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Críticas 505
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
31 de agosto de 2021 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Brindo por los que sueñan, por insensatos que puedan parecer" Esta frase, una de las grandes que tiene La la land en su interior, creo que resume y refleja, perfectamente, cual es el espíritu y el tema central de esta obra maestra de Damien Chazelle (y a la que, incomprensiblemente, no le dieron el Oscar a mejor película) y es que, dentro de este musical romántico sobre dos personas que, tras coincidir dos o tres veces de forma casual acaban enamorándose, tenemos una alegoría sobre luchar por nuestros sueños, sobre seguir intentando tocar el cielo cuando todo parece que se gira en contra, cuando ese rio enorme que es la vida nos arrastra, lentamente, hacía otro camino que es distinto del que queríamos recorrer cuando todavía creíamos en poder cumplir nuestros sueños.
La la land no sólo es una historia de amor, es una historia de dos personas que se encuentran estando perdidas y de camino a ninguna parte; luchando contra lo que les devuelve un mundo que no duda en golpear, repetidamente, los sueños de cualquiera.
Esto lo vemos en el inicio, en esas audiciones a las que va Mia esperando conseguirlo, dejándose el alma, cambiando turnos y aguantando a una jefa a la que no le importa, mientras los que deben decidir si le dan o no una oportunidad están con el móvil o pensando en qué van a comer después.
Lo vemos en Sebastian, cuyo piso está convirtiéndose en un mausoleo de nostalgia, con objetos de otras épocas, escuchando música de mitos y soñando con conseguir lo que ellos lograron pero que, en su día a día, acaba trabajando en un grupo que anima las fiestas de esos que hace mucho que dejaron de soñar.
Y, justo ahí, es dónde arranca realmente "La la land". En esa fiesta dónde el espectador, y los personajes, se dan cuenta que ellos dos son los que no encajan ahí, los que siguen buscando algo que jamás van a encontrar entre piscinas y cervezas. Entre superficialidad y monotonía.
La la land es ese viaje a la luz de lo que representa Hollywood y también a sus sombras, a esos momentos cuando se cierra el telón y los aplausos se acaban.

Podríamos hablar mucho más de aspectos técnicos, dejando claro que la dirección de Chazelle es sublime, que le valió un Oscar y no me sorprende. Que todas las coreografías con esos largos planos secuencias están calculadas al milímetro. O el recurso tan teatral de apagar todas las luces y dejar solo iluminados a los protagonistas en otro alarde de saber qué se trae entre manos, demostrando un saber hacer (en su tercer largometraje, no olvidemos esto) que ya les gustaría a otros directores con carreras infinitamente más largas.
También podemos comentar la fotografía, tan bañada en esos colores azulados y en esos atardeceres maravillosos. O ese vestuario, reflejado especialmente en los vestidos de Mia, tan a juego con los decorados.
La BSO no merece presentación, es buena fuera y dentro de la cinta y conocida por todo el mundo.
Lo que si merece pararnos a hablar es de lo ENORME que está Emma Stone, con una actuación estelar que consigue, sin palabras, mostrarnos qué es lo que está sintiendo Mia en cada momento.

