisión lo que deparará la narración, incluso cuando entra en juego la magia o lo sobrenatural. En “Hakuja Den” lo tenemos más complicado, quizá la mente oriental pueda anticiparse al devenir de estas fábulas, pero a nosotros costará. Así seremos presa fácil del asombro, y sin que nos de una sensación de incongruencia, o al menos es lo que me pasó a mi.
* También destacar el gran componente emocional y dramático que ya revestía esta primera muestra de anime.
El caso es que la historia de amor entre Xu-Xian y Bai-Niang es preciosa, igual que el relato de los esfuerzos de los personajes por ayudarse entre ellos y lograr lo que creen justo. Una increíblemente hermosa historia, basada en una leyenda popular, un poco triste pero admirable, e incluso con algún toque políticamente incorrecto (¡!).
Una de esas películas que pondré a mis hijos (en cuanto puedan seguirla con subtítulos: una pena que no sean más conocidas estas obras y tengan tan poca difusión).
Está considerada el primer anime de la historia, y se dice que impactó tanto al maestro Miyazaki que le impulsó a dedicarse a la animación, así como a otros grandes del anime actual, lo que ya es una buena baza para ver esta cinta.
* En cuanto al diseño de animación, por supuesto, hay que tener en cuenta cuando fue estrenada, pero aunque no tengamos el acabado impresionante y conciso, detallista, de la animación moderna, no desmerece, y tiene muchas imágenes de un preciosismo muy bello.
* Como en toda animación que se precie dirigida a los críos, se intenta dotar a los personajes de virtudes que hagan de la película no solo un entretenimiento, sino que aleccione a los pequeños en el terreno personal, no sermoneando, pero si presentando atractivos personajes con códigos conductuales y de valores para su desarrollo como persona. En relación a esto hay que señalar que, como es muy típico en la animación oriental, mientras hay personajes que son un dechado de integridad, los villanos no lo son tanto, no están desprovistos del todo de cierta dignidad, aunque sea esporádicamente, y siempre se les pilla in fraganti en algún momento haciendo gala de alguna virtud, mostrando que todo el mundo tiene un rasgo loable, y que siempre hay que juzgar desde la más amplia perspectiva.
* En el cuento popular occidental de corte fantástico, no solo tenemos personajes arquetípicos muy marcados, sino que también la historia se ajusta a estructuras muy definidas, y podemos siempre presumir con cierta concisión lo que deparará la narración, incluso cuando entra en juego la magia o lo sobrenatural. En “Hakuja Den” lo tenemos más complicado, quizá la mente oriental pueda anticiparse al devenir de estas fábulas, pero a nosotros costará. Así seremos presa fácil del asombro, y sin que nos de una sensación de incongruencia, o al menos es lo que me pasó a mi.
* También destacar el gran componente emocional y dramático que ya revestía esta primera muestra de anime.
El caso es que la historia de amor entre Xu-Xian y Bai-Niang es preciosa, igual que el relato de los esfuerzos de los personajes por ayudarse entre ellos y lograr lo que creen justo. Una increíblemente hermosa historia, basada en una leyenda popular, un poco triste pero admirable, e incluso con algún toque políticamente incorrecto (¡!).
Una de esas películas que pondré a mis hijos (en cuanto puedan seguirla con subtítulos: una pena que no sean más conocidas estas obras y tengan tan poca difusión).

7,1
52.825
9
23 de julio de 2009
23 de julio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho me arriesgaría si dijese que, de las tres obras de animación de Selick, “Coraline” es mi favorita. Y es que la imaginación y el sombrío humor derrochados en “Pesadilla antes de Navidad”, y su raudal de personajes, cada cual más entrañable, parece insuperable. Quizá si me atreviese a decir que “Coraline” es mi favorita, sucumbiese tal sentencia ante un nuevo visionado de la opera prima de este director; pero es que su último trabajo es tan deslumbrante…
No soy de los que dan excesiva importancia al aspecto técnico en la animación. Igual disfruto de la exuberancia de “…Chihiro”, que de la modestia de “Hakuja Den” (primer “anime” de la historia; de hace 50 años), o de la animación rusa de los 70. Pero “Coraline” en ese aspecto es brillante como la que más, asombrosa, y con una fidelidad al stop-motion muy de agradecer (adoro las marionetillas).
