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Críticas ordenadas por utilidad
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8
14 de octubre de 2008
14 de octubre de 2008
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Super size me” es uno de los mejores documentales de la década, por ello salió encumbrado el creador y consiguió provocar cambios en el menú de la todopoderosa empresa Mc Donald´s. Todo ello lo obtuvo por su carácter atrevido, divertido, original para la época y, cómo no, por el puñado de pruebas que expuso encima de la mesa en contra del “American way of life”.
El planteamiento de la cinta es simple: un hombre sano experimenta con su cuerpo y durante un mes su dieta se compone, únicamente, de lo que le puedan ofrecer en los negocios del payaso dorado. Pese a que la idea gruesa es básica y un poco estúpida, en el sentido menos peyorativo de la palabra, propio del espectáculo por encima de la salud, viendo las reacciones de los médicos y especialistas, se descubre tal prueba del cuerpo humano como revelador de algo desconocido, la comida rápida además de basura que daña a la salud, resulta ser basura que daña a la salud con el turbo puesto.
Alrededor de este concepto experimental, apreciamos una profunda crítica e investigación de toda la maraña que rodea a la comida basura en EEUU, también sobre el cómo se ha implantado en la rutina americana, incluso, presentándose como la única posibilidad alimentaria en gran parte de colegios públicos de aquel país.
No sólo impresionan los resultados, aunque en escasos momentos se detecta sobreactuación, sino que agradecemos que se nos muestren, con la consecuente desgana para volver a probar una hamburguesa en, al menos, un par de meses.
El planteamiento de la cinta es simple: un hombre sano experimenta con su cuerpo y durante un mes su dieta se compone, únicamente, de lo que le puedan ofrecer en los negocios del payaso dorado. Pese a que la idea gruesa es básica y un poco estúpida, en el sentido menos peyorativo de la palabra, propio del espectáculo por encima de la salud, viendo las reacciones de los médicos y especialistas, se descubre tal prueba del cuerpo humano como revelador de algo desconocido, la comida rápida además de basura que daña a la salud, resulta ser basura que daña a la salud con el turbo puesto.
Alrededor de este concepto experimental, apreciamos una profunda crítica e investigación de toda la maraña que rodea a la comida basura en EEUU, también sobre el cómo se ha implantado en la rutina americana, incluso, presentándose como la única posibilidad alimentaria en gran parte de colegios públicos de aquel país.
No sólo impresionan los resultados, aunque en escasos momentos se detecta sobreactuación, sino que agradecemos que se nos muestren, con la consecuente desgana para volver a probar una hamburguesa en, al menos, un par de meses.

2,2
24.922
1
8 de diciembre de 2008
8 de diciembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi título refleja el sentimiento de “Casi 300 (trescientas)”, porque se basa en un paradigma evidente del cine actual, en donde la industria considera a una parte importante de los espectadores retrasados mentales en potencia, o potentes subnormales, esta es otra forma de decirlo. Esta es la única forma con la que puedo intentar comprender la razón de ser de este cine en una sociedad industrializada y, en principio, “formada” (os aseguro que si fuera por mí escribiría diez mil comillas).
¿La película de qué va? Una parodia cutre de 300, sin apenas presupuesto, ni ideas, con los tópicos danzando por la cinta. La falta de respeto es tan descarada porque se percibe, clarísimamente, que ninguno de los guionistas se ha estrujado tres neuronas para crear algún tipo de situación cómica, original, como mucho hay negratas soeces en un contexto tan helénico como épico JA JA JA ( payasos).
El mejor momento de la cinta fue entre el minuto 55 y el 67, cuando agotado por la vida, me quedé suavemente dormido y aproveché para tener un sueño placentero en el que dos travelos me agujereaban el ano con un pene de madera mal esculpido. Sin duda el mejor momento de la tarde. Consecuencia: estropicio evidente en mis bajos y recuperación de la vigilia, con la que pude rematar de ver esta tortura satírica.
¿La película de qué va? Una parodia cutre de 300, sin apenas presupuesto, ni ideas, con los tópicos danzando por la cinta. La falta de respeto es tan descarada porque se percibe, clarísimamente, que ninguno de los guionistas se ha estrujado tres neuronas para crear algún tipo de situación cómica, original, como mucho hay negratas soeces en un contexto tan helénico como épico JA JA JA ( payasos).
El mejor momento de la cinta fue entre el minuto 55 y el 67, cuando agotado por la vida, me quedé suavemente dormido y aproveché para tener un sueño placentero en el que dos travelos me agujereaban el ano con un pene de madera mal esculpido. Sin duda el mejor momento de la tarde. Consecuencia: estropicio evidente en mis bajos y recuperación de la vigilia, con la que pude rematar de ver esta tortura satírica.