No quiero alargarme mucho más de lo que ya lo he hecho, solo añadir que me parece una peli maravillosa, que todo el mundo haría bien en darle una oportunidad, aunque creáis que el género o la temática no os gusta. Pocas pelis hay, en los últimos años, tan valientes y atrevidas como esta.
Gantz:O
Japón2016
6,3
2.484
Animación
7
9 de agosto de 2021 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película basada tanto en el anime como en el manga homónimos. Está hecha con animación 3d ultra realista y hay que decir que guarda, en su interior, la esencia de lo que son esas dos grandes obras homónimas (en mi caso sólo he leído una parte del manga, pero por lo que vi en su día, el anime era bastante fiel).
Si bien es cierto que, tengo la sensación, que es una peli que sirve más como una gran introducción que como una peli en si misma. Parece que estén abriendo muchísimos caminos, muchísimas posibilidades y que tengamos, ante nosotros, un grandioso mundo con cientos de preguntas que podemos hacernos. Y eso molaría mucho más, realmente, si tuviéramos unas cuantas secuelas en marcha (yo desde luego las vería).
En cuanto a las características de la cinta, es un espectáculo de pura acción, se pasa en un suspiro y realmente mantiene toda la cinta al espectador con una gran Intriga por todo lo que rodea a Gantz. Además aparecen algunos personajes tremendamente carismáticos. Toca temas bastante interesantes sobre el egoísmo y el mirar sólo por nuestra propia supervivencia y si esto es ético o si, por el contrario, es más importante salvar a todos los que podamos poniéndonos en riesgo y asumiendo las consecuencias que nos toquen (también esta la típica de luchar en equipo vs ser individualista y buscar la gloria solo).
El problema que tiene la peli es algo que mencionaba antes y que funciona de forma positiva y negativa a la vez: deja tantísimas puertas abiertas y tantas tramas en el aire, sin explicar nada más, que es complicado que no te deje, al acabar, con más preguntas que respuestas.
19 de enero de 2024
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Will Gluck está empezando a tener una carrera tras las cámaras muy enfocada a las comedias. Ha hecho de todo tipo: Desde cintas muy familiares como “Peter Rabbit”, pasando por la más que interesante “Rumores y mentiras” con Emma Stone en modo estrella cuando aún no acaparaba premios y distinciones por doquier y acabando por esta “Cualquiera menos tú”, que también coescribe y que llega a nuestras salas el viernes 19 de enero. El bueno de Gluck no es un director que se caracterice por tener una gran firma autoral, sino que es un realizador que está sabiendo rodearse, al menos de momento, de unos castings muy bien elegidos y donde suele primar la química entre actores y el carisma de los mismos con los que suele llevar a buen puerto casi todas sus películas. La ya mencionada anteriormente “Rumores y mentiras” era una prueba de ello -también por un muy buen trabajo de guion- y la más floja, pero muy entretenida, “Con derecho a roce” también nos mostraba que podía hacer funcionar una película basándose casi exclusivamente en sus dos actores principales y la forma de relacionarse entre ellos.

En esta ocasión, con “Cualquiera menos tú” el realizador neoyorquino se queda más cerca de lo que fue en su día “Con derecho a roce” y construye toda la historia alrededor de las idas y venidas de los dos personajes principales a los que dan vida con mucho acierto las dos estrellas emergentes del momento -y sex symbols- Sydney Sweeney –“Euphoria”, “Reality”-y Glen Powell –“Top gun Maverick”, “Devotion”-.
La cinta arranca con un encuentro casual en una cafetería donde los dos personajes se conocen y claramente conectan a todos los niveles. Después de una noche especial entre ambos, la cosa se rompe y se distancian creyendo que no volverán a verse hasta que la vida les vuelve a juntar en la boda de la hermana de una y de una amiga del otro, respectivamente, y donde tendrán que convivir y limar sus asperezas durante un largo fin de semana para no estropear la celebración con sus peleas y encontronazos.
La cinta, como podéis ver, no inventa la rueda. Es una trama que hemos visto cientos de veces y cuyos giros no inventan tampoco nada novedoso ni pretenden sorprender en ningún punto. Pero la gracia de esta cinta, y por lo que yo creo que funciona, es por como es capaz de construir los gags alrededor de su pareja de protagonistas para que no solo empatices con ellos, sino que te puedas reír con sus torpezas y sus ocurrencias. Además, la cinta también realiza mini grupos con algunos de los secundarios dándole cierta frescura a todo el asunto -el dúo del amigo de él y del padre de ella es tremendo- y acaba convirtiendo la película en algo más que la suma de sus partes. Todo ello aderezado con una buena BSO repleta de temas míticos de hace algunos años acompañándose de momentos un tanto “videocliperos” que aportan ese extra para los fans de las canciones pop.

Por otra parte, la química entre ambos actores es tremenda y, aunque quizá desde la dirección se peca en exceso de sexualizarlos a ambos -la película tiene desnudos integrales, muchos momentos provocativos y escenas subidas de tono que no siempre encajan del todo bien ni tengo claro que sean necesarias-, los dos actores levantan esta cinta con su trabajo y dejando la sensación en el espectador de que se lo están pasando muy bien rodando todo esto y eso se transmite hacía el propio público que, sinceramente, creo que se va a divertir con esta comedia desenfadada con momentos absurdos que funcionan francamente bien. Además, si os quedáis a ver los créditos finales que van acompañados de imágenes, podréis confirmar el buen rollo que se transmite durante toda la peli y la sensación de conexión que hay entre todo el elenco.

