Parte de una muy buena idea, es lo que continuamente se piensa en el discurrir de la película, ¡Que buena idea! El motivo que permite la interacción, el desarrollo de todos los acontecimientos que se abren después. Ese control del peligroso para el régimen por la presencia de un foro internacional, es una excusa magnífica.
Tiene buena imagen, silencios, esa casa sin pintar, toda la rusticidad que le aporta y dice, sabiendo trasmitir con todos los pequeños elementos. Pero luego, hay algo o nada en concreto por donde se pierde, no es solo que esa historia del homosexual artista reprimido ya la haya escuchado antes, sinó el pecado de que lo pienso continuamente, que todo me sabe a historia repetida, todo, el desarrollo, las conversaciones, las críticas al régimen y ese final.
A lo de siempre, al mismo rollo y con un punto de partida tan prometedor, es una lástima que se acabe perdiendo por el camino.

No hay como salvarla, ni por donde cogerla.
Ninguna película puede salir con problemas de sonido, nunca, donde el film se convierte en un conjunto de ruidos sin ton ni son. Si hay problemas por limitaciones de presupuesto se juega con ello para que parezca que fue intencionado, consciente, una inovación del lenguaje fílmico. Pero incluso así, las conversaciones se tienen que poder oir siempre.
El desarrollo de la trama es tremendamente tradicional, el más fácil, el más obvio, donde no hay nada más, con un guión plagado de errores, de sinsentidos, no explota el tema, no llega, no dice.
La película no tiene nada, no significa nada, hay que ser conscientes de lo que se hace, no se puede sacar un film que es solo ruidos.

Hay alguna cosa en esa mujer, la atracción que desprende, un magnetismo potenciado por los silencios, las pausas, lo interior que tiene especial importancia en esta serie. El gato y el ratón, la eterna caza, una historia tan desgastada, tan manoseada, pero The Fall en sus mejores momentos consigue hacerla pura, como emergida por primera vez de las aguas, no se piensa en comparaciones, solo lo que se tiene delante. Ella y él, igual de fascinante en su papel de asesino, de buen padre, de una complejidad que lo hace más inmenso como persona en su conjunto que unicamente como homicida. Desde el inicio no hay sorpresas, se podria saber ya el final, que ahora no recuerdo, y no importar, porque lo que queda es el desarrollo de los acontecimientos para ir descubriéndolos a ambos, desvestirlos degustarlos y disfrutarlos, de la misma forma que hace él con los cuerpos de las mujeres que señala como víctimas.

La oscuridad se transforma, se adapta, pervive, aunque sea bajo la apariencia de un hombre en una chaqueta anticuada barriendo su calle, una familia rodeada alrededor del cabeza de familia, unos ojos claros y la vida de un joven exitoso.
Extraordinaria interpretación de Francella, cercano y intimidante, oscuro, que en una película de claro aire comercial, pero compleja en su forma de mostrar la realidad desde dentro, aquella no conocida y es en esta visión con la que Trapero, bajo el rostro de Francella, triunfa. No se centra en el miedo en la sociedad, el efecto que sus acciones despertaron en un país salido de la dictadura, ni tan siquiera en el dolor de las diferentes familias de los secuestrados, quizá pierde al no mostrar más alla las relaciones con el poder; la protección, los intereses, pero se eleva al recrearse en las presiones dentro del ambiente familiar, las relaciones entre ellos, la capacidad de no hacer sabiendo, mientras continúan acabando los deberes, cocinando y aquel repetido -lo hace por nosotros, que se contrapone con la pelea ultima del padre y el hijo, aquella ultima sonrisa.

Cinco jóvenes, adolescentes, pre-adolescentes, niñas, que ríen con la candor de la libertad, la luz, un grupo tan natural, tan limpio que nos vemos reflejados en aquella vida que se nos quedó atrás, a ellas se les arrebata con una crueldad maternal, de aquella abuela que tanto las quiere, que solo quiere lo mejor para ellas, lo que ella considera mejor, lo único que conoce y ellas se van extinguiendo, se van apagando.
La película tiene una primera mitad fantástica, rica de matices, de escenas que componen la vida de las cinco, que esconde en su avance la dureza de su drama, con una dulzura que hace daño, que rompe en la imagen de las niñas en bañador buceando entre sabanas. La última parte es quizá más previsible, pero no por ello menos verdad, menos dura.
¿Porque sigue castigándose tan duramente ser mujer?, ¿porque un precio tan alto?