Documental

6,8
152
Documental
7
24 de octubre de 2008
24 de octubre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, esta crítica es la segunda de, en principio, tres. Por razones de atribuciones lleva este puesto, pero he decidido escribirla la primera porque la tenía más fresca, no busquéis otras “Historias de la puta vida” en el pasado, sino en el futuro.
Después de este inciso, os cuento mis impresiones de “Mr. Untouchable”. Este documental está claramente influenciado por “Cocaine Cowboys” (Billy Corben, 2006), que reinventaría el género por razones que explico/aré en la crítica correspondiente.
Que “El señor intocable” sea producto de influencia no le quita mérito, porque los realizadores utilizan los puntos destacables del documental de Corben y los ensamblan en una nueva historia impresionante sobre uno de los narcotraficantes más importantes del siglo XX, surgido en el Harlem de los setenta y en la impunidad ante lo desconocido, los narcóticos de uso generalizado.
Nick Barnes, delincuente de poca monta con un futuro poco halagüeño, es el protagonista indiscutible de la película. Este señor negro, tras crecer en la miseria familiar y económica, paso de “dealer” a Demiurgo del negocio en cuestión de pocos años, todo ello al crearse contactos con la mafia italiana y poseer la inteligencia para administrarlos.
El documental vibra en nuestros ojos por la aparición del propio Barnes en pantalla relatando su experiencia, aunque su imagen está difuminada para protegerle, pero esto no empaña la importancia del testimonio y lo curioso del asunto, porque un hombre que mantiene la jerga del gueto junto y un vocabulario de hombre leído, ya, como poco, demuestra una mínima complejidad. La historia del intocable expone el sueño americano desde la perspectiva del malo, pero tampoco lo sacrifica de antemano, sino que, para ser justos, deja al espectador que se haga una idea y escoja entre los críticos y los alabadores. Entre ellos, podemos ver en el documental a compañeros de trapicheos, policías, periodistas, su exmujer, etc. Forman un crisol completísimo con la que no echamos en falta ningún comentario.
Lo audiovisual acompaña en todo momento, porque la música revisa la ola coetánea creativa de la "América negra", junto con una acertada selección de imágenes, encuadradas en un montaje trepidante. Todos estos factores, más la mitificación de Barnes, sostienen la magia de una de las décadas más extravagantes de la historia. Tan extravagante como llamativo resulta la ostentación de poderío del protagonista, de sus secuaces y de la troupe de voceras que le rodeaba en la época dorada del porfío. En la actualidad sería improbable mantener una actitud jactanciosa y la esperanza de que no te cacen.
(Sigo en el "spoiler" por falta de espacio aunque no revelo nada)
Después de este inciso, os cuento mis impresiones de “Mr. Untouchable”. Este documental está claramente influenciado por “Cocaine Cowboys” (Billy Corben, 2006), que reinventaría el género por razones que explico/aré en la crítica correspondiente.
Que “El señor intocable” sea producto de influencia no le quita mérito, porque los realizadores utilizan los puntos destacables del documental de Corben y los ensamblan en una nueva historia impresionante sobre uno de los narcotraficantes más importantes del siglo XX, surgido en el Harlem de los setenta y en la impunidad ante lo desconocido, los narcóticos de uso generalizado.
Nick Barnes, delincuente de poca monta con un futuro poco halagüeño, es el protagonista indiscutible de la película. Este señor negro, tras crecer en la miseria familiar y económica, paso de “dealer” a Demiurgo del negocio en cuestión de pocos años, todo ello al crearse contactos con la mafia italiana y poseer la inteligencia para administrarlos.
El documental vibra en nuestros ojos por la aparición del propio Barnes en pantalla relatando su experiencia, aunque su imagen está difuminada para protegerle, pero esto no empaña la importancia del testimonio y lo curioso del asunto, porque un hombre que mantiene la jerga del gueto junto y un vocabulario de hombre leído, ya, como poco, demuestra una mínima complejidad. La historia del intocable expone el sueño americano desde la perspectiva del malo, pero tampoco lo sacrifica de antemano, sino que, para ser justos, deja al espectador que se haga una idea y escoja entre los críticos y los alabadores. Entre ellos, podemos ver en el documental a compañeros de trapicheos, policías, periodistas, su exmujer, etc. Forman un crisol completísimo con la que no echamos en falta ningún comentario.
Lo audiovisual acompaña en todo momento, porque la música revisa la ola coetánea creativa de la "América negra", junto con una acertada selección de imágenes, encuadradas en un montaje trepidante. Todos estos factores, más la mitificación de Barnes, sostienen la magia de una de las décadas más extravagantes de la historia. Tan extravagante como llamativo resulta la ostentación de poderío del protagonista, de sus secuaces y de la troupe de voceras que le rodeaba en la época dorada del porfío. En la actualidad sería improbable mantener una actitud jactanciosa y la esperanza de que no te cacen.
