'¡A ver si llego!' se supone que es una comedia. Pero en realidad es un desastre. Realizado por una productora del Moreno propietario del córvido de los genitales negros, la supuesta comedia se desarrolla en un mercado de barrio de una gran ciudad, y tiene como razón de ser la crisis que nos acogota. Una crisis que, a nivel intelectual, afecta gravemente a los responsables de la ficción televisiva, capaz de crear programas tan sumamente malos como este.

Seguro que se imaginan la historia: el rollo costumbrista de las fruterías, las pescaderías y las carnicerías, y los enfrentamientos y amoríos de sus propietarios. Todo protagonizado por unos actores dignos que trabajan para comer, y por otros nefastos que se ahogan en una sucesión interminable de diálogos aceleradísimos, cargados de chistes nefastos, la mayoría de carácter sexual. Les pondré un ejemplo...

— El panadero a la panadera: "A lo mejor te crees la Hillary Clinton".
— Responde la panadera: "Esa cornuda no me llega ni a la suela de los zapatos... Quiero tener un profesor de pilates que me ponga mirando para Albacete".

Sólo unos minutos después, es el pescadero le dice a la carnicera...

— "Si todas las mujeres fueran como tu se haría gay hasta el Bill Clinton, que se lo zumba todo".

Obsesiones con la familia Clinton aparte, es difícil encontrar guionistas de inferior nivel a los utilizados en esta serie. Todo son brochazos, todo sal gorda. Estamos ante el último tordo, que no cuervo, de la factoría Moreno.

La mejor película mexicana de 1998. El editor más sensible del cine mexicano contemporáneo se quitó el traje de edición para dirigir un relato emocional e introspectivo que abre nuestra mirada a un paisaje desconocido y remoto. "El límite del tiempo" es una lección de sencillez y sutileza raramente vista en la cinematografía mexicana. El cine de Bolado bien puede ser el cine del futuro”. El protagonista encuentra paisajes extraordinarios de montañas, desierto, arena, mar, pinturas rupestres y ballenas. Además de su notable dirección de actores, el director muestra una gran maestría en el arte de la filmación y en el brilante lenguaje cinematográfico, con fragmentos de texturas múltiples de alegoría y simbolismo.

No sólo la ciencia y la política, el Cine también ha dejado de existir. Y este funesto largometraje es la última prueba. Es un éxito de taquilla, ergo que nadie vaya a verla. Es una estafa desde las primeras tomas hasta el final. No tiene ni guión, ni argumento, ni efectos especiales, ni extraterrestres (que apenas se ven), ni originalidad, ni buenas interpretaciones ( los actores son tan zombis como los espectadores que ven la película sin rechistar) ni ninguna chicha o contenido. Propaganda basura de la industria bélica promocionando a sus marines asesinaniños y civiles y "blue beam" descarado o falsa invasión alien para aterrorizar y preparar a la masa borreguil por si alguna vez pasa.

No es una película. Es un excremento, un videojuego fecal. Un insulto a la inteligencia y una megasuperestafa.

Sales hecho un cristo de la película, los ojos revirados de tanto movimiento de cámara, del ruido de disparos, de los gritos, de tanta deposición infame y falta de creatividad. Ni el peor aficionado con Parkinsson y una pedo de campeonato movería más y peor la videocámara. Es un pandomonio de errores, exclamaciones y de sinsentidos sin principio ni fin. Ya podemos proclarmar sin ambage que : El cine ya ha dejado de existir.

Pienso que es una de esas películas con mensaje, o de tesis, lo que lastra un poco el resultado final. La moraleja: no te metas donde no te llaman, el que juega con fuego acaba quemándose, etc. Los tres testigos del asesinato que investiga el ambicioso periodista serían los trasuntos de 3 arquetipos del american way of life en su versión enferma: el sureño ignorante e intolerante anticomunista, el racista y el armamentista. Cada uno de ellos tiene regresiones de cordura en color, mientras que la película esta filmada en blanco y negro. Jean-Luc Godard definió Corredor sin retornoc omo “como una obra maestra del cine bárbaro”. En cualquier caso, es una de las películas más representativas a la hora de abordar la locura en el cine. En su metraje se suceden momentos espléndidos, como el del asalto de las ninfómanas, o la situada cerca del final, en la que Barrett imagina que llueve torrencialmente en el interior del recinto psiquiátrico –una secuencia magistral que Fuller se empeñó en rodar pese a las objeciones de los productores

Película ganadora de varios premios en los festivales de Austin, Puchon, Nueva York y Sitges. Parece la típica historia del psicopata que se quiere vengar de su psiquiatra, pero introduce algunos giros inesperados que hacen que todo sea un gran drama en el que salen a relucir los fantasmas y los miedos de todos los protagonistas en su desesperada lucha por la supervivencia. Guión original y excelente trabajo de montaje, gracias a los cuales "Horas de horror" es algo más que una peli de miedo. Muy interesante el desarrollo psicológico de la protagonista, magnífica interpretación de Kate Greenhouse. Aunque previsible, el final puede llegar a desconcertar.