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Críticas 198
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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22 de febrero de 2009
21 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los fenómenos cinematográficos del 2008 (y, por ende, de principios del 2009) es esta película de Danny Boyle y Loveleen Tandan, que está haciendo que a la peña (críticos incluídos) se le caiga la baba. Como ocurrió con ‘El caballero oscuro’ o ‘Pozos de ambición’, la masa no siempre lleva la razón y se confunden en espejismos de presunta calidad ‘oscarizable’. Antes de seguir, planteo la siguiente pregunta al más puro estilo ‘soberiano’.

• ¿Qué es realmente Slumdog millionaire?

A: una obra maestra absoluta
B: el apodo de J. K. Rowling
C: una versión hindú de ‘Ciudad de Dios’ menos complaciente que ésta
D: una película de esencia ‘mainstream’ camuflada bajo toneladas de exotismo

Un servidor marcaría la opción D, aunque claro… lo correcto o no de mi respuesta es algo muy subjetivo, ¿verdad? Da igual, es una mera opinión personal, que quede claro (y ha de, o al menos debe, ser respetada).

Me explico. La historia es otro relato previsible, que para contar una historia tan trágica se queda en un gris pálido que acaba en arcoíris festivo (¿?), con una estructura narrativa curiosa y original pero no totalmente aprovechada. Nos cuelan una historia de amor que, a mí, no me ha dicho nada de nada (salvo los besos finales, muy bien filmados con un precioso tema musical de fondo).

El film posee ritmo (sobre todo al principio, cuando parece más dura y seca de lo que realmente es), cuenta con una excelente banda sonora y una atractiva y espléndida fotografía (aunque peca de excesivamente videoclipera en ocasiones -esos planos torcidos, por Dios-), pero aparte de que estética y formalmente la película cumple… ¿qué queda?

Boyle aprovecha la típica complacencia del ‘mainstream’, y se gana al espectador, pero para mí no fue suficiente. La película tiene un cacao conceptual enorme. Ni es dura ni realmente agresiva, y al final te meten el baile a lo Bollywood que mola, sí, pero no viene a santo de nada. Es como si al final de ‘Ciudad de Dios’ se pusieran a bailar Carlinhos Brown. No me jodas.

No sé a vosotros, pero a mí me dio risa ver a la chica corriendo con la música de '¿Quién quiere ser millonario?' de fondo.

Además, yo personalmente no comulgo con todo eso del destino, que ya estaba escrito y tal… pues vaya bluff. Quizá esté escrito que gane el Oscar, pero yo espero que no. Espero que la magnífica Benjamin Button se lo lleve, no por destino, no por imposturas ni nada de eso, sino porque lo merece. Ni más, ni menos.

Por favor, lean la crítica de ‘Noodles y la puta’, estoy bastante de acuerdo con él , y no voy a repetir todo lo que él ha dicho, y muy bien dicho.

(Lo mejor y lo peor, en spoiler sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
· Lo mejor: la banda sonora y las canciones, me volvieron loco. La fotografía es notable.

· Lo peor: que no salga Carlos Sobera haciendo un cameo (o que, al menos, el presentador versión hindú no arquee la ceja ni un solo instante); el cartel en español y la traducción del título como ‘¿Quién quiere ser millonario?’ (¿estamos de la olla o qué? Putos anormales…); que no bailen el ‘Del pita pita del’.
... y que no arriesgue ni un ápice ni sea más dura, y acabe en un trabajo amanerado, suave y convencional.


A spoiler:

Una cosa así sin importancia… ¿la pregunta de los 20 millones de rupias versa sobre quién era el tercer mosquetero? ¿Estamos de pedo o qué? Una muestra de que la impostura y la filosofía de baratillo se imponen sobre la lógica.

Un partido del mundial congrega a más millones de personas frente al televisor, capullos.

El hermano del prota pasa de malo a bueno en un santiamén (redención 'ready-made'), y muere en la bañera, pero no nos importa porque su hermano está forrándose en la tele, qué bien.

En el cine, la gente se rió cuando el niño se tira al pozo de mierda. Aparte de que me pareció exagerado cómo emerge del fondo y su excéntrico look posterior, no sé que puta gracia tiene. es dramático.

