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4
13 de noviembre de 2015
13 de noviembre de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bochornosa e incomprensible producción española que intenta homenajear a los memorables Spaghetti Western en una película que roza el absurdo y puede llegar a resultar insultante.
La calidad de la película está más próxima a la de cualquier producción televisiva y a pesar de contar con ciertos intérpretes de renombre, éstos no consiguen elevar la calidad del conjunto.
Uno de los puntos débiles de la película reside en la selección del reparto, los responsables de la película intentan atraer al público con intérpretes de renombre como, Emilio Estévez, William Forsythe, Jordi Mollà y Joaquim Almeida, pero eligen mal, puesto que su presencia en el relato no llega a ser creíble en ningún momento. Mención especial merece la labor de Emilio Estévez, el hijo de Martin Sheen, no pega en el papel ni con cola. El intérprete se limita a imitar los movimientos enigmáticos de los grandes pistoleros del Spaghetti Western, pero no da la talla en cuanto a presencia y tamaño.
El aspecto visual de la película peca de ser demasiado pobre, la labor del equipo de escenografía suspende por completo al ofrecer una visión demasiado limpia del Oeste. En ningún momento, logran crear un escenario convincente. Se echa en falta más suciedad, polvo y arena.
El argumento es bastante limitado y no queda bien construido. Una búsqueda de un tesoro que no tiene ni pies ni cabeza. El director ofrece un trabajo mediocre y no logra ofrecer un ritmo dinámico. Lo único que mantiene o despierta el interés del espectador son las numerosas secuencias donde las pistolas son protagonistas. Unas secuencias de acción excesivamente coreografiadas, donde todo parece un baile imposible de disparos y posturitas variadas al más puro estilo del cine de John Woo. Destaca el empleo de piezas musicales de ópera en determinadas secuencias, que en un intento de glorificar el género lo echa a perder.
Todos los intérpretes ofrecen un trabajo pueril y lamentable, pocos o ninguno de ellos se salvan, desde Emilio Estévez, totalmente fuera de lugar, hasta un ridículo, Jordi Mollá. No sé quién fue el encargado de la sección de maquillaje y estilismo, pero se lució con las pintas que tiene Mollá.
Un dólar por los muertos, sólo se la puede disfrutar si no te la tomas demasiado en serio. No es una película que merezca ni un céntimo por su visionado.
La calidad de la película está más próxima a la de cualquier producción televisiva y a pesar de contar con ciertos intérpretes de renombre, éstos no consiguen elevar la calidad del conjunto.
Uno de los puntos débiles de la película reside en la selección del reparto, los responsables de la película intentan atraer al público con intérpretes de renombre como, Emilio Estévez, William Forsythe, Jordi Mollà y Joaquim Almeida, pero eligen mal, puesto que su presencia en el relato no llega a ser creíble en ningún momento. Mención especial merece la labor de Emilio Estévez, el hijo de Martin Sheen, no pega en el papel ni con cola. El intérprete se limita a imitar los movimientos enigmáticos de los grandes pistoleros del Spaghetti Western, pero no da la talla en cuanto a presencia y tamaño.
El aspecto visual de la película peca de ser demasiado pobre, la labor del equipo de escenografía suspende por completo al ofrecer una visión demasiado limpia del Oeste. En ningún momento, logran crear un escenario convincente. Se echa en falta más suciedad, polvo y arena.
El argumento es bastante limitado y no queda bien construido. Una búsqueda de un tesoro que no tiene ni pies ni cabeza. El director ofrece un trabajo mediocre y no logra ofrecer un ritmo dinámico. Lo único que mantiene o despierta el interés del espectador son las numerosas secuencias donde las pistolas son protagonistas. Unas secuencias de acción excesivamente coreografiadas, donde todo parece un baile imposible de disparos y posturitas variadas al más puro estilo del cine de John Woo. Destaca el empleo de piezas musicales de ópera en determinadas secuencias, que en un intento de glorificar el género lo echa a perder.
Todos los intérpretes ofrecen un trabajo pueril y lamentable, pocos o ninguno de ellos se salvan, desde Emilio Estévez, totalmente fuera de lugar, hasta un ridículo, Jordi Mollá. No sé quién fue el encargado de la sección de maquillaje y estilismo, pero se lució con las pintas que tiene Mollá.
Un dólar por los muertos, sólo se la puede disfrutar si no te la tomas demasiado en serio. No es una película que merezca ni un céntimo por su visionado.

