De Niro y Pacino son dos detectives en Nueva York y no se deben mirar mucho al espejo porque están para comer sopicas y jugar un dominó después de la siesta, son todo gestitos y caritas de tipos duros, es triste muy triste verlos así. El guión es un bodrio de mucho cuidado, la dirección es nefasta dejándolo todo a sus dos "estrellas", en definitiva, una película horrorosa para ver y olvidar al segundo siguiente.

A veces el cine patrio te sorprende y hace películas que merecen la pena y mucho, y ésta es una de esas pelis. Como filme de acción está muy bien, los efectos especiales son notables, como comedia tiene unos toques de humor muy buenos, como cómic también tiene el tono justo, los actores están todos estupendos, saben lo que tienen entre manos y lo llevan a cabo de manera notable.
En definitiva estamos ante una película bastante redonda en su conjunto con la que pasarás un rato magnífico, siéntate y disfruta.

El padre desaparece y con lo poco que sabemos parece que el final no va a ser muy feliz que digamos. La noticia reúne a toda la familia en la gran casa donde todos crecieron y donde se fraguo lo que cada uno es.
El guión es el flotador a los que todos se agarran, y éste combina momentos sublimes con otros bastante ridículos y esperpenticos.
El director se abandona y lo deja todo a lo que haga el elenco protagonista, que es de campanillas, y aquí viene la madre del cordero. Son como un equipo de fútbol plagado de estrellas y donde cada uno hace la guerra casi por su cuenta, tenemos al crack que es Meryl Streep, se basta y se sobra para llenar cada plano, cada secuencia, ella siempre remata a puerta buscando el Oscar por goleada. Luego viene el otro crack, algo más modosito, más haciendo labor de equipo, más comedida, intentando dar alguna asistencia, Julia Roberts. También está la eterna promesa, que lleva ya muchos equipos y no triunfa en ninguno, y nadie sabe por qué tiene tanto crédito, Ewan McGregor. El novato prometedor Benedict Cumberbatch y luego el resto del equipo, que corre y lucha, pero sin sistema ni juego, corre como pollo sin cabeza, se esfuerza y lucha.
No te la pierdas, no te defraudará.

Es casi una obra de teatro filmada, muy bien hecha, con carácter, con nervio, tiene mucha energía, mucha fuerza, y ésta proviene de unas interpretaciones magistrales donde todos rayan a gran altura, el elenco es espectacular, pero por encima de todos (que ya es decir) destaca el gran Jack Lemmon, desgarradora su actuación, te deja helado, de piedra, sin poder moverte del asiento. La crítica a la sociedad en que vivimos, a la sociedad actual (da igual que hayan pasado más de veinte años, es por desgracia, muy actual), es terrible, el mundo de fieras en que hemos convertido nuestras vidas, el de que hay que matar para poder sobrevivir. Se nota la mano del maestro David Mamet, la obra y la adaptación son suyos, sencillamente genial. Muy recomendable.

Como si de un cirujano se tratase, David Fincher va diseccionando los personajes para mostrárnoslos desde todos los ángulos posibles, Fincher es un gran director, sabe lo que quiere y nos va provocando durante toda la cinta, te enseña y te esconde, siempre va por delante del espectador, cuando crees que ya lo tienes, que ya lo vas a coger y vas a descifrar la película, te hace un recorte y vuelve a dejarte atrás, vuelve a sacarte ventaja, y otra vez te toca correr detrás de él.
No es un film redondo, como muchas de sus películas te deja las puertas abiertas para que busques el final, te deja pensar, y eso es mucho en el cine actual, casi en la vida actual, alguien que te rete y te haga pensar, pero este film, está un poco forzado, tensa demasiado la cuerda y a veces la parte o casi, se resiente en algunas partes, pero no por ello deja de ser una buena película. Pasarás 150 minutos en suspense, dándole vueltas y vueltas.