PD: acerté la de Jack Hobbs, lo juro. Incluso antes de que el tío usara el comodín del 50%.

PD2: el videoclip tiene los pasos mazo currados... bah, la verdad es que mola, aunque no pegue ni con cola y los créditos sean una mezcla entre virtuosa e irritante.
8 de mayo de 2015
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género de terror en España no es ni muy prolífico ni excesivamente brillante, pero de vez en cuando (más habitualmente de lo que su corta producción implica) surgen estupendas ideas y autores valientes y talentosos que levantan sólidos y muy exportables trabajos de horror, con alma ibérica y un espíritu inquietantemente costumbrista como feliz común denominador. Quizá Rafa Martínez, en ésta su ópera prima, haya asimilado muy bien ese ambienten tétrico y castizo que tan bien le ha sentado al género en España desde siempre en contraposición al hecho de que, en el fondo, no ha pergeñado una gran película, ni siquiera lo que entendemos por una buena. Curtido en el mundo del cortometraje, donde con apenas unos escasos trabajos logró dar a entender que sabía muy bien lo que hacía (por cómo movía la cámara, por su manejo de la puesta en escena), Martínez pone (casi) toda la carne en el asador en el prólogo de 'Sweet Home' (2015), donde da buena cuenta de su buen hacer a través de precisos movimientos de cámara que capturan imágenes amparadas bajo una cuidada fotografía aunque, como en el resto del metraje, le falte algo de contundencia a la hora de ponerse manos a la obra (a la obra sanguinolenta se entiende).

'Sweet Home' es, a la vez, una demostración de buen gusto formal y remarcable habilidad tras las cámaras y una ocasión perdida. Es indudable que la premisa da juego y es estratégicamente malévola y pertinente, una suerte de parábola salvaje sobre los trágicos desahucios que asolan nuestro país desde una perspectiva aún más terrible que la de la propia realidad, en la que las inmobiliarias llevan a cabo un mobbing muy particular, de carácter marcadamente sádico y asesino; esto es, contratando a criminales para acabar con la vida de aquellos propietarios que hayan tomado la insensata decisión de no vender sus casas para complacer la voracidad especuladora. En esta peliaguda coyuntura, una joven pareja pasará la noche en un edificio barcelonés en el cual han sido asesinados los últimos inquilinos, y sus asesinos, al descubrir que aún quedan como testigos los felices enamorados en dicho inmueble, no cejarán en su empeño de atar todos los cabos sueltos y tratarán de segar dos vidas más. Huelga decir que no será una tarea fácil, ya que la novia y su chico plantarán cara con lo puesto. Un escenario suculento para el buen aficionado al género, que sabrá valorar esta pequeña variante del subgénero del “asalto al hogar” que ha perpetrado Rafa Martínez con un innegable cariño hacia ese tipo de cine y, ay, ciertas arritmias y torpezas que, no obstante, no vale la pena entrar a desentrañar al tratarse de un debut cinematográfico. Tampoco ayudan, y esto no es culpa del director pese a las inevitables (y mínimas, muy superficiales) similitudes, las comparaciones que se le han hecho a la cinta desde antes de su estreno comercial con la muy superior (y diferente) '[·REC]' (Jaume Balagueró & Paco Plaza, 2007), que quizá jueguen en contra de las expectativas de este producto sencillo y simpático, intermitentemente disfrutable y que carece de pretensiones más allá de ofrecer un digno slasher que, nota importante, no es menester tomarse muy en serio (el momento en que suena el 'Eres tú' de Mocedades demuestra que aquí prima el alborozo y el guiño cómplice y socarrón, lo cual un servidor celebra).