6,8
886
7
25 de agosto de 2014
25 de agosto de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La angustia de vivir presenta el drama de un veterano actor de teatro que atraviesa por una profunda crisis profesional, que tras la muerte de su hijo ha ido acrecentándose. A la que busca solución, ahogando sus penas en el alcohol. Su mujer y un director de escena intentarán ofrecer un espacio para la esperanza.
La película presenta y desarrolla todo un drama alrededor del alcoholismo, el sentimiento de culpa y la caída en el olvido de las estrellas, apoyándose en las interpretaciones de un reparto estelar, donde destacan con luz propia, el trío protagonista sobre el que recae todo el peso de la historia, Bing Crosby, William Holden y Grace Kelly.
Refleja el drama habitual de las grandes estrellas que alcanzada determinada edad, caen en el anonimato y se convierten en juguetes rotos, victimas de su propio éxito, ofreciendo un interesante y acertado desarrollo de los personajes, que gana fuerza gracias al excepcional trabajo del reparto.
Bing Crosby lleva gran parte del peso del relato, con un personaje apesadumbrado y atormentado por la culpa, demostrando su capacidad para los musicales y el drama, con una interpretación digna de mención y de haber obtenido algún premio de la academia. Algo que si consiguió Grace Kelly, la futura princesa de Mónaco, ganando el Oscar por este papel, dejando a un lado su belleza y volcándose en hacer creíble un personaje hastiado de la vida, apagado y sin luz, que a lo largo del desarrollo del argumento, retomará todo su esplendor, fantástica. William Holden, completa el trío protagonista y se convierte en un apoyo fundamental para la pareja protagonista.
El relato presenta y desarrolla con claridad unos personajes atormentados y perseguidos por la desdicha, logrando ofrecer espacio para su notoria evolución y redención, destapando progresivamente y de una forma eficaz, los fantasmas de culpa que les han hecho llegar a esa situación tan precaria.
El director logra dosificar y ofrecer paulatinamente los acontecimientos que han ido empujando a los protagonistas a la oscuridad del dolor y el olvido, empleando pequeños flashbacks, con los que recoge la vida de ensueño que compartían los protagonistas y como todo se derrumbó.
El relato logra emocionar y sorprender al espectador, dejando espacio para el romance, la fidelidad, la inseguridad y la lucha compartida, con unos diálogos contundentes y llenos de energía, ofreciendo una pequeña visión de la trastienda del teatro, donde muchos sonríen por fuera, mientras su corazón navega por los ríos del alcohol y la pena.
La película presenta y desarrolla todo un drama alrededor del alcoholismo, el sentimiento de culpa y la caída en el olvido de las estrellas, apoyándose en las interpretaciones de un reparto estelar, donde destacan con luz propia, el trío protagonista sobre el que recae todo el peso de la historia, Bing Crosby, William Holden y Grace Kelly.
Refleja el drama habitual de las grandes estrellas que alcanzada determinada edad, caen en el anonimato y se convierten en juguetes rotos, victimas de su propio éxito, ofreciendo un interesante y acertado desarrollo de los personajes, que gana fuerza gracias al excepcional trabajo del reparto.
Bing Crosby lleva gran parte del peso del relato, con un personaje apesadumbrado y atormentado por la culpa, demostrando su capacidad para los musicales y el drama, con una interpretación digna de mención y de haber obtenido algún premio de la academia. Algo que si consiguió Grace Kelly, la futura princesa de Mónaco, ganando el Oscar por este papel, dejando a un lado su belleza y volcándose en hacer creíble un personaje hastiado de la vida, apagado y sin luz, que a lo largo del desarrollo del argumento, retomará todo su esplendor, fantástica. William Holden, completa el trío protagonista y se convierte en un apoyo fundamental para la pareja protagonista.
El relato presenta y desarrolla con claridad unos personajes atormentados y perseguidos por la desdicha, logrando ofrecer espacio para su notoria evolución y redención, destapando progresivamente y de una forma eficaz, los fantasmas de culpa que les han hecho llegar a esa situación tan precaria.
El director logra dosificar y ofrecer paulatinamente los acontecimientos que han ido empujando a los protagonistas a la oscuridad del dolor y el olvido, empleando pequeños flashbacks, con los que recoge la vida de ensueño que compartían los protagonistas y como todo se derrumbó.
El relato logra emocionar y sorprender al espectador, dejando espacio para el romance, la fidelidad, la inseguridad y la lucha compartida, con unos diálogos contundentes y llenos de energía, ofreciendo una pequeña visión de la trastienda del teatro, donde muchos sonríen por fuera, mientras su corazón navega por los ríos del alcohol y la pena.

