Simplemente eso, no hay película. La sinopsis presenta exactamente lo que se va a ver. Parece más un reality de apoyo psicológico con participantes de lujo. Ni un momento para la sonrisa pero tampoco para la lágrima. Crítica mínima pero es que no hay más.

Hace años había una pésima serie de tema parecido llamada Cazatesoros. 15 años después sorprende evidenciar que sigue habiendo espacio y audiencia para este tipo de subproductos.

Es difícil decidir qué resulta más patético en esta serie si la vergonzosa imitación que perpetra Wyle de “The Doctor” de Tennant (I’m the Librarian), el esfuerzo de Romijin por postularse como la peor actriz amateur de la historia (lo que logra con creces) o ver al pobre Newhart intentando sacar un poco de dinerillo extra para su pensión a costa de lo que le echen. Tantos años de respetada carrera para que se termine citando como uno de sus últimos trabajos este bodrio.

Sólo de interés si se quiere comprobar, ¿y echar unas risas?, con las “interpretaciones” mencionadas.

Acostumbrado a los carismáticos policías de Hill Street, Third Watch o The Shield, he intentado seguir esta serie en un par de ocasiones, con un par de años de diferencia, y no lo he conseguido

La pareja de policías secretos son tan parecidos en aspecto entre sí y se comportan de forma tan similar que resulta difícil diferenciarlos como personajes.

La pareja de policías de uniforme no aporta nada al modelo clásico de veterano-novato.

El personaje un poco más memorable es la detective negra.

Me aburre soberanamente y alucino que como resultado de las calificaciones ¡¡¡se ponga por delante de Hill Street!!!

Irrelevante serie en la que el sheriff de una pequeña localidad del sur de EEUU con extraordinarios poderes sobrenaturales se dedica, al parecer más que nada por entretenerse, a hacer el mal de forma retorcida entre sus vecinos, sin embargo no logra corromper a su supuesto hijo, permanentemente protegido por el fantasma de la hermana a la que el sheriff asesinó, de manera bien poco sutil, nada más comenzar la serie y con la que el chico mantiene diálogos tan empalagosos como irrelevantes. En definitiva, el sheriff puede hacer que sus conciudadanos se maten entre sí o se automutilen o que crezcan árboles gigantes (!), pero cuando se trata de lograr que su hijo gane el concurso de ciencias o el campeonato de tiro con arco haciendo trampas ahí sus poderes nada pueden hacer. Inconsistente.

De esta convencional serie lo que más estupefacto me deja es que Clark lleve gafas desde niño, aún antes de descubrir que tiene poderes y muchos años antes de adoptar la identidad de Superman.

Detalles como este hace ver el descuido y la precipitación con los que se han preparado la serie. Si ellos no se tomaron su tiempo en prepararla, yo no voy a dedicar un minuto más a criticarla.