(Sigo en el "spoiler" por falta de espacio aunque no revelo nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejorable es poco y liviano, pero destacaría alguna imagen de archivo que olía a dramatización y que, posiblemente, intentó incluirse como real para completar algún segmento del montaje. Choca y sobra, el ojo agudo cinéfilo siempre se dará cuenta. Además de esta farsa visual, es lógico que “Intocable” no disfrute de los méritos propios de la originalidad del género, sino más bien se beneficie por ser una buena continuación, que no es poco.
En definitiva, esta “Historia de la puta vida” posee cada uno de los apasionantes ingredientes requeridos para que un documental cumpla su cometido: entretiene hasta la pasión, te descubre algo y no resulta ni pedante ni pretencioso en ningún aspecto.
********ANUNCIO********
Pido a los DIOSES de Filmaffinity que me den fuerzas para lograr la encomienda por la que he sido engendrado hace 24 años: mantener la constancia con algo en mi puta vida filmaffinitera. Si los DIOSES así lo disponen, tengo que escribir una crítica por cada documental que vea o haya visto, ¿por qué? Ni lo sé yo, sólo es mi cometido. Esta es la crítica 26 de 135.
“Yo tenia fe cuando comencé
ahora estoy triste y cansado,
mi camino de tres años
me parece que son treinta
¿Y qué más puede un hombre hacer?.
Si he de morir,
que se cumpla todo lo que tú quieres de mí,
deja que me odien, que me claven en su cruz.
¡Yo quiero ver, yo quiero ver, mi Dios!
¡Quiero saber, quiero saber, Señor!
si he de morir...”
*******FIN DEL ANUNCIO********
En definitiva, esta “Historia de la puta vida” posee cada uno de los apasionantes ingredientes requeridos para que un documental cumpla su cometido: entretiene hasta la pasión, te descubre algo y no resulta ni pedante ni pretencioso en ningún aspecto.
********ANUNCIO********
Pido a los DIOSES de Filmaffinity que me den fuerzas para lograr la encomienda por la que he sido engendrado hace 24 años: mantener la constancia con algo en mi puta vida filmaffinitera. Si los DIOSES así lo disponen, tengo que escribir una crítica por cada documental que vea o haya visto, ¿por qué? Ni lo sé yo, sólo es mi cometido. Esta es la crítica 26 de 135.
“Yo tenia fe cuando comencé
ahora estoy triste y cansado,
mi camino de tres años
me parece que son treinta
¿Y qué más puede un hombre hacer?.
Si he de morir,
que se cumpla todo lo que tú quieres de mí,
deja que me odien, que me claven en su cruz.
¡Yo quiero ver, yo quiero ver, mi Dios!
¡Quiero saber, quiero saber, Señor!
si he de morir...”
*******FIN DEL ANUNCIO********

7,2
43.377
3
11 de febrero de 2009
11 de febrero de 2009
39 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas, y por extraño que parezca, aún me sigo llevando sorpresas con FA y, por ende, con sus votantes. Casi tres mil votos y un siete con cinco de media; acojona comprobar lo inservible que se muestra esta página en ocasiones y las ganas que, otras tantas veces, tengo de pedir al señor Kurt que nos dé la posibilidad de anular, en nuestra pantalla, cualquier dato referente a los compañeros críticos y votantes. Os eliminaría de mi existencia para ahorrarme estos sofocos y menosprecios generalizados que, seamos sinceros, no me sientan nada bien, puesto que me apoltronan en un inútil aislamiento que, como poco, me produce una incómoda melancolía. Jesús, María y José (suspiro).
"Camino" es uno de los ejercicios de mayor pornografía sentimental que haya pasado por mis ojos a lo largo de mi vida (y no es poco, teniendo en cuenta que soy de los que se tragaban las reposiciones de Verano Azul y Marco una tras otra, una tras otra y sin parar, vomitando lágrimas de adulto a través de mis ojos resecos).
No es que me incordie la utilización distorsionada de una historia sobre el fanatismo religioso, sino, realmente, lo que hace es indignarme por la manipulación tan descarada de la realidad, sin la menor vergüenza y con una propensión al teatro de marionetas que hace de esta película una muestra perfecta del mundo de los guiñoles.