Por lo demás, y volviendo a insistir en lo mismo, cabe destacar la elegancia visual de la cinta y el loable esfuerzo de Rafa Martínez por otorgarle a su primer largometraje un acabado formal, quizá, digno de mejor causa. Bien interpretada por su pareja protagonista, emanando buena química y hasta con ciertas tablas pese a la inexperiencia de ambos (más aún teniendo en cuenta el género y siendo, para más inri, el primer papel protagónico de Bruno Sevilla), adolece de una banda sonora en ocasiones un poco machacona y demasiado tendente al subrayado emocional, amén de la ingrata sensación casi constante de asistir a un quiero y no puedo que se traduce en un producto bien empaquetado aunque finalmente olvidable, pero su tour de force final entre una entregada Ingrid García Jonsson (con apenas superada la bendita resaca post Rosales) y el psicópata de turno deja satisfecho al espectador, que con cierta benevolencia sabrá perdonar sus errores y habrá pasada un rato distraído sin más complicaciones, y que una vez haya abandonado la sala es probable que empiece a pensar que, con un poco de fortuna, el próximo trabajo de Rafa Martínez estará más equilibrado con su potencial calidad como cineasta. Con todo, y quizá ante todo, un trabajo respetable, humilde, digno.

www.asgeeks.es/movies/critica-de-sweet-home-asalto-inmobiliario-al-slasher/
14 de diciembre de 2008
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Equívocamente, esta comedia adolescente es confundida con otras tantas mediocres como pululan por ahí. Es, para la media de su género, una muy buena opción para echarse unas risas de las más sanas con tu novia o con los colegas, y a otra cosa.

Es curioso, pues se nota que está hecha con cierto oficio (los créditos iniciales son una pequeña joyita boba) y no sólo busca un humor escatológico y grosero sino que, sin olvidar nunca su condición de estupidez hormonal, va más allá. Explota todos los tópicos habidos y por haber referentes a los europeos, pero no resulta repetitivo ni gastado (y si lo está, no molesta) y éso juega a su favor.

Otro aspecto a destacar es su banda sonora, compuesta por una serie de canciones conocidas que acompañan estupendamente las aventuras de este simpático grupo de adolescentes post-graduados.

Lo dicho, una recomendación segura, muy divertida y con un sentido del humor más inteligente del que pueda parecer a simple vista, siendo siempre una tontería muy consciente (y orgullosa) de ello.

Para el recuerdo queda la apoteósica llegada a Bratislava, con mucha mala leche, sí, pero absolutamente desternillante.



"Ahá, mira, tengo 5 centavos. ¡Se acabó! ¡Me largo de aquí! Haré mi propio hotel con este dinero."
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final, una clara muestra de que hay cosas que sólo ocurren en las películas (y más si son yanquis).
24 de junio de 2014
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Isabel Coixet despierta, con cada película que estrena, odios y pasiones exacerbados. Si bien es cierto que desde su premiada 'La vida secreta de las palabras' (2005) su filmografía ha vivido una vuelta de tuerca autoral que ha definido y alejado con más contundencia a los seguidores y detractores de su cine, nunca ha dejado de seguir una línea personal e irrenunciable desde los tiempos de 'Cosas que nunca te dije' (1996). Cuesta entender que en un mismo año, el pasado 2013, haya dirigido dos películas tan diametralmente opuestas (aunque igualmente recibidas a pedradas por la crítica) como 'Ayer no termina nunca' y 'Mi otro yo', la primera un ejercicio de asfixia del estilo de Coixet para lo bueno y para lo malo, pero sin duda estimulante y arriesgado, y la segunda, que la podría haber dirigido… cualquiera.

Lo que aquí propone Coixet no es ni más ni menos que una nueva incursión en el subgénero de los espíritus (malvados), variante con doble (malvado), en este caso en clave adolescente sobre, quizá, el miedo y la sospecha que inundan todo proceso de maduración y crecimiento personal. Es posible que el toque de distinción se encuentre en el tratamiento más adulto, serio y robusto, dramáticamente mejor construido de lo habitual, que sustenta toda historia de suspense y que aquí, al menos, goza de cierto mimo y cuidado para sentir algo de empatía e interés por el entorno de sus personajes. Tal es su apuesta por el drama que las injerencias terroríficas parecen desubicadas y poco relevantes, más interesadas en cumplir la cuota de miedo exigible a un producto de tales características que a dar cuerpo a un cuento oscuro con una cierta entidad.

