Hayden Christensen dormido. Es la mejor noticia de está película. Un argumento que pretende ser un thriller, cuando el único thriller es saber cómo se fraguó semejante historia. Unos giros de guión totalmente predecibles, unas actuaciones dignas del globo de oro a la mejor comedia, se cargan una premisa que en otras manos hubiera dado para mucho más. Dirigida por el propio guionista, ea su único film. Creo que al ver el resultado, él también se abrió el pecho y se sacó el corazón.

Creo que Disney debería tomar nota de ésta peli. Acostumbrados que están de exprimir sus licencias, pueden coger a sus princesas y organizar un crossover a lo superhéroes. Esta es de Asylum, con lo cual está dicho casi todo, pero no se les puede negar la imaginación que tienen para sacar todo tipo de historias a cuál más absurda y divertida. Coger personajes de cuentos de hadas, con lo que no tienen que pagar derechos, y marcarse un vengadores, es algo que sólo puede hacer alguien con mucha imaginación y muy poca vergüenza. Y los efectos especiales los dejamos para mañana.

La vi si muchas expectativas después de la primera parte, que me dejó frío. Aquí vuelve a darle un toque de Mr. Bean al personaje de Atkinson, o sea, pocas palabras y mucha gestualización, y la película gana unos puntos. No es una obra maestra del humor, eso ya lo hizo con las vacaciones de Mr. Bean, pero hechas un rato divertido y no tienes la sensación de haber tirado hora y media cuando termina, como ocurre con la primera.
De todos modos, quien quiera ver al mejor Rowan Atkinson que vuelva a ver la serie que lo hizo famoso fuera de Inglaterra.

Rowan Atkinson siempre será Mr. Bean. Un personaje que apenas gruñe y nos hace reír con sus muecas. Aquí habla, habla demasiado, y si además el guión no está trabajado poco se puede hacer. Con un argumento mil veces visto, desde Casino Royale de David Niven a Austin Power de Meyer, esta no es más que otra parodia de agentes secretos que no salva ni John Malkovich ( por dios, ¿cómo se le ocurre aceptar semejante papel?).

Teniendo en cuenta los anteriores remakes live action de Disney, está no es tan insufrible.
Menos aburrida y hueca que El Rey León y menos sonrojante que La Bella Y La Bestia. De La Dama y El Vagabundo me niego a hablar.
Esto no quiere decir que esta película vaya a cambiar la historia del cine, pero al menos, a los escenarios coloridos y efectos especiales que le otorgan los millones de presupuesto le han añadido una historia. No una historia novedosa, arriesgada, que pueda remover al espectador en su sillón, pero una historia al fin y al cabo.
El típico argumento visto en blockbusters, series B y series Z a montones, aprovechando una leyenda que le viene al pelo para sumarse al carro de lo políticamente correcto una vez más, con el empoderamiento femenino en cabeza, y además intentar conseguir una buena recaudación en China, país que se ha convertido en el salvador de los taquillazos.
Los actores haciendo lo que le dicen, siempre con cara seria para que parezca que están haciendo una buena actuación.