6,0
1.111
4
16 de marzo de 2014
16 de marzo de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Refugio Macabro sigue el esquema empleado en otras ocasiones para reunir varias historias de terror de corta duración en una sola película. Sin ir más lejos, me vienen varios ejemplos a la memoria: Historias de terror, de Roger Corman, 1967 y Las Orgías de la Locura, 1973. Ambas emplean el mismo sistema para unir las diferentes historias cortas.
Este método de unir diferentes historias cortas es interesante e incluso inteligente, ya que permite a los directores contar las historias que desean y que no dan para una película de larga duración. Uno de los problemas que surge con esta forma de presentarlas, es que puede que no funcionen en conjunto, es decir, puede que la primera sea interesante y que el resto no lo sean tanto o que incluso la forma de ir presentándolas y que sirve de nexo, no llegue a mantener el interés entre un relato y otro.
De esta forma, Refugio Macabro, vuelve a emplear este método para presentar varias historias cortas en una única película y lo consigue hacer con un relato de unión coherente y acertado. La temática de los diferentes relatos es homogénea, ofreciendo historias de suspense con ligeras dosis de terror que logran mantener el interés en todo momento.
Como ya ocurriera, en casos anteriores, los relatos que ofrece, en su mayoría, funcionan bien de forma independiente, aunque no resultan igual de interesantes si los comparamos y, ya se sabe, las comparaciones son odiosas.
Las historias no se hacen pesadas, se siguen con facilidad y todas desvelan algún misterio más o menos sorprendente. En cada uno de los relatos cortos, participa algún intérprete de renombre como reclamo. Es una película ideal para los seguidores de series como Alfred Hitchcock presenta e Historias de la Cripta, ya que los relatos que reúne tienen un carácter y temática similar a los ofrecidos por estas series.
Este método de unir diferentes historias cortas es interesante e incluso inteligente, ya que permite a los directores contar las historias que desean y que no dan para una película de larga duración. Uno de los problemas que surge con esta forma de presentarlas, es que puede que no funcionen en conjunto, es decir, puede que la primera sea interesante y que el resto no lo sean tanto o que incluso la forma de ir presentándolas y que sirve de nexo, no llegue a mantener el interés entre un relato y otro.
De esta forma, Refugio Macabro, vuelve a emplear este método para presentar varias historias cortas en una única película y lo consigue hacer con un relato de unión coherente y acertado. La temática de los diferentes relatos es homogénea, ofreciendo historias de suspense con ligeras dosis de terror que logran mantener el interés en todo momento.
Como ya ocurriera, en casos anteriores, los relatos que ofrece, en su mayoría, funcionan bien de forma independiente, aunque no resultan igual de interesantes si los comparamos y, ya se sabe, las comparaciones son odiosas.
Las historias no se hacen pesadas, se siguen con facilidad y todas desvelan algún misterio más o menos sorprendente. En cada uno de los relatos cortos, participa algún intérprete de renombre como reclamo. Es una película ideal para los seguidores de series como Alfred Hitchcock presenta e Historias de la Cripta, ya que los relatos que reúne tienen un carácter y temática similar a los ofrecidos por estas series.
3
12 de febrero de 2014
12 de febrero de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simple y desenfadada comedia, cuyo mayor reclamo reside en la presencia de Marlon Brando haciendo una pequeña parodia del papel que le permitió conseguir su segundo Oscar a mejor actor. por El padrino.
El hilo argumental de la película es lo de menos, los momentos que más se disfrutan son las reducidas apariciones de Marlon Brando, que con su sola presencia ensombrece a todo el reparto.
Cada gesto, mirada y línea de dialogo que protagoniza Marlon Brando, recuerda indudablemente a Don Vito Corleone, convirtiéndose en los momentos verdaderamente divertidos, restando importancia a toda la trama central.
Los responsables de la película, demuestran ser verdaderos seguidores de la saga de El padrino, puesto que rellenan El novato, con innumerables referencias a secuencias memorables de El padrino, parodiándolas e incluso integrándolas a lo largo de la película.
El argumento de la película, como tal, no llega a despertar el interés en ningún momento, ni logra a ser verdaderamente divertido, exceptuando los momentos que regala Marlon Brando.
Por la película se pasean sin pena ni gloria pequeños interpretes jóvenes como Mathew Broderick y Penélope Ann Miller, habituales de las comedias ligeras de los noventa.
