Haz click aquí para copiar la URL
España España · A Coruña
You must be a loged user to know your affinity with Carli
Críticas 96
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
15 de abril de 2018 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A veces, por la noche, cuando estoy en el límite entre el sueño y la vigilia, puedo entrar por una puerta a mi niñez y todo está como estaba entonces, con las luces, los olores, los sonidos, y la gente... Recuerdo la calle silenciosa donde vivía mi abuela, la agresividad del mundo de los mayores, el terror por lo desconocido y el miedo a las tensiones entre mi padre y mi madre"

La película más accesible del cineasta sueco, pese a su extensa duración, constituye la obra más personal de toda su fimografía. "Fanny och Alexander" es un filme netamente autobiográfico, donde Bergman vuelve a ahondar en sus temas predilectos: la familia, la muerte, la religión, el sexo, el inexorable paso del tiempo, las preguntas acerca de Dios, el conflicto entre el hombre y la mujer o la inevitable soledad del ser humano, incluyendo esa infancia clandestina que tanto marcó al director escandinavo.

Estamos ante un drama ambientado en la primera década del 1900, que narra el periplo existencial de Alexander Ekdhal y de su hermana Fanny, que observan desde la niñez el ambiente que reina en su familia, de claro carácter aristócrata, y como la muerte de su querido padre les cambiará la vida.

La película arranca con una fiesta navideña en casa de los Ekdhal, poblada de personajes extravagantes y muy bien perfilados por el cineasta sueco. La lujosa Navidad en familia es contada desde el punto de vista del niño. Todo cambia cuando fallece el padre, propietario de un teatro, momento en el cual la vida de los dos niños se convertirá en un infierno, ya que la madre de ellos dos se casará con un odioso obispo, cambiando sus vidas de manera radical. Interpretado por un fabuloso Jan Malmsjö, el nuevo padrastro de Fanny y Alexander es una persona horrible, cínica y con una estricta forma de ver la vida, privándoles a su mujer y sus hijos de todo tipo de comodidades, despojándoles de sus objetos personales y obligándoles a llevar una vida austera, estricta, religiosa y sin ningún tipo de lujos, con una autoridad impasible. Este personaje es un alter ego del padre del propio Bergman, un severo obispo luterano. Poco a poco se irán haciendo patentes las diferencias entre el obispo y Emilie y sus hijos, creando una atmósfera aterradora y siniestra en el lúgubre palacio donde habitan. Alexander posee una imaginación desbordante, que se mueve entre la realidad y su mundo imaginario, siendo extremadamente testarudo, algo que le causará muchos problemas con su padrastro.


Mediante una puesta en escena muy sobria, el director de fotografía Sven Nykvist(Sacrificio de Tarkovsky) consigue que cada encuadre sea una delicia para el espectador, con una estética y vestuario muy cuidados, de primer nivel. La incidencia de la luz predomina durante todo el filme y los primeros planos ayudan a acentuar el dramatismo de los personajes, sus sentimientos, dudas y preocupaciones, mostrando el genio sueco su talento para dirigir actores, algo habitual durante toda su carrera. Las secuencias oníricas de Alexander impregnan a la obra un aura de misticismo, suavizando así los momentos más tristes de la película. Otro acierto de la película es la gran caracterización de la multitud de personajes que pueblan el filme.

Un drama familiar apasionante, una película que constituye sin ninguna duda una de las cumbres de la filmografía del maestro escandinavo, donde reúne todos los ingredientes que han caracterizado su fabulosa obra.

Me quedo con las últimas palabras de la película, dictadas por la abuela:

“La mentira y la realidad son una, todo puede acontecer; todo es sueño y verdad, el tiempo y el espacio no existen; y sobre la frágil base de la realidad la imaginación teje su tela, y diseña nuevas formas, nuevos destinos”.
27 de mayo de 2018 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El deseo despierta el ansia de poseer y esto hace despertar el instinto asesino"

Película de una belleza abrumadora, donde el director surcoreano trata temas como la violencia del hombre y las dificultosas relaciones humanas. El personaje principal no podrá escapar de las tentaciones y lujurias que la vida le va poniendo por el camino, pese a los intentos de su maestro por evitarlo.

El filme narra la vida de un joven budista y su anciano maestro en un pequeño templo situado en una laguna rodeado de un valle paradisíaco. Al principio de la obra observamos cómo el discípulo del maestro se divierte maltratando animales, ante lo que el monje se rebela imponiéndole un castigo. Este consistirá en llevar una piedra a sus espaldas, metáfora de la carga que tendrá que llevar en su conciencia el resto de su vida. Kim-Ki-duk también aprovecha para explorar la búsqueda del primer amor por parte del protagonista, que será puesto a prueba cuando una bella mujer llega al templo para curarse de una enfermedad mental.

El ritmo es pausado pero agradable, con una atmósfera mágica donde la naturaleza es la verdadera protagonista, mostrando cómo el hombre debe convivir en armonía con ella. Cada plano parece una obra pictórica por sí mismo, que hace gozar al filme de un aura muy especial.

Kim-Ki-duk alcanza en esta obra unas cotas estilísticas casi nunca antes vistas en el cine oriental. Un cine de gestos y miradas, donde las palabras sobras, un cine para personas pacientes, que busquen agudizar los sentidos.
19 de mayo de 2018 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marcado todavía por una fuerte depresión que le hizo abandonar momentáneamente el cine, el controvertido Lars von Trier volvería al ruedo con esta inquietante y asfixiante cinta sobre el sentimiento de culpa de su protagonista después del accidental fallecimiento de su hijo.

