Podría haber sido una buena sátira contra la América moralista e hipócrita, pero la película sólo tiene intención; la ejecución es ya otra cosa. Acumula tonterías una detrás de otra, y de ellas muy pocas salvaría. Sabía que iba a ver una comedia disparatada, pero también esperaba algo más inteligente, algo como Cecil B. Demente. Esto es una auténtica pérdida de tiempo y una decepción.

Qué quieren que les diga, pero este Cinderella Man no me convence para nada. Me parece otra buena muestra del Ron Howard más complaciente y bienintencionado. Una película donde todo el mundo es bueno, donde todo el mundo es el espíritu de la superación en persona y donde todo el mundo sabe abnegarse y aliarse con el Jesucristo del boxeo que es Russell Crowe en esta película. En fin, que no me lo creo, que todo me parece demasiado bonito, que todo es de un sentimentalismo que atufa y que, en el mismo año, Million Dollar Baby lo tuvo mucho mejor que ella, y con razones. Es típica hasta la náusea y previsible hasta la saciedad.
Sólo salvaría la interpretación de Giamatti (Zellweger, infame) y algún que otro combate. Lo demás me sobra. Prescindible.