No se perciben con mucha claridad las referencias que haya podido tomar Coixet para abordar, por vez primera en su carrera, el género de terror (o thriller psicológico más bien), y las que se puedan extraer no parecen bien asimiladas, una suerte de J-Horror mezclado con un clasicismo, algo british, mal entendido. La directora deambula de cliché en cliché, dándose mortalmente de bruces con algunas subtramas (la infidelidad de la mujer y sus improbables escarceos a la vista de todos -el coche-), incapaz de asustar o provocar el más sencillo escalofrío (columpios que se mueven solos y subidas de volumen por doquier). Sin duda se la ve más cómoda y libre a la hora de abordar la vertiente dramática de la historia, protagonizada por los miedos, las frustraciones, el amor y el dolor de cualquier adolescente. Pero su esencia es la narración de horror, y ahí fracasa por ser un desolador (e impersonal) más de lo mismo.

Cumple el reparto, especialmente volcado en la telaraña de desengaños, enfermedad, amor y desencuentros de sus personajes, destacando en él Sophie Turner, conocida gracias a Juego de Tronos, que carga prácticamente con todo el peso de la cinta con solvencia y credibilidad. Cumple, también, el aspecto formal de la película, elegante en los tonos ocres que envuelven su enrarecida atmósfera. Cumple incluso desde el aspecto puramente lúdico, pues pese a la avalancha de tópicos y convencionalismos emerge un relato aceptable y mínimamente entretenido. Lo que falla es la impersonalidad que gobierna todo el metraje y, siendo Coixet quien escribe y dirige, la decepción termina por adueñarse sin remedio del espectador que esperaba algo (muy) diferente. Es un film de Coixet sin Coixet, vaciado de estilo, carente de riesgo, originalidad y ambición, que por no ser no es ni pretencioso, lo cual habría dado pie al menos a un debate más enriquecedor.

El final, tan de manual, tan previsible y forzado, da buena cuenta del grado de nimiedad al que Coixet ha sometido a su última película, un copy-paste sin identidad y tremendamente olvidable. Una profunda decepción para el espectador que, como el que esto escribe, tiene a la directora catalana en buena consideración.

http://www.asgeeks.es/movies/critica-de-mi-otro-yo-la-otra-coixet/
10 de marzo de 2014
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Joven y bonita' ('Jeune et jolie', 2013), de un joven veterano del cine francés como es François Ozon, cuya irregular pero atractiva carrera le ha granjeado popularidad y respeto, formó parte del cartel del pasado Festival de Cannes, donde fue tildada, me manera discutible, de título menor.

La cinta de Ozon ofrece un honesto, seco y sensual retrato adolescente, profundamente alérgico a obviedades y moralismos, centrando su atención en la sencilla pero magnética descripción de una adolescente de 17 años que, tras una decepcionante primera experiencia sexual, decide convertirse en prostituta de lujo. La película no da apenas razones o explicaciones y mantiene la narración en un cierto secretismo de manera constante, lanzando cada cierto tiempo al aire diversas pistas y preguntas incómodas pero siempre dejando al espectador que sea quien encaje las piezas en su cabeza y dé sus propias respuestas. Es éste uno de los mayores activos de la película, su ligera opacidad, como también lo es la estimable decisión de no juzgar al personaje principal, interpretado de manera hipnótica, intuitiva y firme por una sobresaliente Marine Vacth, de quien emerge un poderoso retrato femenino y, a su vez, del despertar sexual y vital. Su exposición, aún con todo, resulta limpia, sencilla y directa, consiguiendo un efecto de cierta fascinación por la turbia historia que se nos cuenta, por su mirada cruda y tierna a un mismo tiempo a un asunto tan inestable y difícil como es la sexualidad adolescente, sin más asideros que la estricta realidad.

Todas las filias y fobias del cine de su autor están presentes en 'Joven y bonita', pero quizá su plasmación sea de las más brillantes, concisas y efectivas de toda su carrera. Es muy probable que venga a hablarnos del sexo como rebeldía ante una sociedad que es ajena a la protagonista, o que establezca un discurso sobre la falta de cariño en el contexto de un mundo materialista y superficial. Sea como fuera, la fuerza de la propuesta es innegable y sólo quizá el juego que propone Ozon de despistar y desconcertar, como viene siendo habitual en su cine, se torne algo esquivo en sus escenas finales. Una película, en resumen, que formaría una estimulante sesión doble con la reciente y más radical y brillante 'Nymphomiac' (2013), de Lars Von Trier.

http://www.asgeeks.es/movies/fin-de-semana-europeo-criticas-de-joven-y-bonita-y-oh-boy/
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