Creo, sinceramente, que esta película funciona desde la autoconciencia de lo que es y de lo que pretende ser. Es cierto que no arriesga, que no tiene una gran puesta en escena y que su guion es previsible y simple. Pero igual que todo eso es cierto, también lo es que tiene multitud de gags que le funcionan a la perfección y que su dúo protagonista está tan cómodo haciendo el trabajo que eso traspasa la pantalla. Al final del día, lo que tenemos aquí es una comedia bastante disparatada que únicamente pretende darnos algo más de noventa minutos de entretenimiento y risas. Y vaya que si lo consigue.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
18 de diciembre de 2022
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado ya trece largos años desde el estreno de Avatar. Corría el año 2009 y James Cameron después de un parón de 12 años -prácticamente igual de largo que el que se ha producido entre la primera y la segunda parte- desde su anterior proyecto volvía a la cartelera trayendo una película que reventaba y mejoraba visualmente cualquier cosa que hubiésemos visto hasta la fecha en cuanto a CGI y efectos especiales. Avatar uno supuso no solo un fenómeno de masas inmenso sino un avance tecnológico más que evidente en el cine “blockbuster” apostando por el formato 3D, que estaba bastante denostado, y dejando claro a cualquiera que viese la película que dicho formato era más que aprovechable si se dejaba en buenas manos.

Este próximo 16 de diciembre llega a nuestra cartelera la esperadísima secuela Avatar: El sentido del agua y lo hace para volver a no dejar indiferente a nadie. Cameron se las ha apañado para conseguir -otra vez- dar un enorme paso de gigante en cuanto a efectos especiales y CGI se refiere -yo, al menos, no he visto jamás algo igual en una sala de cine en lo que a apartados técnicos se refiere y os recomiendo encarecidamente verla en 3D- y volviendo a apoyarse en el formato 3D para darle un extra de profundidad e inmersión al visionado de su película.
Huelga decir, eso sí, que esta vez no solo se ha quedado en una experiencia visual.

Si algo podíamos achacar a su predecesora -que para mí era una buena película- es que pecaba de una patente falta de originalidad en su guion y, además, de un exceso de simpleza. La historia de Jake era una serie de lugares comunes ya antes vistos y, aunque Pandora se mostraba como un mundo con un casi infinito potencial, la película no acababa de aprovecharlo del todo.
En su secuela esto, por suerte, cambia y nos encontramos con una trama no solo más compleja, sino que también es mucho más interesante. Si bien en la primera entrega teníamos puesto casi todo el peso en la historia de amor y en ese papel de Jake como infiltrado en los Na’vi ahora tenemos una historia que nos habla sobre la familia. Sobre proteger a los hijos e hijas y, especialmente, sobre las decisiones que en ocasiones tienen que tomar los progenitores pensando en el futuro de su prole.
Avatar 2, probablemente influenciada por el momento vital del director canadiense, es una historia sobre el legado y sobre la huella que vamos a dejar en nuestra descendencia queramos o no -y nuestra huella en el planeta también, claro, sigue siendo una película abiertamente ecologista-. Sobre aceptar a nuestros hijos e hijas tal y cómo son y no por lo que nos gustaría que fuesen. Y creo que, precisamente por la temática que aborda, la película acaba siendo mucho más emotiva, sensible y emocional que la anterior.

Por otra parte, a pesar de que es cierto que estamos ante una película larga (190 minutos) en mi caso no he notado para nada el peso del metraje. Prácticamente desde el inicio estaba metido dentro de Pandora y no me he salido en ningún punto. La estructura probablemente ayuda a ello ya que la película arranca con un ritmo aceleradísimo y, aunque en el tramo central, tiene un momento “valle” donde se afloja el nivel de acción, acaba por no ser tal ya que la película aprovecha en ese tramo para enseñarnos mucho más de pandora y para lucir los avances tecnológicos que tenían bajo la manga y que hacen parecer a películas como “Aquaman” no tan avanzadas como todos creíamos. Además, Cameron es inteligente y esas escenas de lucimiento están integradas narrativamente -para que no parezcan un videoclip- apoyándose por un viaje que hacen los personajes y que los lleva a un lugar completamente desconocido para ellos y que deben descubrir. De esta forma se produce un juego personaje-espectador donde ambos descubren, al mismo tiempo, las bondades del mundo submarino de Pandora.
En el último tramo -que debe ser, perfectamente, una hora de película-, la cinta vuelve a elevar el ritmo y el propio Cameron dobla la apuesta demostrando que es un absoluto genio dirigiendo escenas de acción. Algunas de las batallas están tan bien dirigidas -y tan bien acompañadas y sustentadas por el 3D- que casi que te sientes dentro de la guerra.

