No es un thriller ni una película de periodistas. Para lo primero le falta intriga y acción, y para lo segundo le falta ahondar en la vida familiar e íntima de los periodistas protagonistas. La película se plantea como un documental sobre la investigación periodística real de unos hechos de gran transcendencia, la pedofilia de una minoría de curas católicos, disimulada y encubierta por una mayoría, altas jerarquías de la iglesia incluidas. Y esto se hace con buen oficio y buenos actores, con sobriedad, sin recurrir a melodramas innecesarios, pero con ritmo suficiente como para que el espectador no pierda interés ni se aburra.
Muy recomendable.

Cuando el cine y el teatro tienen relaciones maritales, sale esto.
Podríamos decir que esta es una obra de teatro muy bien filmada, con unos decorados y unos primeros planos, que el teatro no puede ofrecer.
Los diálogos son muy buenos, al igual que los actores, y los actos de la obra se van sucediendo sin que sobre ninguno, llenos de interés y de intensidad dramática, El paisaje es también protagonista, y sirve para aliviar y marcar los cambios de las diferentes escenas,
La película es larga, pero es necesario que sea así. Si te metes en la película, y empatizas con los personajes, no te vas a aburrir, al contrario. Pero es de las que hay que ver del tirón, y mejor en el cine, para evitar la tentación de tomarte un descanso.
Si no te van los diálogos y estás inquieto, descentrado y con falta de concentración, mejor pasa.

Es normal que películas de este tipo sean algo maniqueas y con tendencia a ensalzar un poco más de la cuenta las virtudes de "los buenos", pero si tienen intención realista deben primar la credibilidad, tanto en los hechos, como en los personajes y en el ambiente en que se mueven. Un buen ejemplo de ello son las películas "Black Hawk derribado" o "En tierra hostil".
No es el caso de esta película, a pesar de los adecuados efectos especiales. Desde que empiezan los combates, empieza la fantasía. Las decisiones que se toman son a menudo absurdas, incluidos un par de saltos (los que han visto la peli saben a qué me refiero), a los que no sobreviviría ni el mismísimo Rambo (en el mejor de los casos quedaría parapléjico sin remedio). Nuestros héroes actúan como tales y tienen muchas vidas (será un vídeo-juego?). Por su parte, los Talibanes son como de organillero, rápidos o lentos según convenga, y los del pueblo no se aclaran, y su actuación final se acerca al sainete. Por otra parte, como desde el principio ya sabemos quién sobrevive, no nos queda ni la emoción de la incertidumbre.
Supongo que los hechos reales en que se basa la película, fueron consecuencia de la mala suerte, mezclada con algún que otro error o chapuza, que se termina corrigiendo con un ataque masivo desde el cielo, acompañado de los inevitables daños colaterales. Para compensar, puede que con esta película se haya intentado hacer una especie de reparación con panegírico de las fuerzas especiales USA, pero se les ha ido la mano.

La película tiene altibajos y a veces rascan los bruscos pasos de comedia a drama y viceversa, pero toda la película respira sinceridad y ganas, y a pesar de lo disparatado del guión, terminas enganchado, emocionándote y riéndote sin complejos con los personajes, que están interpretados con la misma naturalidad, sinceridad y pasión con que está hecha la película.

Con dos buenos actores y un escenario, consigue Cuarón hacer una emocionante, entretenida y creíble película de acción y lucha contra las adversidades. Eso ya es mucho. Pero lo supera con una magnífica ambientación y puesta en escena, que nos hace sentir y vivir el espacio exterior con un realismo que yo no he visto en ninguna otra película del tema, convirtiendo una buena película en una experiencia excepcional que se sale del guión.