Selick recupera la siniestrez que fue perdiendo desde “Pesadilla…”, y lo hace a lo grande, con avaricia y alevosía, elaborando un cuento macabro, macabro, con menos humor que antes, y una imaginería morbosa y espeluznante. Como todo tiene aire de cuento-pesadilla infantil, tanta tenebrosidad queda paliada a ratos, pero como he dicho antes, domina la oscuridad, no solo estética, sino psicológica y narrativamente hablando, pues la historia que se va desarrollando se las trae… Como toda pesadilla, el relato no cuaja del todo, pero lo suficiente como para poner los pelos de punta; y quizá se más turbador precisamente por esas lagunas, por tender más a abrumarnos a sugerencias e insinuaciones, que a darnos todo precocinado (que mejor fragua para la atrocidad que dejar todo en manos –o mente- del espectador). Sugerentemente lúgubre.
Otro punto a favor es que consigue lo que poca animación (fuera de Japón): que vivamos la película como un sueño, o pesadilla, más bien. Lo absurdo y grotesco va cobrando terreno hasta suspendernos en la bruma que envuelve a la propia Coraline. Esta capacidad de nublar el raciocinio, de sumir al espectador en un estado de enajenación fabulosa, se lo he visto a pocos: Jeunet, Svankmajer, Tarkovski… pero en animación, y occidental… “Alice” de Svankmajer, quizá; "Krysar"... Esto hace que quizá los personajes no están muy calibrados, y no tengan mucha profundidad, pero siempre que sea en aras del misterio, bienvenido sea.
En cuanto a la historia en si, “Coraline” es un cuento de raíz clásica, donde una niña ignorada por sus padres (sepultados bajo el trabajo cotidiano) acaba topando con un mundo de fantasía, atraída por los fascinantes hechizos de una malvada bruja. Especie de Gretel o Alicia moderna, pero en clave mórbida, avanzando siempre hacia terrenos vaporosos, donde se glorifica, grotesca y ferozmente, el germen clásico. Una enérgica pesadilla, vista a través de los botones de un niño.
No soy de los que dan excesiva importancia al aspecto técnico en la animación. Igual disfruto de la exuberancia de “…Chihiro”, que de la modestia de “Hakuja Den” (primer “anime” de la historia; de hace 50 años), o de la animación rusa de los 70. Pero “Coraline” en ese aspecto es brillante como la que más, asombrosa, y con una fidelidad al stop-motion muy de agradecer (adoro las marionetillas).
Selick recupera la siniestrez que fue perdiendo desde “Pesadilla…”, y lo hace a lo grande, con avaricia y alevosía, elaborando un cuento macabro, macabro, con menos humor que antes, y una imaginería morbosa y espeluznante. Como todo tiene aire de cuento-pesadilla infantil, tanta tenebrosidad queda paliada a ratos, pero como he dicho antes, domina la oscuridad, no solo estética, sino psicológica y narrativamente hablando, pues la historia que se va desarrollando se las trae… Como toda pesadilla, el relato no cuaja del todo, pero lo suficiente como para poner los pelos de punta; y quizá se más turbador precisamente por esas lagunas, por tender más a abrumarnos a sugerencias e insinuaciones, que a darnos todo precocinado (que mejor fragua para la atrocidad que dejar todo en manos –o mente- del espectador). Sugerentemente lúgubre.
Otro punto a favor es que consigue lo que poca animación (fuera de Japón): que vivamos la película como un sueño, o pesadilla, más bien. Lo absurdo y grotesco va cobrando terreno hasta suspendernos en la bruma que envuelve a la propia Coraline. Esta capacidad de nublar el raciocinio, de sumir al espectador en un estado de enajenación fabulosa, se lo he visto a pocos: Jeunet, Svankmajer, Tarkovski… pero en animación, y occidental… “Alice” de Svankmajer, quizá; "Krysar"... Esto hace que quizá los personajes no están muy calibrados, y no tengan mucha profundidad, pero siempre que sea en aras del misterio, bienvenido sea.
