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Críticas 912
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
5
10 de enero de 2009
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchas y variadas las películas que se han llevado a cabo sobre el holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora Edward Zwick ha tratado de dar un giro más de rosca al narrar la historia de un judío bielorruso, interpretado por Daniel Craig (es decir Bond, James Bond) que comienza siendo Robin Hood para terminar convirtiéndose en el mismísimo Moisés.

En mi opinión Zwick da un paso atrás en su carrera con este film, el cual en ningún momento llega a las cotas de épica y dramatismo que supusieron sus dos anteriores proyectos: "El último samurái" y "Diamante de sangre", dos soberbias películas muy superiores en todos los aspectos a esta tímida "Resistencia".

No negaré que algunas secuencias alcanzan grandes dosis de intensidad, confiriendo a la trama, en algunos momentos, el sello Zwick al que estamos habituados. Sin embargo, en líneas generales, la película resulta un tanto decepcionante, quizá por el hecho de que el relato es muy inferior a lo que este director nos tiene acostumbrados.

Por último, me gustaría hacer una reflexión sobre el tremendo error que cometen los directores de doblaje español, cuando deciden cambiar las voces de los actores principales. Tanto Daniel Craig como Liev Schreiber han contado con muy distintos actores de doblaje en función del personaje que interpretaban. Así, mientras que Craig ha sido doblado en los últimos años por hasta nueve actores diferentes (el último al que estábamos acostumbrados es Jordi Boixaderas, que es quien le pone voz en la saga Bond), Schreiber ha contado con ¡Quince! (a destacar Juan Carlos Gustems, que le ha puesto voz en siete ocasiones, aunque "Resistencia" no sea una de ellas) de tal manera que uno nunca tiene la impresión de estar viendo al mismo actor, ya que el cambio de voz estropea cualquier tipo de reminiscencia que se posea sobre él.

Quien crea que esto es una nimiedad, que simplemente intente visionar alguna película en la que a Clint Eastwood no lo haya doblado Constantino Romero. Entonces entenderá perfectamente mi punto de vista.
16 de junio de 2005
21 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sátira futurista que trata de cerca el asunto de la violencia norteamericana. Con un argumento prácticamente inexistente, el film trata de salir adelante mediante bellezones ligeritas de ropa y sangrientas carreras de coches, sin embargo sólo funciona en su primer tercio, cuando el espectador descubre por primera vez las reglas de la competición; después se vuelve muy repetitiva. Las malas interpretaciones y la ausencia de guión hacen que esta producción se tome más como una anécdota que como una película propiamente dicha.
10 de diciembre de 2010
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos años después de haber sido estrenada en el London Film Festival, en el Reino Unido, por fin llega a los cines españoles Franklyn, un complejo melodrama de corte fantástico, con tintes de thriller futurista, realizado por el debutante Gerald McMorrow, que proviene del mundo de la música y la publicidad.

El guión del propio McMorrow narra dos tramas paralelas buscando el efectismo. Éste consiste en ir dejando migas de pan por aquí y por allá, a modo de pistas, con el propósito de mantener al espectador atento, para después tratar de sorprenderlo con ciertos giros, presumiblemente inesperados.

El principal problema son ciertas incoherencias en la historia. El realizador británico no consigue conjugar con solvencia el Londres actual, con un universo denominado Ciudad Intermedia, de forma que la narración puede resultar confusa en algunos instantes.

En todo momento la película ofrece una sensación de déjà vu. Por ejemplo, los góticos decorados de Ciudad Intermedia, con un estilo futurista un tanto retro, recuerdan sobremanera a Dark City de Alex Proyas. Después está el personaje interpretado por Ryan Phillippe, un violento y amargado justiciero enmascarado que, para terminar de recordar a Rorschach de Watchmen, acumula un sinfín de monólogos voz en off durante todo el film.

Para terminar con las influencias, citar las vueltas de tuerca a lo M.Night Shyamalan, el ambiente asfixiante de Blade Runner, el tramo final de Magnolia de Paul Thomas Anderson, en clave de fábula del destino o la función de los clérigos y la religión como ley de Equilibrium de Kurt Wimmer.

En cuanto al elenco, un nombre destaca sobremanera: Eva Green. Su interpretación sobre una chica desequilibrada, que juega peligrosamente con la vida y la muerte, es excepcional. La acompañan un discreto Ryan Phillippe en el papel antes mencionado, un solvente Bernard Hill como preocupado padre en busca de su desaparecido hijo y un impersonal Sam Riley, muy poco implicado en su rol de romántico incurable.

En conclusión, McMorrow abre demasiados frentes, tantos que al final le resulta imposible cerrarlos todos. A los mundos paralelos hay que sumar el romance, la crítica a la religión, consideraciones filosóficas, dramas familiares, realidad, sueños, mitos, traumas de guerra... Resulta imposible profundizar en todo ello, con un metraje de menos de cien minutos.

Sin embargo, se las ha arreglado para narrarnos este tremendo embrollo de manera entretenida, lo cual siempre es de agradecer.
21 de junio de 2005
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Romántica historia protagonizada por una estrella de los rodeos venida a menos, una periodista que busca el reportaje de su vida y un excepcional pura sangre. El film presenta dos mundos completamente distintos: la sociedad moderna, donde sólo importa cómo ganar más dinero y la naturaleza, donde sólo importan las cosas de verdad. La banda sonora está compuesta por bellas baladas country que impregnan todo el film de cierta nostalgia y melancolía. Lo mejor de la película es la magnífica interpretación de Redford sobre un personaje inadaptado que no lleva nada bien haberse retirado de su profesión. En definitiva, un hermoso canto a la libertad, la belleza y la naturaleza correctamente expuesto por Sydney Pollack.
7 de febrero de 2006
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imponente thriller judicial en el que una abogada, tan ansiosa de poder como atractiva y morbosa, encarnada perfectamente por Greta Scacchi, es asesinada brutalmente. Harrison Ford realiza aquí una excelente actuación, interpretando a un importante fiscal de distrito que ve cómo, además de tener una difícil vida privada, es acusado formalmente del terrible asesinato ya comentado. Ford efectúa un creíble tratamiento de su personaje, cuyo sufrimiento va in crescendo a medida que avanza la película. Aparte del crimen principal, el guión se mueve entre una serie de intrigas de carácter político, que hacen más completo el argumento, pues ayudan a definir una serie de personajes que en principio eran amigos íntimos del protagonista, además de otorgar al espectador varias posibilidades en qué pensar para establecer el móvil del homicidio. En la parte correspondiente al juicio destaca el saber hacer de Raúl Juliá, imponente en su rol de abogado defensor. Otros actores de calidad como Brian Dennehy, Paul Winfield o John Spencer (The west wing) completan un magnífico reparto que, unido al sobrio guión y a un final efectista (y un tanto tramposo) completan un buen film, que logra mantener en vilo al espectador en todo momento.
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