El subgénero de films sobre la venganza ha dejado numerosas joyas más que conocidas por todos; así; Kill Bill o Perros de paja se unen a otras menos conocidas pero no por ello menos interesantes como Escupí sobre tu tumba o esta Savaged entre otras.

Michael S. Ojeda se ha sacado de la manga él solito una insólita historia en la que una chica sordomuda, que viaja a Los Ángeles para encontrarse con su pareja, es secuestrada por unos salvajes lugareños que abusan de ella.

No contaré nada más para no desvelar una trama que se muestra a veces genial, a veces disparatada e incluso llega a rozar lo ridículo pero que no defrauda en lo más importante; una venganza implacable y más asalvajada aún de lo que parecía en un principio.
Una fotografía bastante buena supercontrastada y unos villanos a la altura completan un film que no debe dejar escapar ningún amante al género.

¿Hasta dónde serías capaz de llegar por tal salvar a las personas que amas?
Esta es la premisa de esta historia en la que un arrocero filipino decide emigrar a la capital, Manila, a buscarse la vida con su mujer y 2 hijos. Al llegar allí comprobarán que la ciudad está más podrida aún que los arrozales de los que vienen.

Podría haber sido una película de atracos, podría haber sido una gran historia de amor, podría haber sido una dura crítica a la vida en las grandes ciudades pero al final no llega a decidirse en cuál de estos 3 vértices del triángulo quiere caer quedándose un poco en tierra de nadie; una pena porque la película entretiene y mucho dejándose, eso sí, algunos cabos sueltos por el camino.

Unas actuaciones correctas y una fotografía decente ponen el colofón a una historia que daba para algo más; aunque lo que ofrece ya es bastante.

Para los que seguimos a este par de polis daneses entregados a resolver crímenes del pasado el que tengamos una nueva entrega estrenada en nuestro país es toda una noticia. Sin embargo, hay que reconocer que esta tercera entrega del los casos del departamento Q queda bastante por debajo de las dos anteriores.
"Redención", con un guión de lo más malo que recuerdo, es una película desechable. Las pocas escenas de acción son bastante flojas y prácticamente no hay trabajo de investigación por parte de los agentes, ni intriga en la trama. Se conoce al psicópata desde el minuto uno. ¿Qué nos queda entonces? Pues, unos protagonistas que ya evidencian cansancio(prácticamente no han evolucionado desde que los conocimos en la primera entrega).
Esperemos que la cuarta recupere un poco el vuelo.

Mala de narices. Nicolas repitiendo el papel que le gusta hacer últimamente; Papá(así con mayúsculas) abnegado que lo da todo por sus hijos. En este caso hace de piloto de avión que evidentemente acaba teniendo problemas.
Aburrida, tópica, predecible, actuaciones mediocres, poco presupuesto, empalagosa...todo lo malo que puede tener un estreno TV lo tiene por partida doble.
Lo único en lo que mejora a sus últimos bodrios es que lleva puesta casi todo el tiempo la gorra de piloto con lo que esa mata de pelo cardado, tintado y ahuecado que luce está menos tiempo la vista.
Peor que una Tokarev, que ya era mala.
Nicolas le voy a echar un ojo a JOE a ver si te salvas de la quema porque ya te vale las tonterías para toda la familia que te estás metiendo entre pecho y espalda últimamente. Ni Robert de Niro que anda también echando su carrera por el sumidero te llega a la altura de los tobillos en cuanto a película mala.
Desde aquí propongo que a Nico para Sharknado 4 de la productora The Asylum, que es para lo que va camino.

Serán aproximadamente los que venga a dar el bueno de Gerald Butler a lo largo de todo el metraje de London has fallen. 300 hostias muy bien dadas a los malvados terroristas que quieren acabar con su jeje/presidente/colega. Cuando uno encara películas de este pelaje sabe a lo que va, así que echarse las manos a la cabeza por oír frases panfletarias del tipo 'los americanos seguiremos aquí dentro de mil años' no tiene mucho sentido. Te la tragas entre sopapo y hostia bien dada, así; sin vaselina y con alevosía.
Otro tema es que el espectáculo pirotécnico no esté a la altura, que no lo está. Así, la mayor parte de las explosiones que sufre Londres están rodadas desde lejos y cantan a CGI bastante. Y eso sí que no tiene perdón, que te escamoteen el espectáculo duele más que un buen guantazo de Gerald.
Además tenemos a Morgan Freeman haciendo de nuevo de Morgan Freeman por enésima vez. La verdad es que cansa este hombre a la par que sorprende su pacto con el diablo para no envejecer.
Aaron Eckhart cobra el cheque por poco más que lucir hoyuelos. Hay que reconocerle la habilidad.
Pasable sin más.