No consigo adivinar la intención del montador de este documental cuando, de las cientos de "secuencias" que tenía grabadas, decidió quedarse precisamente con las que vemos. Grabar a unos enanos escribiendo la palabra "mamá" durante minutos puede resultar curioso, pero yo no le veo la gracia.

Coge un capítulo de Marco, lleva la crudeza al extremo y, sin ningún guión (ausencia total de personajes o tramas secundarias), haz que dure 80 minutos en lugar de 20: obtendrás esta película.

Eso sí, está magistralmente ambientada el el Japón de la II Guerra Mundial.

Sólo recomendable para los que gusten del peculiar ritmo de montaje del cine oriental.

Esto es un tío que entra en un banco de semen con una cafetera y dice...
El año que viene os cuento el final del chiste.´

¿Qué os parecería? Una tomadura de pelo, ¿no? Pues eso me parece a mí esta película, que, por lo demás, es lenta y no se diferencia de otras americanadas como "Tomb Rider" más que en que no tiene final y en que se han gastado una pasta haciendo muñequitos.

Alucino con la acogida que ha tenido esta saga.