En cuanto a la historia en si, “Coraline” es un cuento de raíz clásica, donde una niña ignorada por sus padres (sepultados bajo el trabajo cotidiano) acaba topando con un mundo de fantasía, atraída por los fascinantes hechizos de una malvada bruja. Especie de Gretel o Alicia moderna, pero en clave mórbida, avanzando siempre hacia terrenos vaporosos, donde se glorifica, grotesca y ferozmente, el germen clásico. Una enérgica pesadilla, vista a través de los botones de un niño.

7,2
33.424
8
24 de agosto de 2008
24 de agosto de 2008
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Desde la primera escena esta película me trae a la mente otras tantas grandes obras, tanto dentro de la fantasía, como también, aunque suene raro, del horror; señalando, ya de paso, que la primera secuencia me parece sublime y muy hermosa. Me recuerda esta la obra de Neil Jordan “En Compañía de Lobos”, por la jovencita en pleno proceso de madurez, entre la infancia y una adultez incipiente, que viene cargada de responsabilidades que suponen una carga, y ante cuya perspectiva se desboca la imaginación de las muchachas. En otra película que allana el terreno para el éxito del film de Henson, “La Historia Interminable”, tenemos el mismo planteamiento, el joven retraído, incapaz de enfrentarse al mundo adulto al que se avecina, que se refugia en su imaginación, y en los cuentos e historias a través de los que escapa a su situación, que le proporcionan los elementos deformadores de su realidad, y que conforman el mundo que veremos desfilar en estos films. En cada uno de ellos, el protagonista emprende un viaje de aprendizaje e iniciación del que regresará más maduro y capaz de enfrentarse al mundo que le rodea.
Por supuesto es innegable la influencia de “Alicia en el País de las Maravillas”, o de toda la obra anterior de Jim Henson: películas como “Cristal Oscuro”. En muchas escenas resuenan ecos de otras obras. Pienso en Cocteau al ver la escena del pozo de las manos (y no menos en Lewis Carroll), en “El Fantasma de la Ópera” de Rupert Julian al ver la escena del grotesco baile de máscaras, o en “El Mago de Oz” al ver la compañía de Sarah.
Aparte de todo esto es innecesario mencionar la gran deuda de esta película con los cuentos populares y la literatura romántica.
Respecto al cine posterior, la recta final del film de Henson me hace pensar en el parecido que guarda toda ella, y no solo por su título, con la reciente “El Laberinto del Fauno” de Guillermo del Toro, la cual no es de mi agrado, pero quede ahí la mención.
* “Dentro del Laberinto” es una oscura historia, que con malicia podría haber dado de si una obra de horror bastante tenebrosa, pero que se mantiene en los márgenes dados por el cine infantil, teatral de corte cómico, y aleccionador.
Como cuento que es, tiene su discurso moral, más elaborado y con más recursos simbólicos que gran parte del cine con el que podríamos compararla, cosa que también podríamos decir de sus personajes, cada uno de los cuales es una reflexión en si.
Un personaje a destacar, aunque muy fugaz, es el de la viejecita que intenta sepultar a Sarah con las bagatelas de su infancia (escena magistral).
* En fin, montones de personajes, escenas, ideas, y escenarios fabulosos, para una película magnífica y no todo lo infantil que pueda parecer; que tiene ya más de 20 años… que ya es hora de que la vean los rezagados.
Por supuesto es innegable la influencia de “Alicia en el País de las Maravillas”, o de toda la obra anterior de Jim Henson: películas como “Cristal Oscuro”. En muchas escenas resuenan ecos de otras obras. Pienso en Cocteau al ver la escena del pozo de las manos (y no menos en Lewis Carroll), en “El Fantasma de la Ópera” de Rupert Julian al ver la escena del grotesco baile de máscaras, o en “El Mago de Oz” al ver la compañía de Sarah.
Aparte de todo esto es innecesario mencionar la gran deuda de esta película con los cuentos populares y la literatura romántica.
Respecto al cine posterior, la recta final del film de Henson me hace pensar en el parecido que guarda toda ella, y no solo por su título, con la reciente “El Laberinto del Fauno” de Guillermo del Toro, la cual no es de mi agrado, pero quede ahí la mención.