En definitiva: Creo que Avatar 2 es una película mucho más solida e interesante que su predecesora a la cual, sinceramente, creo que mejora en todos los aspectos. Es una cinta emotiva, repleta de aventuras, acción y momentos espectaculares que harán las delicias, creo yo, de la mayor parte del público que acuda a llenar las salas. Esperemos que las distintas secuelas que nos traerá el bueno de James Cameron mantengan -o eleven- este nivel.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
14 de abril de 2023
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayoría de los que me leáis creo que recordaréis la noche del viernes 13 de noviembre de 2015. Quizá, por la fecha, no os venga a la memoria por qué os deberíais acordar de ella. Pero si os digo que fue la noche de los atentados en París, con la matanza producida en la sala Bataclan, creo que os podréis ubicar mejor.
Esa noche muchos, entre los que me incluyo, volvimos a tener la sensación de que algo va muy mal en esta sociedad cuando este tipo de cosas siguen ocurriendo cada cierto tiempo. Y el cine, como casi siempre, ha decidido abordar estos hechos reales, aunque están ficcionados según se dice al inicio de la cinta, ahora que ya han pasado unos cuantos años y las aguas y sensibilidades están más calmadas.

El año pasado nos llegó de la mano de Isaki Lacuesta la maravillosa “Un año, una noche”, centrada en los mismos hechos que se narran en la película que nos atañe, pero poniendo el foco en dos supervivientes que estaban presentes en la sala Bataclan cuando entraron los terroristas y abrieron fuego contra todo el que vieron allí.
Ahora, un año después, nos llega desde el país vecino “Novembre”, cinta que llega a nuestros cines este 14 de abril, y que funciona casi como una cara B de la película de Lacuesta.

“Novembre” se centra en la noche de los atentados propiamente dicha y en lo que se vivió durante los días posteriores, colocándonos en la piel de las personas que debían investigar los hechos e intentar detener a los culpables que aún se encontraban fugados por París. A partir de esta premisa la cinta arranca con una potencia visual pocas veces vista en películas de este estilo -a mi hay momentos que me recordaban a la miniserie de Sorogoyen para Movistar “Antidisturbios” que si no habéis visto os recomiendo- y que consigue meterte en la acción gracias a la puesta en escena desde el minuto uno de película.

La forma en que el director francés Cédric Jimenez rueda las intervenciones policías del grupo de elite equivalente a los “SWAT” es sublime y demuestra que el realizador tiene muchísimos recursos para atrapar al espectador. Quizá no abusa tanto de los planos secuencia como Sorogoyen, que le lucen genial al realizador español y que mencionaba anteriormente, pero si que tiene esos planos al hombro y secuencias rodadas en primera persona que tan bien funcionan en este tipo de cine para sentirte parte de esos asaltos y casi que te permiten sentir la tensión y la presión constante del que se está jugando, literalmente, la vida en cada segundo de los que dura la intervención.

Por otra parte, la cinta no solo se centra en intervenciones policiales de asalto a una localización concreta, sino que construye alrededor de los tres policías protagonistas -cada uno situado en un ámbito concreto y entre los que va saltando de una escena a la siguiente- una red de investigaciones que van a llevar al espectador a realizarse más de una y de dos preguntas. El retrato humano de esos policías completamente superados, escritos con diálogos rapidísimos, y la sensación de que el tiempo se agota y van tarde a todo, es otra de las grandísimas virtudes de una película que no tiene miedo en bajarse al barro y ser sucia y dura cuando lo requiere.

Realmente, yo no sé hasta que punto todo lo que narra la cinta es cierto o no. Hay algunas escenas que a mí me hacían preguntarme si realmente en Francia en el siglo XXI se hacen las cosas así. Pero, sea más o menos fidedigno con la realidad, y estemos o no de acuerdo con el latiguillo político que se puede intuir en algunos momentos, creo que es justo reconocerle a la cinta que lo que hace, lo hace francamente bien. Y que los momentos que es capaz de construir alrededor de sus protagonistas y de la situación limite que están viviendo son tan potentes que consiguen que el espectador caiga rendido ante la narración que se nos propone.
Si tenéis la oportunidad, no dudéis en acercaros al cine a verla, creo que es de esas películas que no suelen decepcionar a nadie.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
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