Somos más indulgentes con las películas que vemos en el tren porque, al fin y al cabo, basta con que nos hagan el trayecto más corto. Vi a bordo de un Alvia el largometraje de acción CIUDAD DE ASFALTO (Jean-Stéphane Sauvaire, 2023) que busca el público mediante “imágenes impactantes” de emergencias médicas —los atendidos son siempre gente marginada— y la presencia de Sean Penn. Especie de crónica del trabajo de los “paramédicos” plantea la tentación de abandonar a enfermos con vidas complicadas y las heridas que la profesión deja en estos sanitarios expuestos a todo. Le sobran metros y el tratamiento es bien pobre. Para el tren (sobre todo si lleva retraso).

Kate Winslet ha puesto toda la carne en el asador a la hora de interpretar a la fotógrafa norteamericana Lee Miller, una mujer aguerrida y no siempre simpática, que consiguió con su empeño acompañar a las tropas aliadas en la recuperación de Europa y logró las primeras imágenes de los campos de concentración. La película cumple su objetivo de trazar un perfil de Miller con impecable ambientación y subraya la personalidad y profesionalidad de una mujer en una época de patriarcado hostil, pero me temo que este perfil fílmico se olvide con facilidad.

El primer largometraje del cineasta noruego Tøndel revela una notable personalidad creativa; no sé si se debe a la herencia genética, pues es nieto de Liv Ullman e Ingmar Bergman, pero todo podría ser… El hilo argumental de esta historia intimista y claustrofóbica es el supuesto abuso sexual que tiene lugar en un colegio con niños de seis años. Pero ese suceso, que ofrece credibilidades opuestas a los familiares de cada niño (quienes nunca salen en pantalla), no da lugar a una intriga al uso. Por el contrario, el guionista y director lleva el relato a una exploración sobre secretos del pasado, la imagen que proyectamos sobre los demás, los intereses que disfrazan la verdad, las relaciones confusas… Todo transcurre en el colegio, en espacios de penumbra que, frecuentemente, devienen atmósferas de pesadilla en que se sumergen los personajes. Para ver con ganas.

Muy curiosa comedia rural y manchega que, inevitablemente, asociamos al mundo y humor de «Amanece que no es poco», una de las pocas películas del cine español que podemos calificar como “de culto”. El bodegón se articula en ocho segmentos o viñetas con tipos diversos que viven en un pueblo y protagonizan historias desopilantes. Me resultó desigual y necesitada de mayor ritmo, intérpretes veteranos y de que el guion del director fuera revisado por otra persona.

Aunque así aparece acreditado, más que adaptar la novela célebre de Frederick Forsyth lo que hace es desarrollar nuevas historias con la figura del francotirador de esa novela que, encarnado por un imperturbable James Fox en 1973, intentaba asesinar al presidente De Gaulle. Aunque igualmente frío, ahora es un hombre casado con una andaluza y padre de un bebé. La figura de la agente del MI6 y las subtramas que arropan el devenir del asesino a sueldo, junto a un buen ritmo y localizaciones estimulantes hacen de esta serie una propuesta muy entretenida.