* “Dentro del Laberinto” es una oscura historia, que con malicia podría haber dado de si una obra de horror bastante tenebrosa, pero que se mantiene en los márgenes dados por el cine infantil, teatral de corte cómico, y aleccionador.
Como cuento que es, tiene su discurso moral, más elaborado y con más recursos simbólicos que gran parte del cine con el que podríamos compararla, cosa que también podríamos decir de sus personajes, cada uno de los cuales es una reflexión en si.
Un personaje a destacar, aunque muy fugaz, es el de la viejecita que intenta sepultar a Sarah con las bagatelas de su infancia (escena magistral).
* En fin, montones de personajes, escenas, ideas, y escenarios fabulosos, para una película magnífica y no todo lo infantil que pueda parecer; que tiene ya más de 20 años… que ya es hora de que la vean los rezagados.

7,3
2.161
8
1 de diciembre de 2006
1 de diciembre de 2006
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En The Hidden Blade, Yamada vuelve a repetir la misma fórmula que tan bien le resultó en la igualmente magnífica El Ocaso del Samurai. Estamos ante un drama de época, emotivo y poético, que nos retrata sin estridencias el mismo ocaso de un mundo tradicional que nos exponía la anterior película.
Film minimalista, de ambientación cuidada con esmero.
No tan impregnada del patetismo de El Ocaso ... de nuevo tenemos a unos personajes debatiéndose entre la espada y la pared, entre las dificultades que les expone la vida y ese mundo cambiante que les ha tocado vivir, el cual parece que venga a modernizar Japón en todos los sentidos, no solo materialmente, sino también para borrar todos los valores tradicionales, y corromper el espíritu de las gentes del país. De forma conmovedora, pero también bastante más cruda, emocionalmente hablando y en comparación con El Ocaso ..., se nos presenta una serie de personajes atropellados, zarandeados, tanto por la nueva maquinaria y los nuevos esquemas extranjeros que se intentan implantar en Japón, como por las más míseras bajezas humanas.
Una historia currada, bien trazada, y desarrollada con habilidad; sin fisuras. Emotiva y conmovedora. Cuidadísima ambientación, así como esmeradísimo es el tratamiento de los personajes. De elaboración magistral. Excelente.
Film minimalista, de ambientación cuidada con esmero.
No tan impregnada del patetismo de El Ocaso ... de nuevo tenemos a unos personajes debatiéndose entre la espada y la pared, entre las dificultades que les expone la vida y ese mundo cambiante que les ha tocado vivir, el cual parece que venga a modernizar Japón en todos los sentidos, no solo materialmente, sino también para borrar todos los valores tradicionales, y corromper el espíritu de las gentes del país. De forma conmovedora, pero también bastante más cruda, emocionalmente hablando y en comparación con El Ocaso ..., se nos presenta una serie de personajes atropellados, zarandeados, tanto por la nueva maquinaria y los nuevos esquemas extranjeros que se intentan implantar en Japón, como por las más míseras bajezas humanas.
Una historia currada, bien trazada, y desarrollada con habilidad; sin fisuras. Emotiva y conmovedora. Cuidadísima ambientación, así como esmeradísimo es el tratamiento de los personajes. De elaboración magistral. Excelente.

6,6
7.708
8
21 de noviembre de 2007
21 de noviembre de 2007
14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
* A bote pronto, la primera impresión que podría dejar esta película, es que a Park Chan-wook le ha dado la vena sensible. La mayoría tendremos en mente “Oldboy”, y si bien una primera comparativa nos llevaría a encontrar las mil y una diferencias entre ambos film, los dos salen de la mente de este tipo y sus lazos de unión no son pocos. “I´m a Cyborg…” es sin duda más asequible al espectador medio, pero también es cierto que este dejará escapar gran parte del contenido de la película.
* Remarcar el esplendido engranaje de géneros que supone sería repetirse, pero no está de más. Se la pinta mayormente como comedia romántica. Es también un drama con mucho mensaje y trasfondo, tiene sus apuntes de acción; su lado perverso y macabro, pero también su lado luminoso, entrañable y alentador.