Para ser una comedia trivial y ligera, sorprende la participación de dos grandes interpretes ganadores del Oscar, como son Marlon Brando y Maximilian Schell, quedando éste último relegado a un papel extremadamente secundario, eclipsado por la genuina presencia del Don.
Los diálogos carecen de chispa, las secuencias pasan sin pena ni gloria, sin llegar a resultar divertidas, ni entretenidas. El tiempo y el desarrollo de la trama central, avanzan sin interés, mientras el espectador espera las apariciones estelares de Marlon Brando.
Como curiosidad y guiño auto paródico, tiene cierto encanto, pero el global de la película, no funciona como tal. Lo mejor sin duda, Marlon Brando.
El hilo argumental de la película es lo de menos, los momentos que más se disfrutan son las reducidas apariciones de Marlon Brando, que con su sola presencia ensombrece a todo el reparto.
Cada gesto, mirada y línea de dialogo que protagoniza Marlon Brando, recuerda indudablemente a Don Vito Corleone, convirtiéndose en los momentos verdaderamente divertidos, restando importancia a toda la trama central.
Los responsables de la película, demuestran ser verdaderos seguidores de la saga de El padrino, puesto que rellenan El novato, con innumerables referencias a secuencias memorables de El padrino, parodiándolas e incluso integrándolas a lo largo de la película.
El argumento de la película, como tal, no llega a despertar el interés en ningún momento, ni logra a ser verdaderamente divertido, exceptuando los momentos que regala Marlon Brando.
Por la película se pasean sin pena ni gloria pequeños interpretes jóvenes como Mathew Broderick y Penélope Ann Miller, habituales de las comedias ligeras de los noventa.
Para ser una comedia trivial y ligera, sorprende la participación de dos grandes interpretes ganadores del Oscar, como son Marlon Brando y Maximilian Schell, quedando éste último relegado a un papel extremadamente secundario, eclipsado por la genuina presencia del Don.
Los diálogos carecen de chispa, las secuencias pasan sin pena ni gloria, sin llegar a resultar divertidas, ni entretenidas. El tiempo y el desarrollo de la trama central, avanzan sin interés, mientras el espectador espera las apariciones estelares de Marlon Brando.
Como curiosidad y guiño auto paródico, tiene cierto encanto, pero el global de la película, no funciona como tal. Lo mejor sin duda, Marlon Brando.

7,2
2.592
8
6 de abril de 2013
6 de abril de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tod Browning ofrece un relato de terror poético, adelantado a su tiempo, hace una demostración de su capacidad imaginativa, para construir historias innovadoras a partir de los medios de los que disponía, allá por 1932.
Presenta la historia de un hombre que ha escapado de la cárcel y que busca cobijo en la casa de un investigador, que ha creado un objeto capaz de reducir el tamaño de cualquier ser.
Lo que parece ser una simple huida de la ley, pronto deriva en todo un viaje a lo desconocido, en el que unos pequeños seres, se convierten en las armas empleadas por el protagonista, para llevar a cabo sus más oscuros planes.
Tod Browning se convierte en el maestro de lo extraño, empleando unos artesanales efectos especiales, que resultan notables y muy convincentes para la época, gracias en parte. al sabio manejo de la cámara por parte del director, que logra otorgar veracidad a los seres diminutos, todo un pionero de lo que en un futuro se convertiría el mundo del cine.
El argumento es sólido y mantiene el interés de principio a fin, logrando ofrecer momentos de terror y suspense, acompañados por ligeras dosis de humor, que convierten el relato en una pequeña joya digna de verse.
Presenta la historia de un hombre que ha escapado de la cárcel y que busca cobijo en la casa de un investigador, que ha creado un objeto capaz de reducir el tamaño de cualquier ser.
Lo que parece ser una simple huida de la ley, pronto deriva en todo un viaje a lo desconocido, en el que unos pequeños seres, se convierten en las armas empleadas por el protagonista, para llevar a cabo sus más oscuros planes.
Tod Browning se convierte en el maestro de lo extraño, empleando unos artesanales efectos especiales, que resultan notables y muy convincentes para la época, gracias en parte. al sabio manejo de la cámara por parte del director, que logra otorgar veracidad a los seres diminutos, todo un pionero de lo que en un futuro se convertiría el mundo del cine.
El argumento es sólido y mantiene el interés de principio a fin, logrando ofrecer momentos de terror y suspense, acompañados por ligeras dosis de humor, que convierten el relato en una pequeña joya digna de verse.
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