Riddick sigue fuera de la ley, pero volverá a ayudar a los que lo necesitan y luchar contra los Necromongers, malos malosos interplanetarios. Nos recuerda el ahora héroe, más que bandido, a personajes como Conan el Bárbaro o al Eastwood del poncho. Sus peripecias contra humanos, necromongers y bichos varios no tienen fin.

Creo que en la secuela bajamos el nivel un poco. La frescura de la primera se pierde y aunque aquí todo es más grande y ocurren más cosas nos quedamos con la impresión de que es un producto menos inteligente y más ajustado al tipo americanada palomitera. Pero no llega a serlo, esta entrega tampoco es un subproducto de acción. Vuelve a ser ciencia-ficción, esta vez no hay terror y lo dejamos en solo acción, pero está bien resuelta, con un argumento que encaja (dentro de lo increible por supuesto) y entretiene, que no es poco. Es un digno 5.

“- ¿Cómo nos van a fusilar por pedir para dar de comer a la gente, por lanzar al aire octavillas? Por favor no te olvides nunca de lo importante, de que luchamos por lo que es justo.
- Yo ya no sé lo que es justo y lo que no.
- Claro que lo sabes, igual que sabes que cuando todo esto haya pasado alguien tendrá que recordarlo.
- No podría olvidarlo, sería como olvidarte a ti.”

Nunca es un buen momento para ver el horror de nuestro pasado, pero hoy, el primer día del otoño como debió de ser aquel 5 de agosto, desde luego era un muy mal momento para mí. El Horror, aunque todos sabemos que existió, verlo así te pone malo. Me resulta imposible comentar esta película. Tal vez pasado un tiempo podría, pero no quiero pasado un tiempo, quiero dejar algo aquí, hoy.
A la mierda los comentarios del continente, de la ejecución o la interpretación. ¿Y qué si está rodada con todos los recursos del cine para que lloremos los llorones y los que no lo son? ¿Y qué si me ha afectado mucho ver al niño leer la carta de su madre muerta delante de otros niños que juegan a fusilar? Es que es para llorar, para avergonzarse de pertenecer al género humano, para tener ganas de encerrarse en un agujero y no ver nunca más la luz del sol.
¡A la mierda todos los que ayer defendieron con la espada y defienden hoy con la pluma que el bienestar es antes que la libertad! ¡A la mierda!

Curiosa mezcla de terror y parodia que tanto se estiló en los ochenta con el mismísimo gran héroe americano de protagonista (Katt). Un escritor se refugia en la casa encantada de su tía recién suicidada para escribir un libro sobre su experiencia en Vietnam. Pronto descubrirá que su pasado le ha perseguido hasta esa casa maldita.
A mi entender esta vez no funciona la formula de parodia de terror. La cinta me resulta soporífera por momentos y a ello no ayuda que el presupuesto fuera tan raquítico. Los efectos son de llorar más que de risa. Y con lo que se supone que debes reír, yo nada de nada. Se salva al final porque uno se da cuenta de ciertas conexiones en historias paralelas que hacen el argumento interesante. Aún con eso no perdono el aburrimiento general. Es un chapucero 4.

Y una mierda que te comas, Mark Mylod, la prostitución NO es un trabajo más y ejerces violencia normalizándola.
Atención con este menú porque como no sepas lo que vas a degustar se te puede atragantar. Avisadas váis de que no es para todos los estómagos. Son deliciosas las interpretaciones de Ralf Fiennes y Anya Taylor-Joy y las sorpresitas del guión. Si no fuera por lo dicho al principio sería una gran obra.

Comienzo entretenido como nos tienen acostumbrados. Riddick solo en un planeta hostil lleno de bestias inmundas que se lo quieren zampar. Cada vez es más bestia el tío y eso es la esencia de la trilogía, lo que mola. Luego entran en escena los mercenarios y el final épico del bestiajo contra los "aliens" casi solo. Lo malo es que en esta tercera parte no ocurre casi nada, el argumento es mínimo y la formula parece agotada.
Los mamporros, la testosterona, los bichos raros y los efectos especiales perfectos son los verdaderos protagonistas. Y eso no parece suficiente. Es un cansino 4.