* El ritmo y despliegue visual enérgico al que nos tiene acostumbrado, que no da un minuto de descanso y nos retiene en el asiento. Ya solo por eso el film se disfruta enormemente. Una vitalidad, generalmente rayana en el desquiciamiento y la vehemencia, que no se queda ahí, pero que a muchos bastará.
* En “I´m a Cyborg…” Park Chan-wook se detiene de forma especial en presentarnos los diferentes personajes que pueblan la historia. Todos magníficamente construidos, entrañables, que enriquecen lo que vemos, y que a veces nos ayudan a comprender mejor a Young-goon y Park Il-sun, sobre los que gira el relato.
* A mi personalmente me gusta la idea de cómo la relación entre ambos tiene consecuencias en la forma en que vivencias sus patologías, como se ayudan mutuamente, como les sirve para sobrellevar su situación, y van saliendo de ella, si no del todo, haciéndosela mas llevadera el uno al otro.
* Me encanta que no se haya optado por un esbozo bienintencionado del todo de la situación que viven los protagonistas. No se limita el film a exhibir un colorista mundo de ensoñación donde los pacientes psiquiátricos escapan de la realidad a través de fantasías inocuas. No, cada dosis de amigable y risueño recreo tiene su porción de acritud y rigor. Sobre todo, el caos mental en que está sumida la protagonista, y su martirio interior son, bajo capas de un colorista humor que a todos nos arrancará sonrisas, salvajes y opresivos. Pero como digo, prima el tono desenfadado, y para llegar al pozo latente de amargura hay que rumiar a posteriori. Para no variar, la película no tiene un final cerrado, y uno no sabe bien que cara se le ha de quedar tras verla, o que sentir por los personajes. Mensaje alentador y desolador a partes iguales.
* La película es todo lo extravagante y estrambótica que se pueda esperar de este director, que parece hallarse a sus anchas entre el cine “de autor” y el divertimento puro. ¡A jugar se a dicho!
* Remarcar el esplendido engranaje de géneros que supone sería repetirse, pero no está de más. Se la pinta mayormente como comedia romántica. Es también un drama con mucho mensaje y trasfondo, tiene sus apuntes de acción; su lado perverso y macabro, pero también su lado luminoso, entrañable y alentador.
* El ritmo y despliegue visual enérgico al que nos tiene acostumbrado, que no da un minuto de descanso y nos retiene en el asiento. Ya solo por eso el film se disfruta enormemente. Una vitalidad, generalmente rayana en el desquiciamiento y la vehemencia, que no se queda ahí, pero que a muchos bastará.
* En “I´m a Cyborg…” Park Chan-wook se detiene de forma especial en presentarnos los diferentes personajes que pueblan la historia. Todos magníficamente construidos, entrañables, que enriquecen lo que vemos, y que a veces nos ayudan a comprender mejor a Young-goon y Park Il-sun, sobre los que gira el relato.
* A mi personalmente me gusta la idea de cómo la relación entre ambos tiene consecuencias en la forma en que vivencias sus patologías, como se ayudan mutuamente, como les sirve para sobrellevar su situación, y van saliendo de ella, si no del todo, haciéndosela mas llevadera el uno al otro.
* Me encanta que no se haya optado por un esbozo bienintencionado del todo de la situación que viven los protagonistas. No se limita el film a exhibir un colorista mundo de ensoñación donde los pacientes psiquiátricos escapan de la realidad a través de fantasías inocuas. No, cada dosis de amigable y risueño recreo tiene su porción de acritud y rigor. Sobre todo, el caos mental en que está sumida la protagonista, y su martirio interior son, bajo capas de un colorista humor que a todos nos arrancará sonrisas, salvajes y opresivos. Pero como digo, prima el tono desenfadado, y para llegar al pozo latente de amargura hay que rumiar a posteriori. Para no variar, la película no tiene un final cerrado, y uno no sabe bien que cara se le ha de quedar tras verla, o que sentir por los personajes. Mensaje alentador y desolador a partes iguales.
* La película es todo lo extravagante y estrambótica que se pueda esperar de este director, que parece hallarse a sus anchas entre el cine “de autor” y el divertimento puro. ¡A jugar se a dicho!
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