¿Qué mérito tiene copiar? Si copias el trabajo de otro, lo único de lo que te tienes que preocupar es de comprar los derechos (véase Quarantine). Pero si te copias a ti mismo, te lo ahorras todo. Esto suele ocurrir en el cine de terror, y ocurre con La maldición.
La fórmula de esta segunda parte es copiar escenarios, fantasmas, estructura y situaciones y ponerle un 2 al título. ¡Tatachán, ya tenemos una segunda parte! Al igual que la primera, La maldición 2 tiene sus momentos, y sabe crear un clima de intenso terror, pero ya no es novedad, ya la vemos venir, y con ello se pierde mucho del impacto inicial. El único interés de esta película son esos momentos, y no son tan buenos como en la primera parte. El resto es paja, pretendido dramatismo, y un aburrimiento generalizado. Poca cosa.

Está claro que la franquicia de La Matanza de Texas está últimamente en alza, aun a pesar de no ofrecer nada nuevo. Así ocurre con este Origen, que no es más que un subtítulo-excusa para volver a enfrentar a unos jóvenes atontados contra el tarugo de la motosierra. El esquema vuelve a ser el mismo, pero cada vez con menos gracia. Me dejó mejor sabor de boca la versión de 2004 (gracias, en parte, a Jessica Biel), con más gracia y mejores dosis de tensión.
Esta nuevo revisited de Liebesman (cierto es que ha mejorado un poco desde su infame debut, En la oscuridad) ofrece más de lo mismo, pero sin intentar innovar o mirar la historia desde otra óptica, sino que se limita a repetir el guión y a dar una ligerísima explicación de cómo se supone que empezó toda esa locura homicida.
Como es de esperar, los litros de sangre también aumentan, algo contra lo que no estoy en contra. Eso sí, aquí se usan indiscriminadamente, y la última media hora es un abuso constante de situaciones repugnantes concebidas únicamente para revolver el estómago al espectador. En vez de esmerarse en crear un poco de tensión, Liebesman se preocupa por cómo superarse a la hora de filmar burradas y truculencias sangrientas sin sentido. El resto, un par de sustitos que los ves venir una hora antes y un desarrollo totalmente previsible de la trama. Lo mejor tal vez sea la inquietante interpretación de R. Lee Ermey, el sheriff Hoyt, y el homenaje a la versión original con la persecución por el bosque.

Hermosa adaptación de la novela de Jane Austen, que si bien al principio no consigue atrapar al espectador, poco a poco va desplegando sus virtudes y consigue cautivarnos con su historia de amores, odios, pasiones desmedidas, ambiciones, e incluso su pizca de sátira social. Su ambientación es perfecta, nos sumerge en una sociedad anclada en sus obtusas costumbres y en franca decadencia. Sus interpretaciones están a la altura, y, al final, nos quedamos con el entrañable papel de Donald Sutherland como padre de las cinco hermanas. Keira Knightley se defiende bien en un papel complicado, buena interpretación.
Orgullo y prejuicio es una elegante adaptación de la novela de Jane Austen, y consigue imprimir un halo de modernidad a una historia que corre siempre el riesgo de parecer anticuada. Buen trabajo de Joe Wright tras la cámara. Gustará a los amantes del drama victoriano.

Otra película con niños torpes que se superan gracias a un modelo adulto poco ejemplar. Hasta ahí lo de siempre. Pero esta vez puedo aprobar una película así por la singular pandilla de críos y ese puntito de incorrección gamberra. Y por poco más.
El argumento ya lo conocemos. La dirección es simplemente funcional, aunque Linklater ya demostró su buen hacer con críos en Escuela de Rock. Billy Bob Thornton nos ofrece un calco de su papel en Bad Santa, como borrachuzo buscavidas que conseguirá su redención personal haciéndose cargo del equipo de patosos infantiles. Greg Kinnear (también parecido a su papel en Pequeña Miss Sunshine, aunque con menos matices), lo justo, y Marcia Gay Harden, que parece que no tenía nada mejor que hacer, qué pena.
Una pandilla de pelotas se deja ver, pero ni mucho menos es un alarde de originalidad o genialidad. Es una película que cae bien, que está limitada por su tema y que se olvidará rápidamente. Pero tal vez es un poco mejor que otras películas del mismo palo. Los beisboleros la disfrutarán más.

Sólo apta para seguidores de la serie. A los demás lo más seguro es que los irrite y cabree bastante. Divertida y transgresora, un palo más para la América hipócrita y bienintencionada. La verdad es que esta pareja tiene gracia, pero la película no es como para tirar cohetes. Para echar unas risas y poco más.