Estética de un anuncio de Navidad. Una cámara lenta nos muestra a una pareja que se lo monta en la cocina, junto a la lavadora y en la cama. Inmersos en el frenesí sexual del momento, el hijo de ambos resbala con la nieve de la cornisa mientras trepa por una ventana precipitándose al vacío. De fondo suena una bella pieza musical de Händel. En pocos minutos el cineasta danés demuestra el talento que lleva dentro, que es mucho, con un prólogo técnicamente inconmensurable.

La obra es un ensayo sobre los sinsabores de las relaciones de pareja, explorando el origen del mal en la naturaleza humana. Así las cosas, la trama narra el descenso a los infiernos del matrimonio, que se hará patente en el bosque donde él, ejerciendo de psicólogo, intentará mediante una extraña terapia curar los miedos de su mujer. Ella entrará paulatinamente en un proceso de deterioro psíquico, desencadenando en una espiral de violencia y sexualidad en la que la mujer ataca al hombre. El filme está repleto de alegorías y metáforas visuales, mostrándonos el caos imparable que se cierne sobre los personajes, con el binomio naturaleza-sexualidad siempre presentes. Quizás sobren algunas escenas demasiado explícitas, pero ya sabemos que en el cine de von Trier no hay ningún tipo de concesión para el espectador.

El realizador escandinavo dota a su película de una atmósfera sombría y turbadora, recreándose en del dramatismo de algunas escenas mediante el uso del ralentí. Lars von Trier recurre también a cortes bruscos de planos, quizás para incidir en la inestabilidad emocional de la protagonista. Los personajes del filme, como en toda la obra del danés, se enfrentan a sus fantasmas interiores, esta vez en un ambiente aislado. El trabajo de dirección de actores es magnífico, con dos interpretaciones a la altura de semejante película.

Por si fuera poco el autor danés dedica su obra a uno de los más grandes de la historia del cine, Andrei Tarkovsky. Pese a no tener estilos parecidos, von Trier recoge las influencias del maestro ruso para captar con eficacia los sonidos de la naturaleza, algo de vital importancia en la obra del genio de Zavrazhye.

Una obra cinematográfica de un nivel altísimo, que figura sin ninguna duda entre las películas más interesantes de la década.
13 de mayo de 2018 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermoso cuento de hadas que nos regala Jean-Pierre Jeunet, una película realizada exclusivamente para soñadores, mentes inquietas y gente que crea en un mundo mejor. Cada plano está impregnado con un aura especial, con una atmósfera mágica, fantástica y surrealista, con una estética propia de tarjeta postal. El universo narrativo y visual de este realizador es simplemente una de las mejores cosas que le ha pasado a este arte.

Amelie es una joven bondadosa, solitaria, astuta, graciosa, risueña y atrevida que trabaja de camarera en el bohemio barrio de Montmartre. Su día a día consiste en ayudar a los demás, cuyo único objetivo es intentar arreglar la vida de sus peculiares vecinos. Audrey Tautou se come a dentelladas la película, con un derroche interpretativo de otro nivel, con una colección de miradas, guiños y gestos que acaban cautivando al espectador.

Los primeros cuarenta minutos son redondos, insuperables, con situaciones divertidas una tras otra, con diálogos cargados de mucho humor negro. Por desgracia la trama se vuelve bastante lineal con el paso de los minutos, perdiendo toda la magia de la primera parte, donde una voz en off nos relataba con mucha gracia los primeros años de la peculiar protagonista. El cineasta francés nos describe un París poético, nostálgico y esperanzador, que nos hace olvidar el miserable mundo donde vivimos.

Es imposible describir la sensación de felicidad que le entra a uno después de visionar esta película. Dedicada a todas esas personas que nos cambian la vida con su dulzura y su amabilidad.
8 de mayo de 2018 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller psicológico de alto voltaje que dirige Brad Anderson, con una historia de culpas y penitencias que resulta muy absorbente. La obra trata temas como la soledad, la depresión y los recuerdos que no somos capaces de borrar. Puede que no llega al nivel de otras películas del género como "Shutter Island", "Memento" o "El club de la lucha" pero se trata de un filme con un ambiente angustioso que atrapa al espectador.

Trevor trabaja de empleado en una factoría en la que sus compañeros lo ven como un tipo huraño, solitario y muy demacrado físicamente. Sus únicas amistades consisten en una prostituta a la que le cuenta sus penas y una camarera de una cafetería del aeropuerto. Además, padece de insomnio, y es que el eje central de la película girará en descubrir las causas de esa falta de sueño que sufre el protagonista. A raíz de un accidente en la fábrica donde un compañero pierde el brazo, irá teniendo visiones que la harán perder paulatinamente el control de su mente, viviendo en una realidad paralela que le convertirá en un maníaco.

El director americano dota a su obra de una atmósfera sombría y opresiva, con planos grisáceos y sin colorido que acentúan todavía más el tormento que atraviesa Trevor. El filme muestra con eficacia los recovecos más oscuros de la mente humana, escenificados en el personaje que interpreta de maravilla Christian Bale, que no podrá escapar de un hecho del pasado que le perseguirá para siempre.

El desenlace es bastante sorprendente, ya que rompe las dudas que podía tener el espectador, uniendo las piezas del rompecabezas de recuerdos que es la vida de Trevor.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para