Al parecer, a los realizadores les molestó que el Opus Dei usase, sin menor pudor, el sufrimiento de una niña para ganarse una beata y un ejemplo que exportar al resto del mundo. Actitud condenable, sin duda, aunque a mí me resulta igual de asqueroso que un grupo de “artistas” utilicen el dolor y muerte de una niña, que lo barnicen con las maneras propias de Disney para acentuar la carga emotiva, para expeler una aberración que haría sonrojar al mismísimo Jesús, si no fuese una invención majestuosa de una panda de paletos del siglo I.
Que sea una película falsa y previsible no engaña a nadie con dos dedos de frente, puesto que sus trampas la convierten en una puta a la que me gustaría zurrar después de pagar por este mal polvo. Que sea maniquea casi es un halago, porque el término tendencioso le queda como anillo al dedo y tiene menos intríngulis filosófico. Y para finalizar, por si no fuera poco, resulta inquietante que la planicie de sus personajes pase desapercibida a la inmensa llanura del espectador, como también rebotó en el subconsciente del pelele lo ridículo de sus planteamientos y lo repugnante de sus conclusiones contra la religión y a favor del teatro. Una de los nuestros, ¿verdad, Fesser? “
“Cuando el dedo señala a la luna el imbécil mira el dedo”
Proverbio chino.
Un saludo, amiguetes. (El “no” está en la derecha)
"Camino" es uno de los ejercicios de mayor pornografía sentimental que haya pasado por mis ojos a lo largo de mi vida (y no es poco, teniendo en cuenta que soy de los que se tragaban las reposiciones de Verano Azul y Marco una tras otra, una tras otra y sin parar, vomitando lágrimas de adulto a través de mis ojos resecos).
No es que me incordie la utilización distorsionada de una historia sobre el fanatismo religioso, sino, realmente, lo que hace es indignarme por la manipulación tan descarada de la realidad, sin la menor vergüenza y con una propensión al teatro de marionetas que hace de esta película una muestra perfecta del mundo de los guiñoles.
Al parecer, a los realizadores les molestó que el Opus Dei usase, sin menor pudor, el sufrimiento de una niña para ganarse una beata y un ejemplo que exportar al resto del mundo. Actitud condenable, sin duda, aunque a mí me resulta igual de asqueroso que un grupo de “artistas” utilicen el dolor y muerte de una niña, que lo barnicen con las maneras propias de Disney para acentuar la carga emotiva, para expeler una aberración que haría sonrojar al mismísimo Jesús, si no fuese una invención majestuosa de una panda de paletos del siglo I.
Que sea una película falsa y previsible no engaña a nadie con dos dedos de frente, puesto que sus trampas la convierten en una puta a la que me gustaría zurrar después de pagar por este mal polvo. Que sea maniquea casi es un halago, porque el término tendencioso le queda como anillo al dedo y tiene menos intríngulis filosófico. Y para finalizar, por si no fuera poco, resulta inquietante que la planicie de sus personajes pase desapercibida a la inmensa llanura del espectador, como también rebotó en el subconsciente del pelele lo ridículo de sus planteamientos y lo repugnante de sus conclusiones contra la religión y a favor del teatro. Una de los nuestros, ¿verdad, Fesser? “
“Cuando el dedo señala a la luna el imbécil mira el dedo”
Proverbio chino.
Un saludo, amiguetes. (El “no” está en la derecha)
Cortometraje

7,4
28.628
6
24 de mayo de 2006
24 de mayo de 2006
16 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me dejó algo frío, debo reconocer que es posible que se haya quedado algo arcaica por el paso del tiempo. Además, no entendí casi nada, la copia que vi tenía una calidad visual pésima.
Comparándola con otras películas surrealistas y de cine mudo esta queda un poco descafeinada. Por ejemplo: La habilidad conceptual de Jean Cocteau en " La Sangre de un poeta" deja en un lugar irrisorio a este surrealismo de Buñuel. La capacidad técnica, visual y expresiva de Fritz Lang en "Las tres luces"(hecha seis años antes que el perro andaluz, en el 22) deja al perro como un chucho de la técnica, esfuerzo y capacidad para realizar las cosas bien.
Le doy una nota aceptable ya que tengo en cuenta el riesgo visual y escénico que debió tener en la época, además es un corto que no me llegó a aburrir.
Comparándola con otras películas surrealistas y de cine mudo esta queda un poco descafeinada. Por ejemplo: La habilidad conceptual de Jean Cocteau en " La Sangre de un poeta" deja en un lugar irrisorio a este surrealismo de Buñuel. La capacidad técnica, visual y expresiva de Fritz Lang en "Las tres luces"(hecha seis años antes que el perro andaluz, en el 22) deja al perro como un chucho de la técnica, esfuerzo y capacidad para realizar las cosas bien.
Le doy una nota aceptable ya que tengo en cuenta el riesgo visual y escénico que debió tener en la época, además es un corto que no me llegó a aburrir.
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